—por su maldita culpa, dure años en silla de ruedas y eso me causó muchos inconvenientes, vamos a devolverle la tragedia, pero siendo más real, quiero que quede paralítico de manera que jamás se pueda levantar de una maldita silla de ruedas—¿Seguro jefe? Mire que sabrá que fue usted —¡No me importa Gutiérrez! Ordena que lo hagan, sin levantar tanta sospecha ¿Entendido? Cristhofer suspira. —¿Le sucede algo al jefe?—aun no puedo asimilar, que no tenga a Lena y a mi hijo, necesito ir al cementerio—¿Piensa ir, ya? Mire que… Es el cumpleaños de su hijo Francesco, y siento que a él no le importa nada de lo que hay en la fiesta, si no que usted, esté con él—ya no soporto a Mei—ni yo jefe, pero es la madre de su hijo, entre a la fiesta, si usted se marcha, van a sospechar de ustedCristhofer meditó por segundos y decidió entrar a la fiesta de su pequeño hijo, que al verlo, corrió a sus brazos.Gutiérrez miró a su jefe, piensa en que ese niño merece tener una mejor madre.A los minutos,
—¿Qué? ¡Juanita!—niño, Emanuel— la mujer empieza a sacudir al niño —¡Ayuda señora Sofía!— Juanita está desesperada —¿Qué sucede, Lena?— pregunta Natalia al verla palidecer—Juanita, carga al bebé y sal con él, ya voy en camino hacia el edificio, ¡Juanita!— exclama Lena preocupada, pero solo la escucha mencionar el hombre del niño, sollozando muy desesperadaLena empieza a manejar como loca, es la vida de su hijo, el único hijo, ese que ella tanto ama, y daría por él hasta su propia vida.—¡Mi hijo está enfermó!— Lena se aferra al volante—ten calma Lena, los niños suelen enfermarse porque se meten muchas cosas en la boca— la quiere calmar Natalia, ya que Lena está manejando en exceso de velocidad—¡Emanuel se desmayó!— gritó Lena, y sus ojos se tornan llorosos, le duele nada más de pensar en que su bebé está sufriendo Natalia se coloca el cinturón de seguridad, y le ruega a Dios que lleguen con vida al edificio, y que el bebé de Lena mejore.Al llegar, Lena puede ver desde una dist
Cristhofer intenta caminar hacia la puerta, pero Mei lo empuja, lo quiere tener a toda costa.—¡Te saldrá… Muy caro, Mei— hablo entre dientes Cristhofer—ven mi amor, vamos a pasarla rico, los dos solitos— sonríe ella, mientras se acerca de manera sensual—¡Alejate!— ordena CristhoferPero ella es atrevida, y lo empieza a besar, luego le retira el blazer, está necesitada de que esté hombre la toqueCristhofer la observa doble, él sacude su cabeza y luego, al sentir las caricias de Mei, la empuja y camina hacia una puerta, color gris, al abrirla es el baño, Cristhofer ingresa y cierra la puerta poniéndo seguro.—¡Cristhofer!— gruñó Mei y empieza a tocar la puerta muy furiosa Cristhofer siente su cuerpo calentarse, tuvo que quitarse la ropa. —¡No te resistas Cristhofer!— golpea ella la puerta, está muy enfadadaÉl no le responde, lo que hace es abrir la llave de la regadera, y dejar que el agua haga su efecto. Se siente demasiado mal.—¡Estúpido Cristhofer!— bufó ella Mei se coloca nu
La mirada de Cristhofer se tornó oscura, y Gutiérrez traga grueso, sabe perfectamente que cuando su jefe tiene esa mirada tan maquiavélica es porque llegó a su límite.Cristhofer se acerca a Mei y ella retrocede por el temor, en su retroceso, como tiene unos tacones altos puesto, su tacón se dobla, y ella por no tener equilibrio, cae al suelo.—señor…— interviene con mucho temor el asistente, no quiere que su jefe cometa un error que le puede ocasionar más problemas—te voy a dejar en la miseria— la sentencia Cristhofer —¡Largo de mi presencia!Gutiérrez al ver que Mei no tiene intenciones de irse, el pobre hombre se acerca, y Mei lo golpea con el tacón, lastimando su brazo derecho. —¡Miserable! ¡Poco hombre! No creas que porque eres el CEO tienes todas las de ganar, yo también tengo mi haz bajo la manga, y también te puedo destruir— suelta el veneno Mei, Cristhofer agarra el jarrón que estaba como decoración en la pequeña mesa y lo lanza hacia la puerta haciendo trizas, Mei se cubre
Cristhofer hace silencio por segundos, las palabras de odió que dijo su esposa, lo hacen regresar al pasado, y recordar el sufrimiento de ella.—¡Pudiste vivir un maldito caos, como lo dices! Pero debes aceptar que me llegaste amar, y eso es porque algo bueno tuve que haber sido contigo Lena, ¡Pero te empeñas en todo lo mal que pasó! ¡Tampoco fue mi culpa!.—no lo escuches más, Di Monti, lo único que hará es volver a tenerte sometida a él, ¿Quieres sufrir nuevamente?— Lombardi retoma su compostura, los golpes que le ha dado Cristhofer se los hará pagar—¡Cállate hijo de puta!— lo señala CristhoferLena recibe una llamada telefónica. La cual la hace olvidarse que tiene en frente a su esposo.—¿Bueno?—Amiga, estoy en la clínica, la niñera de Emanuel me llamo—¿Qué sucede?— preguntó ella con sus ojos cristalinos—el niño volvió a tener fiebre, se estaba quedando sin respiración nuevame, tienen que aumentarle la dosis, como lo siento Lena— Natalia está sollozando —¡No! Escucha, ya voy p
—¡Un trasplante!— exclama Lena. —¡Yo… hágame la prueba!— súplica Lena desesperada —pueda que yo sea compatible, por favor, no perdamos el tiempo— Lena siente pánico, escuchar que en tres días su hijo puede morir, eso es doloroso para ella —venga conmigo por favor— la doctora procede hacer su trabajo—todo con calma Lena, estaré esperando por ti— Natalia saca su celular móvil y llama a SebastiánLuego de varios intentos, él contesta. —¿Qué quieres Natalia?— ella puede oír música—¿Dónde estás?—no es tu asunto ¿Para que llamas?— Sebastián bebió de la botella de whisky—te llamo para decirte que el bebé Emanuel, está en riesgo, está al borde de la muerte, pero como estás tan ocupado, ¡Entonces hice mal en llamarte!— Natalia cuelga la llamadaElla cierra los ojos y empieza a respirar profundamenteHoras después, Lena está esperando junto a Natalia, ninguna de las mujeres han descansado. Natalia pensó que Sebastián, luego de saber lo que estaba pasando, iba a venir para apoyar a Lena, p
Lena está pasmada, y más cuando ve que el niño entró en pánico. —¡Váyase señora! ¡No quiero que esté aquí! —me urge hablar con tu padre— Lena le da una ojeada a la casa—¡Mi padre casi no tiene tiempo para mí! El mayor del tiempo estoy solo— solloza Francesco —si mi padre la llega a ver, de aseguró menos pasará tiempo conmigo, no quiero verla señora, usted es mala, mala— soltó un gritó desesperante FrancescoReaccionó de mala manera, golpeando el abdomen de Lena, mientras llora, quizás soltando todo su dolor, aquel sufrimiento que ya había tenido desde que tiene conciencia.Lena se compadece de Francesco, es tan solo un niño que lastimosamente ha llevado la mala parte, es un niño sensible, que muestra sus sentimientos, y aquellos golpes leves hacia Lena no son de odió, es de dolor, porque es un niño que quiere amor y atención.—¡No la quiero ver!— Francesco se está sintiendo débil—¡Francesco!— lo reprende Cristhofer, escuchó los gritos y bajó rápidamente para ver qué estaba pasando
—¡Carajo!— exclamó Cristhofer—tengo miedo papá— Francesco se coloca el cinturón—todo va a estar bien pequeño— lo intenta calmar Lena —¡Dame a mi hijo!— Mei busca otra piedra—no salgan del auto— Cristhofer se dispone a bajar—ten cuidado por favor— Lena pasa saliva—¿Por qué mi madre es tan mala?— Francesco mira con terror a Mei—tu madre no te merece, eres un niño adorable, no tengas miedo que yo te voy a proteger—te pareces mucho a mi madre ¿Puedes ser mi mamá?— Francesco suspira—si tu quieres, lo seré— aquella respuesta agrado a Francesco—¡Vete Mei!— la señala Cristhofer—¡No! No voy a dejar que te lo lleves con esa perra de Lena, ¡Maldita zorra! Has regresado a quitarme a mi hijo, ¡Claro, como el tuyo murió! ¡Te voy hacer pedacitos!— Mei grita como locaLos hombres de Cristhofer, se acercan al escuchar los gritos.—Francesco está bien a mi lado, y claro que asistiré a tu maldita cita judicial, verás como te voy a quitar los derechos que tienes sobre él, saldrás perdiendo