Los siguientes días transcurrieron veloces, como si llevaran prisa porque el segundo embarazo de Mina se hiciera público.Los malestares tampoco ayudaban, Mina visitaba el baño cada vez que su nariz recogía el aroma de alguna loción, comida u olor que le hacía correr como si estuviera loca. Las especulaciones empezaron a escucharse en bajos susurros por los pasillos de la empresa, por rincones del set, pero ninguno le preguntó o comentó abiertamente.—Relaje, Mina, o todo el trabajo que estoy haciendo será tiempo perdido. Estás tan dura, que pareces un mármol.—Estoy empezando a detestar el olor del maquillaje, Alec, lo siento —se disculpó con el hombre.—¡Espera, espera! ¿Estás enferma? —preguntó, el maquillaje cubría la palidez de su rostro y las ojeras que empezaban a formarse bajo sus ojos.—No, no lo estoy —respondió.—No te creo, Mina, incluso luces un poco más delgada —dijo, le tendió la mano, confundiendo a Mina.—¿Qué?—Levántate —le pidió.Mina lo hizo, se giró cuando Alec s
«El padre de mi hijo es…»Nicole no tuvo tiempo de dar respuesta a la pregunta que estaba deseando escuchar con todas las fuerzas de su corazón, de hecho, a ella el arte le importaba poco. Solo deseaba tener la oportunidad de arruinarle a Henry y a Mina la velada, pero no había resultado, estaba siendo prácticamente arrastrada al interior del salón, por una mano firme que se cerró sobre ella como grilletes de hierro.—¿Qué demonios…? —trató de decir.—¿Qué diablos crees que estás haciendo? —le gruñó Alexander con los dientes apretados, presionando el brazo de Nicole con tanta fuerza, que la mujer emitió un quejido.—Suéltame, estoy embarazada —le recordó.—Sea lo que sea que deseas hacer, no lo harás esta noche, Nicole. Así que será mejor que empieces a marcharte —le advirtió.—No eres nadie para decirme lo que tengo o no que hacer. Mucho menos, para creerte con el derecho de decirme donde puedo y no puedo estar. Estamos en un país libre, Alexander —le recalcó, liberándose del agarre
Alexander se llevó a los labios su copa y sonrió. Ahora podía estar completamente tranquilo, Nicole ya no era un peligro para Henry y Mina, por lo menos, por ahora y eso era mucho.—El que solo se ríe de sus maldades se acuerda —le dijo Lucas, colocándose junto a él.—Y no me arrepiento de ninguna de ellas —aseguró —. Si como bueno no supieron apreciarme, tendrán que soportarme ahora, que no soy el mismo —respondió con cinismo.Lucas suspiró.—Entiendo que sufras por Lisa, pero no es la única mujer sobre la faz de la tierra, solo tienes que ver a tu alrededor, más de una chica quisiera estar contigo —señaló Lucas.—El problema es, que no quiero estar con ninguna, no voy a involucrarme de nuevo en una relación, el amor y yo nos hemos divorciado y sin ninguna jodida posibilidad de reconciliación. No voy a darle el poder a nadie para herirme de nuevo —respondió tajante.Lucas negó, sin embargo, insistió.—Alex…Las palabras de Lucas murieron en sus labios, cuando al salón entró Lisa, aco
—¡Es un traidor! ¿Cómo puede hacerle esto a Mina y a los niños? —preguntó Eloísa, indignada al ver las imágenes, Adam incluso se había ido en el auto de Nicole.—Esto lo tienen que saber Henry y Mina, no pueden confiar en ese tipo —gruñó con enfado. Lucas estaba cansado de la actitud hipócrita de la gente, estaba cansado de que quisieran verles la cara y anduvieran tan felices y campantes como quien no quiebra un plato, pero rompen la vajilla completa.—Tienes razón, pero será mejor que lo hagas mañana, hoy ha sido un día muy pesado para todos, los niños están deseando irse a casa y Mina está tan feliz… No quiero que esto le afecte, ha sufrido mucho y una nueva traición, va a dolerle, sobre todo, porque confía en Adam —expresó Eloísa sin ocultar su malestar y dolor.Lucas quería hacerlo ahora, no darle ninguna clase de ventaja a Adam sobre ellos, pero Isa tenía razón, todo había sido muy bonito para los mellizos, Mina y Henry, como para cerrarlo de esta manera.—Lo haremos mañana —con
Alexander se puso de pie tan rápido como le fue posible al ver a Adam caer al piso, corrió para ver a Lucas lanzarse sobre él.—¡Espera! ¡Lucas, detente! —le gritó, tomando su brazo en el aire, impidiendo que estrellara su puño de nuevo sobre el rostro de Adam.—¡Déjame, Alex! Deja que le dé su merecido a este perro traidor. ¡¿Cómo has podido traicionar a Mina de esa manera?! —gritó encolerizado, tratando de liberarse del agarre de Alex.—Cálmate —le ordenó Alex con tono serio, sin embargo, Lucas estaba demasiado ofuscado para atender la orden del mayor.—¡No lo defiendas, Alex! Este traidor no se merece que intervengas a su favor. ¡¿Sabes que se fue de la fiesta del brazo de Nicole?!—Lo sé —respondió Alex con simpleza.Lucas dejó de luchar, se giró y miró a su primo.—¿Qué?—Yo se lo pedí —aceptó, mientras Adam se ponía de pie, tomaba su mentón para aliviar el dolor y limpiaba la sangre de su labio partido.—¿Bromeas?—¿Me ves sonreír? —le cuestionó Alex con seriedad.—¡Maldición! ¡
—¡¿Ahora qué hice?! —gritó Adam al ver al hombre lanzarse sobre él.—¿Tienes la cara para preguntarlo? ¡Sabes muy bien lo que hiciste! —refutó Nash con enojo.—¡Calma, calma! —pidió Alex, deteniendo a Nash para evitar que golpeara a Adam, ya el pobre tenía roto el labio, cortesía de Lucas.—Déjame. De haber sabido que él venía con ustedes, no le habría permitido la entrada —espetó Nash, intentando liberarse de las manos de Alexander.—Tranquilo, Nash —pidió Liam, llegando a su lado.Él lo miró con enojo.—¿Te gusta?Liam entornó los ojos.—Este hombre no es Alec —le dijo.Adam hizo una nota mental al escuchar el nombre de su hermano. Ser gemelos era genial, excepto, cuando te volvías el objetivo de otros por culpa de ese hermano.—¿Cómo lo sabes? —le cuestionó Nash a Liam.—¿Eres Alec? —preguntó el hombre con simpleza.—Adam Ducan —se presentó con frialdad, ni siquiera se molestó en darle la mano al hombre, no quería arriesgarse a que el tal Nash lo dejara sin brazo.—¿Ves? —le dijo,
Mina dejó de caer la taza de té que tenía en las manos, la porcelana se rompió en varios pedazos, sin embargo, ella no prestó ninguna atención. Su corazón de repente se aceleró, hasta el punto del dolor.—¿Mina? —la voz de Eloísa fue tan lejana, que Mina creyó que iba a desmayarse, no obstante, no sucedió. Era ella quien se sentía hundida en las profundidades.Era como si el aire empezara a faltarle.—¡Por Dios, Mina! —exclamó Eloísa, llamando la atención de Hope y de uno que otro miembro del personal que andaba cerca.—Eloísa, ¿por qué gritas? —preguntó Hope.—Es Mina, no responde —dijo ella.Hope se fijó en la palidez de su rostro y en la manera agitada de su respiración.—¡Llama al médico! —ordenó, no supo si atendieron su llamada o no, estaba preocupada y su atención era para Mina.—¿Qué fue lo que pasó? —quiso saber.—No lo sé, estábamos conversando y de repente, dejó caer la taza al piso y no respondió más —explicó Eloísa con rapidez.—Mina, por favor, querida, dime algo. ¡Lo qu
«¿Dónde está?»Lucas miró a los mellizos, los dos esperaban que él respondiera su pregunta, sin embargo, no era capaz de decirles, que su padre estaba herido y camino al hospital.—Henry está… en el trabajo —mintió.Holly achicó los ojos.—Mientes —refutó.Lucas palideció ante la respuesta de Holly.—Holly, yo…—Mientes, seguro mamá y papá van a verse a escondidas, como en esas novelas que Alec mira, ¿recuerdas Bastian? —preguntó Holly y Bastian asintió.—¿Novelas?—Sí, los protagonistas se escapan para tener un momento romántico. —Holly suspiró —. ¡Papá y mamá se aman! —exclamó con una sonrisa de oreja a oreja, mientras Lucas sentía que el alma le volvía al cuerpo.—Eso es, es exactamente lo que Mina y Henry están haciendo, una cita romántica —dijo, mientras daba unos cuantos pasos para alejarse y buscar a Blake, quien no sabía nada de lo que estaba sucediendo con Henry.—Lucas es un pésimo mentiroso —dijo Bastian.—Sí, algo está pasando con nuestro padre y no quieren decirnos —murmu