Aurelio percibe inmediatamente que Fiorella había tomado su respuesta de otra manera, el CEO refuerza el agarre de su cintura para impedir que ella se alejara más de él.—No es lo que estás pensando.—¿Y qué es lo que estoy pensando? —ella lo observa con recelo.—Crees que lo hago por lastima y no es así.—Yo no creo nada —la joven voltea el rostro, pero Aurelio la hace mirarlo a los ojos.—No lo hago por eso, te lo puedo jurar Fiorella.En ese instante el castaño acuna ambas mejillas de ella manteniéndole la mirada fija.—No quiero que seas mi esposa por tenerte lastima, deseo que lo seas porque quiero me preocupo por ti. No puedo explicarlo, pero no quiero que pases trabajo con tu bebé.—Eso es igual a tenerme lastima, y no quiero convertirme en tu esposa porque sientas ese tipo de sentimientos. No estás en la obligación de nada para conmigo o con mi hijo.Ella hace amago de levantarse, pero Aurelio se lo impide volviéndola a sentar sobre su regazo. El CEO le mantiene la mirada sin
Solo en la sala de emergencia, Aurelio espera impaciente mientras da vueltas de un lado para el otro. El doctor atendía a Fiorella y nadie le daba alguna razón de su estado de salud, se sentía tan preocupado por ella y el bebé.Aún tenía muy pocos meses, el CEO se detiene en seco al recordar algo de su pasado que no le gustaba rememorar. Angustiado, toma asiento al mismo tiempo que frota su rostro.—Señor Ferretti —el CEO levanta la vista para ver a Fabián delante de él.—¿Has cancelado la reunión de esta noche?—Sí señor, la he pospuesto para mañana.Él asiente, n estaba seguro de que pudiera asistir al siguiente día al trabajo. Todo dependía del estado de salud de Fiorella y su bebé. Baja la vista centrando su mirada en sus zapatos.—Familiares de la señorita Greco—en ese momento Aurelio se pone en pie al ver a un doctor salir de la sala de emergencia.—¿Cómo se encuentra Fiorella?—Tanto el bebé como ella necesitan reposo absoluto, no pueden tener ningún tipo de disgusto fuerte, ta
—¿Quién es esa mujer? ¿Por qué tienes todas esas cosas en esa recámara?—Ella es Valeria, mi hermana.Fiorella observa a Aurelio fijamente después de haber escuchado su confesión, no daba crédito a sus palabras, pero era imposible que le estuviera mintiendo.—¡¿Tu hermana?! —Fiorella frunce la mirada.—Sí, ella es mi hermana pequeña.—¿Y dónde está ahora?Aurelio le mantiene la mirada a Fiorella, aquello que le estaba contando era tan difícil para él. Recordar todo de nuevo le dolía mucho, pero creía necesario que se lo dijera todo.—Ella está muerta —Aurelio baja la mirada para ver sus manos juntas —. Mi hermana murió mientras llevaba en su vientre a su bebé —las palabras de Aurelio la petrificaron.—¡Aurelio! —pone una mano en su hombro.—Tenia 4 meses de embarazo cuando enfermo, los médicos hicieron todo lo posible por salvarla a ella y a su hijo, pero no pudieron —Fiorella traga saliva ante tanto dolor reflejado en esa voz.—Aurelio, yo…—No pude hacer más por ella
Los labios de Aurelio tocaron una vez más la boca de Fiorella lo que causo un gran estremecimiento en su interior, ella por su parte acepto el beso, últimamente le estaba resultando difícil resistirse a los besos de ese hombre.Aurelio acuna las mejillas de Fiorella buscando la manera de reforzar el beso, sentía que la temperatura estaba subiendo en esa habitación y no era bueno que ocurriera eso ya que Fiorella no estaba en condiciones de nada.Sin embargo, un beso no se lo podía negar. La verdad es que moría por besarla… al separarse un poco de ella mira sus ojos.—Me temo que tendré que ayudarte con este baño.—¡¿Qué dices?! —le pregunta parpadeando del asombro.—Si.Ella ve a Aurelio ponerse en pie para luego verlo empezar a quitarse la ropa, su corazón se aceleró de inmediato al mirar aquella desnudez. El cuerpo de ese castaño era completamente admirable.Tanto, que ella termina por tragar saliva cuando nota que él desliza su pantalón.—Aurelio, no creo que todo esto sea necesari
Los besos de Aurelio sin duda alguna eran tan tiernos y dulces que a Fiorella le costaba mucho resistirse a no corresponderle. Quizás eran las hormonas, o podría ser que ella lo deseaba mucho.No estaba segura de nada, pero algo dentro de ella le pedía a gritos que no se alejara de Aurelio. Y sospechaba que ella lo necesitaba tanto como él a ella.—Te perdono por haberte levantando de la cama —susurra contra los labios de ella —. Pero sería conveniente que regreses a la cama.—Es la primera vez que te veo entrar en este cuarto —el CEO guarda silencio mientras que observa sus ojos.—Hace mucho tiempo que no visitaba este cuarto, me traía tantos recuerdos que me afectaban mucho.Fiorella podía sentir el dolor de Aurelio, era un hombre tan afectuoso. Le pesaba mucho la muerte de su hermana y su sobrino.—Lo siento mucho, imagino que mirarme en mi estado te hago recordar a tu hermana.—Pero de buena manera —sonríe con dulzura mientras que acaricia su mejilla con cariño —. Ella era una bue
La respiración de Fiorella era muy rápida, su rostro se encontraba escondido entre el cuello y la clavícula de Aurelio mientras que ella no liberaba su cuerpo de sus brazos. Aurelio la sujetaba con cariño esperando a que recuperará el aliento perdido.Baja la vista para ver las mejillas de ella todas enrojecidas.—¿Te sientes bien? ¿Te he lastimado? —Fiorella solo consigue negar con la cabeza, las palabras las tenía atoradas en la garganta —. Nos hemos excedido un poco.No es que se sintiera culpable, o arrepentido de haberle hecho el amor a Fiorella una vez más, pero le preocupaba mucho su estado de salud. Por nada del mundo deseaba pasar de nuevo por la pérdida de alguien cercano.—¿Te arrepientes? —fue como si ella leyera sus pensamientos.—No, no me arrepiento de nada.—Estoy bien, no me has lastimado —en ese instante Fiorella levanta la mirada para verlo a los ojos, Aurelio traga saliva al ver tanta inocencia reflejados en ellos.—Fiorella, quiero que llevemos una vida de casados
Las alarmas del CEO se activaron de inmediato y lo primero que hizo fue sentarse al lado de ella para tomarla en sus brazos. Fiorella de inmediato lo abrazo y su llano fue en aumento.—¿Qué pasa? ¿He hecho algo malo? —pregunta preocupado, pero Fiorella solo niega —. Vamos, ¿Qué es lo que pasa? —toma sus mejillas para hacerla elevar la mirada.—Haces todas estas cosas por nosotros.—¿Por eso estas llorando? —el CEO la mira con ternura —. Fiorella, si te das cuenta que estas llorando por una tontería.Ella niega mientras sigue soltando lágrimas sin parar.—No son tonterías.—¿Te sientes incomoda con que yo traiga todo esto para ti?—No. Es que todo esto es tan…—¿Qué?Ella ve los labios de Aurelio y luego esa mirada, para ese momento las lágrimas salían solas de sus ojos. Ella muerde levemente su boca al notar que estaba muy cerca del rostro de Aurelio.—Eres tú…—¿Algo va mal conmigo?Ella se aferra a sus hombros mientras que su boca se sentía algo impaciente, su mirada estaba puesta e
—Pero dime algo, ¿Por qué has venido? ¿Ocurrió algo en casa? —frunce un poco el ceño.—No, todo está bien.El CEO afina un poco la mirada mientras que la observa.—Entiendo que estés ocupado.—No es nada por lo que debas preocuparte, tu presencia me ha hecho bien —Aurelio planta un beso en sus labios que la deja colgada —. Por un beso como este a mí se me olvida todo.Fiorella sonríe a medias luego de escucharlo. Sentía que sus mejillas se ruborizaban al punto de sentirse avergonzada.—¿Te quieres quedar conmigo aquí en la oficina?—¿Eso se puede? Solo he venido de paso, no quiero entorpecer tu trabajo.—Soy el jefe, como se te ocurre que no puede quedarse mi futura esposa en mi oficina.Aurelio la libera de sus brazos para llevarla al sofá.—¿Qué te gustaría pedir para comer? ¿Algún antojo que quieras cumplir? Desde que nos conocemos, nunca te he oído querer algo especial, ¿no has tenido antojos?—Ahora que lo pienso…Ella se le queda mirando a ese hombre fijamente repasando los hech