—¡Un trasplante!— exclama Lena. —¡Yo… hágame la prueba!— súplica Lena desesperada —pueda que yo sea compatible, por favor, no perdamos el tiempo— Lena siente pánico, escuchar que en tres días su hijo puede morir, eso es doloroso para ella —venga conmigo por favor— la doctora procede hacer su trabajo—todo con calma Lena, estaré esperando por ti— Natalia saca su celular móvil y llama a SebastiánLuego de varios intentos, él contesta. —¿Qué quieres Natalia?— ella puede oír música—¿Dónde estás?—no es tu asunto ¿Para que llamas?— Sebastián bebió de la botella de whisky—te llamo para decirte que el bebé Emanuel, está en riesgo, está al borde de la muerte, pero como estás tan ocupado, ¡Entonces hice mal en llamarte!— Natalia cuelga la llamadaElla cierra los ojos y empieza a respirar profundamenteHoras después, Lena está esperando junto a Natalia, ninguna de las mujeres han descansado. Natalia pensó que Sebastián, luego de saber lo que estaba pasando, iba a venir para apoyar a Lena, p
Lena está pasmada, y más cuando ve que el niño entró en pánico. —¡Váyase señora! ¡No quiero que esté aquí! —me urge hablar con tu padre— Lena le da una ojeada a la casa—¡Mi padre casi no tiene tiempo para mí! El mayor del tiempo estoy solo— solloza Francesco —si mi padre la llega a ver, de aseguró menos pasará tiempo conmigo, no quiero verla señora, usted es mala, mala— soltó un gritó desesperante FrancescoReaccionó de mala manera, golpeando el abdomen de Lena, mientras llora, quizás soltando todo su dolor, aquel sufrimiento que ya había tenido desde que tiene conciencia.Lena se compadece de Francesco, es tan solo un niño que lastimosamente ha llevado la mala parte, es un niño sensible, que muestra sus sentimientos, y aquellos golpes leves hacia Lena no son de odió, es de dolor, porque es un niño que quiere amor y atención.—¡No la quiero ver!— Francesco se está sintiendo débil—¡Francesco!— lo reprende Cristhofer, escuchó los gritos y bajó rápidamente para ver qué estaba pasando
—¡Carajo!— exclamó Cristhofer—tengo miedo papá— Francesco se coloca el cinturón—todo va a estar bien pequeño— lo intenta calmar Lena —¡Dame a mi hijo!— Mei busca otra piedra—no salgan del auto— Cristhofer se dispone a bajar—ten cuidado por favor— Lena pasa saliva—¿Por qué mi madre es tan mala?— Francesco mira con terror a Mei—tu madre no te merece, eres un niño adorable, no tengas miedo que yo te voy a proteger—te pareces mucho a mi madre ¿Puedes ser mi mamá?— Francesco suspira—si tu quieres, lo seré— aquella respuesta agrado a Francesco—¡Vete Mei!— la señala Cristhofer—¡No! No voy a dejar que te lo lleves con esa perra de Lena, ¡Maldita zorra! Has regresado a quitarme a mi hijo, ¡Claro, como el tuyo murió! ¡Te voy hacer pedacitos!— Mei grita como locaLos hombres de Cristhofer, se acercan al escuchar los gritos.—Francesco está bien a mi lado, y claro que asistiré a tu maldita cita judicial, verás como te voy a quitar los derechos que tienes sobre él, saldrás perdiendo
Cristhofer la besa, como si no hubiera un mañana, pero Lena trata de alejarlo, necesita parar este beso que la está haciendo perder la cordura.Ella lo empuja fuertemente, siente sus labios hinchados y arder. Ella lo abofetea y luego lo señala. —¡Eres un abusivo Di Monti!— él acaricia la mejilla golpeada por Lena, sin dejarla de mirar—golpearme todo lo que tú quieras Lena, pero estoy seguro que este beso te ha encantado, y se, que sí yo, estoy prendido de deseo por hacerte mía en este momento, tú ya estás mojada y lista para mí— Lena traga grueso—¡Tonterías!— Lena intenta abrir la pequeña puerta, pero Cristhofer la vuelve acorrarlar—mi amor, escucha, intentemos, seamos un familia junto a nuestro hijo y Francesco—para tu información, Cristhofer, Francesco se ha ganado mi cariño en poco tiempo, y te repito que no pienso tener algo contigo, así que no alucines, porque no sentí nada —¡Maldición mujer! No me dejes así, estoy jodidamente loco por hacerte mía Esa confesión aceleró el c
—Cristhofer por favor— Lena lo mira, sabe que él es compulsivo, no quiere tener problemas—¡Dile que se vaya!— ordena Cristhofer—No. Yo he estado para Emanuel, así que no me pienso ir— Sebastián le responde con arrogancia —¿Quién será el donante?— la doctora interrumpe, ha podido ver el sacrificio y preocupación de Lena, y sabe que ahorita no está bien —yo seré, le salvaré la vida a mí hermanito— Francesco aún esta abrazando a su padre, no quiere que discuta—ven conmigo pequeño— la doctora extiende su mano—doctora, en este caso… Deseo que le hagan la prueba al hermano y al padre de mi hijo, no quiero perder el tiempo— súplica Lena —esta bien, sigan conmigo por favor— la doctora empieza a caminar—todo va a estar bien pequeño— lo anima Lena, y Francesco corre a abrazarla —te veo en un momento Lena— Cristhofer tiene un temple en su rostro muy frío —en cuanto les hagan la prueba, vamos para que conozcas a Emanuel— Cristhofer asienta con la cabeza y luego mira con frialdad a Sebas
—¡Maldición!— gruñó Cristhofer por lo bajo—debes calmarte Cristhofer—¿Cómo pudieron engañarme de esa manera?—disculpe, saldré un momento, les recuerdo que no hay tiempo que perder, debo hacer el trasplante— la doctora sale de la habitación—enviaré a Francesco con Mei— Di Monti está con el genio de los mil demonios—¡Si haces eso, me voy a decepcionar más de tí! Francesco te ama, y tú has sido un buen padre con él ¿Tan frío tienes tu corazón para hacerlo a un lado?— pregunta Lena en voz baja —¡Tú no lo entiendes! No tolero que me engañen Lena, Mei me tendrá que escuchar —¿Entonces sí piensas hacer a un lado a Francesco?— pregunta Lena fulminante Cristhofer hace silencio. —piensa en ese niño, está ilusionado, tú eres su figura paterna, no lo lastimes, si nunca hubieras sabido la verdad, todo siguiera igual, padre e hijo, te pido, que te coloques la mano en el corazón, Francesco necesita amor y yo se lo daré ¿Y tú?— Pregunta Lena, sus ojos sean tornado llorosos —lo siento Lena, e
Lena muerde su labio inferior. —¿Puedo saber qué decisión has tomado?— pregunta Lena —Lena, necesito de tu apoyo y que estés a mi lado, quizás no estés de acuerdo, pero con la ley es complicado, debo dejar que Francesco se vaya con Mei —¿¡Qué!? ¡No puedes hacer eso!— Lena niega con la cabeza —debo hacerlo, solo confía en mí, por favor —Pero Francesco, ¿Qué será de él?— Lena está sumamente preocupada —se pondrá triste, ha sufrido, no lo merece —escucha…— Cristhofer suspira profundamente —confía en mí, sé que es difícil que lo hagas luego de todo lo que ha pasado, pero confía en mí, por favorLena lleva sus manos a la cabeza, masajeando su cabello, Cristhofer la mira detenidamente.[...]—¿Aquí vive mi madre?— pregunta Francesco—si pequeño, vamos para que te des un baño, ¡Carajo!— Natalia se asustó —¿Qué haces aquí Sebastián?— Natalia lo mira con extrañeza—vine a buscar unas cosas que tenía guardadas aquí, pensé que Lena era la que había llegado ¿Cómo está Emanuel?—¡Fue un éxito
Lena voltea a mirar a Mei y Francesco al oír la voz de esa mujer, se aferra a Lena. —¡Aléjate de Francesco!— Mei camina hacia Lena, y empieza a forzar a Lena, para quitarle al niño—¡No lo toques!— Lena intenta proteger a FrancescoNatalia que escucha los gritos, se acerca rápidamente y empuja a Mei. —¡Maldita bruja! ¡Aquí no eres bienvenida!— la señala Natalia—¡Me estás robando a mi hijo Lena, te voy a demandar!— Mei está como loca, ella se acerca a Lena nuevamente sin importarle la presencia de Natalia —las cosas no se resuelven con violencia— interviene Lombardi—¡Tengo miedo mamá!— exclama Francesco, el pobre niño está muy asustadoLena aprovecha que Natalia se coloca como un escudo protegiéndola. —corre al baño, no salgas— le pidió Lena a Francesco—no me dejes mamá— súplica Francesco entristecido —no lo voy hacer, yo te voy a proteger—¡Yo soy tu madre malagradecido!— Mei reprende a FrancescoFrancesco con temor corre hacia él baño, y Mei detrás del niño, pero Lena no le pe