Los aplausos de los invitados les hicieron separarse y recordar que no estaban solos, que había cientos de personas observando aquel momento tan importante. También debían recordar que sus hijos estaban presentes.Mina miró a Holly, la niña tenía el rostro cubierto, pero sus ojos veían muy bien en su dirección, ella sonrió, Holly no sería Holly si no hiciera de las suyas y su Bastian, tan formal y discreto, que jugaba con la pequeña mano de Evan para no mirarlos.Un ligero carraspeo les hizo girarse para quedar frente el sacerdote, quien les indicó que podían salir para ser felicitados.Esta vez la pareja caminó de la mano a la salida de la iglesia, donde fueron felicitados por amigos y familiares.—¡Lamento llegar tarde! —se disculpó Eloísa, abrazando a Mina.—No te preocupes, la boda fue un poco precipitada —susurró ella para no hacer sentir mal a su mejor amiga, entendía que había cosas que no se podían cancelar de última hora, lo importante era que alcanzó a llegar a la unión reli
«Sí, acepto»Alexander se puso de pie al escuchar la respuesta de Belinda, se acercó a su rostro y le dio un beso apasionado para sellar el inicio de su noviazgo, haciendo que todos los invitados de la boda aplaudieran por aquella nueva relación.Chelsea miró a Larry, como si quisiera una explicación; sin embargo, él se encogió de hombros, estaba igual o más sorprendido que su esposa, pues hablar con su hijo había sido una misión imposible, quizá ahora entendía la razón.—¿Alexander? —llamó la rubia incapaz de quedarse quieta, Chelsea quería conocer a la mujer que le robó el corazón a su hijo, esta era la primera vez que le conocían una novia y eso era decir mucho.La pareja se separó, Alexander tomó la mano de Belinda y miró a sus padres, un sentimiento de culpa y vergüenza le invadió, pues era muy consciente de que no se había comportado correctamente con ellos.—Papá, mamá —dijo, pegando su cuerpo un poco más al de la chica—. Permítanme presentarles a Belinda Ford, mi novia —añadió
«La mujer desnaturalizada que la abandonó, dejó una nota junto a la bebé, donde pide sea entregada a su padre, Alexander Cameron»«Su padre, Alexander Cameron»«Su padre»El silencio reinó por breves segundo en la oficina, el corazón de Belinda se agitó con violencia dentro de su pecho, mientras su cabeza no dejaba de repetir las palabras de Ana Lucia. ¿Alexander tenía un hijo?«Hija»El llanto de la bebé se escuchó, rompiendo el tenso y sepulcral momento, la pequeña se agitó dentro de la pequeña cuna.—¿Llegó hace un mes? —preguntó ella con voz ahogada. Belinda no era capaz de explicar lo que estaba sintiendo en ese momento, miró a la bebé, la cual dejaron sobre la mesa de su jefa.—Sí.—¿Por qué has demorado tanto tiempo en buscar al padre? —preguntó, negándose a pronunciar el nombre de Alexander, sentía que su nombre quemaba en su garganta.—Llegó muy delicada de salud, quizá había tenido unos días en la incubadora o no sé, Belinda. El pediatra se ocupó de ella todo este tiempo y c
«Tú eres su padre» Alexander se quedó quieto, tan quieto como una estatua de mármol, miró a Belinda y esperó a que ella le dijera que todo era una broma, pero ella no habló, se limitó a mirarlo. —¿Bromeas? —No, la bebé está en el orfanato, esperando por ti —expresó. Alex no sabía qué decir, se movió de un lado al otro y se mesó el cabello con frustración. Él simplemente no podía creer lo que Belinda le estaba diciendo, él no había estado con nadie además de Lisa y ella jamás lo buscó para decirle que estaba embarazada, ella… «Lisa desapareció» Las palabras del padre de Lisa sonaron en su cabeza y fue como un boomerang que lo golpeó y casi lo noqueó. ¿Era Lisa la madre de esa criatura? Un escalofrío le recorrió el cuerpo, abriendo un vacío en su corazón y un nudo se apretó sobre su tráquea impidiéndole respirar. —Belinda… —Solo quiero saber si es tuya, Alex —dijo ella, tocando su brazo. —Sinceramente, no lo sé —respondió mirándola. —La nota dice que lo es… Alex se liberó de
—Estoy nervioso —señaló Alex cuando llegaron al auto. La bebé venía dormida en brazos de Belinda.—Pues no creas que yo estoy en mejores condiciones, estoy nerviosa, ansiosa por saber los resultados —dijo.Alex la miró.—¿El resultado puede cambiar las cosas entre nosotros? —era una pregunta que Alexander no pudo evitar hacer, le carcomía la duda.—Puede cambiarlas, Alex, porque entonces sabrás si es tu hija o no, también tendrás la tarea de buscar a su madre —señaló, mientras Alex abría la puerta y ella subía al auto para acomodarse en el asiento del copiloto.—¿Por qué debería buscar a la madre? —le cuestionó con el ceño fruncido.Belinda suspiró y esperó a que subiera al auto para continuar con la conversación. Era un tema que, aunque no quisiera tocar, debía hacerlo.—¿Por qué, Belinda? ¿Por qué tendría que buscar a la mujer que abandonó a su hija sin importarle nada? —cuestionó.Belinda le sonrió de manera conciliadora.—No sabemos qué fue lo que la orilló a hacer lo que
Los siguientes dos días fueron para Alexander y Belinda un mundo nuevo y su relación no hizo más que fortalecerse. La pequeña Irina parecía sentir el amor en el ambiente y cada día parecía tener más fuerza.—Deja que te ayude —susurró Alexander esa madrugada, el reloj marcaba las tres y diez minutos de la mañana, era la hora habitual en que Irina despertaba.—¿Estás seguro? —preguntó Belinda con cierta duda.—Ayúdame a hacerlo bien, aprendo rápido —aseguró Alexander.—Abre tu camisa —dijo con seriedad.—¿Lo haremos delante de la niña? —preguntó con voz pícara.Belinda achicó los ojos.—Serás un papá canguro esta noche —le dijo.Alexander desabotonó su pijama y esperó a que Belinda le acomodara a la bebé dentro de su pecho. Él tembló al sentir el pequeño cuerpo de Irina, su calor le provocó un cúmulo de emociones y una ternura que no creyó posible creció con fuerza en su corazón.—Ahora vuelvo, iré por el biberón, debe tener hambre, porque el pañal lo tiene seco —dijo Belinda.—Ve, no
Belinda miró a Irina dormida en su cuna y su corazón se llenó de ternura, aunque cada día ella crecía y ganaba peso, le parecía que aún era muy pequeña y frágil.—¿Está dormida?La joven levantó su rostro para encontrarse con los ojos curiosos de Andrea, había visto poco a su amiga en los últimos días.—Sí, se ha quedado dormida luego de comer —musitó Belinda, volviendo a su escritorio.—Es muy linda.—¿Qué esperabas? Es mi hija —respondió ella sin vacilar.Andrea sonrió y se sentó en la silla frente a Belinda.—¿Todo bien? —preguntó al ver el semblante de su amiga.La muchacha negó.—No pude continuar con el caso de Dereck, tu hermano rechazó nuestra ayuda —dijo.Belinda se puso de pie al escuchar las palabras de Andrea.—¿Cómo?—Dijo que podía hacerlo solo, aunque lo dudo. Él aprovechará la puerta que le has dejado en Nueva York —soltó con molestia.—Deja que haga lo que quiera, no voy a meterme en su vida, Abraham es mayor de edad. Un adulto que sabe lo que está bien y lo que está
Belinda miró a Alexander y luego a Irina dormida, ajena a lo que sucedía a su alrededor.—Es nuestra —susurró ella. Alexander asintió.—Es nuestra, Belinda —reiteró, dándole un corto beso.—Es hora de prepararnos y presentarla a nuestras familias —expresó ella con la voz ronca.Alexander asintió, aunque sabía que debía dar muchas explicaciones a sus padres, la más importante y la que deseaba dejar en claro desde ya, era que Irina no tenía más madre, que Belinda Ford.—Hablaré con Ana Lucia y le enseñaré los resultados, todo lo que viene ahora será un mero trámite, eres su padre biológico, no hay razones para que Irina vuelva al orfanato —dijo luego de un corto silencio.—Yo invitaré a mis padres a cenar —dijo Alex y Belinda asintió.—Yo veré a mi madre el fin de semana, ¿por qué no nos reunimos con nuestras familias el domingo? Contrataré el servicio de Catering para la hora del almuerzo —sugirió Belinda, ella podía cocinar, pero no era lo mismo hacerlo para Alexander y ella, que coci