Julie Peterson El borracho afianzó su agarre sobre mí y traté inútilmente de clavarle mi codo sobre las costillas, pero él muy maldito estaba envuelto en grasa. Dominico seguía frente a su arma, y no parecía asustado.Otra vez avanzó otro pasó mientras medio bar gritaba y se alejaba de nosotros.«¿dónde estaba la seguridad del bar cuando uno la necesita?»Exactamente eso mismo pensé yo, pero nada. De la seguridad ni sus luces. El tipo comenzó a subir su agarre por mi abdomen buscando mis senos para toquetearlos y Dominico lanzó su última fría advertencia.—¡O la sueltas, o te muelo a golpes!— espetó furioso con la vista fija en las manos del tipo tocando mi abdomen. Me sentía asqueada de ser tocada por un desconocido contra mi voluntad. Dominico en un dos por tres se acercó un poco más, y tomó el arma del tipo, que no se esperaba que el joven que tenía en frente fuera tan osado « vale decir que yo tampoco me lo esperaba».El puño del Alemán se entregó en la boca del borracho hacién
Dominico MayerSiempre supe que totalmente cuerdo quien dice cuerdo del todo, pues yo no estaba… o era que quizás la crianza que me había dando mi madre en cuanto a relaciones matrimoniales pues no había sido la mejor, porque aunque mi padre murió siendo yo muy Niño aún recuerdo que ella parecía odiarlo a él y a todo lo que su esposo representaba. Así siguió años después... los Mayer para ella no valíamos nada, y después de su muerte quedó aún más claro. Entoces no es muy difícil de entender que después de pedirle a Julie Peterson que nos casáramos… hasta yo mismo me espanté de la intensidad de mis sentimientos hacia esa mujer. No sé de donde demonio había salido esa loca idea de casarme pero me parecía ahora lo más lógico y lo más acertado. Ya ella había huido… y allí estábamos de nuevo. Ya había ido tras ella, así que me merecía el premio mayor y ya no me conformaría con menos. Siempre dije que no me casaría, y ahí estaba pidiendo matrimonio de la manera menos convencional posi
Julie PetersonSi alguien me pregunta alguna vez algún detalle de mi boda… sin duda diré que me dolía el trasero. Creo que eso era lo que más iba a recordar de toda esta locura.También podría rememorar el orgasmo anal que me proporcionó mi futuro esposo una hora antes, pero bueno eso no era algo que se le contara a todo tipo de público.Me vestí con un sencillo vestido blanco ejecutivo, y Dominico se metió en un jeans con camisa blanca y un saco negro casual. Si no nos deteníamos... era un hecho que terminaríamos casados. Abordamos un taxi en plena madrugada y nos dirigimos a la icónica capilla Graceland.¿Hay algo más típico en Las Vegas que casarse ? A la par que el juego, las bodas son el principal atractivo de Las Vegas. Cada año se celebran más de ciento veinte mil bodas, siendo el segundo lugar del mundo en el que más matrimonios se celebran por detrás de Estambul.Sabia a donde nos dirigíamos, ese lugar era famoso. La Capilla Graceland era la capilla más famosa de Las Veg
Érika CamelMientras Julie hablaba sentada en mi cama frente a mi, menos daba crédito a lo que me trataba de contar. Tenía que tratarse de una broma .—¡Aún no te puedo creer Julie!¿¡Cómo así que te casaste en Las Vegas!? —pregunté con los ojos como platos y cada vez más sorprendida. —Pero cómo ocurrió, si cuando te marchaste esa tarde parecía que habías erradicado a Dominico Mayer de ti cerebro. No te dije nada sobre qué el también estaría en Las Vegas… pero no creí que las cosas llegarían a este nivel.—Solo ocurrió Erick… me lo pidió y no le pude resistir— se explica y aún no entiendo una mierd@. Para colmo lleva ese anillo de fantasía con un engarce que es más falso que judas. Y de la piedra ni hablar… ni siquiera es vidrio o una imitación aceptable. Es plástico y bastante feo. —¿!A este anillo fue a lo que no te pudiste resistir!?—chillo tomando su mano para analizar la «anti-joya», más bien debería decir la «basura» que lleva en su dedo anular.—No fue el anillo Ericka. El anill
Érika y Camel Supuestamente debería estar en una despedida de solteras, «mi despedida de soltera», pero embarazada de tantos meses la idea no me resulta nada atractiva.Lo que es probable que ocurra es que caiga infartada si un stripper cachondo me muestra su miembro, o puede que me dé risa… no todos los días uno se topa con un semental vergón como con el que estoy a punto de casarme.No puedo beber tampoco, así que no tiene caso alejar a Julie de su flamante esposo, solo por pasar la noche nosotras dos como un par de monjigatas.—Vete a casa de tu esposo Jul— le dijo negociando con ella— Creo que yo hate exactamente lo mismo.—Érika Camel… es de muy mala suerte que el novio vea la novia… desde la noche antes hasta la ceremonia— me advierte Julie apuntándome con un dedo.—Y lo dice la mujer que consumo un matrimonio antes y después de la ceremonia… que para colmo fue a escondidas en Las Vegas— le recordé.—¡Touche!— admitió hiriéndose con una katana imaginaria a modo de harakiri.—Pe
Érika CanelEntré en la mansion de los Mayer y todo estaba en total quietud. Dominico fue el primero en aparecer por el living con un pantalón de pijama y una remera también negra. En las manos traía un vaso de cristal lleno de leche. Parecía un Niño pequeño on un bigote blanco sobre el labio superior.Julie se acercó a su flamante nuevo esposo sonriendo encantada y le besó con mucha dulzura la comisura de los labios.—Delicioso—susurro ella contra los labios de su esposo y rodé los ojos ante el hecho de tanta comolicodad. Aún no me podía creer que ese par de revoltosos inatrapables se hubieran casado antes que Derek y yo. Era totalmente increíble... en el sentido más literal de la palabra «increíble».—Hola Cuñada— me saludo Dominico Justo después de que acabo de comerse viva a su esposa. —Derek está en su habitación…. Se fue a dormir temprano, ya sabes…. Sueño embellecedor para estar «bien Alemán y bien matador» mañana en la boda.Julie se partió de risa y yo tuve que disimula
EPÍLOGO(Cinco Años Después)Fráncfort, Alemania.Érika CamelEl frío del invierno me hace abrazarme más el cuerpo, mientras espero paciente que Derek Mayer llegue hacia mi con un enorme ramo de flores que acaba de comprar del otro lado de la calle.Lleva la semana completa llenándome de regalos, y no es casualidad que estemos en esta helada ciudad justo hoy.Hoy es el día de nuestro quinto aniversario. Nuestras bodas de Madera, como metáfora de un árbol que crece y necesita de crear una base sólida para prosperar y crecer. Nuestra unión estaba en su mejor momento y se mostraba resistente con el tiempo.Nuestros dos hijos estaban junto a sus tío Dominico Mayer, y Julie Camel de Mayer, porque mi hermana después de tantos años por fin decidió cambiarse el apellido Peterson al de nuestro padre, y todo motivada porque deseaba que su primer hijo tuviera el nombre del hombre al que le debía prácticamente todo en la vida. Evidentemente papá y yo fuimos los más felices con su decisión,
New York, octubre del 2021.Derek Mayeer—Señorita Julie, por favor, infórmele a Dominico que lo quiero en mi oficina, ¡ahora!— mi tono esta mañana no es amable, estoy a punto de gritar.—Si señor Derek, cómo ordene—ella responde respetuosamente y cierro la línea de intercomunicación con mi asistente. Sigo rondando por mi oficina hecho una fiera, esperando el momento que Dominico se decida a honrarme con su presencia. Estoy por demás impaciente y mi hermano se da el lujo de hacerme esperar precisamente hoy. Con esta, ya va la tercera vez que lo llamo en los últimos diez minutos.«¿Cómo diablos esa mujer lo volvió a hacer?» La duda me martillea en la cabeza. Me resultaba increíble que estando tan alejada de sus negocios cómo afirmaban en las noticias, la tal Érika fuera capaz de haberme arrebatado de las manos el jugoso contrato por el que llevaba más de dos meses trabajando sin aliento. Al parecer la organización de su matrimonio no le quita tanto tiempo como dicen. «Es una Bruja».