La mañana estaba soleada, un día hermoso para unos corazones afligidos. Eva no paraba de mirar hacia la arboleda por donde su amor se había marchado, con el brillo en sus ojos que develaba su esperanza por estar junto a él de nuevo. En su corazón sabía que volvería, lo esperaría, ella era suya de por vida. Miró hacia las rocas y los arboles tupidos, allí el oso se había mezclado con la hierba y se perdió de vista por el terreno sinuoso. Divisó que algo se movía entre los arbustos y estuvo a punto de gritar de felicidad, hasta que vio al lobo salir de allí. Gale la miró con una sonrisa al volver a su forma humana, pero al ver su mirada de decepción bajó la vista al suelo.Eva soltó un suspiro, no era su amor. Esperaba a ese hombre de gran tamaño e increíble fuerza, con su rostro severo y sus tatuajes misteriosos. No quería a nadie más. Gale era apuesto, pero no rozaba ni de cerca la ferocidad de su hombre enigmático.—¿Pudiste averiguar algo? —preguntó Eva, sin prestar mucha atención a
Lilia examinó con la mirada a Eva, que estaba sentada en el mismo sofá que en la otra ocasión. En la mesa había toda clase de aperitivos, los cuales Seth devoró en unos instantes.—Vaya amiga, estas rodeada de hombres guapos. —dijo, mirando con incredulidad a los dos hombres que la acompañaban. —Dime, ¿Te has enterado lo de nuestra amiga?—Sí. —Eva no sabía bien que postura ni que actitud tomar, por lo que decidió mostrarse amable ante ella, quería ganar un poco de su confianza. El pasado las separaba, todavía quería vengarse por esos ultrajes cometidos hacia su persona. —Una locura.—Vaya que sí. Mira, aquí tengo a la niña, es mi pupila. Esta bien, es una buena chica. Al parecer le habían hecho creer que era huérfana. —empezó a decir Lilia, lo cual hizo que todos se tranquilizaran, al parecer la niña estaba bien y a salvo.—Luego quiero verla, si es posible. —dijo Eva, quien no quería correr ningún riesgo, le había prometido a Astor que arreglaría ese asunto y lo haría. Volvió a extr
El regreso fue lento, la noche hacía que al caballo se le dificultara andar por lo cual demoraron más horas de lo esperado. Gale no dejaba que Eva se aburriese, siempre tenía alguna historia que contar o alguna broma que se le ocurría. Esto hizo que se le pasara más rápido el viaje, pero no podía evitar imaginar que Astor aparecería en el bosque y podrían volver a estar juntos.Llevó sus flores al interior de su cuarto, preparando un jarrón para que adornaran su mesita de noche. Sonrió de nuevo al verlas, eran tan bellas. Se recostó en su cama, muy cansada como para hacer otra cosa y se durmió por unas largas horas. Prontamente, iba a tener que volver a ver a su esposo a los ojos otra vez, algo que hacía que no pensara con claridad. Felipe debía caer en la trampa, debía actuar firme y sin miedo si quería vencerlo y vengarse al fin. No sabía que haría cuando tuviera que volver a ver esos ojos negros y grandes, que la hacían sentirse tan mal y tan poca cosa.Al despertar, buscó a Astor
Eva se quedó cuidando a Teo en la casa, para que todos los demás pudiesen ir a ver que estaba sucediendo en ese lugar. No los vio marcharse, porque no quería que el pequeño viese ese humo aterrador. Siempre tenía la misma duda, no sabía si Maya era una loba y tampoco quería preguntárselo por temor a quedar como una ignorante o algo así.Los demás se marcharon rápidamente hacia el sitio de donde provenía ese gran incendio. Mientras llegaban, fueron reconociendo aquel sitio. Era otro pueblo, uno muy conocido que estaba casi en las afueras del bosque. Un hogar reconocido para los hombres lobo del sur, donde la mayoría vivía en armonía y se mezclaban con los humanos. Las llamas del fuego lo cubrían casi todo, no podían ver con claridad. Seth divisó al grupo de soldados que perseguían a una manada, que apenas si podía contra tantos hombres.Atacaron sin pensar para defender a los suyos, acabando con los soldados que los tenían rodeados. Había cientos, algunos seguían prendiendo fuego las v
Teo y Eva dibujan en papel para pasar el tiempo, sentados en la alfombra en el suelo. Había pasado más de un día y no tenían noticias. Para que el niño no se asustara, ella trataba de distraerlo con cuentos, canciones y juegos la mayoría de las horas. Teo no era un niño muy conflictivo, pero extrañaba a sus padres adoptivos cada que se acordaba que se habían marchado.Ella no lo culpaba, le pasaba lo mismo. Cada parte de la casa le recordaba constantemente a Astor, sentía que estaba cerca, quería buscarlo, donde quiera que estuviese para decirle que nunca podría hacerle daño. En su corazón, podía sentir esa conexión tan fuerte que los unía, ese lazo invisible que también los unió en su primer encuentro. Pronto volvería, estaba completamente segura de ello, aunque los demás dudasen y la contradijesen.—¿Ya vuelven? —preguntó el niño, cuando ya no sabía como entretenerlo.—No lo sé. —Eva sonrió y buscó más papel. —Mira, podemos hacer algunos animales doblando el papel, es origami.—¿Pue
Tratando de parar la sangre que salía de su pata, Eva presionaba la herida con las lágrimas rodando por su mejilla. No entendía lo que había dicho, él estaba mareado y confundido por el efecto del veneno, pero estaba siendo completamente sincero. No podía verlo así, con la cara de enamorado y el corazón siempre roto, no lo correspondía y sabía que nunca podría hacerlo. Era tan difícil, Eva sintió que el corazón se aceleraba al verlo luchar entre la vida y la muerte. Gale no se quejaba por el dolor, trataba de aguantarlo y seguir manteniéndose fuerte.Seth llegó con Teo en sus brazos, el niño estaba a salvo, había logrado darle tiempo para que no lo atrapasen. El mercenario había huido.—Vayan por él. —dijo Gale, con la voz afectada por el dolor intenso, el veneno entraba fácilmente.—No, tenemos que llevarte adentro. —Seth se puso al hombro al muchacho, para ayudar a cargarlo junto con Maya, era pesado y les costó trabajo. Su padre todavía no llegaba. Lo llevaron a su cuarto, el que l
En la prisión, Ruth maldecía a Eva en todos los idiomas que conocía, ella era la culpable de todo. La habían traicionado demasiadas veces, incluso su amante el cual creía que la amaba. Todo era falso, el príncipe la había entregado y dejado sola, ella era la madre de su hijo y eso ahora poco le importaba. Lo vio entrar en su celda con un plato de comida humeante, a simple vista parecía un guisado de carne con algunas papas.—Vete. —le dijo, con su cabello enmarañado y el rostro con ojeras, se veía como una prisionera, pero seguía siendo bonita.—No. No me digas que hacer. —Louis entró sin reparar en que lo estaba echando, a él no le importaba. —Vas a tener que decirme toda la verdad.El carcelero estaba lejos, el príncipe lo había mandado a vigilar otro sector para hablar completamente a solas. Ruth supo que no tenía opción, debía obedecerlo para tener oportunidad de sobrevivir.—Lo siento, no debí ocultártelo… La verdad es que… —No pudo continuar, Louis la interrumpió besándola con i
El día que llegó la carta de Felipe, habían pasado casi tres semanas desde que Astor había huido. Sucedieron muchas cosas, entre muchas el agrupamiento de los lobos del sur con muchas otras manadas. Se habían agrupado detrás de las montañas y eran cientos, cada vez llegaban más exiliados buscando un lugar donde ocultarse. Felipe aplicó una fuerza increíble para acabar con todos, enviando sus tropas para capturar o matar a cualquiera que estuviese en el reino. Por lo tanto, el acuerdo era de gran necesidad. La carta confirmaba el encuentro, que se llevaría a cabo en tres días, en las afueras de la ciudad, en la entrada del castillo, justo en la torre de Eva, para que le trajera viejos recuerdos.—¿Nerviosa? —le preguntó Maya, ya casi era la hora de partir, llegarían en varios días y debían ir con tiempo para resguardarse y también reunir refuerzos. Era un golpe sumamente importante y peligroso, tenían los nervios de punta.—Sí. —Eva se ruborizó, no quería ver a su esposo de nuevo. Feli