«¡Evan está llegando!»«¡Evan está llegando!»Henry se quedó de piedra al escuchar a Mina, su corazón latió con prisa, mientras todo parecía detenerse en ese momento.—¿Evan? —preguntó aturdido—, ¿nuestro Evan? —repitió.Mina apretó los labios entre sus dientes, el dolor estaba atravesando su cuerpo, mientras Henry parecía petrificado delante de ella y sus ojos estaban abiertos, como dos platos.—¿Sabes? —se las arregló para preguntar—. Te amo, te adoro con todo mi ser, Henry, ¡pero te juro que, si no mueves tu lindo trasero ahora mismo, voy a castrarte! —gritó al mismo tiempo que una nueva contracción se abría paso por su cuerpo.Era una contracción distinta a la anterior, el dolor nacía en su bajo vientre y corría a su columna vertebral. Mina sintió que iba a partirse en dos.—¡Date prisa! —le urgió—. ¡De lo contrario, espero que estés preparado para recibirlo tú! —exclamó sosteniendo su vientre.Henry, Hope y Blake salieron del estupor ante las palabras de Mina, Hope corrió hacia l
Adam cerró la puerta, aflojó el nudo de su cortaba y sonrió.—¿Tenías que hacerlo? —preguntó Alexander levantándose de la dura silla donde esperó a su mejor amigo.—Tenía que hacerlo.—¿Gusto personal?Adam lo fulminó con la mirada, aun así, le respondió.—No lo entenderás, Alex, no fuiste tú quien tuvo que besarla, mucho menos esconderse en el baño para no tener una noche apasionada con ella —murmuró.—Gracias al cielo, no habría tenido estómago para eso. Amo a mi familia y por Henry haría alguna que otra cosa, pero jamás me atrevería a tanto —dijo sin perder la sonrisa.Adam suspiró.—Lo sé, por eso me lo pediste, ¿verdad?Alex negó.—En realidad no fue algo que planeara deliberadamente, amigo, solo no quise perder la oportunidad cuando se me presentó y te mandé a la guerra sin más.—Al final, valió la jodida pena, Mina es feliz y los mellizos tienen a su padre, creo que me doy por servido con eso.—Eres un buen amigo, Adam, yo no sé si habría hecho lo que tú hiciste por Mina y Henr
«¿Dime que tengo que hacer para que entiendas que Paul no es bueno para ti?»La pregunta de Taylor se repitió en la cabeza de Alec; sin embargo, no le dio respuesta, no una verbal, sino que arremetió contra sus labios y le dio completo acceso a su boca. Alec llevó una de sus manos al cuello de Taylor y atrapó los cortos cabellos del productor para atraerlo más hacia su boca.Taylor se sintió complacido ante la respuesta de Alec, no obstante, se lamentó no poder tenerlo más cerca, pues eran separados por la palanca de cambios y restringidos por los cinturones de seguridad de ambos.El hombre gimió de excitación y también de frustración al tener que alejarse de la boca de Alec, Taylor no quería dejarlo ir, no quería darle oportunidad para que él se alejara y todo se volviese frío e impersonal de nuevo. —Taylor —dijo Alec sin saber exactamente qué decir y Taylor lo sabía, por lo que, llevó uno de sus dedos a los labios del maquillista y le hizo guardar silencio.—No lo digas —le pidió c
«¡Pareces una plaga!»Belinda se sintió indignada ante las palabras de Alexander, ¿cómo se atrevía a compararla con una plaga? ¿Quién o qué se creía ese hombre arrogante que era para tratarla de esa manera?—Bájate de tu nube, Alexander, ni en mis peores sueños iría tras de ti. Tu rostro bonito no compensa tu arrogancia y brutalidad —se defendió.—Muchachos, estamos en un hospital, no me parece que ese sea un buen lugar para…—¡Cállate! —gritó la pareja al unísono, ninguno de ellos se molestó en dedicarle una mirada a Adam, ellos tenían clavados los ojos en el otro, un duelo de miradas que ninguno pensaba perder.—Estás sobrepasando los límites, Belinda Ford —gruñó Alexander.—No sé a qué límites te refieras, pero voy a dejarte muy claro dos cosas, Alexander Cameron, la primera, no me interesas de ninguna manera posible, y la segunda, no estoy persiguiendo tu bonito y redondo trasero. ¡Estoy acá por trabajo! —gritó—. Así que, no te hagas ideas que no son —añadió, cantándole al magnate
Alexander no entendía lo que le sucedía con Belinda Ford, pero estaba seguro de que amor no era, no podía ser. Lo suyo con ella era más bien odio puro, era la única cosa que tenía clara o ¿se estaba equivocando? ¿Era posible que Adam tuviese razón?El hombre negó, Adam solo estaba poniendo en su cabeza cosas e ideas que no eran. Con enojo, salió de la oficina, pero sin dejar la blusa de Belinda, iba a dejarla en el primer depósito de basura que encontrara, sin embargo, no fue capaz y terminó yéndose a casa con la blusa en mano. Incluso, la metió a la lavadora junto con su traje, quizá esperaba que se estropeara o algo le sucediera a la prenda, pero cuando la retiró y metió a la secadora, esta seguía igual, aunque sin la mancha.Alexander gruñó, estaba frustrándose y eso solo le confirmaba, que Belinda Ford era una plaga, una autentica plaga en su vida, de esas que sin importar el insecticida a utilizar no iba a desaparecer con tanta facilidad.El sonido estrepitoso de su móvil se escu
Los rayos del sol iluminaron dos cuerpos enredados sobre la cama, cubiertos escasamente por las blancas sábanas. El gemido femenino irrumpió el silencio de la habitación, Belinda se llevó una mano a la cabeza, se sentía ligeramente aturdida, creyendo erróneamente que había bebido demasiado la noche anterior.—Juro que jamás volveré a beber en lo que me reste de vida —gruñó, mientras abría y cerraba los ojos, tratando de adaptarse a la luz que se filtraba por las ventanas.—Deja de hablar, la maldita cabeza va a estallarme —se quejó Alexander, intentando abrir los ojos. ¡No había bebido demasiado como para sentir tanto dolor!La pareja abrió los ojos de manera desmesurada, giraron sus cabezas y sus miradas se encontraron.—¡Mierda! —gritaron al unísono.Belinda haló la sábana para cubrir su desnudo cuerpo, dejando a Alex como Dios lo trajo al mundo.—¡Cúbrete! —gritó Belinda, sin embargo, no apartó la mirada del cuerpo bien dotado de Alex.—¡No me mires! —refutó él, tomando una almohad
Mina y Evan fueron atrapados por los miembros de la familia Cameron. Pese a que ya lo conocían, de sus visitas al hospital, el pequeño se robó el corazón de todos, en especial, la atención de los pequeños.—Dejen que el pequeño Evan descanse —pidió Hope a sus otros nietos.—¿Cómo puede estar cansado si es un bebé? —preguntó Tessa, la hija de Daphne.—Bueno, mi niña, los bebés se cansan de estar en brazos —le explicó Hope.Tessa asintió.—¿Podremos cargarlo más tarde, abuela? —preguntó Gala, entregando al pequeño.—Por supuesto, Evan no va a irse a ninguna parte —dijo, tomando al pequeño y depositándolo en la cuna que habían dejado en la sala.—Es muy bonito, ¿verdad Sam? —preguntó Melissa.El niño de cinco años asintió, Sam se estiró sobre sus pies para ver a Evan en la cuna.—Bonito —dijo.Abby tomó a su pequeño en brazos y lo llevó hasta donde Isaac conversaba con Henry y Mina, mientras Ava y Cody se ocupaban de su hija, la pequeña Melissa, y se reunían con los demás miembros de la
«Entonces, vuelve pronto, querida enemiga»Belinda no pudo dejar de pensar en las palabras de Alexander en el aeropuerto, ni con todas las horas y la distancia que ya existía entre ellos pudo apartar el momento de su cabeza. ¿Qué le sucedía con Alexander? ¿De verdad había sido tan loca como para ofrecerle una enemistad con derechos? ¿En qué estaba pensando?Belinda estaba segura de que ni siquiera lo había analizado, simplemente se dejó llevar; tenía que admitir que estaba atravesando un mal momento y se sentía tan vulnerable, como nunca.Descubrir que su padre tuvo una amante no fue tan doloroso como saber que tenía un hermano pequeño, según el reporte, Dereck solo tenía ocho años. ¿En qué estaba pensando Arlene Dawson para embarazarse de un hombre de cincuenta años? ¿En qué demonios estaba pensando su padre para meterse con una chica que podía ser su hija? ¡Arlene solo tenía veinte en ese momento!Un escalofrío le recorrió la columna vertebral, ni siquiera podía imaginárselo. Aunque