Mientras Mina fue sorprendida por Henry, los mellizos y el resto de la familia; Alexander miró a Belinda, estaba nerviosa, pálida y ojerosa, habían llegado al amanecer a la ciudad de Los Ángeles, Alex creyó que iban a separarse, pero se sorprendió cuando Belinda le pidió quedarse a dormir con él.—Puedes esperar un poco más, Belinda —le aconsejó, ofreciéndole una taza de café, lo necesitaba, la pobre no había podido dormir.—No puedo esperar más, Alex, tengo que hablar con Abraham, tenemos que encontrar una solución a todo esto, quizá darle dinero a Arlene para que se mude a Nueva York y pagar la operación de Dereck, alejarla para que mi madre no se entere…Alexander suspiró.—No conoces a Arlene.—Y no quisiera conocerla, Alex, ¡fue la amante de mi padre!—Cálmate, esto no te hace nada bien, Belinda —le dijo.Ella no respondió, bebió de su taza de café, el calor inundó su garganta y calentó sus entrañas, no había probado bocado desde el desayuno del día anterior.—¿Puedes llevarme al
«Se estaba enamorando». El conocimiento de sus propios sentimientos le asustó, Alexander dio un paso atrás, pues el amor no era algo que estuviera en sus planes, de hecho, esa era la razón por la que se sentía atraído por Belinda. No se amaban, ¿verdad? Alexander miró a la joven, quien estaba en brazos de su amiga, llorando con tanto sentimiento que un vacío se abrió en la boca de su estómago y el sabor amargo le subió a la boca. No sabía si era por verla sufrir de esa manera o por darse cuenta de los sentimientos y emociones que estaba experimentando. Él dio otro paso atrás, temeroso del amor. —Te ves pálido, ¿estás bien? —la voz de Alec y la mano sobre su brazo le impidió huir como había sido su intención. —Sí, por eso tengo que irme —susurró. —No creo que sea buena idea que manejes en ese estado. Alex negó. —Estaré bien, Alec —respondió, liberándose del agarre sin ser brusco, después de todo, era como tener a Adam delante de él, aunque era una mala cosa que no lo fuera. —Ve
«Estoy enamorándome de mi enemigo».Belinda no sabía si enamorarse de Alexander Cameron era o no una buena cosa, pero era un sentimiento que ya existía, quizá desde antes de darle rienda suelta a la pasión. Tal vez escondían sus emociones y sentimientos tras una fachada dura e intolerante.La joven podía hablar por sí misma, pero ¿qué había de Alexander? ¿Cómo se sentía él respecto a ella?—Creo que Alexander siente lo mismo por ti —expresó Andrea tan tranquila y como si pudiera adivinar la línea de los pensamientos de su amiga.—¿Qué?—Digo que no eres la única que se ha enamorado en este juego de tire y afloje que tienen desde que se conocieron, Beli, hay que estar ciego para no ver la chispa que salta entre ustedes cada vez que están cerca. Además, ¿se te olvida que los encontré devorándose como si no hubiese un mañana? —preguntó la chica, haciendo que Belinda se sonrojara.—Exageras —refutó ella con prontitud.—¿Cómo que exagero? Su lengua estaba metida en tu garganta y no vi que
Con el paso de los días, no solo la relación de Alex y Belinda floreció, sino la organización de la boda de Mina y Henry avanzó, las tarjetas se entregaron unos días antes de la boda. Mina no podía creer que Hope, Alana y Daphne organizaran su boda de manera perfecta y en tan poco tiempo, sin embargo, ninguno declinó la invitación y confirmaron su asistencia a la boda esa mañana.Mina estaba segura de que no conocería a la mitad de los invitados, aun así, se sentía muy feliz de que el día tan añorado por ellos llegara.—Te ves hermosa —le dijo Daphne, mientras le ayudaba con la tiara y el velo.—Gracias, fue una buena elección de Hope —dijo ella.—Estaré vieja, pero los buenos gustos los traigo desde la cuna, querida —se defendió Hope, mientras habría la caja donde traía la liga.—¿Tengo que ponerme eso? —preguntó Mina sonrojándose ligeramente.—Pues claro, ¿cuál sería el chiste de no llevarlo? —le cuestionó.Mina asintió.—Confío en ti, Hope —dijo.—Haces bien, Hope sin duda es la me
Los aplausos de los invitados les hicieron separarse y recordar que no estaban solos, que había cientos de personas observando aquel momento tan importante. También debían recordar que sus hijos estaban presentes.Mina miró a Holly, la niña tenía el rostro cubierto, pero sus ojos veían muy bien en su dirección, ella sonrió, Holly no sería Holly si no hiciera de las suyas y su Bastian, tan formal y discreto, que jugaba con la pequeña mano de Evan para no mirarlos.Un ligero carraspeo les hizo girarse para quedar frente el sacerdote, quien les indicó que podían salir para ser felicitados.Esta vez la pareja caminó de la mano a la salida de la iglesia, donde fueron felicitados por amigos y familiares.—¡Lamento llegar tarde! —se disculpó Eloísa, abrazando a Mina.—No te preocupes, la boda fue un poco precipitada —susurró ella para no hacer sentir mal a su mejor amiga, entendía que había cosas que no se podían cancelar de última hora, lo importante era que alcanzó a llegar a la unión reli
«Sí, acepto»Alexander se puso de pie al escuchar la respuesta de Belinda, se acercó a su rostro y le dio un beso apasionado para sellar el inicio de su noviazgo, haciendo que todos los invitados de la boda aplaudieran por aquella nueva relación.Chelsea miró a Larry, como si quisiera una explicación; sin embargo, él se encogió de hombros, estaba igual o más sorprendido que su esposa, pues hablar con su hijo había sido una misión imposible, quizá ahora entendía la razón.—¿Alexander? —llamó la rubia incapaz de quedarse quieta, Chelsea quería conocer a la mujer que le robó el corazón a su hijo, esta era la primera vez que le conocían una novia y eso era decir mucho.La pareja se separó, Alexander tomó la mano de Belinda y miró a sus padres, un sentimiento de culpa y vergüenza le invadió, pues era muy consciente de que no se había comportado correctamente con ellos.—Papá, mamá —dijo, pegando su cuerpo un poco más al de la chica—. Permítanme presentarles a Belinda Ford, mi novia —añadió
«La mujer desnaturalizada que la abandonó, dejó una nota junto a la bebé, donde pide sea entregada a su padre, Alexander Cameron»«Su padre, Alexander Cameron»«Su padre»El silencio reinó por breves segundo en la oficina, el corazón de Belinda se agitó con violencia dentro de su pecho, mientras su cabeza no dejaba de repetir las palabras de Ana Lucia. ¿Alexander tenía un hijo?«Hija»El llanto de la bebé se escuchó, rompiendo el tenso y sepulcral momento, la pequeña se agitó dentro de la pequeña cuna.—¿Llegó hace un mes? —preguntó ella con voz ahogada. Belinda no era capaz de explicar lo que estaba sintiendo en ese momento, miró a la bebé, la cual dejaron sobre la mesa de su jefa.—Sí.—¿Por qué has demorado tanto tiempo en buscar al padre? —preguntó, negándose a pronunciar el nombre de Alexander, sentía que su nombre quemaba en su garganta.—Llegó muy delicada de salud, quizá había tenido unos días en la incubadora o no sé, Belinda. El pediatra se ocupó de ella todo este tiempo y c
«Tú eres su padre» Alexander se quedó quieto, tan quieto como una estatua de mármol, miró a Belinda y esperó a que ella le dijera que todo era una broma, pero ella no habló, se limitó a mirarlo. —¿Bromeas? —No, la bebé está en el orfanato, esperando por ti —expresó. Alex no sabía qué decir, se movió de un lado al otro y se mesó el cabello con frustración. Él simplemente no podía creer lo que Belinda le estaba diciendo, él no había estado con nadie además de Lisa y ella jamás lo buscó para decirle que estaba embarazada, ella… «Lisa desapareció» Las palabras del padre de Lisa sonaron en su cabeza y fue como un boomerang que lo golpeó y casi lo noqueó. ¿Era Lisa la madre de esa criatura? Un escalofrío le recorrió el cuerpo, abriendo un vacío en su corazón y un nudo se apretó sobre su tráquea impidiéndole respirar. —Belinda… —Solo quiero saber si es tuya, Alex —dijo ella, tocando su brazo. —Sinceramente, no lo sé —respondió mirándola. —La nota dice que lo es… Alex se liberó de