•Karim•En mi mente, la idea de fingir que me estaba enamorando de Noa, no era tan mala. Una cosa fue visualizarla en la cabeza y otra muy diferente es hacerla realidad. No pensé que esto sería todo un reto, tanto para mí como para Noa.Noa da lo mejor de sí, pero su timidez y nerviosismo le juega en contra cada vez que está frente a mí. He tratado de generarle confianza, más no ha funcionado y la entiendo. Luego de contarme lo que le había hecho Agatha al llevársela y amenazarla tan directamente con su familia, en especial con su abuelo, es normal que no confíe en las personas que la rodean.No podía creer que Agatha se hubiera atrevido a tanto. Lo que hizo solo me genera cientos de dudas y preguntas. ¿Qué es lo que quiere de mí? Si no me ama y quiere el divorcio, ¿por qué llegar a tanto?Me siento mal al utilizar a Noa, pero como a dé lugar debo descubrir lo que está tramando esa mujer que poco a poco se va saliendo de mi pecho y de mi mente.Todavía la quiero y me gustaría no estar
Tan pronto me levanté de la cama, me di un buen baño para intentar borrar de mi piel el aroma de su perfume, pero este estaba impregnado en mi ser. Me sentía más sucio que nunca y más idiota que de costumbre. Lamentarme y criticarme a mí mismo no sirve de nada, si no hago el intento de ser fuerte con ella y rechazarla.¿Cómo es posible que, sabiendo todo lo que sé, todavía caiga en sus encantos? Mi cabeza quiere explotar con todo lo que ha pasado y mi corazón ni se diga.Salí tiempo después, cuando Agatha ya se había ido de la habitación y podía tener un poco más de calma, pero mirar la cama era como clavar mil cuchillos afilados por segundo en mi corazón.Me apresuré a vestirme y salir de esa habitación, antes de que la culpa que sentía y mi idiotez me comieran vivo. No tenía ganas de desayunar ni de tomar café, aun así, terminé dirigiéndome a la cocina, solo que no contaba con que Agatha estuviera tan cerca de Noa.—Hablando de cómo quedó el café y si le gustó no vas a conseguir nad
Contrario a como se sentía Noa, yo sí estaba muy preocupado por lo que Agatha era capaz de hacerle. Puede que no tema porque sabe que su abuelo está a salvo con mis padres, pero no debería confiarse mucho porque esa mujer tiene agarras y en cualquier momento las puede sacar a relucir. Creo que esta vez, asustarla con un secuestro y su abuelo, no será suficiente.Intenté trabajar y no pensar en nada malo, pero sentía muy adentro de mí un mal presentimiento, como si algo andara mal y era ajeno a mis ojos. Agatha ha venido actuando extraño los últimos días y anoche terminó de confundirme al buscarme, pero por más que trate de llegar a lo que quiere, ella me lleva por otro camino y termino igual de enredado en su juego. No sé qué pensar ni qué esperar de ella.Solo me queda esperar que ese detective que contrató mi padre sí sea eficiente y me diga lo que esa mujer busca verdaderamente de mí.La incertidumbre por saber de Noa me estaba matando, por eso decidí irme a casa temprano, pero ant
Tomé la carpeta y suspiré profundamente antes de leer la información que el detective recolectó. Una parte de mí se sentía ansioso y contrariado, pero la razón me pedía que no le diera más largas a este asunto y terminara de quitarme para siempre y de un tirón la venda de los ojos. Tengo el presentimiento de que aquí no encontraré nada de mi agrado.—Antes de que contrajeras matrimonio con Agatha Greco, era una chica bastante liberal, abierta y que le gustaba llevar una vida alegre —empezó a decir el detective y lo miré de reojo—. ¿Y qué persona no lo haría teniendo a unos padres millonarios, más siendo hija única? Hasta yo la hubiera llevado. Sus padres eran socios con los tuyos, ¿no es así?—Sí. Eran socios de una pequeña parte de nuestra empresa, de la cual perdieron participación y poder en cuanto cayeron en bancarrota por los malos manejos de dinero del Sr. Greco. La junta de accionistas se negó rotundamente a seguir con la asociación y les quitaron por votación unánime las accio
En cuanto llegué a la casa, un silencio sepulcral me recibió. No había nadie por ningún lado, ni siquiera los guardias de seguridad de la entrada, lo que me dio muy mala espina. Todavía tengo toda esa información que me dio el detective Francois dando vueltas en mi cabeza sin parar. Me es difícil de creer lo que encontró, pero más que yo no me hubiese dado cuenta de nada.Recorrí la casa hasta llegar a la habitación de Noa, pero en lugar de encontrarla a ella, Agatha me recibió con una vaga sonrisa en los labios.—Llegas a casa temprano, esposito —se cruzó de piernas y fumó pausadamente de su cigarro—. ¿Qué te trae por aquí?—Deja de jugar. ¿Dónde está Noa?—No se veía nada bien, por lo que decidí llevarla a un lugar donde estuviera a salvo. No queremos que nuestra gallinita de oro se muera, ¿o sí?—No colmes mi paciencia y dime dónde la llevaste. Si hay alguien con quién debas desahogar todo tu odio es conmigo, no con ella.Su mirada se oscureció en cuestión de segundos.—¿Así de muc
—Sé que un perdón no hará diferencia alguna a estas alturas del camino, pero realmente te estoy pidiendo perdón desde lo más profundo de mi corazón, Agatha. Hace diez años pensé solo en mí y en mi felicidad. Y tú lo eras todo para mí en ese momento, más nunca me detuve a pensar en la tuya. Perdóname por haber sido tan egoísta y obligarte a casar conmigo sabiendo que no me amabas. Quizás si me hubieras hablado con la verdad desde un principio, me hubieras pedido ayuda con tu... hijo, nada de esto estuviera pasando, porque en lugar de darte la espalda, te hubiera dado la mano. Jamás quise hacerte daño, aun así, te lo hice al mantenerte a mi lado, pensando que algún día me amarías. —Que sea la primera y última vez que mencionas a mi hijo —la mirada que me dedicó me dejó en claro su odio—. Amárrenlo. Dos de sus hombres me amarraron y me dejaron junto a Noa. No le quité la mirada de encima a la mujer que una vez amé con locura y me culpé de haber arruinado un poco más su vida. Trato de p
•Noa•De haber sabido que una loca me iba a secuestrar por segunda vez mientras dormía, hubiera deseado nunca despertar. No puedo creer que en este mundo existan personas tan mal de la cabeza. ¿Por qué esa señora hace todo esto de nuevo? Pero ahora se atrevió a más, no soy solo yo sino está el Sr. Karim, esa señora de edad muy parecida a ella y ese hombre sin vida.Ver a ese hombre muerto a pocos pies de mí me deja en claro lo que es capaz de hacer y subestimé. Mi corazón late muy deprisa en mi pecho, lleno de angustia y de miedo, porque esta vez parece que no hay quien detenga a esa mujer.Por más de que Karim me diga que confíe en él y que pronto vamos a salir de esta, es imposible que crea en sus palabras. Los dos estamos amarrados y a la merced de esa vieja loca. Es cuestión de minutos, como bien lo dijo, que seamos nosotros los siguientes.Quisiera entender un poco más por qué una persona es capaz de llegar a tanto. ¿Por qué hace esto? ¿Acaso se trata de dinero o algo más persona
•Karim•No puedo sacarme de la cabeza esa expresión tan fría, desinteresada y siniestra que tenía a la hora de quitarle la vida a la mujer que la trajo a este mundo. Agatha no era mujer de demostrar sus sentimientos, pero en ese instante vi el profundo rencor que le guardaba a su madre. Más cuando le dijo que no se arrepentía de lo que había hecho. No fue hasta ese momento que entendí porque anhelaba vengarse de las personas que más amaba y le pagaron mal.Tal vez esperaba un perdón así fuese falso, pero la Sra. Beatriz se fue con la idea que lo hizo por su bien. No se puede juzgar ni culpar las decisiones de otro, pero quitarle la vida a un ser inocente jamás será una buena decisión. ¿En qué cabeza cabe ese hecho? Era un ser que llegaba a darle la felicidad a su hija, pero así como lo dijo Agatha, le arrebató todo por la codicia.Mi madre me lo ha repetido desde que tengo uso de razón; la codicia es la peor condena del hombre. Entre más obtienen, más desean y, así sucesivamente, van