Los autos camuflados con diferentes logos, camionetas blancas y negras, autos más pequeños y diferentes tipos de vehículos se movieron por la ciudad con un solo destino.

Todos enfocados en que tenía una misión para no fallar.

Estaban capacitados para resistir ante la misma milicia europea, se enfrentaron a ellos y salieron victoriosos. Grupos de hombres entrenados para matar al contacto.

Fuertes, hábiles y sin remordimiento por la vida humana. Si estorbaba en su camino, era desechada. Un ejército que para nada era la gente que caminaba a la par con Brandon.

Los hombres que Jeffrey entrenaba entraban al infierno por pie propio y tenían tanta o mejor preparación que los agentes de algunas agencias de inteligencia. No por nada era buscado por ellos, aunque también tuvo nexos, pues él mismo fue parte de ellos hasta que creyeron que era hora de desecharlo.

No lograron matarlo y de él nació ese templo en Suecia, donde las peores escorias del mundo criminal crecían.

Sabían cómo camuflar