Llorar, tenía mucho sentido, había podido contener las lágrimas hasta cuando él se marchó, mi orgullo, mi dignidad habían quedado en el piso, «sexo Tiana, solo sexo significaste para él, como pudiste ser tan estúpida» me reproché intentando secar mis lágrimas sin éxitos en lograrlo.
Me dejé caer de rodillas, como había sido tan tonta, como había siquiera imaginado que Theo iba a proponerme matrimonio, en 6 meses no se había dignado a estar conmigo fuera de su oficina, había sido un juego y yo había ignorado todas las señales, como había sido tan estúpida, miré una botella de vino y la cogí, estaba a punto de beber directamente desde la botella cuando entró Gianni.—¿No pasó verdad? —preguntó con una cara de lástima que me hizo sentir más estúpida de lo que me estaba sintiendo. —Lo siento amiga, intenté advertirte.—¿Como pude haber sido tan estúpida? Gianni, como se me ocurrió pensar que me pediría matrimonio, debí haberte escuchado, casi cometo una estupidez.—Ven dame esa botella, no bebas, no llores, no lo merece, él se lo pierde, tú vales mucho.—Ahora siento que no valgo nada, me siento tan estúpida, compré lencería nueva, ¿sabes lo que hizo? —sollocé avergonzada —me usó antes de decir que solo había sido un juego, el muy imbécil me cogió por última vez, me siento tan estúpida, tan usada y humillada.—Lo siento Tiana.—No, no tienes por qué, yo fui la estúpida que se confundió, fui una ciega, él no me dio señales, yo como tonta asumí lo que consideré que pasaría, que se enamoraría de mí, pensé que ese anillo era para mí, no tienes idea de como me estoy sintiendo al recordar la estupidez que casi hago, es tan vergonzoso, no sé cómo voy a regresar a trabajar, como voy a mirarlo a la cara después de que me hizo sentir como una mujerzuela a la que no le pagas los servicios y agradeces por ellos.—No digas eso, solo te enamoraste, amiga, no te culpes, no seas tan dura contigo —dijo con ternura Gianni—. Pero en el fondo sabíamos que si había sido una estúpida.—Dame la botella, quiero embriagarme hasta dejar de sentirme tan tonta o quizás sentirme peor, que estaba pensando, ¿sabes que es lo peor? —balbuceé llorando —que le había dicho a mis abuelos que me casaría.—Ya amiga, vamos a casa, beber, no te hará sentir mejor.—Pero seguramente me embriagaré y olvidaré por unos momentos lo estúpida que he sido, porque no pude verlo, el sexo solo en su oficina, el que me pidiera mantenerlo en secreto, me dio tantas señales, que tan estúpida puede ser una mujer para no atender todas esas señales, encima todo lo que hacía por él, era su mandadera, te das cuenta de que ahora todo tiene sentido, Theo me usó todo este tiempo, fingió que le interesaba.Suspiré profundo y me levanté, miré mi reflejo en la ventana, poralizada y me limpié, me veía fatal, el maquillaje tan estropeado como mi dignidad, pasé mi mano por mi rostro tratando de entrar en razón, me miré una vez más y pude verlo a él diciendo esas palabras, solo sexo, solo placer, si, mientras yo me había enamorado y era como su perra guardiana, a donde me enviaba allá iba, solo por unas migajas de lo que creí amor y a lo que él llamó solo sexo y placer.—Es mi culpa, por eso no volveré al trabajo —sollocé limpiando mi rostro.—De ninguna manera, él es quien debe sentirse mal, no tú, no dejaré que dejes tu empleo y todo lo que habías planeado porque el estúpido calenturiento del jefe te usó —sentencio Gianni mientras me abrazaba.—¿Que quieres que haga? Me siento humillada, no tienes ideas de todas las estupideces que hice y estuve a punto de hacer, no creo ser capaz de seguir viéndolo después de lo que me dijo, solo jefe empleada, no puedo porque me enamoré como una idiota Gianni.—Sí, tú si puedes, de amor nadie se muere, lo que harás es que te pondrás muy linda, harás que se arrepienta de lo que te dijo, harás que se trague sus palabras —dijo Gianni.Como si fuera fácil.Me abrazó fuerte y me dijo que estaría bien, pero que no permitiría que dejara el trabajo y el resto de mis, proyectos por el estúpido de nuestro jefe, ella tenía razón, en el fondo lo sabía, pero aun así no podía dejar de sentirme estúpida.—¿Tú crees que se va a casar con otra? —pregunté como si no fuera suficiente con sentirme estúpida, tal parecía que quería más motivos para terminar de arruinar mi corazón.—Deja de pensar en él, en lo que pasó, sé que duele, puedo imaginar como te sientes, pero no ganas nada, con eso —protestó Gianni.Le asentí, salimos y me ayudó abordar un taxi, me pidió ir a casa, ya que el jefe no estaba, dijo que ella se encargaría si él llegaba y me preguntaba, me despedí de ella y subí al taxi, al escuchar como amable el conductor me preguntaba que si me encontraba bien, recordé sin querer el conductor anterior, quien me había dado un regalo por la presunta propuesta que solo existía en mi cabeza. —Te odio Theo — vociferé, el conductor me miró, pero no le di importancia.—Tenías un anillo, quizás estás casado, talvez era para otra mujer —. Me cuestioné mientras me recostaba en el asiento —qué idiota fui, debería llamarte, debería insultarte infeliz.Murmuré de nuevo, el conductor preguntó si estaba bien.—No, no estoy bien, pensé que me pedirían matrimonio, en lugar de eso me dejaron, ¿debería estar bien, eso es lo que cree? —pregunté molesta, —es usted un ser sin corazón, igual que él, todos son iguales —arremetí contra el pobre hombre, quien me miró con asombro y sin opinar.Habíamos llegado, le agradecí y me disculpé, él no le dio importancia, entre a mi casa, no quería mirarme al espejo, me sentía tan avergonzada, usada, los desamores eran normales, nadie estaba exento de sufrirlos, pero no solo había sido eso, me había usado, me había hecho sentir humillada, a que imbécil se le ocurría acostarse con alguien para después terminarle, ah si claro a Theo, ese idiota portugués que se había robado no solo mi corazón sino también mis sentidos.No solía beber, no tenía nada en casa, no quería salir, tomar una ducha, era lo único que se me ocurría en ese momento, llevé conmigo mi móvil y me debatía entre sí, llamarlo, enviarle un mensaje o pasar mi pena sola, estaba por meterme a la ducha cuando vi su llamada entrante.—¿Él nunca me llama, se habrá arrepentido? —le respondí sin darle tiempo al móvil de sonar siquiera una vez.—Hola nena, —saludó, como si nada—Oye, quería preguntarte si sigues en la oficina, necesito que me hagas un favor, va a ir un mensajero por una caja pequeña, como de un anillo, ¿podrías dárselo? —preguntó con descaro y sin una muestra de cinismo.Me quedé callada, como podía ser tan cínico, tan indolente, me había quedado en shock, escuchaba su voz, me preguntaba si lo estaba escuchando, pero no podía responder.Colgar la llamada fue mi decisión más sensata en ese momento, me metí a la ducha y dejé que el agua callera en mi rostro hasta sentirlo tan ahogado como tenía el corazón, al salir de la ducha y mientras secaba mi cabello pensaba en que hacer. «A ver Tiana, no puedes dejar que Theo se salga con las suyas —me dije mientras me miraba al espejo—, tú no eres una mujer fea, solo debes rescatar la belleza que escondes tras tu descuido estético»Puedes convertirte en una Teresa si deseas incluso en una Rubí, eso es, como primer paso vamos a llamar a Theo, marqué su número y mientras sonaba pensaba en que le diría.—Tiana que bueno que me llamas, quería pedirte que te hagas cargo de la empresa una semana —dijo agitado Theo—. Será como las otras veces, las decisiones importantes me las comunicas.—Theo, pero yo...—No, no puedes decirme que no —protestó —sabes que confío en ti y tu potencial, ya han recogido el anillo, debo dejarte, viajaré en la mañana a Lisboa, ya sabes qué hacer. Me había
—Tienes razón —le dije mientras salíamos del taxi.Habíamos ido primero a un lujoso centro estético, había de todo en aquel lugar, ella se sentó adelantar el trabajo del que Theo me encargaba cada vez que me dejaba al mando. Desde ahí nos dirigimos a un salón, mi rostro estaba bellísimo, con solo algunos pocos euros, de los miles que le costaría a Theo su humillación. En el salón me maquillaron, organizaron mi cabello, decidí oscurecerlo y llevarlo ondulado, cambié mis lentes, por lentillas que me permitían ver mejor y sin opacar mis ojos grises.—¡Omg!, —dijo Gianni en voz alta—, si fuese lesbiana, Theo tendría competencia, estás hermosísima, superaste mis expectativas.Sabía que ella tenía razón, Gianni era tan sincera que de no haber sido así me lo diría, era tan directa y honesta que parecía carecer de humanidad, era a lo que debía adaptarme, me miré y dejé salir una lágrima.«En 24 años jamás me había visto tan hermosa, el cuidado estético era demasiado importante» pensé mientra
—¡TIANA! —exclamó Theo sorprendido y dejando caer su teléfono—. Tiana estás hermosa.—Iré en un minuto a la oficina — respondí girándome de nuevo ante Gianni, con una enorme sonrisa, la cara de sorpresa de Theo había sido, mejor de lo que esperaba.—Te esperaré Tiana —tartamudeó Theo tragando saliva.Me giré de nuevo a él, le dije que no hacía falta, le dije a Gianni que iría al baño y Theo pareció no darse cuenta de que iba al baño de mujeres, me siguió, empecé a ponerme un poco de labial, había dos chicas que al ver a Theo salieron.—!Tiana, estás bellísima!, ¿qué te hiciste?—¿Hay algo importante para la reunión? —pregunté, ignorando sus cumplidos.—No, lo de siempre.—Me seguiste hasta aquí como si lo hubiera, pensé que querías decir algo, ya tengo lista la presentación, como de costumbre Theo.—No lo dudo, pero quería decirte lo hermosa que estás.Me quedé en silencio y empecé a ponerme un poco de rimel, Theo seguía mirándome de arriba abajo, como sin creer aún que era la misma t
Intenté salir y me jaló, me miró de abajo arriba y dijo que sí tenía algo importante.—¿Entonces lo nuestro no es importante para ti? —preguntó con seriedad.—Nuestro trabajo siempre va a ser importante, solo que me estás hablando de asuntos personales, esos si no los considero asuntos importantes. Theo también la pasé muy bien contigo, pero cielo solo era sexo, me divertí, lo disfruté y es todo. —dije con antipatía y sintiendo como aquellas palabras me dolían también, los recuerdos que llegaron a mí parecían querer desvanecerme.«De ninguna manera» —razonó mi sed de castigo.—Theo si no vamos a hablar de trabajo no me hagas perder el tiempo, y disculpa eh, sé que eres el jefe, pero mira como me tienes perdiendo el tiempo cuando tengo trabajo y asuntos personales importantes. El rostro de Theo había cambiado, Frunció el ceño y me miraba negando con la cabeza, se acercó y empezó a reírse.—¿Por qué haces esto? —preguntó—. Actúas como si estuvieras tratando de llamar mi atención, al tie
Me sentía relajada, ese orgasmo que había tenido había ayudado, al menos tenía que agradecerle, así tendría más calma y estaría más dispuesta con mi plan.Abordé el taxi, para mi suerte era el conductor del regalo de bodas, al parecer no me había reconocido.—¿Hubo bodas? —preguntó el conductor.—¡Que! —exclamé avergonzada, preguntando cómo había sido posible que me reconociera tan pronto.—Dejé a una chica hace días aquí, dijo que se casaría —respondió el conductor.—¡Oh, no lo sé! verás, soy nueva en la compañía, pero no he escuchado nada sobre algún matrimonio.«Le pagaré con el euro de mayor valor, así se quedará con el cambio»Él me sonrió y se quedó callado, al igual que yo, me llegó un mensaje de Gianni que no respondí por qué estaba cerca, iría a su casa y le contaría lo sucedido."Te necesito aquí temprano —mensaje de Theo.No respondí.«Llegaré a la hora que se me antoje Theo, me hiciste trabajar horas extras». Habíamos llegado y le estaba pagando al conductor.—Lamento que
El servicio había llegado. La fuerte lluvia obligaba al conductor a ir despacio.—Señorita, el cambio —gritó el conductor.—¡Quédese con el! —exclamé girando a mirarlo.No era mi dinero, me importaba poco, subí, entre al lugar, me estaba quitando el abrigo.—Está en una reunión —dijo Gianni —Estaba de un humor insoportable, preguntó seis veces por ti.—Muy bien, Gianni hazme el favor de ir a preguntar si me necesita.—Llegaste retadora, sabes que te necesita, —dijo Gianni —tú eres la que ha venido haciendo ese trabajo.Gianni se retiró y me senté a realizar mi trabajo, Giovanni se acercó, me saludó y dijo que había extrañado mi presencia en la sala de juntas, le dije que no era mi trabajo.—A mi oficina Tiana —ordenó malhumorado Theo, como de costumbre sin saludar.Me disculpé con Giovanni y seguí a Theo, la conversación me interesaba mucho. —Hola jefe —saludé con descaro.—¿Qué te has creído Tiana? —preguntó con arrogancia—. Tienes un horario que debes cumplir, se te paga por eso, no
Lo miré con asombro, intenté ocular mi emoción.—Lo siento Tiana, de verdad lo siento —se disculpó —, además del trabajo que te ofrezco, también te ofrezco mi ayuda para con tu proyecto.Aquello me había generado una gran emoción, pensar en poder llevar a cabo el proyecto de poner mi propia empresa de asesorías era genial, era demasiado buena en ese ámbito, siempre había pensado en sacarle provecho, pero me hacía falta muchas cosas para que pudieran tomarme en serio.—Ok, me lo pensaré —dije con desinterés, dejándome llevar por el orgullo.Reiteré que debía salir de su oficina.—Espera, Tiana, quiero que volvamos a lo que teníamos, haberlo dejado fue una estupidez.Solté una risita fingida, pero no era más que frustración disfrazada.—No, Theo te equivocas, además de habernos liberado de la inmadurez de ofrecernos sexo y placer, me ha ayudado mucho, he logrado organizar algunas cosas en mi vida y además he comprendido que no es lo que quiero, al menos no del modo en que lo estábamos ll
—Ok, mami, me pondré hermosa para verlo mañana, hasta mañana mami.—No pierdes el tiempo, Tiana —dijo Theo aparentemente celoso.—¿Qué quieres Theo?. Además de tu aparente interés por meterte en mi vida personal.—¿Con esa actitud pretendes que me gane el privilegio de que seas solo mía?.—Ok, estoy cansada, dime en qué puedo ayudarte Theo, quiero descansar.—Olvídalo, te veré cuando regreses.Había tirado la llamada y no me importó, decidí dormir, lo necesitaba.Al día siguiente me había levantado tarde, mis abuelos veían la televisión y me senté con ellos.Horas después había llegado José, empezamos almorzar y minutos después de haber terminado nos quedamos hablar, estaba hablando con José cuando me llamó Theo.—Antes de que preguntes que quiero llamaba para saludarte. Para saber cómo te la estás pasando con tu familia.—No creo que sea de tu interés, pero si lo es, estoy bien, lo estoy pasando de maravilla.—Eso lo imagino, con eso de que te iba a visitar el tal José, dudo que esté