El lago reflejaba el rostro impaciente de la condesa, que ya no tenía más cadenas encima. Eva maldijo a Felipe por su herida una vez más, luchando por no quedarse dormida en la espera. Tuvo ese tiempo para pensar en todo lo sucedido, habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Si cerraba los ojos podía volver a la torre donde la mantenían cautiva, rodeada de humillaciones y burlas. Rememoraba su hambruna y su falta de amor, junto con la violencia con la que todos la trataban, como si no mereciera un trato digno. Ruth había sido una de sus torturadoras, junto con Angela y también Lilia, pero las dos primeras estaban obteniendo lo que se merecían. Solo debía vengarse de Lilia, que creía que era su aliada y no podía soportar que siguiera subestimándola. Eva suspiró, porque también con el mar de recuerdos llegaron los momentos vividos con Daren, en ese corto lapso de enamoramiento juvenil. Se preguntó si lo elegiría antes de que, a Astor, pero no tenía forma de saberlo con exactitud.A
Los días que transcurrieron de espera colmaron a Maya de una ansiedad fatal, haciendo que no lograra dejar atrás los pensamientos cargados de miedo. Miraba al pequeño Teo y su mundo cambiaba, tenía el instinto tan fuerte de querer protegerlo a toda costa y no comprendía muy bien porqué. Era un instinto maternal que tuvo desde que perdió a su hijo, hacía unos años, cuando su vida pareció terminar con ese final amargo. No se había rendido, seguía en la pelea y ahora tenía a alguien al cual proteger. Teo la veía como a una madre, pero todavía no olvidaba a la verdadera. A Maya siempre le parecía una ironía cruel que fuera su hijo, porque Ruth y ella estaban unidas por la muerte y la venganza desde el día en que le arrebató lo que más amaba. Ojo por ojo, un baile inestable, con vínculos rotos.Maya rememoró ese día con las lágrimas a punto de salir, no obstante, se detuvo al ver que Teo despertaba de su siesta e iba hacía la cocina. Era un niño con un apetito voraz, ella comprendía que se
En ese momento, no había guías que pudieran controlar la furia de una madre cuyo hijo fue arrebatado de este mundo, que estaba viendo como volvían a quitarle su oportunidad de volver a amar. El dolor de ese pasado que volvía a repetirse, una escala de sufrimiento inalcanzable, viendo el rostro de ese niño que se dejaba manipular por ese hombre que solo tenía una tarea que cumplir.Teo escuchaba al mercenario, pero al mismo tiempo se resistía a comprender lo que decía, era un niño muy pequeño. No quería irse del refugio, allí era muy feliz y tenía a sus padres adoptivos que lo amaban, pese a ello algo en su corazón le decía que debía conocer a sus padres de sangre. En su mente, la imagen de su padre no estaba tan manchada y era un completo misterio. Incluso creía que podría ir a visitarlo y luego volver con Seth y Maya, como si las cosas fueran tan sencillas.—Teo, no lo escuches, solo miente. —Maya intentó llegar a su consciencia, casi lográndolo, el niño la escuchaba.El mercenario t
—¿Qué sucedió? —preguntó Eva nuevamente, la loba seguía mirando hacia el camino con los ojos fijos en el horizonte, sin escuchar con claridad nada a su alrededor.Gale entró a la casa y corroboró que el niño ya no estaba, la sangre manchaba todos los pasillos de afuera, Maya había acabado con todos. Llamó a Eva para hablar en privado.—Algo terrible ha ocurrido. —dijo él, mirando y olfateando la sala. Se percibía el ambiente tensionado.—El mercenario volvió, pero no comprendo que es lo que pasó exactamente, Maya está muy mal…Eva miró a Gale sin muchas esperanzas, creyendo que habían matado al niño y que por eso la loba había entrado en una crisis. Era lo más lógico, incluso Gale lo creía.—Esperaremos a que llegue Seth, para que pueda hablar con ella. Es el único que puede hacer algo… A nosotros no nos hablara.Gale miró a la condesa sin muchas esperanzas, el niño parecía haberse esfumado y no había nada que hacer.—Debes curarte esa herida. —le dijo a ella, inspeccionándola mientra
El conde soltaba sus risas y comentarios irónicos con tanta ligereza, que Eva quería golpearlo a cada minuto con más intensidad.—¿Acaso no estás feliz de verme? —le decía, guiñando un ojo, desde el suelo donde se hallaba inmovilizado. —¿Qué pretenden hacer conmigo?—Nada, por ahora. —Seth no quería que estuviera allí, hablando con libertad. —Gale, llévatelo y enciérralo, al mediodía le llevaremos el almuerzo.—Vaya, que considerados. —Felipe inspeccionaba todo a su alrededor con sumo detalle, no se le escapaba nada. Cuando Gale lo llevo, no opuso resistencia alguna, sabía que los lobos podían hacerlo pedazos en segundos y no se arriesgaría a hacer una jugada tan imprudente. Debía pensar en buen plan si quería salir vivo de allí.Eva se quedó a solas afuera de la casa, de rodillas en el suelo, con la decepción como un gran peso sobre su espalda. Allí, volvió a visualizar a su amado oso blanco regresando por el bosque, para estar a su lado nuevamente en un reencuentro romántico, que pa
El lobo olfateaba como un rastreador, buscando la mejor ruta y tratando de localizar más rápidamente a su padre. En su forma de lobo, Gale tenía un poco más de compostura en esos momentos y su ferocidad disminuía, intentando concentrarse para hallar el rastro correcto. Eva invadía sus pensamientos, su amada imposible que al fin le estaba dando una oportunidad, era su más grande deseo, era su mate.Mientras corría y se detenía buscando, no podía quitarse de la mente el recuerdo de cuando casi lo habían hecho, estando tan cerca, juntos y deseando más. Había visto en ella que sus ojos le pedían más, esa atracción que a él lo mantenía completamente enamorado.Su camino se desvió un poco de lo que pensó recorrer, encontrando un aroma que le resultó familiar y decidió seguir su instinto. Se detuvo en varias ocasiones, equivocándose de camino, sus sentidos no se hallaban del todo activos a causa de las fuertes emociones que concebía. En uno de los arroyos, se empapó y bañó para despabilarse
El castillo se miraba sombrío y gris desde adentro, incluso Ruth desde la prisión podía verlo. Los barrotes estaban oxidados, pero era lo único feo de su lugar. Había sido trasladada a una celda en mejores condiciones por órdenes del rey y aunque no era su lujoso cuarto, no estaba tan mal. Lo peor la aguardaba, la incertidumbre de no saber si sería ejecutada o condenada al exilio. El rey la había visitado por la noche, dejándole en claro que no tendría ni una pizca de piedad. El príncipe, por el contrario, la ignoró y no la visitaba conforme pasaban los días.Esperaba el regreso de su mercenario, con la esperanza de que al recuperar a Teo el príncipe volviera a tener un interés en ella. Mientras tanto, la luz del día le mostraba su soledad y su posible final. Pensaba en tantas cosas allí encerrada y sola, en especial por las noches. Eva era la responsable de su sufrimiento, con su manada de lobos salvajes que se esforzaron en desmoronar toda su vida. Todavía recordaba los rostros de M
El lobo acechaba su presa, un regalo del destino que casi no llevaba custodia. Su sed de sangre era intensa, haciendo que acabara fácilmente con los cinco soldados que resguardaban el carruaje ostentoso proveniente de la realeza. Gale espera encontrar al príncipe o al rey en su interior, aunque su mente se hallara nublada por la ira irracional.No diferenció a quien había matado, sino que atacó sin piedad a todos los que estaban adentro. Con el rojo de la sangre en todo su pelaje, se aseguró de haber derrotado a todos los que allí viajaban. Con el corazón ardiente se marchó por las calles, buscando una salida rápida. Las personas gritaban del terror, había un lobo del norte acechando su ciudad y había cometido demasiados asesinatos. La turba comenzó a llegar desesperada, con el miedo sobre sus ojos ante la bestia despiadada. Gale se defendió, con la violencia inmanejable en sus colmillos y en sus garras, nadie podía pararlo.Siguió avanzando, con una velocidad que la muchedumbre no lo