Mattias le sonríe a la secretaria de Aurelio justo cuando se detiene ante ella para que anunciará su llegada, Aurelio lo había mandado a llamar y él ya se imagina las razones. —Señor Ferretti, el señor Mattias ha llegado —la secretaria lo anuncia. —Hazlo pasar. En cuestión de nada Mattias ya estaba en su oficina mostrando una sonrisa impertinente. —¿A que debo tu llamada? —He oído que quieres comprar la parte de mi otro socio. —Estas muy bien informado. —Es mi compañía, lo sé todo Mattias. —Digamos que si estoy interesado en comprar, la verdad es que no me interesa vender mi parte así como mi padre lo llego a pensar en algún momento. Aurelio se cruza de brazos ante su respuesta. —¿Cuánto quieres por ceder tu porcentaje? ¡Lo pagaré! —Mattias sonríe al mismo tiempo que niega. —No venderé, Aurelio —ambos se miran fijamente. —Te daré un tiempo para pensarlo, cuando lo hayas pensado bien búscame. La arrogancia y confianza de Aurelio cabreaba a Mattias. Él sabía que ese sujeto t
Fiorella camina hasta la sala observando que Aurelio no estaba por ningún lado, echa un vistazo en la cocina y es cuando repara en una bolsa marrón y al lado de esta yacía una nota. Ella se acerca al mesón para tomar la nota, era de Aurelio.“Lamento haberte dejado sola en casa, pero de verdad tuve que ir a la oficina. No te preocupes, regresare cuanto antes. Descansa y come un poco”—Pero que pasa con este hombre, ¿tiene por costumbre dejar sola a las personas extrañas?Frunce el ceño al mirar la bolsa, la curiosidad la lleva a abrirla y fue entonces que el aroma de la misma revuelve su estómago que la empuja a correr de vuelta al baño.[…]Firma con un poco de prisa los documentos que su secretaria dejo sobre su escritorio para poder regresar a casa, aunque sospechaba que Fiorella no se iría, pero con ella nunca se sabía. Aurelio no quería arriesgare a que se le perdiera una vez más esa mujer.Culmina por firmar los papeles, deja todo en orden para ponerse en pie, pero justo en ese
El resplandor del sol se filtra por la ventana y aquellos reflejos fulminaron el rostro de Fiorella logrando que girara su cuerpo hacia el otro lado. Sin embargo la castaña ya se encontraba despierta desde hace mucho tiempo.No dejaba de pensar en lo que debía hacer para sobrevivir con su bebé. Ahora no contaba con un techo donde refugiarse, y aunque buscase de nuevo a su hermana estaba segura de que Laura la volvería a rechazarAbraza la almohada como intentando aferrarse a ella, se sentía muy preocupada por la situación en la que estaba pasando. Sin hogar, sin trabajo, sin dinero y con un bebé en camino no la tenía nada fácil.Mira la salida de la habitación con estremecimiento en su interior, sabía que luego que saliera de esa recámara ya no habría vuelta atrás. Cierra los ojos y respira profundamente hasta que consigue ánimos para levantarse de la cama.Antes de encaminarse al cuarto del baño, Fiorella escucha que Aurelio toca la puerta lo que la lleva a sobresaltarse. Pone una ma
En cuanto acostó a Fiorella en la cama noto su extrema palidez, toca su frente sintiendo que estaba a temperatura normal, pero justo en ese momento la joven castaña comienza a despertar percibiendo que él la estaba tocando.Inmediatamente aleja la mano de su frente para quedársele mirando.—¿Te sientes mal? ¿Quieres que te traiga un poco de agua?—Sí creo que me siento bien —dice sentándose en la cama, Aurelio hace lo propio y ambos se quedan en silencio.—Me has asustado —decide decir algo, pero sin mirarla.—No puedo ser tu esposa, Aurelio—en ese instante él voltea para verla —. No me puedo casar con alguien que no conozco y tú tampoco puedes someterte a esto.Aurelio resopla, escarba en su cerebro buscando una manera de convencerla de que lo mejor para su bebé y para ella era que lo hicieran. A menos que…—Hagamos algo, sé que no tienes a donde ir y tampoco tienes como defenderte, tu estado de embarazo va corriendo y pronto no podrás encontrar un empleo en el que puedas estar de ma
Antes de poder cerrar la puerta percibe la presencia de Fiorella, justamente salía del corredor con expresión de dormilona, sus cabellos alborotados y los ojos semi abiertos. Aurelio la inspecciona de abajo hacia arriba enterneciéndose por completo por ella.Verla con esa cara de dormida fue encantador, realmente esa mujer era adorable.Fiorella frota sus ojos, había tenido una larga siesta y ahora en esos momentos su estómago rugía. La joven al levantar la mirada percibe que Aurelio estaba de pie en la entrada llevándola a detenerse.—Hola —lo saluda con sorpresa.En ese instante Aurelio repara en la manera que Fiorella se encontraba vestida esa noche, la verdad es que sus atuendos lo hicieron tragar saliva en seco. A pesar de estar embarazada, esa mujer era preciosa.—He salido un poco antes de la oficina—fija sus ojos en los de ella, trataba de olvidar que ella usaba unos chores muy cortos y una blusa ajustada.—Yo… bueno, me he quedado dormida.El CEO cierra la puerta sintiendo al
Aurelio se atreve a rozar los labios de ella con el pulgar de su mano consiguiendo que Fiorella abriera un poco su boca para él. Automáticamente baja la mirada hacia ellos, luego la sujeta por el mentón al mismo tiempo que observa sus ojos.—¿Tu qué? —musita con voz ronca entre tanto va aproximándose a su boca—. Dímelo antes de que te bese de nuevo, Fiorella —añade.A ella solo se le escapa un gemido al sentir la respiración de Aurelio cerca de sus labios llevándola a cerrar los ojos, y esa fue la señal de aprobación que el castaño tomó para probar una vez más la boca de esa mujer.Sin pensarlo, vuelve a besarla tanteando de a poco sus labios. Fija su boca contra la de ella al mismo tiempo que acuna su mejilla con la mano y pega un poco más su cuerpo contra el de ella. Inmediatamente siente el pequeño bulto de Fiorella contra su estómago, pero eso no lo detuvo.Aurelio afianzo aquella unión apretando su cuerpo contra el de Fiorella, ella por su parte se mantuvo algo rígida, con las ma
Aurelio percibe inmediatamente que Fiorella había tomado su respuesta de otra manera, el CEO refuerza el agarre de su cintura para impedir que ella se alejara más de él.—No es lo que estás pensando.—¿Y qué es lo que estoy pensando? —ella lo observa con recelo.—Crees que lo hago por lastima y no es así.—Yo no creo nada —la joven voltea el rostro, pero Aurelio la hace mirarlo a los ojos.—No lo hago por eso, te lo puedo jurar Fiorella.En ese instante el castaño acuna ambas mejillas de ella manteniéndole la mirada fija.—No quiero que seas mi esposa por tenerte lastima, deseo que lo seas porque quiero me preocupo por ti. No puedo explicarlo, pero no quiero que pases trabajo con tu bebé.—Eso es igual a tenerme lastima, y no quiero convertirme en tu esposa porque sientas ese tipo de sentimientos. No estás en la obligación de nada para conmigo o con mi hijo.Ella hace amago de levantarse, pero Aurelio se lo impide volviéndola a sentar sobre su regazo. El CEO le mantiene la mirada sin
Solo en la sala de emergencia, Aurelio espera impaciente mientras da vueltas de un lado para el otro. El doctor atendía a Fiorella y nadie le daba alguna razón de su estado de salud, se sentía tan preocupado por ella y el bebé.Aún tenía muy pocos meses, el CEO se detiene en seco al recordar algo de su pasado que no le gustaba rememorar. Angustiado, toma asiento al mismo tiempo que frota su rostro.—Señor Ferretti —el CEO levanta la vista para ver a Fabián delante de él.—¿Has cancelado la reunión de esta noche?—Sí señor, la he pospuesto para mañana.Él asiente, n estaba seguro de que pudiera asistir al siguiente día al trabajo. Todo dependía del estado de salud de Fiorella y su bebé. Baja la vista centrando su mirada en sus zapatos.—Familiares de la señorita Greco—en ese momento Aurelio se pone en pie al ver a un doctor salir de la sala de emergencia.—¿Cómo se encuentra Fiorella?—Tanto el bebé como ella necesitan reposo absoluto, no pueden tener ningún tipo de disgusto fuerte, ta