Cedric terminó sobre Arwood, quien se había puesto frente a mí para protegerme con su cuerpo. Oculté mi embarazo con rapidez y me apresuré en acercarme a separarlos, Cedric no cedía en su ataque en defensa de su hermano, por lo que no tuve otra opción mas que darle una patada en la entrepierna. Lanzó un aullido lastimero y rodó lejos del cuerpo arañado de Arwood, lloriqueando por lo bajo.
Intercambié una mirada con Colm, quien se debatía entre ayudar a su hermano o quedarse de mi lado y no hacer nada. Me crucé de brazos y alcé una ceja, desafiante, su decisión definiría dónde iba a dormir hoy, si a mi lado o en el sofá, si es que hay un sofá en este lugar.
Al final eligió a su hermano, por lo que saltó sobre Arwood, así que me coloqué frente a él y Colm se detuvo antes de derribarme o tocarme siquiera. L
Colm's POV—Tenemos que hablar. —Puse cara de pocos amigos ante la petición de Arwood.—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. —Sentencié y miré sobre su hombro, donde Hope se encontraba mirándonos con preocupación.—Es sobre Hope. Sé que discutieron.—Ah, además de amante eres su vocero, perfecto. Ve y dile que puede irse muy a la mierda, y tú con ella.—Sé que estás molesto.—Estoy furioso. —Aclaré, puso los ojos en blanco.— ¿Podrías escucharme, por favor? El hecho de que tú y ella peleen le hace mal en su estado, no sé si lo recuerdes pero está embarazada y eso le afecta al bebé.—Solo te preocupas porque es tu hijo.—Colm...—No, no quiero escucharte. —Le di la espalda,
La Cazadora ha vuelto a Rising Moon, trayendo así a los Rastreadores, a dos de sus mentoras y a Arwood, un brujo de magia negra padre de su hijo no nato quienes serán de gran ayuda para la guerra.Detrás de ella ha dejado una estela de masacres, tomas de poder y a una poderosa hechicera como Alpha y Jefa de múltiples manadas y clanes, quien está sedienta por tener el poder absoluto sobre todos los clanes y mandas existentes. Poder que la Cazadora no está dispuesta a ceder en bandeja de plata, oro o bronce.La guerra está por estallar, ¿preparados?A luchar.
El llanto del bebé inundó la habitación.Dejé de pujar y volví a recostarme entre los enormes almohadones de la habitación. Arwood besó mi frente con rapidez antes de correr hacia la mentora menor, quien llevaba en brazos a nuestro hijo.—Es Korbin. —Musitó Arwood tomándolo en brazos con delicadeza, sollocé y Aurora secó mi frente con un paño húmedo.—Lo hiciste bien, Hope. —Masculló Ryan a mi lado mientras movía los dedos, intentando hacer que la circulación volviera a ellos. —Y tienes un agarre de acero.Reí y Arwood me pasó a mi pequeño, lo tomé en brazos y aprecié su rostro rosado e hinchado. Sonreí y besé su cabeza, donde ya había un poco de cabello, negro como la noche.—Esperemos que saque tus ojos. —Murmuró Arwood sentán
— ¿Van a volver a entrenarla?—Exclamó con incredulidad Arwood.— ¿Desde cero?—Siguió Colm con Matty jugando con su cabello.—Así es, no sabemos qué tan grave es su trauma.—Queremos asegurarnos que no ha olvidado nada, y si olvidó algo lo volverá a recordar.— ¿Estás segura de que quieres hacer esto?—Me preguntó Cedric con su hija en brazos, suspiré y asentí.—Mi más sentido pésame, hermana, vas a volver a sudar y sangrar. —Milo sonrió con burla mientras palmeaba con fuerza mi hombro, nuestras mentoras miraron a mis hermanos con una sonrisa.—Ustedes también van a entrenar.— ¿Qué?—Chillaron los tres.—Los entrenamos para ser Rastreadores, no Cazadores.—Es muy diferente pelear contra un humano mejorad
Miré incrédula a Abraham, quien se dedicaba a observarme de arriba a abajo con cierto desdén, alcé una ceja, inquisitiva, y me levanté, encarándolo. Claro que tuve que echar la cabeza hacia atrás debido a que había crecido como tres cabezas desde la última vez que lo vi.— ¿Cómo es posible?—En nuestro mundo todo es posible. —Se limitó a responder antes de tomarme con fuerza por el cuello y comenzar a apretar. —Vas a pagármelas, Green, con tu sangre y de quienes más amas. —Apretó aún más, haciendo que mi vista se desenfoque y puntos negros la invadan. —Nos veremos pronto, amor.Me lanzó con violencia contra el árbol más próximo, ocasionando que mi columna vertebral se partiera, dando paso a mi muerte. Lo último que vi fue a Colm abalanzándose, furioso, contra
—Ustedes saben rastrear cazadores, pero no a las criaturas que ellos cazan. —Explicó Theodora, la mentora menor, mientras paseaba delante de nosotros. —El entrenamiento del día de hoy comenzará en cuanto liberemos a nuestros prisioneros, y tranquilos, hemos puesto una protección que rodea tres kilómetros a la redonda para que no escapen.—Su tarea será luchar con ellos, cazar a los que escapen y traer a la mitad con vida y a los demás sin ella. —Terminó Célere, la del medio. Asentimos. — ¡Ahora, Spencer!Tomé con fuerza la empuñadura de mi espada y me puse en guardia, mis hermanos solo tensaron los músculos, puse los ojos en blanco, pobres idiotas. Una vampiresa se lanzó sobre Ryan, una loba fue a por Milo y Tyron, y un lobo me derribó de costado, bufé y lo pateé en el abdomen, mandándolo a volar unos metros le
Detuve a Milo en su carrera hacia las escaleras y lo arrastré a la habitación de Colm, donde lo dejé como guarda de Korbin y Mathyas antes de correr a toda velocidad escaleras abajo junto a Arwood.— ¿Qué pasó?—Pregunté a nadie en particular entrando en la habitación de Célere, quien se encontraba sangrando e inconsciente en el suelo.—Asedora... ella hechizó a Chelzea y atacó a mi madre cuando intentó interferir. —Sollozó Aurora con su hija en brazos.—Déjame verla. —Murmuré y se la quité de los brazos, observando con atención su diminuto cuerpo. —No puede ser. —Gruñí y corrí fuera de la habitación, el resto me siguió con rapidez. —No está hechizada, está envenenada. —Expliqué mientras la ponía en la cuna de la cocina. &mda
Gruñí de frustración mientras luchaba contra las ataduras que rodeaban mis brazos y tobillos, sin éxito. Los demás parecían tener los mismos problemas mientras los esqueletos nos miraban fijamente, o eso parecía que hacían sus cuencas vacías.— ¿Qué es lo que quieren?—Mascullé, escuchando a Korbin llorar a unos metros.—No es lo que nosotros queramos, sino lo que ella quiere. —Explicó Abraham mientras observaba a Mathyas, quien de abrazaba a la pierna de Colm, a mi lado. — ¿Él es mi hijo?—Técnicamente. —Contesté, cortando de manera imperceptible las ataduras con una de mis dagas.—Ya no. —Contestó Colm al mismo tiempo que yo, Abraham lo miró con ambas cejas alzadas. —Su padre murió, tú eres una copia de lo que él fue.— ¿Y q