«No tienes ni la mejor idea»No, no la tenía. Alec jamás se hubiese imaginado que Taylor tuviese algún tipo de interés en él y menos que tuviera poco reparo en demostrárselo delante de mucha gente, muchos actores que podían cuestionar su sexualidad, pero al él parecía no importarle. Su lengua se presionó contra su labio para que le cediera el paso.Alec tuvo toda la buena intención de resistirse, pero falló cuando la mano de Taylor atrapó su cintura y la otra presionó ligeramente sobre sus mejillas. La presión y la falta de aire le hicieron abrir la boca y fue entonces cuando la lengua de Taylor saqueó su boca y sintió que se mareaba.La pasión de Taylor era tan abrumadora, que pronto él perdió la batalla, llevó sus dedos a los cabellos del productor y los enredó en los cortos y negros cabellos, presionando para que el beso fuese más profundo.Alec podía culpar al alcohol que había bebido esa noche, podía culpar a su corazón que se había roto al ver a Paul con su novia o culpar a Tayl
Los siguientes días pasaron con prisa, mientras el vientre de Mina crecía un poco más y su bebé continuaba desarrollándose con satisfacción, la vida de Eloísa era un caos, su madre continuaba rechazando a su padre, le pedía, no, le ¡exigía el divorcio!, pero no era capaz ni de llamar al abogado para que procediera.—No puedes seguir actuando de esta manera, mamá —dijo, colocando una taza de té delante de Frida, era el tercero de la noche.—Voy a divorciarme, Isa —insistió.Eloísa asintió.—Bien, entonces…, supongo que no tendrás problemas en que Lucas llame al abogado, ¿verdad cariño? —preguntó Eloísa a su novio, sentado en la sala, hablando por teléfono con su suegro, quien esperaba abajo.—Ningún problema, Adam es muy eficiente, puede contactar a uno de sus colegas para que se ocupe del divorcio —dijo tan alto, como para que Gaspar escuchara al otro lado de la línea.Lucas Hamilton jamás hubiese imaginado ser el celestino de sus suegros, de hecho, no entendía cómo había termin
«¡Evan está llegando!»«¡Evan está llegando!»Henry se quedó de piedra al escuchar a Mina, su corazón latió con prisa, mientras todo parecía detenerse en ese momento.—¿Evan? —preguntó aturdido—, ¿nuestro Evan? —repitió.Mina apretó los labios entre sus dientes, el dolor estaba atravesando su cuerpo, mientras Henry parecía petrificado delante de ella y sus ojos estaban abiertos, como dos platos.—¿Sabes? —se las arregló para preguntar—. Te amo, te adoro con todo mi ser, Henry, ¡pero te juro que, si no mueves tu lindo trasero ahora mismo, voy a castrarte! —gritó al mismo tiempo que una nueva contracción se abría paso por su cuerpo.Era una contracción distinta a la anterior, el dolor nacía en su bajo vientre y corría a su columna vertebral. Mina sintió que iba a partirse en dos.—¡Date prisa! —le urgió—. ¡De lo contrario, espero que estés preparado para recibirlo tú! —exclamó sosteniendo su vientre.Henry, Hope y Blake salieron del estupor ante las palabras de Mina, Hope corrió hacia l
Adam cerró la puerta, aflojó el nudo de su cortaba y sonrió.—¿Tenías que hacerlo? —preguntó Alexander levantándose de la dura silla donde esperó a su mejor amigo.—Tenía que hacerlo.—¿Gusto personal?Adam lo fulminó con la mirada, aun así, le respondió.—No lo entenderás, Alex, no fuiste tú quien tuvo que besarla, mucho menos esconderse en el baño para no tener una noche apasionada con ella —murmuró.—Gracias al cielo, no habría tenido estómago para eso. Amo a mi familia y por Henry haría alguna que otra cosa, pero jamás me atrevería a tanto —dijo sin perder la sonrisa.Adam suspiró.—Lo sé, por eso me lo pediste, ¿verdad?Alex negó.—En realidad no fue algo que planeara deliberadamente, amigo, solo no quise perder la oportunidad cuando se me presentó y te mandé a la guerra sin más.—Al final, valió la jodida pena, Mina es feliz y los mellizos tienen a su padre, creo que me doy por servido con eso.—Eres un buen amigo, Adam, yo no sé si habría hecho lo que tú hiciste por Mina y Henr
«¿Dime que tengo que hacer para que entiendas que Paul no es bueno para ti?»La pregunta de Taylor se repitió en la cabeza de Alec; sin embargo, no le dio respuesta, no una verbal, sino que arremetió contra sus labios y le dio completo acceso a su boca. Alec llevó una de sus manos al cuello de Taylor y atrapó los cortos cabellos del productor para atraerlo más hacia su boca.Taylor se sintió complacido ante la respuesta de Alec, no obstante, se lamentó no poder tenerlo más cerca, pues eran separados por la palanca de cambios y restringidos por los cinturones de seguridad de ambos.El hombre gimió de excitación y también de frustración al tener que alejarse de la boca de Alec, Taylor no quería dejarlo ir, no quería darle oportunidad para que él se alejara y todo se volviese frío e impersonal de nuevo. —Taylor —dijo Alec sin saber exactamente qué decir y Taylor lo sabía, por lo que, llevó uno de sus dedos a los labios del maquillista y le hizo guardar silencio.—No lo digas —le pidió c
«¡Pareces una plaga!»Belinda se sintió indignada ante las palabras de Alexander, ¿cómo se atrevía a compararla con una plaga? ¿Quién o qué se creía ese hombre arrogante que era para tratarla de esa manera?—Bájate de tu nube, Alexander, ni en mis peores sueños iría tras de ti. Tu rostro bonito no compensa tu arrogancia y brutalidad —se defendió.—Muchachos, estamos en un hospital, no me parece que ese sea un buen lugar para…—¡Cállate! —gritó la pareja al unísono, ninguno de ellos se molestó en dedicarle una mirada a Adam, ellos tenían clavados los ojos en el otro, un duelo de miradas que ninguno pensaba perder.—Estás sobrepasando los límites, Belinda Ford —gruñó Alexander.—No sé a qué límites te refieras, pero voy a dejarte muy claro dos cosas, Alexander Cameron, la primera, no me interesas de ninguna manera posible, y la segunda, no estoy persiguiendo tu bonito y redondo trasero. ¡Estoy acá por trabajo! —gritó—. Así que, no te hagas ideas que no son —añadió, cantándole al magnate
Alexander no entendía lo que le sucedía con Belinda Ford, pero estaba seguro de que amor no era, no podía ser. Lo suyo con ella era más bien odio puro, era la única cosa que tenía clara o ¿se estaba equivocando? ¿Era posible que Adam tuviese razón?El hombre negó, Adam solo estaba poniendo en su cabeza cosas e ideas que no eran. Con enojo, salió de la oficina, pero sin dejar la blusa de Belinda, iba a dejarla en el primer depósito de basura que encontrara, sin embargo, no fue capaz y terminó yéndose a casa con la blusa en mano. Incluso, la metió a la lavadora junto con su traje, quizá esperaba que se estropeara o algo le sucediera a la prenda, pero cuando la retiró y metió a la secadora, esta seguía igual, aunque sin la mancha.Alexander gruñó, estaba frustrándose y eso solo le confirmaba, que Belinda Ford era una plaga, una autentica plaga en su vida, de esas que sin importar el insecticida a utilizar no iba a desaparecer con tanta facilidad.El sonido estrepitoso de su móvil se escu
Los rayos del sol iluminaron dos cuerpos enredados sobre la cama, cubiertos escasamente por las blancas sábanas. El gemido femenino irrumpió el silencio de la habitación, Belinda se llevó una mano a la cabeza, se sentía ligeramente aturdida, creyendo erróneamente que había bebido demasiado la noche anterior.—Juro que jamás volveré a beber en lo que me reste de vida —gruñó, mientras abría y cerraba los ojos, tratando de adaptarse a la luz que se filtraba por las ventanas.—Deja de hablar, la maldita cabeza va a estallarme —se quejó Alexander, intentando abrir los ojos. ¡No había bebido demasiado como para sentir tanto dolor!La pareja abrió los ojos de manera desmesurada, giraron sus cabezas y sus miradas se encontraron.—¡Mierda! —gritaron al unísono.Belinda haló la sábana para cubrir su desnudo cuerpo, dejando a Alex como Dios lo trajo al mundo.—¡Cúbrete! —gritó Belinda, sin embargo, no apartó la mirada del cuerpo bien dotado de Alex.—¡No me mires! —refutó él, tomando una almohad