«Está embarazada de cuatro semanas, es muy pequeño ahora para practicar una ecografía, pero no hay duda de que esperan un beb黫No hay duda de que esperan un bebé»Era la segunda vez que Henry escuchaba aquellas palabras en poco tiempo; sin embargo, tenía que ser honesto y, aunque pareciera frío, no había sentido ni la mitad de emoción que sentía ahora; los latidos de su corazón eran erráticos, la emoción que corría por sus venas…, no tenía palabras que la describieran. Esa era la diferencia cuando se estaba enamorado y, aunque el hijo que Nicole esperaba era suyo, no había sido esperado, no por mutuo acuerdo, pues era más que evidente que Nicole le había tendido una trampa, bueno, con Mina tampoco lo habían planeado, pero se sentía tan distinto, emocionante y esperanzador. Henry dejó de pensar en su ex y se concentró en el momento, el aquí y ahora.—¿Un hijo? —preguntó con voz ahogada, mientras Mina parecía estar en shock.—Así es, es un embrión muy pequeño, es por eso que la señora
Henry y Mina se desviaron de camino a la casa Cameron, Henry la llevó hasta el edificio donde tenían sus departamentos, provocando que Mina se viera sorprendida.—¿Qué haces? —preguntó, cuando Henry estacionó el auto.—Hacemos una parada de rigor, es justa y necesaria —declaró, tendiendo su mano para ayudar a Mina a bajar.Ella ahogó una risita.—Estoy embarazada, Henry, no desahuciada —refutó.—No lo digas ni en broma y en cuanto a lo del embarazo…, déjame disfrutarlo, por favor —pidió con ojitos de cachorro a medio morir.Mina tuvo que morderse el interior de su mejilla para no echarse a reír. Henry se veía tan… tan… tierno, que no pudo evitar tomarle de la mejilla y darle un ligero pellizco.—¡Auch! Eso duele —se quejó Henry sobando su mejilla afectada.—¿No has dicho que querías disfrutar el embarazo?—Sí, eso dije.—Eso incluye los cambios hormonales de una mujer embarazada. Ahora mismo puedo estar feliz y sonriente y en dos segundos puedo estar molesta sin aparente razón o desea
«¡Hola, Mina!»El rostro de Mina se encendió más, aunque ella no lo creía posible. Ellos eran hombres y muy fácilmente, podían adivinar lo que ella y Henry estaban haciendo o estuvieron a punto de hacer. Ella estaba tan preocupada por lo que pudieran pensar sus amigos, que se olvidó de la curiosidad de Henry, hasta que lo escuchó.—¿Quién busca? —preguntó.Mina miró a Alec y a Adam, el primero tenía una sonrisa en el rostro de oreja a oreja y Adam, parecía haberse estreñido de repente.—Hola —saludó, saliendo de su estupor.—¿Hola? ¿Eso es todo lo que tienes que decirnos? —preguntó Adam, elevando dos octavas la voz, haciendo que Henry se precipitara a la puerta al escucharlos.—¿Quiénes son? —cuestionó Henry detrás de Mina.Ella se apartó y dejó que la mirada de los tres hombres se encontrara.Henry parpadeó varias veces, mientras miraba a Adam parado en la puerta con maleta en mano, pero… ¿eran dos de ellos? Él pensó que eran como una plaga y se multiplicaba, la sensación de celos le
—¿Estás bien? —preguntó Mina, cuando Henry la ayudó a bajar del auto.—Celoso, pero bien —respondió con sinceridad.Mina le sonrió.—No tienes motivos para estarlo, Henry —le dijo.—Lo sé, Mina, pero ¿cómo le digo a mi corazón que se controle? —cuestionó.—Háblale bonito, dile que mi corazón suyo es y que mis ojos no miraran a ningún otro hombre que no seas tú —le susurró.Henry se estremeció. ¡Mina sabía cómo seducirlo con pocas palabras!—Te amo, Mina —declaró, se inclinó sobre sus labios y la besó con pasión, hasta que un ligero carraspeo los separó.—Mamá.—Pensé que les había sucedido algo —dijo ella —. ¿Fueron a una cita médica o a sacar el curso de medicina? Ellos negaron al mismo tiempo.—Estoy muriendo de ansiedad y tu padre no está en mejores condiciones, apenas le he dicho que es muy probable que tengamos otro nieto, no ha dejado de ver su reloj —anunció.—¿No podías esperar a que volviéramos para aclararte tus sospechas? —cuestionó Henry.—No.Mina rio, Hope era directa e
Ninguno de los dos hombres supo cuánto bebió aquel día, pero ambos necesitaron varias botellas para aliviar la pena del corazón, aunque ninguna de ellas les quitó el dolor.Alexander no sabía qué era peor, que lo dejaran por un contrato o que la mujer que amaba regresara con su ex, por supuesto, el joven desconocía de quién se trataba la mujer de la cual Adam hablaba y menos, que su primo fuera ese ex.—Quizá tengas una oportunidad de volver con ella —pronunció Alex con dificultad, la lengua ya empezaba a enredarse a causa del licor.—¿Oportunidad de volver? —cuestionó Adam, se bebió el líquido ambarino de su vaso.Alex asintió.—Ni siquiera fuimos nada —confesó, dejando escapar una carcajada sin humor.Alex gruñó.—¿Estás sufriendo por una mujer que no era nada tuyo? —bufó con un chasquido —. Eso es demasiado masoquista —añadió.Adam se encogió de hombros.—Me enamoré de ella, pero no le expresé mis sentimientos, imaginé que tendría la oportunidad de hacerlo más adelante, pero no fue
—¡¿Qué mierda hiciste conmigo?!El grito de Alexander se escuchó en todo el departamento, haciendo que los tres hombres en la sala se precipitaran a la habitación, quedando sorprendidos al encontrar a Alex en un rincón de la habitación, mientras Alec lo miraba como si le hubieran salido dos cabezas.—¿Qué pasa? —preguntó Adam, adelantándose y captando la atención de Alexander.—¿Son dos? —preguntó él, con el corazón martillando dentro de su pecho.Alexander se había imaginado una cantidad apabullante de posibles escenarios, incluso se había prometido no volver a beber como lo hizo la noche anterior.—¿Qué demonios estás haciendo Alec? —preguntó Adam al ver a su hermano riéndose.—¿Yo? Nada, solo le ofrecí una taza de café y le pregunté si estaba bien. No creí que ser amable fuera un crimen —se defendió Alec, alejándose de Alex, mientras Henry y Lucas luchaban para no echarse a reír, aunque la escena era bastante cómica, hasta el punto de lamentarse no haber grabado e inmortalizado aqu
Los siguientes días transcurrieron veloces, como si llevaran prisa porque el segundo embarazo de Mina se hiciera público.Los malestares tampoco ayudaban, Mina visitaba el baño cada vez que su nariz recogía el aroma de alguna loción, comida u olor que le hacía correr como si estuviera loca. Las especulaciones empezaron a escucharse en bajos susurros por los pasillos de la empresa, por rincones del set, pero ninguno le preguntó o comentó abiertamente.—Relaje, Mina, o todo el trabajo que estoy haciendo será tiempo perdido. Estás tan dura, que pareces un mármol.—Estoy empezando a detestar el olor del maquillaje, Alec, lo siento —se disculpó con el hombre.—¡Espera, espera! ¿Estás enferma? —preguntó, el maquillaje cubría la palidez de su rostro y las ojeras que empezaban a formarse bajo sus ojos.—No, no lo estoy —respondió.—No te creo, Mina, incluso luces un poco más delgada —dijo, le tendió la mano, confundiendo a Mina.—¿Qué?—Levántate —le pidió.Mina lo hizo, se giró cuando Alec s
«El padre de mi hijo es…»Nicole no tuvo tiempo de dar respuesta a la pregunta que estaba deseando escuchar con todas las fuerzas de su corazón, de hecho, a ella el arte le importaba poco. Solo deseaba tener la oportunidad de arruinarle a Henry y a Mina la velada, pero no había resultado, estaba siendo prácticamente arrastrada al interior del salón, por una mano firme que se cerró sobre ella como grilletes de hierro.—¿Qué demonios…? —trató de decir.—¿Qué diablos crees que estás haciendo? —le gruñó Alexander con los dientes apretados, presionando el brazo de Nicole con tanta fuerza, que la mujer emitió un quejido.—Suéltame, estoy embarazada —le recordó.—Sea lo que sea que deseas hacer, no lo harás esta noche, Nicole. Así que será mejor que empieces a marcharte —le advirtió.—No eres nadie para decirme lo que tengo o no que hacer. Mucho menos, para creerte con el derecho de decirme donde puedo y no puedo estar. Estamos en un país libre, Alexander —le recalcó, liberándose del agarre