Vestido de blanco, un hombre de ojos grises y sonrisa encantadora esperaba ansioso la llegada de su futura esposa. Los nervios de Jacob eran palpables en el aire, sus manos no encontraban la calma y sus ojos no dejaban de desviarse hacia la entrada principal de la enorme casa que se encontraba a pocos pasos de él, con la esperanza de que la mujer más bella que alguna vez haya podido contemplar al fin saliera de ella y caminara a sus brazos hasta la eternidad.No era conveniente de que se casaran a tan solo días de que su primer hijo; Ian Bardot, llegara al mundo, pero no podían esperar más tiempo para unirse el uno al otro y darle a su pequeño el comienzo de una verdadera familia. No era que el amor no existiera entre ellos, o que su unión no fuera tan fuerte, sino que sus ansias de estar unidos bajo los ojos de Dios era lo que ellos tanto anhelaban. Así como se amaban en la tierra, querían amarse frente a la presencia de Dios. Jacob observó a cada uno de los invitados de su boda, qu
Arabella se hizo en la parte de atrás de las de más mujeres que esperaban ansiosas a que Cora lanzara el ramo para ser una de ellas la afortunada, pero ella no tenía ni la más mínima intención en atrapar el ramo ya que no se visualizaba estando casada con alguien, inclusive si ese alguien se trataba de Logan. Un lazo tan fuerte como el matrimonio no tenía ningún significado importante para ella. Y es que aun con los meses que habían estado juntos, aun se sentía muy insegura de sí misma. No solo era su apariencia, porque su rostro había quedado marcado desde aquella vez en la que, cansada de vivir, decidió hacer algo por ella misma, sino también porque se sentía muy poquita cosa a su lado. Logan era un hombre muy atractivo, decidido y amoroso. Él podía tener a cualquier mujer a su lado, por lo que ella se conformaba de tenerlo de su mano así su relación pareciera más de amigos que de novios. Se sentía tan temerosa ante cualquier experiencia nueva que él le hacía vivir. ¡Ni siquiera h
¡Hola, guapuras! Espero se encuentren muy bien. Esta novela trata del hijo menor de Sara y Aiden, de «Perfecto Desconocido», la cual encuentras en mi perfil. Mil gracias por su apoyo y la oportunidad que siempre me brindan. Los adoro con toda mi alma. ¡Les deseo una lectura apoteósica! 🍁🍁🍁 —Vamos, cariño, solo será algo pasajero — repitió mi madre, junto a un tono de voz que no daba espacio para negarme, aunque ella no estuviera de acuerdo y se contenía por decir lo que en realidad cruzaba por su cabeza—. Te prometo que será temporal. —Mamá, tengo veinte años, ¡no puedo ir a un país lejano y casarme con un hombre que ni siquiera conozco! — objeté. —Lo sé, mi amor, pero... de verdad no teníamos contemplado que el futuro fuera a ser de esta manera. —Papá — susurré en un hilo de voz, tratando de llamar su atención o de hacerlos entrar en razón—. ¿Piensas quedarte en silencio? ¿No vas a oponerte a esta locura? Sus ojos tan azules como los míos me miraron con culpa, dolor e ir
—¡Cora! — mi madre estrelló el cubierto sobre la mesa, asustando a las pequeñas—. ¡Come en paz y en familia sin decir nada más! Nosotros también sufrimos aunque no lo quieras ver… ¿Crees que soy feliz con la idea de que una de mis niñas se vaya a manos de un hombre que no sé cómo vaya a tratarla? ¡Soy tu madre y me duele no poder hacer nada! ¡Me siento impotente con todo este asunto!—Isabella — la interrumpió mi padre con voz suave y comprensible—, estás asustando a las chiquillas.—Perdón — mi madre se levantó de la mesa y se marchó rápidamente entre lágrimas.Mi padre me miró un segundo para suspirar y seguir los pasos de mi madre. Mi corazón se encontraba apretado en mi pecho. Si ellos no estaban de acuerdo en dejarme en manos de un desconocido, ¿entonces por qué lo permitían? ¿Acaso era menos que el dinero? ¿Había algo más que ellos estaban ocultando y no querían decirme? Dudé por un instante si el dinero era una de las razones por la cual debía casarme con ese hombre. Pero entre
No podía creer que el hombre que estaba hablando fuera ese mismo desconocido con el que debía casarme a fuerza. Tan solo su voz y su breve mirada me paralizó, no podía moverme ni tampoco hablar. Sus palabras tenían un tinte de advertencia que no pasaba desapercibido. Tragué saliva y empujé mi voz hacia fuera, no podía mostrar fragilidad ante él. Suponiendo que era ese hombre con el que mi padre me había intercambiado, debía ser lo más fuerte que pudiera ser.—¿Dónde está Arabella? — pregunté firme y con más fuerza de lo que pensaba saldría mi voz—. ¿Qué le hizo a mi amiga?Una risita resonó en la oscuridad de la noche. Él seguía el camino por la carretera a una velocidad prudente, por lo que ese pensamiento de saltar del auto me gobernó por un momento. Si lo hago, me liberaría de todo esto, pero también corría el riesgo de que me siguiera y me matara, aunque prefería la muerte que casarme con él.Tenía la fuerza de hacerlo, pero que acelerara el auto como si hubiera leído mis pensamie
—No me quiero casar, no quiero arruinar mi vida de esta manera — exploté aún más fuerte en llanto, y su caricia se detuvo. Lo vi tensar con fuerza la mandíbula, pero no me detuve, seguí insistiendo por mi derecho de ser libre y escoger el rumbo de mi vida—. Puede haber otras formas para que mi padre vuelva a tener poder, ¿no? Quizás trabajando para ustedes, pero no así… no casando a su hija con un hombre desconocido y mayor.—Bien — apartó su mano bruscamente, más no se alejó de mí—. ¿Crees que crecer en este negocio es así de sencillo? Tu padre perdió todo su poder en el mismo instante en el que apostó a su suerte sin importar nada. Estoy consciente de que no eres un objeto, y para que te quede claro, nunca te compré. Estoy tomando lo que me pertenece y él apostó en su momento. Si hay alguien a quien debas culpar es a tu padre, mientras tanto, vamos a casarnos sin objeción alguna.—Yo no tengo nada que ver con los asuntos de mi padre.Su mirada se suavizó en una fracción de segundo.
Mi mente conectó un solo recuerdo de un chico atractivo, sonriente y demasiado burlón que no dejaba de molestar ese moño revuelto que llevaba en lo alto de mi cabeza aquel día en que el calor era tan insoportable en aquella playa. Recuerdo bien lo mucho que mencionó que parecía una calabaza por lo abundante de mi cabello. El chico apenas si era unos años mayor que yo, nada parecido al hombre que, frente a mí, espera un tanto impaciente por una respuesta. También me sorprende que se haya fijado en mí, pues no soy la mujer más perfecta en esta tierra. Claro está que mi físico ha mejorado mucho, pero mi cuerpo sigue siendo el mismo de siempre. Y en esta vida donde los lujos es un combate a muerte con la apariencia, he vivido un poco insegura por mis proporciones.¿Cómo es posible que un hombre tan atractivo como él se fije en una chica como yo? Habiendo tantas mujeres hermosas, con figuras esbeltas, cabellos sedosos y rostros tallados por los mismos ángeles, no podía creer que alguien hu
No podía describir el brillo de su mirada, pero era tan intenso, que me agobiaba en cierto punto. Su mirada me decía tanto y a la vez nada.—A-así es, te doy mi palabra — carraspeó, visiblemente nervioso—. Es decir, todo está a tu nombre y cuando tus hermanas cuenten con la mayoría de edad, se dividirá todo en tres partes iguales — me miró fijamente—. Pero ¿estás segura en darme la oportunidad? Puedes no aceptar y de igual manera todo será tuyo. Quiero que sepas que no estás en obligación en casarte conmigo.—Bueno, en un año pueden pasar muchas cosas, ¿no crees?Asintió repetidas veces con la cabeza, mordiendo sus labios y sonriendo ladeado. Parecía un pequeño niño al recibir su juguete favorito en Navidad.—Seré honesto, no esperaba que aceptaras quedarte a mi lado por un año — era tanta su emoción, que me abrazó sin importarle nada—. Prometo que te voy a hacer feliz cada día de mi vida.—Solo será un año... — intenté bromear, bajo la bruma de su aroma a hombre y su cercanía.—No im