Raffil, sorprendido cada día que pasaba, se encontraba desconcertado al darse cuenta de que aún no conocía por completo a Victoria, la mujer a la que quería hacer su esposa. Se sentía frustrado al no saber qué decir, cómo acercarse a ella de una manera que le permitiera descubrir más sobre su verdadera esencia. Salió al exterior y, alejado de la puerta, encendió un tabaco y comenzó a fumar, buscando en el humo una respuesta a sus dudas. Se preguntaba cómo era posible que después de tanto tiempo juntos aún hubiera aspectos de ella que desconocía, y se prometió a sí mismo que haría lo necesario para desentrañar cada misterio que ella guardaba. Con determinación en sus ojos, decidió que no descansaría hasta conocer a la perfección a la mujer que ocupaba su corazón.Al observar la situación, se preguntaba si esta mujer se había asociado con él únicamente por sus propios planes de venganza. ¿O acaso él fue el único culpable de atraerla hacia sí, permitiéndole así planear todo a su convenien
Raffil estaba sentado en el asiento del copiloto, observando a Victoria mientras ella dirigía su mirada hacia afuera, perdida en sus pensamientos. De repente, él notó que su atención ya no estaba en él, así que decidió tomar su mano mientras continuaba manejando. Victoria sintió el cálido contacto de su mano y se volvió hacia él, tratando de entender la razón de su repentino calor interno. No podía comprender por qué el simple roce de su mano le provocaba tal sensación. Ella lo miró fijamente, sujetando su cuello con la otra mano, permitiendo que su mirada lo explorara en un intento por descifrar y atravesar la barrera que se interponía entre ellos. Era evidente que algo más estaba sucediendo en ese momento, algo que ninguno de los dos podía ignorar.Él condujo hasta su residencia y al llegar, bajo la luz. Victoria, caminaba con pasos lentos. Sin embargo, él la cargó nuevamente para introducirla dentro. Desde la puerta, lo había detenido y se dispuso a poner su mano en su cuello. No i
Victoria asumió el control con determinación, dejándose llevar por la lujuria del momento. En ese instante, no existían dimensiones, solo ellos dos. Sus manos expertas lo tocaban, lo traían a su red, dejándolo a su merced. Cada movimiento estaba calculado, cada gesto era una invitación a adentrarse en un mundo de placer y deseo. Victoria sabía exactamente cómo llevarlo al límite, cómo hacer que perdiera el control y se entregara por completo a ella. No había lugar para la duda, solo para la entrega total. En ese instante, el tiempo se detuvo y solo existía la pasión desenfrenada que los consumía.Dueña de la situación, dominando cada suspiro, cada gemido, cada mirada. Era un juego de poder, un baile sensual en el que ambos se dejaban llevar por la intensidad del momento. Y así, entre susurros y caricias, se fundieron en un abrazo apasionado, perdiéndose en un mundo donde solo existían ellos dos. Llevándolo a un lugar donde la pasión reinaba sin límites. Era un viaje sin retorno, una
Todos se alistaron para el trabajo, pero Victoria sabía que al poner un pie fuera de esa puerta, todo habría cambiado. Su vida estaba dando un nuevo inicio, pero también estaba en una cuerda floja. Consciente de que su lista de enemigos era extensa, no podía permitirse tomarla a la ligera. Ser la prometida de Raffil la había convertido en una enemiga potente, una bomba de tiempo. Amber la miró con preocupación y le dijo:"Vic, sabes que no puedes andar sin cuidado ahora, ¿verdad?""Estoy preparada, Ambar. Sé que todo ha tomado otro rumbo", respondió Victoria."Sí, Mario me lo contó todo. Sé que estás en peligro. Si quieres, puedo contratar hombres de confianza para tu seguridad", ofreció Ambar."Quiero que te brindes seguridad a ti, Ambar. Además, debes saber que las cosas no serán iguales por ser mi amiga. No quiero que te pase nada", expresó Victoria con firmeza."Lo sé, tendré cuidado. Se me olvidó contarte que tengo un nuevo contrato. Mario me compró un nuevo edificio, así que pod
Raffil la miró fijamente por un largo rato y finalmente le espetó: "Eres muy terca".A pesar de su obstinación, añadió: "De todas formas, dile a los hombres que te acompañe. No siempre tienes que estar sola". Con un gesto de resignación, le pidió: "Prometiste escucharme, ¿te acuerdas?".Victoria asintió y salió rápidamente. Mientras tanto, Raffil quedó sumido en sus pensamientos. Al regresar a su oficina, observó detenidamente un documento que descansaba sobre la mesa. Tomó una carpeta del estante y la abrió con gesto serio. Levantó las cejas al revisar su contenido y ordenó a su asistente Matías: "Ubica dónde es que estarán y manda a los chicos a que la sigan sin que se dé cuenta". Con determinación, ordenó: "Dígale a los hombres que la sigan".Matías respondió con un lacónico: "Sí, señor".Raffil tomó los documentos y los hojeó con expresión adusta. De repente, clavó el lápiz en la mesa con furia, consciente de que se sentía impotente. Estaba reflexionando sobre cómo protegerla, sab
Los chismes de la empresa ya habían regresado, y se comentaba en el foro. Había incluso imágenes, fotos de Victoria y Carla. Todo sabían ese lema, "al Señor Raffil leopardo no le gustaba tener cerca a mujeres", y la única que ha estado cerca de él, es Victoria. Pues cuando vieron que Carla lo abrazo y él no la rechazó, hubo dudas sobre él. Pero él no se sentía cómodo con la situación. Él no la rechazó, porque era su amiga, pero estaba reacio a que lo abracen. Entonces, como dicen, sí es tocado por la señora Victoria y también por esta señorita Carla, pero nadie sabía en este momento. Rechazó el abrazo, no quería ser tocado por ella. Lo que pasaba fuera de su oficina no le interesaba.Después de terminar, cayó la tarde y en la noche Victoria estaba consiente de las miradas muy recurren
Raffil LeopardoNo entiendo por qué pasé tanto tiempo hablando con Carla, cuando me di cuenta de que ya había transcurrido demasiado tiempo, tomé mi celular y descubrí que tenía varios mensajes. El primero era de ella, preguntándome dónde estaba. Le respondí que estaba con una amiga. En ese momento, me di cuenta de que había sido más irresponsable de lo que pensaba al incumplir con esa promesa como mi esposa.Carla supo de quién provenían los mensajes, su corazón se llenó de discreción al saber que no era con ella, que él hablaba tan cariñosamente, no podía permitirse cometer el mismo error otra vez. Decidió perdonarla, ya tenía un plan y Raffil era parte de él, tenía que cumplirlo.Raffil llamo a Victoria, le dije: "Hola cariño, ¿cómo estás? ¿Dónde
Abajo, ella se dirigió y fue a sentarse junto a Raffil. Hablaron por un largo rato, él estaba esperando que campara para que se animara a irse a su casa. Ella se mostró muy agradecida, y al levantarse trató de disimular su brillo y cayó sobre el brazo de Raffil, quien aún estaba sentado en el sofá. Cayó justo en su regazo, y ella aprovechó para abrazarlo. Él intentaba evitarlo, pero ella ya lo había hecho y así se sentía reconfortada. ¿Por qué no podía permitirse que la tocara? Sentía que su cuerpo rechazaba su contacto, no permitía que la abrazara, pero Carlos insistió:"Hace mucho que no siento tu olor, tu aliento Raffil"Raffil sabía que Carla era una niña consentida, por lo que no le dijo nada. Se quedaron un segundo soportando la situación, aunque quisieran ir con ella de lejos. Se separó de ella y él se levantó bruscamente, alejándose y dando media vuelta en el sofá. Fue a pararse en la ventana e inmediatamente marcó a Mario para que viniera.Mario entendió el mensaje de Raffil