Raffil se encontraba en la habitación de Victoria, aun procesando la angustia que sentía por la situación. De repente, la puerta se abrió de golpe, interrumpiendo su charla. Era Mario, con el rostro marcado por la preocupación.
__"Raffil, necesito que salgas. Debemos hablar a solas", dijo, su voz grave y autoritaria. Raffil sintió un escalofrío recorrer su espalda. No podía permitirse perder a su hijo en medio de todo este caos.
"¿Qué está pasando, Mario?", preguntó Raffil, su angustia palpable. "Carla ha puesto a Victoria en peligro", respondió Mario, su mirada dura. La tensión en el aire era densa, y Raffil sabía que debía actuar con rapidez.
Mario miró a Ambar, quien estaba al borde de las lágrimas. "Ambar, por favor, explícale a Raffil lo que sucedió", le pidió. Ella, con la voz entrecortada, comenzó a rela
Federico, el padre de Raffil, estaba en su despacho, revisando documentos cuando recibió la noticia que cambiaría el rumbo de su día. Su asistente entró con una expresión grave.__"Señor, hay un problema serio con Raffil. Está en medio de un conflicto con Erik Hill, y ha tomado decisiones drásticas", _ dijo, su voz temblando ligeramente.La noticia le cayó como un balde de agua fría. Nunca había visto a su hijo actuar de esa manera, y la preocupación se transformó rápidamente en ira. __"¿Qué ha hecho?", __ preguntó Federico, su voz firme y autoritaria.__"Destruyó cinco empresas de Erik en represalia por la destrucción de la tumba de los Daville", respondió su asistente.Federico sintió que la rabia lo invadía. Era la primera vez que dejaba su lugar para dirigirse a donde estaba Raffil. __ Voy a hablar c
Victoria se encontraba en su habitación del hospital, observando el techo con la mente llena de pensamientos. El dolor físico era una molestia constante, pero lo que realmente la atormentaba era la incertidumbre sobre el futuro. La noticia de su embarazo había sido un rayo de luz en medio de la tormenta, pero también una nueva fuente de preocupación. Sabía que debía ser fuerte, no solo por ella, sino por el bebé que llevaba dentro.Raffil entró en la habitación, su rostro una mezcla de determinación y ansiedad.__"He hablado con los médicos, quieren asegurarse de que todo esté bien antes de darte el alta", dijo, acercándose a su lado.__"Gracias, Raffil", murmuró Victoria, tomando su mano. "Estoy asustada, pero sé que debemos enfrentar esto juntos".Mientras tanto, Federico, el padre de Raffil, se encontraba en su oficina, organizando una reunión con sus aliados más confiables. Sabía que la situación con Erik Hill no podía solucionarse únicamente con fuerza bruta. Necesitaban una estr
La noche en la que Erik Hill decidió que era hora de atacar a los Leopardo, el aire estaba cargado de tensión. En su lujosa oficina, rodeado de mapas y fotos de sus enemigos, Erik sonrió con satisfacción. Había tejido una red de traiciones y alianzas que le permitirían destruir a Raffil y Federico de una vez por todas. Su plan era astuto: levantar una guerra abierta entre los mafiosos que operaban en la ciudad, usando sus propios secretos en su contra.__“Vamos a hacer que se enfrenten entre ellos”, murmuró Erik, mientras revisaba un informe sobre embarcaciones de armas y robos de contenedores. Sabía que esos contenedores pertenecían a otros mafiosos, pero eso no le importaba. Cada enemigo que caía significaba un paso más hacia su victoria.Mientras tanto, Raffil estaba en su escondite, revisando los informes de sus hombres. La tensión en el aire era palpable. Sabía que Erik estaba tramando algo grande, y no podía permitirse ser sorprendido. __“Necesitamos estar listos para cualquier
La noche se cernía sobre la ciudad como un manto de terror. Raffil estaba en su oficina, revisando los informes de sus hombres, cuando recibió la noticia que cambiaría todo: Erik había sido el responsable de difundir sus puntos débiles y las ubicaciones de sus escondites. La ira lo invadió como un fuego incontrolable. __“¡Maldito traidor!”, gritó, golpeando la mesa con fuerza.Sabía que Erik había cruzado una línea que no se podía perdonar. Pero lo que más lo enfurecía era el hecho de que, en medio de todo este caos, había secuestrado a Monica, la hija de Erik. __“Esto no se quedará así”, pensó Raffil, sintiendo cómo la rabia se transformaba en un deseo de venganza.Mientras tanto, en un lugar oscuro y solitario, un hombre desalmado llamado Pablo se preparaba para llevar a cabo sus órdenes. Era conocido en el inframundo por hacer el trabajo sucio, por no tener escrúpulos. Había sido quien había capturado a Monica y ahora la tenía bajo su control. __“Este será un buen negocio para mí”,
La batalla en busca de Vasello y Moreno se había convertido en una obsesión para Raffil. Cada pista que obtenía lo acercaba más a su objetivo, y su determinación era inquebrantable. Un día, un informante reveló que Vasello había hecho una alianza con Moreno, un antiguo traidor que había sido parte de su organización. Esta noticia encendió una llama de venganza en Raffil. __“No puedo dejar que se escapen”, pensó, mientras se preparaba para actuar.Raffil tomó su avión privado y voló a Escocia, donde se decía que los dos estaban escondidos en un pequeño pueblo llamado Vulk. La idea de enfrentarse a ellos llenaba su mente de imágenes de justicia, y la necesidad de venganza lo impulsaba hacia adelante. __“No solo es una cuestión de poder, es un asunto personal”, __murmuró para sí mismo.Al aterrizar en el pequeño aeropuerto de Vulk, Raffil reunió a sus hombres. __“Esta es nuestra oportunidad. No podemos dejar que se escapen otra vez”, __les dijo, su voz resonando con autoridad. Sabía que
La tensión en la sala era palpable. Raffil miraba a Vasello y Moreno, sus ojos llenos de furia y determinación. __“Hoy es el día en que la verdad saldrá a la luz”, __declaró, su voz resonando con poder. Vasello, sintiendo la presión, sabía que no podía ocultar más.__ “Erik fue quien me buscó. Quería retomar la alianza y terminar con tu vida, Raffil”, __confesó, su voz temblando.Raffil se quedó en silencio, asimilando la noticia. __“¿Erik? ¿El mismo hombre que ha estado jugando a dos bandas todo este tiempo?”, __preguntó, su incredulidad transformándose rápidamente en rabia. __“Sí, él planeó todo. La muerte de tu hermana, Anastashia, tuvo que ver con él”, continuó Vasello, mientras Moreno, paralizado por el miedo, se orinaba encima al escuchar el nombre de Erik.__“Anastashia sabía cosas que no debía haber sabido. Nadie esperaba que se lanzara a detener la bala por ti”, agregó Vasello, su voz llena de desesperación. La revelación golpeó a Raffil como un puñetazo en el estómago. La trai
Raffil se encontraba en su despacho, sumido en pensamientos profundos mientras observaba las luces de la ciudad parpadear en la distancia. La noche era tranquila, pero su mente era un torbellino de emociones. El nacimiento de su hijo había sido un rayo de esperanza en medio de la tormenta, pero la sombra de Erik seguía cerniéndose sobre él.Victoria entró silenciosamente en la habitación, su rostro aún reflejando el cansancio del parto reciente. Sin embargo, sus ojos brillaban con determinación. Raffil la miró y sonrió débilmente, sintiendo cómo su presencia lo anclaba al presente.—¿En qué piensas, amor? —preguntó Victoria, acercándose para tomar su mano.—En todo lo que ha pasado —respondió Raffil, apretando suavemente sus dedos—. Erik, Vasello, Moreno... todo esto ha sido un juego de ajedrez, y yo he sido solo una pieza más.Victoria asintió, comprendiendo la carga que pesaba sobre los hombros de su esposo.—Has tomado la decisión correcta al no matarlos —dijo, su voz suave pero fi
La noticia de la captura de Erik se extendió rápidamente por la ciudad, como un incendio que consume todo a su paso. En las calles, los rumores corrían más rápido que el viento, y la gente hablaba en susurros sobre el hombre que había controlado el inframundo desde las sombras. Para muchos, la caída de Erik representaba un cambio de poder, una grieta en el orden establecido que podría traer tanto esperanza como caos.Raffil, sin embargo, no tenía tiempo para celebrar. Sabía que la captura de Erik era solo el primer paso en un camino arduo y peligroso. Desde su despacho, observaba la ciudad con una mezcla de determinación y preocupación. La responsabilidad de mantener el orden y proteger a su familia pesaba sobre él como una losa.Victoria entró en la habitación, su presencia siempre un bálsamo para sus preocupaciones. Raffil la recibió con una sonrisa cansada, agradecido por su apoyo constante.—La ciudad está en ascuas —comentó Victoria, acercándose a la ventana para mirar junto a él