—¿Piensas que fue ella? Esto que me estás contando es una acusación bastante sería, hijo.—¿Y crees que no lo sé, papá? Es de mi esposa de la que estamos hablando —suspiré cansado—. Sé que Agatha es una mujer complicada, con una actitud de mierda y un temperamento fuerte, pero me cuesta creer que ella sea capaz de hacer algo como esto. Si verdaderamente tiene a Noa, no estoy seguro de lo que sucedería. Es como si estos años hubiera estado casado con el enemigo.—No saquemos conjeturas precipitadas, ¿sí? Vamos a investigar primero, ver cámaras y estar seguros de que Noa no se fue con algún novio.—Fueron días los que crucé palabras con ella, pero no creo que sea de ese tipo de chicas. Ella aceptó trabajar de empleada doméstica, aún sin contar con experiencia, por la deficiencia de salud de su abuelo —le di una mirada al señor que hablaba risueño con mi madre y negué—. Es una jovencita que Agatha supo embaucar. Se aprovechó de sus problemas y quiso usarlos a su conveniencia, pero no con
•Noa•Me removí con fuerza, tratando de soltar las sogas que sujetaban mis manos y mis piernas, pero es imposible hacer algo cuando los nudos están tan ajustados. Tampoco puedo ver el lugar en el que me encuentro, pues desde que desperté, lo único que he visto a mi alrededor ha sido una oscuridad que me arrebata el aliento y me aterra de sobremanera. Aquí se siente muy frío. Debo admitir que tengo mucho miedo. No recuerdo cómo terminé en esta situación tan aterradora. Lo último que me viene a la mente es haber salido de la casa de los Leroy y caminar por el sendero en espera de un taxi que pudiese llevarme a casa. Un golpe en mi cabeza fue lo último que sentí antes de caer en la espesa oscuridad.Dios mío, ¿dónde estoy? ¿Por qué me tienen amarrada y con una capucha en la cabeza? Siento que mi corazón va a salirse de mi pecho por lo agitada que me encuentro. —¿Hola? ¿Alguien me escucha? —murmuré en un hilo de voz, sintiendo de repente más frío del que de por sí ya percibía. —La dul
Negarme a hacer lo que ella me pide, no es una opción. Viéndome acorralada y sabiendo que mi abuelo puede estar en peligro, acepté ese trabajo tan retorcido bajo las amenazas de una mujer que tiene pinta de ser un ángel.No quiero pensar en nada más que en el bienestar de mi abuelo, pero es imposible no traer en colación sus palabras. A esa mujer le hace falta una caja entera de tornillos.No tengo ni la menor idea de cómo diablos voy a enamorar al Sr. Leroy. Además, dudo que él fije sus ojos en mí al tener a su lado a una belleza de mujer, aunque demente, es muy bonita. No quiero hacer nada de lo que esa señora me pide, pero si me niego, mi abuelo corre peligro y no es justo a sus años ponerlo en una situación como la que acabo de vivir en manos de esa loca.Lo que quiero es irme lo más lejos posible de todo esto y olvidar lo que aquí sucedió, más debo hacer de tripas corazón y seguir como si nada.Luego de soltarme las manos y las piernas, salimos en su auto hacia su casa. No sé cuá
•Karim•En mi mente, la idea de fingir que me estaba enamorando de Noa, no era tan mala. Una cosa fue visualizarla en la cabeza y otra muy diferente es hacerla realidad. No pensé que esto sería todo un reto, tanto para mí como para Noa.Noa da lo mejor de sí, pero su timidez y nerviosismo le juega en contra cada vez que está frente a mí. He tratado de generarle confianza, más no ha funcionado y la entiendo. Luego de contarme lo que le había hecho Agatha al llevársela y amenazarla tan directamente con su familia, en especial con su abuelo, es normal que no confíe en las personas que la rodean.No podía creer que Agatha se hubiera atrevido a tanto. Lo que hizo solo me genera cientos de dudas y preguntas. ¿Qué es lo que quiere de mí? Si no me ama y quiere el divorcio, ¿por qué llegar a tanto?Me siento mal al utilizar a Noa, pero como a dé lugar debo descubrir lo que está tramando esa mujer que poco a poco se va saliendo de mi pecho y de mi mente.Todavía la quiero y me gustaría no estar
Tan pronto me levanté de la cama, me di un buen baño para intentar borrar de mi piel el aroma de su perfume, pero este estaba impregnado en mi ser. Me sentía más sucio que nunca y más idiota que de costumbre. Lamentarme y criticarme a mí mismo no sirve de nada, si no hago el intento de ser fuerte con ella y rechazarla.¿Cómo es posible que, sabiendo todo lo que sé, todavía caiga en sus encantos? Mi cabeza quiere explotar con todo lo que ha pasado y mi corazón ni se diga.Salí tiempo después, cuando Agatha ya se había ido de la habitación y podía tener un poco más de calma, pero mirar la cama era como clavar mil cuchillos afilados por segundo en mi corazón.Me apresuré a vestirme y salir de esa habitación, antes de que la culpa que sentía y mi idiotez me comieran vivo. No tenía ganas de desayunar ni de tomar café, aun así, terminé dirigiéndome a la cocina, solo que no contaba con que Agatha estuviera tan cerca de Noa.—Hablando de cómo quedó el café y si le gustó no vas a conseguir nad
Contrario a como se sentía Noa, yo sí estaba muy preocupado por lo que Agatha era capaz de hacerle. Puede que no tema porque sabe que su abuelo está a salvo con mis padres, pero no debería confiarse mucho porque esa mujer tiene agarras y en cualquier momento las puede sacar a relucir. Creo que esta vez, asustarla con un secuestro y su abuelo, no será suficiente.Intenté trabajar y no pensar en nada malo, pero sentía muy adentro de mí un mal presentimiento, como si algo andara mal y era ajeno a mis ojos. Agatha ha venido actuando extraño los últimos días y anoche terminó de confundirme al buscarme, pero por más que trate de llegar a lo que quiere, ella me lleva por otro camino y termino igual de enredado en su juego. No sé qué pensar ni qué esperar de ella.Solo me queda esperar que ese detective que contrató mi padre sí sea eficiente y me diga lo que esa mujer busca verdaderamente de mí.La incertidumbre por saber de Noa me estaba matando, por eso decidí irme a casa temprano, pero ant
Tomé la carpeta y suspiré profundamente antes de leer la información que el detective recolectó. Una parte de mí se sentía ansioso y contrariado, pero la razón me pedía que no le diera más largas a este asunto y terminara de quitarme para siempre y de un tirón la venda de los ojos. Tengo el presentimiento de que aquí no encontraré nada de mi agrado.—Antes de que contrajeras matrimonio con Agatha Greco, era una chica bastante liberal, abierta y que le gustaba llevar una vida alegre —empezó a decir el detective y lo miré de reojo—. ¿Y qué persona no lo haría teniendo a unos padres millonarios, más siendo hija única? Hasta yo la hubiera llevado. Sus padres eran socios con los tuyos, ¿no es así?—Sí. Eran socios de una pequeña parte de nuestra empresa, de la cual perdieron participación y poder en cuanto cayeron en bancarrota por los malos manejos de dinero del Sr. Greco. La junta de accionistas se negó rotundamente a seguir con la asociación y les quitaron por votación unánime las accio
En cuanto llegué a la casa, un silencio sepulcral me recibió. No había nadie por ningún lado, ni siquiera los guardias de seguridad de la entrada, lo que me dio muy mala espina. Todavía tengo toda esa información que me dio el detective Francois dando vueltas en mi cabeza sin parar. Me es difícil de creer lo que encontró, pero más que yo no me hubiese dado cuenta de nada.Recorrí la casa hasta llegar a la habitación de Noa, pero en lugar de encontrarla a ella, Agatha me recibió con una vaga sonrisa en los labios.—Llegas a casa temprano, esposito —se cruzó de piernas y fumó pausadamente de su cigarro—. ¿Qué te trae por aquí?—Deja de jugar. ¿Dónde está Noa?—No se veía nada bien, por lo que decidí llevarla a un lugar donde estuviera a salvo. No queremos que nuestra gallinita de oro se muera, ¿o sí?—No colmes mi paciencia y dime dónde la llevaste. Si hay alguien con quién debas desahogar todo tu odio es conmigo, no con ella.Su mirada se oscureció en cuestión de segundos.—¿Así de muc