—No pienso aceptar esto. Es una completa locura lo que me está pidiendo hacer.
—Deberías pensar en tu abuelo, además, no es como que te vayas a enamorar de Karim. Solo necesito que lo endulces y lo lleves a la cama.
—¿Por qué?
—Karim me obligó a casarme y no me he podido liberarme de él. Tú eres mi única salida. Si hay de por medio una infidelidad, será mucho más sencillo que me den la razón a mí y pueda pedir el divorcio.
—¿Yo? No entiendo lo que yo puedo hacer.
—No es importante que lo entiendas, Noa. Solo ayúdame a salir de sus manos, así como yo te estoy ayudando con tu abuelo.
—No me gusta lo que me está pidiendo. Lo menos que quiero en mi vida son problemas.
—Te aseguro que nadie sabrá tu nombre. Yo te protegeré, incluso de Karim. Él es muy peligroso —se oía tan sincera, pero no sabía si confiar o no en sus palabras—. Piénsalo, ¿sí? No quiero sonar mala persona y no creas que estoy usando la condición de tu abuelo para retenerte en el trabajo, pero entiéndeme. ¿Tú no harías cualquier cosa por salvarle la vida a tu abuelo? Pues ponte en mi lugar, yo daría todo lo que tengo para ser libre de ataduras y por fin acabar este infierno que he llevado junto a ese hombre.
—Disculpe que la interrumpa, Sra. Greco, pero la reunión está por empezar —la misma mujer que me atendió, nos interrumpió.
—Estaré en un segundo en la sala. Gracias, Alice —se puso de pie e hice lo mismo—. Piénsalo, Noa. Estaría muy agradecida contigo si me ayudas con esto.
No me dejó darle respuesta alguna, pues salió de la oficina a paso rápido con su asistente.
—¿Que tipo de locura es esta? —dejé escapar un fuerte suspiro y me marché de la tienda con el contrato en mano.
Me siento entre la espada y la pared, sin saber cómo escapar del filo y de la opresión del concreto. Mi abuelo necesita seguir su tratamiento, pero no soy capaz de hacer algo como lo que me está pidiendo la Sra. Agatha. Es una locura que alguien te pida hacer algo como eso.
¿Cómo se supone que voy a conseguir enamorar a un hombre que, es mucho mayor que yo, guapo y millonario? Sería muy estúpido por parte del Sr. Leroy fijarse en mí teniendo a su lado a tremenda belleza.
Pero ¿y si lo que ella me dice es verdad? No puedo dar fe de que sean buenas personas, si hasta ahora los conozco, pero ella se veía muy sincera en lo que me estaba diciendo. ¿Acaso ese hombre que se ve tan bueno, en realidad usa una careta y es malo? De ser así, ¿por qué no va con las autoridades y pone la respectiva denuncia?
Mi cabeza quiere explotar por tantas cosas que cruzan por mi mente. No sé lo que es verdad y lo que no, y pensar en mi abuelo y lo difícil que sería volver a conseguir un trabajo, me termina de enloquecer.
¿Qué debo hacer? Nadie puede dar fe de que las cosas no vayan a salir mal. No sé si firmar ese contrato y ser parte de una locura o agradecer por la oportunidad y buscar un empleo en otro lugar. ¿Qué hago? ¿Por qué, a pesar de que soy consiente de que está mal lo que me está pidiendo la Sra. Agatha, no fui capaz de negarme en el momento?
Mi abuelo me detiene a irme ya mismo de aquí, porque no quiero que nada malo le suceda, más ahora que tenemos la oportunidad de costear el médico, pero también sé que yo no sería capaz de hacer algo como eso.
Llegué a la casa con la cabeza echa un lío. Me encerré en la habitación que me fue asignada y me concentré en leer el contrato minuciosamente.
En el contrato estaba estipulado mi paga y mis funciones más basicas, más esas otras que ella había mencionado. Debía no solo enamorar a su esposo, sino tener intimidad con él y dejarme ver por ella y sus padres. Los "benéficos" que ella aseguró eran una cantidad de dinero descomunal, una casa con todas las comodidades en la zona más exclusiva de la ciudad e incluso la operación que mi abuelo necesitaba luego de que su tratamiento se hiciera efectivo y un sinfín de cosas más que solo en sueños tendría.
Prácticamente me estaba dando la vida de ahora en adelante y nada podría faltarme. Tendría esa vida que tanto soñé de niña y de la cual no fui privilegiada. Lo tendría todo, pero ¿valía la pena quebrar mi dignidad y rebajarme por todas esas comodidades y excentricidades? La operación que mi abuelo necesitaba era lo único que me hacía dudar, de resto, lo material así como viene, fácil se va.
—No puedo, abuelo, perdóname —con lágrimas en los ojos, me levanté de la cama y empecé a hacer mis maletas—. Te prometo que conseguiré otro trabajo, pero no puedo hacer esto...
Mis abuelos me educaron con valores y principios. Jamás sería capaz de hacer algo tan bajo como eso. Me siento impotente y triste de que mi abuelo no pueda recibir su tratamiento como debe ser, pero seguiré luchando hasta conseguir un buen empleo y poder pagarle lo que necesita.
Salí de la habitación como alma que lleva el diablo, llorando llena de impotencia y rabia. Mientras unos nacen en cuna de oro y no saben aprovechar su dinero, otros lo necesitan para seguir teniendo una buena vida calidad de vida. Este mundo está lleno de gente sin corazón, que solo busca su bien propio sin importar pisotear a los demás.
Mi rostro estaba infestado de lágrimas y la misma nubosidad de estas mismas me impedía ver por donde estaba caminando, por lo que no me di cuenta quién era la persona con la choqué hasta que escuché su voz.
—¿Te encuentras bien, Noa? ¿Sucedió algo? ¿Se trata de tu abuelo? —el Sr. Leroy me tomó por los hombros—. Me estas preocupando. Dime lo que sucede para poder ayudarte.
¿Cómo explicarle lo que su esposa me ha pedido? Además, si le digo algo, puede que lo tome a mal y no quiero represalias en mi contra.
¿Por qué no pensé mejor las cosas antes de lanzarme de lleno a la propuesta que me hizo esa mujer? Pero es que nunca imaginé que me llegaría a pedir algo como eso.
—Sé que llevas poco trabajando para nosotros, pero aquí estamos para ayudarte en lo que necesites. Dime qué pasa. ¿Por qué estás llorando?
—No es nada malo, señor. Mi abuelo se encuentra bien gracias a Dios. Es solo que...
—¿Qué pasa? —se veía genuinamente preocupado—. Puedes confiar en mí. Mientras esté en mis manos, yo te ayudaré a solucionar todos tus problemas.
—No puedo seguir trabajando más aquí. Gracias, de verdad, gracias por la oportunidad, pero no puedo...
—¿Tuviste algún problema con otro empleado o con algún chófer? ¿Te hicieron incómoda? Dime lo que pasó.
Titubeé, pero al final le extendí la carpeta, sin saber por qué lo había hecho.
—Lo siento, Sr. Leroy, pero no puedo trabajar más aquí —crucé por su lado y me marché de la casa, dejándolo confundido y curioso.
No sé si hice bien en entregarle ese contrato, pero lo único que quiero es estar lo más lejos posible de esta casa, sobre todo de esa señora que muy mala espina me da.
•Karim•Sabía que Agatha no me amaba, que me despreciaba, que por si ella fuera nunca se hubiese casado conmigo de no ser por todas las deudas que sus padres tenían, pero, aun sabiendo todo eso, yo mismo me creé la ilusión y lo único que me ha traído esta vida que a fuerza quise forjar a su lado ha sido dolor, tristeza y decepción. Si no quería permanecer a mi lado, ¿por qué no me lo dijo desde un principio? Con dolor en el alma, la hubiera dejado ser libre en cuanto sus negocios volvieron a alzarse con fuerza, porque antes de mi felicidad, estaría siempre la de ella.No me ama, pero tampoco se aleja de mí ni me pide el divorcio, por lo que no entiendo por qué contratar a una chica para que haga todas esas cosas que le pidió a Noa. No entiendo por qué sigue aquí, si yo jamás la he retenido.Debe haber una razón por la que no se ha ido de mi lado. Siempre creí que muy en el fondo de sí, sí me amaba y le costaba aceptar sus sentimientos hacia mí, pero ahora ya no sé qué pensar de ella.
—¿Piensas que fue ella? Esto que me estás contando es una acusación bastante sería, hijo.—¿Y crees que no lo sé, papá? Es de mi esposa de la que estamos hablando —suspiré cansado—. Sé que Agatha es una mujer complicada, con una actitud de mierda y un temperamento fuerte, pero me cuesta creer que ella sea capaz de hacer algo como esto. Si verdaderamente tiene a Noa, no estoy seguro de lo que sucedería. Es como si estos años hubiera estado casado con el enemigo.—No saquemos conjeturas precipitadas, ¿sí? Vamos a investigar primero, ver cámaras y estar seguros de que Noa no se fue con algún novio.—Fueron días los que crucé palabras con ella, pero no creo que sea de ese tipo de chicas. Ella aceptó trabajar de empleada doméstica, aún sin contar con experiencia, por la deficiencia de salud de su abuelo —le di una mirada al señor que hablaba risueño con mi madre y negué—. Es una jovencita que Agatha supo embaucar. Se aprovechó de sus problemas y quiso usarlos a su conveniencia, pero no con
•Noa•Me removí con fuerza, tratando de soltar las sogas que sujetaban mis manos y mis piernas, pero es imposible hacer algo cuando los nudos están tan ajustados. Tampoco puedo ver el lugar en el que me encuentro, pues desde que desperté, lo único que he visto a mi alrededor ha sido una oscuridad que me arrebata el aliento y me aterra de sobremanera. Aquí se siente muy frío. Debo admitir que tengo mucho miedo. No recuerdo cómo terminé en esta situación tan aterradora. Lo último que me viene a la mente es haber salido de la casa de los Leroy y caminar por el sendero en espera de un taxi que pudiese llevarme a casa. Un golpe en mi cabeza fue lo último que sentí antes de caer en la espesa oscuridad.Dios mío, ¿dónde estoy? ¿Por qué me tienen amarrada y con una capucha en la cabeza? Siento que mi corazón va a salirse de mi pecho por lo agitada que me encuentro. —¿Hola? ¿Alguien me escucha? —murmuré en un hilo de voz, sintiendo de repente más frío del que de por sí ya percibía. —La dul
Negarme a hacer lo que ella me pide, no es una opción. Viéndome acorralada y sabiendo que mi abuelo puede estar en peligro, acepté ese trabajo tan retorcido bajo las amenazas de una mujer que tiene pinta de ser un ángel.No quiero pensar en nada más que en el bienestar de mi abuelo, pero es imposible no traer en colación sus palabras. A esa mujer le hace falta una caja entera de tornillos.No tengo ni la menor idea de cómo diablos voy a enamorar al Sr. Leroy. Además, dudo que él fije sus ojos en mí al tener a su lado a una belleza de mujer, aunque demente, es muy bonita. No quiero hacer nada de lo que esa señora me pide, pero si me niego, mi abuelo corre peligro y no es justo a sus años ponerlo en una situación como la que acabo de vivir en manos de esa loca.Lo que quiero es irme lo más lejos posible de todo esto y olvidar lo que aquí sucedió, más debo hacer de tripas corazón y seguir como si nada.Luego de soltarme las manos y las piernas, salimos en su auto hacia su casa. No sé cuá
•Karim•En mi mente, la idea de fingir que me estaba enamorando de Noa, no era tan mala. Una cosa fue visualizarla en la cabeza y otra muy diferente es hacerla realidad. No pensé que esto sería todo un reto, tanto para mí como para Noa.Noa da lo mejor de sí, pero su timidez y nerviosismo le juega en contra cada vez que está frente a mí. He tratado de generarle confianza, más no ha funcionado y la entiendo. Luego de contarme lo que le había hecho Agatha al llevársela y amenazarla tan directamente con su familia, en especial con su abuelo, es normal que no confíe en las personas que la rodean.No podía creer que Agatha se hubiera atrevido a tanto. Lo que hizo solo me genera cientos de dudas y preguntas. ¿Qué es lo que quiere de mí? Si no me ama y quiere el divorcio, ¿por qué llegar a tanto?Me siento mal al utilizar a Noa, pero como a dé lugar debo descubrir lo que está tramando esa mujer que poco a poco se va saliendo de mi pecho y de mi mente.Todavía la quiero y me gustaría no estar
Tan pronto me levanté de la cama, me di un buen baño para intentar borrar de mi piel el aroma de su perfume, pero este estaba impregnado en mi ser. Me sentía más sucio que nunca y más idiota que de costumbre. Lamentarme y criticarme a mí mismo no sirve de nada, si no hago el intento de ser fuerte con ella y rechazarla.¿Cómo es posible que, sabiendo todo lo que sé, todavía caiga en sus encantos? Mi cabeza quiere explotar con todo lo que ha pasado y mi corazón ni se diga.Salí tiempo después, cuando Agatha ya se había ido de la habitación y podía tener un poco más de calma, pero mirar la cama era como clavar mil cuchillos afilados por segundo en mi corazón.Me apresuré a vestirme y salir de esa habitación, antes de que la culpa que sentía y mi idiotez me comieran vivo. No tenía ganas de desayunar ni de tomar café, aun así, terminé dirigiéndome a la cocina, solo que no contaba con que Agatha estuviera tan cerca de Noa.—Hablando de cómo quedó el café y si le gustó no vas a conseguir nad
Contrario a como se sentía Noa, yo sí estaba muy preocupado por lo que Agatha era capaz de hacerle. Puede que no tema porque sabe que su abuelo está a salvo con mis padres, pero no debería confiarse mucho porque esa mujer tiene agarras y en cualquier momento las puede sacar a relucir. Creo que esta vez, asustarla con un secuestro y su abuelo, no será suficiente.Intenté trabajar y no pensar en nada malo, pero sentía muy adentro de mí un mal presentimiento, como si algo andara mal y era ajeno a mis ojos. Agatha ha venido actuando extraño los últimos días y anoche terminó de confundirme al buscarme, pero por más que trate de llegar a lo que quiere, ella me lleva por otro camino y termino igual de enredado en su juego. No sé qué pensar ni qué esperar de ella.Solo me queda esperar que ese detective que contrató mi padre sí sea eficiente y me diga lo que esa mujer busca verdaderamente de mí.La incertidumbre por saber de Noa me estaba matando, por eso decidí irme a casa temprano, pero ant
Tomé la carpeta y suspiré profundamente antes de leer la información que el detective recolectó. Una parte de mí se sentía ansioso y contrariado, pero la razón me pedía que no le diera más largas a este asunto y terminara de quitarme para siempre y de un tirón la venda de los ojos. Tengo el presentimiento de que aquí no encontraré nada de mi agrado.—Antes de que contrajeras matrimonio con Agatha Greco, era una chica bastante liberal, abierta y que le gustaba llevar una vida alegre —empezó a decir el detective y lo miré de reojo—. ¿Y qué persona no lo haría teniendo a unos padres millonarios, más siendo hija única? Hasta yo la hubiera llevado. Sus padres eran socios con los tuyos, ¿no es así?—Sí. Eran socios de una pequeña parte de nuestra empresa, de la cual perdieron participación y poder en cuanto cayeron en bancarrota por los malos manejos de dinero del Sr. Greco. La junta de accionistas se negó rotundamente a seguir con la asociación y les quitaron por votación unánime las accio