Lena muerde su labio inferior. —¿Puedo saber qué decisión has tomado?— pregunta Lena —Lena, necesito de tu apoyo y que estés a mi lado, quizás no estés de acuerdo, pero con la ley es complicado, debo dejar que Francesco se vaya con Mei —¿¡Qué!? ¡No puedes hacer eso!— Lena niega con la cabeza —debo hacerlo, solo confía en mí, por favor —Pero Francesco, ¿Qué será de él?— Lena está sumamente preocupada —se pondrá triste, ha sufrido, no lo merece —escucha…— Cristhofer suspira profundamente —confía en mí, sé que es difícil que lo hagas luego de todo lo que ha pasado, pero confía en mí, por favorLena lleva sus manos a la cabeza, masajeando su cabello, Cristhofer la mira detenidamente.[...]—¿Aquí vive mi madre?— pregunta Francesco—si pequeño, vamos para que te des un baño, ¡Carajo!— Natalia se asustó —¿Qué haces aquí Sebastián?— Natalia lo mira con extrañeza—vine a buscar unas cosas que tenía guardadas aquí, pensé que Lena era la que había llegado ¿Cómo está Emanuel?—¡Fue un éxito
Lena voltea a mirar a Mei y Francesco al oír la voz de esa mujer, se aferra a Lena. —¡Aléjate de Francesco!— Mei camina hacia Lena, y empieza a forzar a Lena, para quitarle al niño—¡No lo toques!— Lena intenta proteger a FrancescoNatalia que escucha los gritos, se acerca rápidamente y empuja a Mei. —¡Maldita bruja! ¡Aquí no eres bienvenida!— la señala Natalia—¡Me estás robando a mi hijo Lena, te voy a demandar!— Mei está como loca, ella se acerca a Lena nuevamente sin importarle la presencia de Natalia —las cosas no se resuelven con violencia— interviene Lombardi—¡Tengo miedo mamá!— exclama Francesco, el pobre niño está muy asustadoLena aprovecha que Natalia se coloca como un escudo protegiéndola. —corre al baño, no salgas— le pidió Lena a Francesco—no me dejes mamá— súplica Francesco entristecido —no lo voy hacer, yo te voy a proteger—¡Yo soy tu madre malagradecido!— Mei reprende a FrancescoFrancesco con temor corre hacia él baño, y Mei detrás del niño, pero Lena no le pe
Lena se asombró —¡Cómo ordené señor!— Gutiérrez se apresura a obedecer—¡Espera Cristhofer! Para todo ésto, estás en recuperación—¡No pienso permitir que alguien te lastime!— Cristhofer se quita los cables y Lena se acerca rápidamente—calma, a ella le quedó claro que no me pienso dejar, estás asustando al niño— Lena mira a Francesco Él agarra la mano de Lena y la atrae hacia él. —comprende que eres importante para mí, y lo que más deseo es tu bienestar y la de mi hijos— Cristhofer posa sus manos en el rostro de Lena —a Mei le saldrá caro, haber lastimado tú rostro— habló entre dientes —lo pagará —cálmate por favor, esto no es nada para todo lo que le hice a ella, vuelve acostarte, no debes hacer tanta fuerza— pidió Lena y Cristhofer la acerca más él, dónde puede sentir su respiración y aquel deseo de besarla —no soporto que alguien te coloque una mano encima— Cristhofer se acerca para besar sus labios, mientras que Francesco está muy emocionado al verlos así juntos, pero Lena baj
—¿Lombardi?— lo menciona Cristhofer pero con una cólera que le provoca tener de frente a ese hombre y golpearlo por querer quitarle a Lena —¿Estás molestó?— pregunta Lena, y mira a Natalia—Yo… los dejo a solos— Natalia se marcha, no quiere presenciar la escena de celos —¿Cristhofer…?— Lena observa que este no dice nada, y no le agrada que esté divagando en sus pensamientosÉl cierra y abre los ojos para contenerse, y luego mira hacia la terraza. —lo siento, Lena— Cristhofer camina hacia la terraza, necesita respirar, no quiere ser un patán y que luego Lena se quiera apartar más de él Ella observa cómo él se marcha hacia la terraza y luego coloca sus manos en su cintura, pero literal el hombre está qué explota.Lena traga grueso y camina hacia Cristhofer. —¿Qué te sucede?— pregunta ella al estar a su lado —déjame sólo Lena— pidió Cristhofer sin mirarla a los ojos —¿Estás molesto por el detalle que me envió Lombardi?— pregunta ella suavizando su voz —después de todo, tienes derec
Sebastián sabe que no puede mencionar a la madre de Cristhofer, porque si no, perdería todo. Y más a Lena, porque él es consciente de todo el daño que esa anciana le provocó.Cristhofer se acerca a Sebastián, quedando frente a frente —no eres nadie, y no puedes conmigo— dicho ésto, Cristhofer se marcha para ir hacia su enemigo, Sebastián está tensionado, tuvo que callarse, pero no se piensa quedar con los brazos cruzadosDi Monti se sube a su auto, y el chófer lo lleva en dirección donde está Lombardi.En ese momento, recibe una llamada de Gutiérrez. —¿Ahora qué Gutiérrez?—señor, me han informado que la señorita Mei, ha escapado —¿Qué mierdas?— Cristhofer no lo puede creer—señor, ella sabía que usted la estaba buscando, por esa razón se escapó, se fué de este país, estoy tratando de averiguar a dónde, pero esa mujer es muy astuta—¡Es una escoria! Ella sabe de lo que soy capaz Llamaré a mi madre, de aseguró se fue a refugiar en la mansión Di Monti—no lo creo señor, la señorita Mei
Cristhofer está boquiabierto al verla, es la mujer de sus sueños, hermosa y radiante, con una belleza inigualable, y con aquella alma tan transparente que lo hechiza.Di Monti con sus manos sudadas, se acerca a ella. —buenas noches hermosa dama— habló muy caballeroso y educado, poniéndola más nerviosa —Cristhofer…— menciona su nombre sin dejar de mirarlo a los ojos—esta noche será tan especial, que no podrás olvidarla nunca y será quizás una más de tu colección de los pocos buenos recuerdos, pero lo importante es lo que estoy dispuesto hacer por mí esposa —Cristhofer yo…— él la interrumpe y se acerca un poco más, quedando a escasos centímetros—deseo tanto que… Puedas al menos fingir ser mi esposa, y así mi corazón regocijarse de tu cariño— Cristhofer lleva su mano derecha a la mejilla de Lena con mucha delicadeza dando una leve caricia, ella cierra sus ojos y pasa saliva, pero al sentir muy cerca la respiración de Cristhofer, hace a un lado su rostro, por poco y este la besa —¿V
Lena Maxwell empuja a Cristhofer, dejándolo sorprendido. Ambos se quedan mirando fijamente. ¿Has planeando todo ésto?— pregunta ella sin parpadear —solo la cena, bueno la habitación también, solo que no pensé que las cosas resultarán, es que te deseo Lena— Cristhofer se vuelve a acercar, pero la mujer lo empuja —eres un maldito bastardo Cristhofer Di Monti, te has atrevido a hacerme semejante engaño—¡No! ¡No mi amor déjame explicarte!— Cristhofer traga grueso y safa un poco su corbata—¡No te quiero escuchar!— bufo ella sin dejarlo de mirar, y luego hace una pose muy sensual, así la hace sentir ese hombre, una mujer segura de lo que tiene Cristhofer se termina de quitar la corbata. —¿No estás molesta conmigo?— pregunta desabotonando un poco su camisa—¿Qué piensas hacer para quitar mi molestia?— la pregunta tan atrevida de Lena, provocó un infierno en el cuerpo de Cristhofer, el cual arde, está desesperado por tocarla —te haré, sentir la mejor noche de tu vida— Cristhofer no sa
Lena lo mira con ternura sin saber todo lo que ese beso provocó en Cristhofer. —¿Lena…?— Cristhofer está ansioso—es para agradecerte—¿Solo eso?— se acerca Di Monti colocando sus manos en la cintura de Lena Ella asienta con la cabeza. —vaya… Si que me ilusioné— suspira él sin dejarla de mirar —se paciente ¿Bueno? —¿Dime qué podré hacerte hacerte el amor cuántas veces quiera?—no señor Di Monti, es cuando yo quiera, ahora, ¿Con quién estabas hablando?—fue una llamada de trabajo mi reina, vamos a desayunar— Cristhofer le roba un beso, pero Lena le sigue la cuerdaÉl la carga y la lleva hacia la cama. —dicen que los mañaneros dan buena energía— susurra con aquella voz ronca que excita a Lena —sabes… Yo también pienso lo mismo— le responde Lena con picardía, la mujer rodea la cintura de Cristhofer con sus largas piernas, y él no pierde la oportunidad de volver a tomar posesión de su cuerpo.[...]—¡Madre, padre!— Francesco corre hacia ellos al verlos entrar—hijo ¿Cómo te has portad