Erika Camel Finalmente regrese a mi habitación alacarr la noche después de tomar una cena ligera junto a mi padre y Jul. La tarde había sido más intensa de lo que preví esta mañana cuando me liberaron del minúsculo calabozo de la comisaría. Ilusa yo que creo que tendría una jornada apacible y de placido descanso después de casi terminar en una cárcel federal por mi propia idiotez. El día se había complicado en cuanto pise mi propia casa y Derek Mayer se atrevió a aparecerse aquí con ese maldito carácter que lo caracterizaba. Verlo tan pronto había encendido como una cerilla mi cuerpo traidor, me había llenado de dudas al respecto de lo que vendría por delante. Dudas de lo que haría con él. Era más fácil odiarlo cuando lo creía totalmente perdido, pero es mucho más complicado odiar a un hombre que ruega por una oportunidad y mucho menos cuando ese hombre es un dios aleman sensual con una verga anómala y gigante. La lluvia cayendo durante toda la tarde noche no me dejaba sosegar
Derek MayerAún no supero el contenido del documento que Dominico acaba de leer, tampoco mi hermano lo asimiló del todo vale destacar, hay total desconcierto en su rostro. Se le nota perdido y ausente como si estuviera buscando en su memoria un indicio por más mínimo que fuera de que su madre querida fuera capaz de hacer eso con nosotros, con sus dos hijos. Debo decir que el luce mas desencajado que yo. Está en total shock, pero arde de ira contenida contra el viejo venenoso que tenemos en frente y contra todo lo que le recuerde a los Aubrey.«¿Dominico enojado y sorprendido?» «¡El fin del mundo ya está cerca sin temor a equivocarme!»Me duele el corazón por verlo así, su amor platónico por la alemana que lo trajo al mundo se acaba de romper irremediablemente. Esto a mi hermano no se le olvidará jamás, ni en mil años y la decepción que veo en su rostro es más dolorosa que quedarme sin un euro o perder las propiedades que pertenecieron a mi padre en Alemania .Con dolor en el a
Érika Camel Me desperté temprano como de costumbre, debían ser cerca de las seis de la mañana, pero me sentía agotada como si hubiera dormido a penas un par de horas y el tiempo restante hubiera corrido una maratón por todo New York. Creo que en el fondo mi subconsciente no me permitio descansar nada. Tanto tiempo de estrés ya le estaba pasando la factura a mi cuerpo y los síntomas de cansancio ya se reflejan en mis horas de descanso que no estaba resultando efectivas. El embarazo me ponía aún más vulnerable y aunque estaba feliz me mantenía constantemente cansada. Aunque había leído que me sentía constantemente cansada por los descensos de la presión arterial de los primeros meses durante la gestación. Me obligue a desperezarme y aparte las cobijas se encima de cuerpo. Palpé y acaricié mi abdomen, continuaba demasiado plano pero algo maravilloso vivía allí, sonreí ante la idea de tener un bebé pequeñito formándose justo debajo de mis manos. Mire a mi alrededor y las gruesas co
Érika Camel Completamente emocionada y conmovida por el apoyo incondicional que me brindaba mi padre en este difícil momento, me lancé con los brazos abiertos y me aferré a su cuello como si yo fuera una niña pequeña. Es que la seguridad que ofreven los brazos sobreprotectore de un buen padre de siente realmente igual no importa la edad que una tengas o lo independiente que te creas. Me acabo de percatar que da lo mismo... cuatro años... ocho... dieciséis... veinticinco años... es el mismo sentimiento cálido de estar a salvo de todo mal y le agradecí al cielo por ello. El abrazo me afecto más de lo que quisiera reconocer, Ya que me sentía más vulnerable en este momento de mi vida. Embarazada, siendo soltera y con miles de problemas con el padre biológico del bebé..: en mis sueños infantiles no era así como iba el cuento. Uno siempre enajena la fantasía de primero casarse, disfrutar del matrimonio y luego conseguir el número de teléfono de la cigüeña para que se pasara por casa.
Érika CamelSalí del comedor dejando que mi padre terminara de desayunar y de disfrutar de la lectura de las noticias matutinas en su tableta . Las palabras que me había hecho decirle aún repicaban en mi cabeza como una sentencia. Tendría que resignarme, y si quería ver a Derek nuevamente pues tendría que conformarme en verlo de lejos. Mantengo mi posición, no podría decepcionar a mi padre... él mismo sacrificaba demasiado a partir conmigo al otro lado del puto mundo y Solo para no dejarme sola en uno de los momento más cruciales de mi vida.“No podría regresar a salir con Derek jamás” eso era todo para nosotros, ahí moria el amor que le profesaba, o ese amor sería enterrado en el fondo de mi ser. Papá no se andaba con juegos y si me estaba ayudando lo menos que esperaría de mi , es que al menos yo tuviera el sentido común y estuviera a la altura de su sacrificio de irse conmigo.Pensativa y con nostalgia en el pecho me comencé a resignar. Me dispuse a ir a mi habitación a en
Érika Camel Con un plan detallado y preciso de pautas a seguir decidí relajarme un poco. ¿Por qué no? Si de algo estaba segura, es de que me merecía estar tranquila después del terremoto de emociones de las últimas semanas, aunque sería más justo decir “meses de emociones convulsas”.Me cepillé el cabello con cuidado, tratando de no pensar en nada. El espejo me mostró que a mi cabellera ciertamente le estaban favoreciendo grandemente las locas y descontroladas hormonas del embarazo. Ya que lucía mucho más negro que nunca, más brillante y se notaba más abundante. No tenía mucho que hacer fuera de casa y a fin de cuentas llevaba horas de ser liberada de prision, así que el estar en mi propia cama al contrario de perjudicarme me haría mucho, pero mucho bien, a mi y sobre todo al mini Derek que vivía dentro de mi pancita. «O a la mini alemana». No tenía idea del posible sexo y la verdad es que me hacía ilusión dejarlo como una sorpresa para mi misma y para papá. «La cara que
Derek Mayer Me prometí a mi mismo darle tiempo a Érika, y ayer me metí en la cama pensando que demoraría el momento en que nos volveríamos a ver honrando esa promesa. De verdad me había jurado a mí mismo tener paciencia y darle tiempo a Érika de reponerse, de pensar las cosas mejor… de pensar con cabeza fría. Así me evitaba atosigarla día tras día estando tras sus pies… pero eso fue antes de la desagradable visita de mi tío en altas horas de la noche. Dimitri Aubrey era experto en echar las cosas a perder con su mera presencia.Si tengo que casarme por obligación, pues será con ella, con Érika. Lo de nosotros no fue un error ni una aventura, fue intenso, intenso y muy especial. Por eso pienso así, si tengo que casarme sin dudas será con Érika, ¿por qué no unir la obligación con el placer? Nada me daría más placer que casarme con Érika Camel, la única bruja creadora de Tsunamis en mi mar…Eso sin mencionar que Érika sería la madre de mi hijo, el cual convenientemente ya crecía en
Derek MayerCon el corazón y el alma pendiendo de un hilo, subo las empinadas escaleras dando grandes zancadas en el ascenso rápido y desesperado hasta la planta superior. Nunca había creído que una escalera me pudiera parecer tan larga. Detras de mi escucho un jadeo que no puede ser otra cosa que el padre de Érika, Alejandro Camel corriendo a mis espaldas para llegar también a socorrer a su hija. Esto es un duro golpe para todos, tan inesperado como atroz. No me puedo explicar que pudo haber pasado, pero no es momento de indagar lo inexplicable, solo deseó envolver a la bruja en mis brazos y convencerla que todo estará bien, que nuestro hijo estará bien. Tiene que estar bien. No puedo seguir recibiendo tantas malas noticias juntas o temo realmente por mi salud emocional. Terminaré recluido en una institución para tratar deficiencias mentales de ser así.Corro a prisa por el corredor del segundo piso pero me detengo desesperado. No tengo la más mínima idea de cuál de todos está