Érika CanelEntré en la mansion de los Mayer y todo estaba en total quietud. Dominico fue el primero en aparecer por el living con un pantalón de pijama y una remera también negra. En las manos traía un vaso de cristal lleno de leche. Parecía un Niño pequeño on un bigote blanco sobre el labio superior.Julie se acercó a su flamante nuevo esposo sonriendo encantada y le besó con mucha dulzura la comisura de los labios.—Delicioso—susurro ella contra los labios de su esposo y rodé los ojos ante el hecho de tanta comolicodad. Aún no me podía creer que ese par de revoltosos inatrapables se hubieran casado antes que Derek y yo. Era totalmente increíble... en el sentido más literal de la palabra «increíble».—Hola Cuñada— me saludo Dominico Justo después de que acabo de comerse viva a su esposa. —Derek está en su habitación…. Se fue a dormir temprano, ya sabes…. Sueño embellecedor para estar «bien Alemán y bien matador» mañana en la boda.Julie se partió de risa y yo tuve que disimula
EPÍLOGO(Cinco Años Después)Fráncfort, Alemania.Érika CamelEl frío del invierno me hace abrazarme más el cuerpo, mientras espero paciente que Derek Mayer llegue hacia mi con un enorme ramo de flores que acaba de comprar del otro lado de la calle.Lleva la semana completa llenándome de regalos, y no es casualidad que estemos en esta helada ciudad justo hoy.Hoy es el día de nuestro quinto aniversario. Nuestras bodas de Madera, como metáfora de un árbol que crece y necesita de crear una base sólida para prosperar y crecer. Nuestra unión estaba en su mejor momento y se mostraba resistente con el tiempo.Nuestros dos hijos estaban junto a sus tío Dominico Mayer, y Julie Camel de Mayer, porque mi hermana después de tantos años por fin decidió cambiarse el apellido Peterson al de nuestro padre, y todo motivada porque deseaba que su primer hijo tuviera el nombre del hombre al que le debía prácticamente todo en la vida. Evidentemente papá y yo fuimos los más felices con su decisión,
New York, octubre del 2021.Derek Mayeer—Señorita Julie, por favor, infórmele a Dominico que lo quiero en mi oficina, ¡ahora!— mi tono esta mañana no es amable, estoy a punto de gritar.—Si señor Derek, cómo ordene—ella responde respetuosamente y cierro la línea de intercomunicación con mi asistente. Sigo rondando por mi oficina hecho una fiera, esperando el momento que Dominico se decida a honrarme con su presencia. Estoy por demás impaciente y mi hermano se da el lujo de hacerme esperar precisamente hoy. Con esta, ya va la tercera vez que lo llamo en los últimos diez minutos.«¿Cómo diablos esa mujer lo volvió a hacer?» La duda me martillea en la cabeza. Me resultaba increíble que estando tan alejada de sus negocios cómo afirmaban en las noticias, la tal Érika fuera capaz de haberme arrebatado de las manos el jugoso contrato por el que llevaba más de dos meses trabajando sin aliento. Al parecer la organización de su matrimonio no le quita tanto tiempo como dicen. «Es una Bruja».
Abril 2021Narrador OmniscienteErika Camel y Julie Peterson fueron amigas desde la primera infancia. Se conocieron desde mucho antes de que el padre de Julie perdiera todos sus bienes en apuestas clandestinas y su casa hipotecada fuera rematada por el banco. Desde entonces las niñas jamás se habían separado.La familia Camel acogió a Julie como a otra hija, y ella ciertamente veía en Érika a su única hermana. Ambas habían prosperado juntas, habías sido educadas bajo los mismos principios morales. Ambas habían matriculado y se graduaron en la misma universidad y a sus 26 años de edad eran aún inseparables.
Derek Meyer Mi Nombre es Derek Meyer, CEO de una de las empresas más importantes en el rublo de la tecnología con cedé en Manhattan, New York. Mi fama de prepotente, arrogante y dominante me antecede. Soy implacable a la hora de hacer negocios, y mantengo lejos mi vida sentimental de mi organizada y exitosa vida laboral. Tengo 33 años y actualmente soy soltero, después que mi prometida decidió romper nuestro compromiso. O más bien me presionó a llevar a cabo una boda a pocos días de haber muerto mi madre. Eso detonó mi mal genio, pues me negué este sentado en un banquete de bodas sabiendo que ese mismo mes enterré a mi madre. No ha nacido la mujer que juegue conmigo, o me ponga un ultimátum. Ella sabia ese día que jugó su última carta, me perdería para siempre. Casi enloqueció cuando mi hermano comentó que debería viajar a Alemania a arreglar asuntos urgentes sobre el futuro del patrimonio que habíamos heredado, pero eso no justifica su terrible actitud. Ademas, en este viaje al
Erika CamelSalí de New York en medio de una terrible nevada. El frío me calaba hasta los huesos y me hacía sentir melancólica y abstraída. La nieve siempre me transportaba a aquel invierno en que mi madre murió, después de haber luchado por años contra una penosa enfermedad. Aunque era bien pequeña,aún me llegan varios recuerdos con la suficiente nitidez como para saltarme las lágrimas. Intenté fervientemente de apartar esos pensamientos tristes de mi cabeza, como cada vez que me abordaban los recuerdos desafortunados de esa época. Me sentía emocionalmente agotada, después de cada discusión con Mark. Ya esa relación no me
Erika Camel Luego de estar un rato fuera hablando telefónicamente con Julie regresé al salón donde se estaba desarrollando el cóctel. Fui al baño, repasé mi maquillaje quedando otra vez impecable y me dispuse a salir para comerme al mundo, o a cierto CEO sensual en su defecto. Caminé contoneando mis caderas sabiéndome sexy, mi cuerpo siempre había dado de que hablar entre la población masculina que me rodeaba, así que por qué no usar eso a mi favor por una vez en la vida. Me posicioné cerca del bar con un martini Bombay en mano y espere tranquilamente saboreando una aceituna que Derek Meyer se acercara por una bebida. La noche era
Derek Meyer —Yo la asistente de Emiliano Alberti— explicó—ahora estoy trabajando por mi cuenta. Eso explicaba que Emiliano estuviera con ella. Cada vez más impresionado sonreí como un niño y me obligué a apartar la vista de ella. No quería acosarla. Tendría que hablar con mi hermano al volver a casa y pedirle consejos o regresar con Rocci, porque mis dotes como conquistador y amante de una noche me estaban comenzando a preocupar. El taxi se detuvo frente a su hotel, que casualmente era el mío. Ni siquiera me había dando cuenta cuando ella le soltó el nombre al taxista de lo atontado que me sentía obse