La vida es una constante ruleta, en la cual no tienes ni la menor idea cuál sea la siguiente parada. Hoy me detengo a pensar en lo que deseaba años atrás y me doy cuenta de que nada de esto estaba en mi mente. Jamás imaginé que mi vida diera un vuelco total y ese mundo que me idealicé fuera a ser tan distinto. Nunca cruzó por mi mente que amaría de esta manera tan inexplicable ni mucho menos que sería correspondido de vuelta con la misma intensidad.El tiempo apremia cuando deseamos de corazón empezar una nueva vida. Los cambios vienen de una manera que no imaginas, pero que te hacen tanto bien si de verdad deseas una vida mejor u ser feliz. Y mi interior aclamaba un nuevo comienzo, más nunca lo supe ver.Con el paso de los días, ese tormento en el que viví por tanto tiempo fue desapareciendo en el viento como si nunca hubiese hecho parte de mí. Ahora, un año después, no he dejado de vivir y crear ilusiones nuevas. Soy libre de recuerdos, aunque ellos solo me hicieron ver mis errores.
Debo admitir que todavía me siento algo sorprendido, aun así, estoy feliz por el paso tan importante que han decidido dar Liz y Alex. Luego de tanto por lo que han pasado, es justo para ellos que al fin hoy se entreguen por completo.Es una boda sencilla y pequeña, donde solo nos encontramos los más cercanos de Alex y los padres y hermanos de Liz, pero no deja de ser bonita.Alex se ve rebosante de felicidad, no ha dejado de hablar y pasarse las manos por su cabello en un acto que reflejan sus nervios.—Esa mujer sí que se hace rogar, ¿eh?—No seas tan dramático e impaciente, hermanito —sus hermanas soltaron una risita divertida y complice—. No estarás pensando que te dejarán aquí plantado, ¿o sí?—Por supuesto que no. Liz es inteligente y sabe lo que le conviene en la vida —bromeó.—Oh, esperemos que sí sea inteligente y escape antes de cometer el suicidio de su vida.Ante las bromas de sus hermanitas no pude evitar reír, pero palmeé su espalda y pareció haberse liberado luego de sol
La celebración no se extendió de más, puesto que los recién casados estaban ansiosos de partir a su luna de miel. Cuando los despedimos en la pequeña pista en la villa de Alex, cada quien se fue a su habitación a descansar, menos Noa y yo, que caminamos tomados de las manos por la orilla de la playa.Las palabras de Alex seguían dando vueltas en mi cabeza. ¿Desde cuándo se volvió tan sabio y buen consejero? Desde que inició su relación con Liz ha cambiado mucho su forma de pensar, hecho que me hace muy feliz.—¿Estás cansada, mi amor?—No tanto —se hizo frente a mí y caminó hacia atrás sin dejar de sonreír—. Tengo energía suficiente para sumergirme un poco en el mar. ¿Me vas a enseñar a nadar esta vez?Su picardía me enloquece. Es un bello ángel que está lleno de perversidades.—Faltaba más. Me han dicho que soy muy bueno enseñando.—El mejor —sonrió ladeado, antes de empezar a deshacerse de su vestido.«¿Dónde rayos dejó la ropa interior?», me pregunté, deslizando la vista por todo s
Con una sonrisa grande y emocionada en los labios, miré todo a mi alrededor y muchos sentimientos se mezclaron al mismo tiempo en mi corazón. Han pasado tantas cosas en mi vida, desde pasar momentos malos junto a mi abuelo hasta ser la mujer feliz que soy hoy en día. Hay personas que llegan a tu vida para hacer el bien, para hacerte ver que no hay mal que por bien no venga, para demostrarte que, así como hay momentos tristes, son los felices los que quedan en el alma como una huella eterna.Hace tres años tuve la oportunidad de conocer a un hombre maravilloso, algo herido y triste, pero dispuesto a brindar y recibir amor, con la esperanza de ser feliz. Me dio entrada a su corazón y me permitió demostrarle que existimos personas buenas y sinceras. Sé dejó amar y cuidar por mí, así como él me ha entregado lo mejor de sí.Desde que estamos juntos siempre ha sido él quien hace las cenas o me invita a algún restaurante lujoso, pero hoy quise darle el detalle y hacerle una cena romántica en
Me casé enamorado y con la esperanza de que, con el paso del tiempo, Agatha se fijara en cada uno de mis sentimientos. Pero con los años, lo único que he sido para ella es un títere, un simple muñeco que usa a su divino antojo para conseguir lo que más desea. He querido divorciarme, alejarme y nunca más volver a saber nada de ella, pero tiene un poder que no entiendo que me somete a permanecer a su lado.Sería muy estúpido de mi parte seguir amándola, sabiendo que en estos diez años juntos, no ha hecho otra cosa que humillarme y burlarse de mí en mis propias narices. Aun así, con su poco interés en mí y su falta de amor, guardo una pequeña esperanza dentro de mi corazón que se fije en mí, que me note y me tenga en cuenta como su esposo. Que su corazón al fin vea al mío por igual y me ame sin prejuicio alguno, porque malditamente sigo amando a esa mujer de mirada fría y distante. Algo debe estar muy mal conmigo al permanecer junto a una mujer que no siente más que repudio por mí, per
Debo confesar que me siento ansioso por saber lo que está tramando Agatha. Todo se puede esperar de ella, por lo que por mi cabeza pasan un sinfín de acontecimientos que pueden suceder. Pero lo que me tiene algo feliz, es que aceptó, así fuera por presión de su madre, tener un hijo conmigo.A mis treinta años, formalizar una familia con mi esposa es algo que me mantiene con una estúpida sonrisa en el rostro día y noche, ignorando esas palabras que me dijo hace unos días en el auto. Entiendo que debe sentirse presionada y algo nerviosa, pero sé que será la mejor madre. Quizás un hijo es lo que nos hace falta para unirnos, quizás es lo que le hace falta para ver mis sentimientos y amarme. Llegué a casa luego de haber salido temprano de la empresa y me dediqué el resto de tarde a preparar una cena y un ambiente romántico para empezar a conquistar el corazón de mi esposa. Esto lo he hecho un millar de veces, pero algo me dice dentro de mí que esta vez será diferente.Le pedí a todos los
Después de revisar varios documentos, fui a la cama con Agatha. Ella ya se encontraba descansando, por lo que me metí a la cama con sigilo y me acerqué lo más que pude para sentir en mis fosas nasales la dulce fragancia de su perfume, pero tuve que alejarme o perdería todo el control de mí y lo que menos quiero es discutir con ella. Quería abrazarla y esconder mi nariz entre su cabello, pero a ella nunca le ha gustado dormir abrazada a mí y tampoco permite que yo me le pegue. Quisiera que las cosas fuesen diferente, pero así me siento bien y cómodo, porque al menos la tengo a mi lado cada noche. —Te amo —le susurré en un hilo de voz y cerré los ojos, esperando una respuesta que nunca ha llegado y nunca llegará.***—¿Cómo te has sentido trabajando aquí, Noa?Miré a Agatha, sorprendido de su repentino interés por saber el sentir de nuestra nueva empleada. La chica la miró con una sonrisa en los labios. —Muy bien, Sra. Leroy. El trabajo resultó más sencillo de lo que pensé. Gracias
Como yo la había previsto, Agatha no llegó ese sábado en la tarde que se fue a la tienda, sino regresó hasta el lunes en la mañana, para cambiarse de ropa y volver a salir. Aunque no me gusta mal pensar de ella, es inevitable no hacerlo. Desde hace mucho tiempo siempre me ha venido el mismo pensamiento a la cabeza, algo que no soy capaz de aceptar, pero que se implanta en mi pecho como una daga venenosa. Noa se acercó a la mesa con la taza de café en mano y una leve sonrisa que terminó de amargar mi día sin saber por qué. Quería hablar con mi esposa sobre el nieto que quiere su madre, pero nunca me da un segundo de su tiempo. —Buenos días, Sr. Leroy. Espero el café sea de su agrado. Permiso —dejó la taza sobre la mesa y se retiró.Probé mi taza de café y sonreí. Tiene lo justo de café y de azúcar. Debo admitir que se ha esforzado de más para hacer un café perfecto y hoy se ve reflejado. Le quedó maravilloso, tal cual me gusta. Es desconcertante como una buena taza de café tiene el