Cristhofer intenta caminar hacia la puerta, pero Mei lo empuja, lo quiere tener a toda costa.—¡Te saldrá… Muy caro, Mei— hablo entre dientes Cristhofer—ven mi amor, vamos a pasarla rico, los dos solitos— sonríe ella, mientras se acerca de manera sensual—¡Alejate!— ordena CristhoferPero ella es atrevida, y lo empieza a besar, luego le retira el blazer, está necesitada de que esté hombre la toqueCristhofer la observa doble, él sacude su cabeza y luego, al sentir las caricias de Mei, la empuja y camina hacia una puerta, color gris, al abrirla es el baño, Cristhofer ingresa y cierra la puerta poniéndo seguro.—¡Cristhofer!— gruñó Mei y empieza a tocar la puerta muy furiosa Cristhofer siente su cuerpo calentarse, tuvo que quitarse la ropa. —¡No te resistas Cristhofer!— golpea ella la puerta, está muy enfadadaÉl no le responde, lo que hace es abrir la llave de la regadera, y dejar que el agua haga su efecto. Se siente demasiado mal.—¡Estúpido Cristhofer!— bufó ella Mei se coloca nu
La mirada de Cristhofer se tornó oscura, y Gutiérrez traga grueso, sabe perfectamente que cuando su jefe tiene esa mirada tan maquiavélica es porque llegó a su límite.Cristhofer se acerca a Mei y ella retrocede por el temor, en su retroceso, como tiene unos tacones altos puesto, su tacón se dobla, y ella por no tener equilibrio, cae al suelo.—señor…— interviene con mucho temor el asistente, no quiere que su jefe cometa un error que le puede ocasionar más problemas—te voy a dejar en la miseria— la sentencia Cristhofer —¡Largo de mi presencia!Gutiérrez al ver que Mei no tiene intenciones de irse, el pobre hombre se acerca, y Mei lo golpea con el tacón, lastimando su brazo derecho. —¡Miserable! ¡Poco hombre! No creas que porque eres el CEO tienes todas las de ganar, yo también tengo mi haz bajo la manga, y también te puedo destruir— suelta el veneno Mei, Cristhofer agarra el jarrón que estaba como decoración en la pequeña mesa y lo lanza hacia la puerta haciendo trizas, Mei se cubre
Cristhofer hace silencio por segundos, las palabras de odió que dijo su esposa, lo hacen regresar al pasado, y recordar el sufrimiento de ella.—¡Pudiste vivir un maldito caos, como lo dices! Pero debes aceptar que me llegaste amar, y eso es porque algo bueno tuve que haber sido contigo Lena, ¡Pero te empeñas en todo lo mal que pasó! ¡Tampoco fue mi culpa!.—no lo escuches más, Di Monti, lo único que hará es volver a tenerte sometida a él, ¿Quieres sufrir nuevamente?— Lombardi retoma su compostura, los golpes que le ha dado Cristhofer se los hará pagar—¡Cállate hijo de puta!— lo señala CristhoferLena recibe una llamada telefónica. La cual la hace olvidarse que tiene en frente a su esposo.—¿Bueno?—Amiga, estoy en la clínica, la niñera de Emanuel me llamo—¿Qué sucede?— preguntó ella con sus ojos cristalinos—el niño volvió a tener fiebre, se estaba quedando sin respiración nuevame, tienen que aumentarle la dosis, como lo siento Lena— Natalia está sollozando —¡No! Escucha, ya voy p
—¡Un trasplante!— exclama Lena. —¡Yo… hágame la prueba!— súplica Lena desesperada —pueda que yo sea compatible, por favor, no perdamos el tiempo— Lena siente pánico, escuchar que en tres días su hijo puede morir, eso es doloroso para ella —venga conmigo por favor— la doctora procede hacer su trabajo—todo con calma Lena, estaré esperando por ti— Natalia saca su celular móvil y llama a SebastiánLuego de varios intentos, él contesta. —¿Qué quieres Natalia?— ella puede oír música—¿Dónde estás?—no es tu asunto ¿Para que llamas?— Sebastián bebió de la botella de whisky—te llamo para decirte que el bebé Emanuel, está en riesgo, está al borde de la muerte, pero como estás tan ocupado, ¡Entonces hice mal en llamarte!— Natalia cuelga la llamadaElla cierra los ojos y empieza a respirar profundamenteHoras después, Lena está esperando junto a Natalia, ninguna de las mujeres han descansado. Natalia pensó que Sebastián, luego de saber lo que estaba pasando, iba a venir para apoyar a Lena, p
Lena está pasmada, y más cuando ve que el niño entró en pánico. —¡Váyase señora! ¡No quiero que esté aquí! —me urge hablar con tu padre— Lena le da una ojeada a la casa—¡Mi padre casi no tiene tiempo para mí! El mayor del tiempo estoy solo— solloza Francesco —si mi padre la llega a ver, de aseguró menos pasará tiempo conmigo, no quiero verla señora, usted es mala, mala— soltó un gritó desesperante FrancescoReaccionó de mala manera, golpeando el abdomen de Lena, mientras llora, quizás soltando todo su dolor, aquel sufrimiento que ya había tenido desde que tiene conciencia.Lena se compadece de Francesco, es tan solo un niño que lastimosamente ha llevado la mala parte, es un niño sensible, que muestra sus sentimientos, y aquellos golpes leves hacia Lena no son de odió, es de dolor, porque es un niño que quiere amor y atención.—¡No la quiero ver!— Francesco se está sintiendo débil—¡Francesco!— lo reprende Cristhofer, escuchó los gritos y bajó rápidamente para ver qué estaba pasando
—¡Carajo!— exclamó Cristhofer—tengo miedo papá— Francesco se coloca el cinturón—todo va a estar bien pequeño— lo intenta calmar Lena —¡Dame a mi hijo!— Mei busca otra piedra—no salgan del auto— Cristhofer se dispone a bajar—ten cuidado por favor— Lena pasa saliva—¿Por qué mi madre es tan mala?— Francesco mira con terror a Mei—tu madre no te merece, eres un niño adorable, no tengas miedo que yo te voy a proteger—te pareces mucho a mi madre ¿Puedes ser mi mamá?— Francesco suspira—si tu quieres, lo seré— aquella respuesta agrado a Francesco—¡Vete Mei!— la señala Cristhofer—¡No! No voy a dejar que te lo lleves con esa perra de Lena, ¡Maldita zorra! Has regresado a quitarme a mi hijo, ¡Claro, como el tuyo murió! ¡Te voy hacer pedacitos!— Mei grita como locaLos hombres de Cristhofer, se acercan al escuchar los gritos.—Francesco está bien a mi lado, y claro que asistiré a tu maldita cita judicial, verás como te voy a quitar los derechos que tienes sobre él, saldrás perdiendo
Cristhofer la besa, como si no hubiera un mañana, pero Lena trata de alejarlo, necesita parar este beso que la está haciendo perder la cordura.Ella lo empuja fuertemente, siente sus labios hinchados y arder. Ella lo abofetea y luego lo señala. —¡Eres un abusivo Di Monti!— él acaricia la mejilla golpeada por Lena, sin dejarla de mirar—golpearme todo lo que tú quieras Lena, pero estoy seguro que este beso te ha encantado, y se, que sí yo, estoy prendido de deseo por hacerte mía en este momento, tú ya estás mojada y lista para mí— Lena traga grueso—¡Tonterías!— Lena intenta abrir la pequeña puerta, pero Cristhofer la vuelve acorrarlar—mi amor, escucha, intentemos, seamos un familia junto a nuestro hijo y Francesco—para tu información, Cristhofer, Francesco se ha ganado mi cariño en poco tiempo, y te repito que no pienso tener algo contigo, así que no alucines, porque no sentí nada —¡Maldición mujer! No me dejes así, estoy jodidamente loco por hacerte mía Esa confesión aceleró el c
—Cristhofer por favor— Lena lo mira, sabe que él es compulsivo, no quiere tener problemas—¡Dile que se vaya!— ordena Cristhofer—No. Yo he estado para Emanuel, así que no me pienso ir— Sebastián le responde con arrogancia —¿Quién será el donante?— la doctora interrumpe, ha podido ver el sacrificio y preocupación de Lena, y sabe que ahorita no está bien —yo seré, le salvaré la vida a mí hermanito— Francesco aún esta abrazando a su padre, no quiere que discuta—ven conmigo pequeño— la doctora extiende su mano—doctora, en este caso… Deseo que le hagan la prueba al hermano y al padre de mi hijo, no quiero perder el tiempo— súplica Lena —esta bien, sigan conmigo por favor— la doctora empieza a caminar—todo va a estar bien pequeño— lo anima Lena, y Francesco corre a abrazarla —te veo en un momento Lena— Cristhofer tiene un temple en su rostro muy frío —en cuanto les hagan la prueba, vamos para que conozcas a Emanuel— Cristhofer asienta con la cabeza y luego mira con frialdad a Sebas