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Capítulo 28. Me obligó

El rostro de Elena dejó de mostrar parte del dolor que la invadía. Con dulzura ella pasó una mano por la cabeza rapada de él, sintiendo como la pinchaban los cortos cabellos.

A Iván le encantó la caricia, pero lo conmovía aún más su mirada vulnerable.

Elena lo abrazó apretándose a su cuello. Junto a él se sentía segura y protegida. Iván la comprendía, respetaba sus decisiones y la alentaba a actuar, no a ser una simple espectadora.

Pero sobre todo, la hacía sentirse feliz, algo que en muy pocas ocasiones había sentido. Y eso le gustó.

—Elena.

—¿Qué?

—Aún estoy desnudo.

—Oh… disculpa.

Con una amplia sonrisa en el rostro ella se alejó de Iván. Esta vez, él no se sentía miserable, frustrado quizás, pero no miserable.

Le acarició el rostro antes de regresar al baño para vestirse, manteniendo la sonrisa por un buen rato.

Era la primera vez que se sentía bien consigo mismo, que había dejado de lado sus necesidades para hacer algo positivo por otra persona.

Aunque no por cualquier persona, s
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