Narrativa Alessandro
Después de dos años de noviazgo, me encontré con Dania Morgan, quien había estado actuando de manera extraña últimamente. "Alessandro, creo que sería mejor darnos algo de tiempo", dijo, con una sonrisa tímida. Le pregunté por qué quería terminar y ella respondió: "No estamos terminando, solo necesitamos tiempo". Me sentí confundido pero decidí respetar su deseo. "Dania Morgan, llevamos más de 2 años juntos, no podemos simplemente dejarlo así. Sabes que te quiero", le dije, mirándola a los ojos. Ella admitió que también me quería, pero se sentía asfixiada y necesitaba espacio. Acepté su pedido y me alejé, sintiendo un nudo en la garganta y un dolor en el pecho. Dos años de relación parecían desvanecerse en un instante. Me sentí devastado, así que decidí ir a la panadería de mi madre para distraer mi mente. Mientras entraba, vi a mi madre horneando empanadas. Ella me preguntó cómo había sido mi día y, aunque estaba sufriendo, le respondí con una sonrisa forzada. Aunque estaba desconsolado, aún tenía la esperanza de que las palabras de Dania fueran sinceras y que solo necesitara tiempo. Mi madre me pidió que llevara unas empanadas a Belinda, como lo hacía a menudo. Acepté, deseando que esta pequeña tarea me ayudara a distraerme y encontrar algo de paz en medio de mi corazón roto. Tomé las empanadas y salí a entregarlas, mientras pensaba en Dania, ¿y si realmente necesitaba tiempo? Me pregunté por dentro, pero cambié de opinión cuando la vi hablando con Mario, mi mejor amigo. No quería especular o imaginar cosas que no lo eran, así que me acerqué sin ser escuchado. "Mario, te amo", dijo mientras lo miraba. – ¿Y tu novio? Mario preguntó. – ¿El hijo del panadero? Sabes que no es nadie, un hombre hambriento. Dania se quejó. – ¿Cuándo terminarás con él? "Le pedí tiempo, pero no volvería con ese pobre mendigo ni que fuera el último hombre del mundo. Esas palabras me lastimaron, pero me ayudaron a abrir los ojos, para que al menos no viviera engañado. Me abrí camino entre ellos para ir a entregar las empanadas. "¡Alessandro espera! Gritó su dulce voz que me hizo plantearme darme la vuelta y lanzarme a sus brazos, pero tenía que ser fuerte, ya había escuchado demasiado. Tenía que seguir caminando. El amuleto de buena-mala suerte "Señora Belinda aquí hay unas empanadas que mi madre ha preparado para ti", dije con una sonrisa medio falsa, también creía que la señora Belinda estaba loca, que había desperdiciado su vida sola. "Gracias, querido, pero no tuviste que preocuparte por esta anciana", dijo la Sra. Belinda con mucha calma mientras miraba al cielo. Sacudí la cabeza mientras dejé la bolsa sobre una mesa y me dí la vuelta para irme. "Pobre anciana loca", pensé para mis adentros. Empecé a caminar a casa, ya que era tarde y al día siguiente tenía colegio, pero escuché que la señora Belinda estaba teniendo un ataque de asma, corrí hacia ella y traté de ayudarla colocándole su ihnalador en la boca, pero no estaba funcionando, los nervios me ganaron al ver que dejaba de respirar. Por suerte un vecino llamó la ambulancia que no tardó en llegar. Esperé durante todo el proceso hasta que esa anciana estaba bien. "Querido acércate", dijo con voz suave. Mis manos todavía temblaban después del asombro que me llevé, pero respiré hondo y me acerqué a ella, quien tomó mi mano y les colocó un amuleto. -Te dará suerte en el amor, te protegerá a ti y a la mujer que decidas amar, dijo ella y sonrió suavemente mientras los médicos la nebulizaban. “Suerte, si como no” pensé mientras pateaba unas latas de basura, “soy alto, soy guapo, lo que necesito es dinero, así nadie volverá a menospreciarme nunca jamas. De igual forma guardé el amuleto en mi bolsillo mientras me marché de allí. ************ El engaño de mi madre Cuando llegué a casa noté que mi madre estaba un poco nerviosa, me acerqué tranquilamente a ella y la observé de lado, hablando con un hombre de mediana edad, estaba bien vestido y parecía un abogado, seguramente era del banco, ya que a mi madre le gustaba endeudarse para ir a casas de juego ilegales. "¿Qué está pasando, madre, quién es este hombre?" – pregunté mientras observaba al hombre que me miraba con placer. "Tengo algo que decirte Alessandro, quiero que vengas conmigo a la cocina, te lo contaré todo", dijo mi madre mientras su frente se llenaba de sudor. Ambos fuimos a la cocina mientras este hombre se quedó en la sala esperando. "¿Qué está pasando, madre?" Le pregunté cuando vi que temblaba mucho. – Alessandro sabes que tenemos problemas de dinero y el banco está a punto de recuperar mi casa, así que. – mi madre guardó silencio durante unos segundos mientras observaba el vacío. "Madre, ¿qué estás haciendo? – No entendí nada y también empecé a ponerme nervioso cuando tartamudeaba "Dime qué está pasando. "Alessandro te mentí, tu padre no está muerto como te hice creer desde que eres un niño, tu padre es uno de los hombres más ricos e importantes de todo el país, cuando eras solo un niño escapé de esta casa, no quería que crecieras con él, es malo y su dinero está lleno de sangre – dijo dejando escapar un suspiro mientras daba dos pasos atrás. – Lo siento hijo. Quéde callado mientras estaba en estado de shock sin saber qué decir, un sudor frío corrió por mi espalda mientras miraba su rostro palido. "Pero madre, ¿qué dices, no entiendo nada ... Le dije mientras sentía ese nudo en mi garganta que no me dejaba respirar. "Este hombre afuera es el abogado de tu padre, ha presentado una orden de restricción, no quiere que vuelva a acercarme a ti, ha inventado que soy una mala madre y un mal ejemplo para ti", dijo asustada mientras sacaba un cigarrillo con sus manos temblorosas. -Mal ejemplo, pero eso es mentira madre, siempre me enseñas lo correcto- "Lo sé, tu padre ha hecho pruebas falsas y ahora tendrás que ir con él por un tiempo mientras demuestro mi inocencia. Hice un mal gesto con mi boca mientras rechiné los dientes, estaba furioso con este hombre que decía ser mi padre. –Sonríe Alessandro que tu padre también ha hecho el traslado y estudiarás en un colegio privado de los más prestigiosos de todo el país, es un colegio de riquillos, hijos de abogados políticos y todo ese rollo, tu padre ha movido hilos para ello", dijo mi madre mientras lanzaba el humo de su cigarrillo. "Cálmate, madre, haré todo lo que pueda para ayudarte a pagar tu deuda, si quieres conseguiré dos trabajos de ser necesario. *************** (Quiero hacer una pequeña pausa para agradecerles por la oportunidad que me dan de leer esta historia, perdón por los errores ortográficos y de gramática ya que soy un novato escribiendo, también quiero agradecer a mi amiga Katia que me ayudó mucho a escribir este libro, gracias por ser la fan #1.)"No hay nada que hacer Alessandro más que esperar, mientras no tengo más remedio que dejarte ir con él por un tiempo". Me acerqué a mi madre y me despedí, cuando ví la tristeza reflejada en sus ojos. Me sentí con ganas de llorar y huir."Vamos, tu padre te está esperando". Así ambos nos dirigimos a la sala de estar mientras el abogado sonreía sactifactorialmente."Hola Alessandro, me presento formalmente a ti, Martín Berbenzano es mi nombre y soy el abogado de tu padre, él lo está esperando en su casa", dijo este hombre.Lamenté no golpearlo y romperle la cara cuando vi la estúpida sonrisa en su rostro, pero tuve que contener mi ira.Asentí con la cabeza ante sus palabras a pesar de que tenia un nudo en la garganta. Vi por la ventana un coche aparcado fuera de la casa mientras salieron unos hombres vestidos de negro con esmoquin. "Nuestro transporte está aquí", dijo el abogado de mi padre.Mi madre sacó una maleta y se la entregó a uno de los hombres mientras mira
-Espero que os haya gustado, pero llegamos tarde a el colegio. Asentí y fui tras el, hasta llegar al estacionamiento. Matteo sacó las llaves de un auto e hizo que una suave alarma sonara, las luces de un lujoso Ferrari se encendieron. "Este es mi auto, hermano, pero la verdad me avergüenza un poco", me dijo Matteo mientras veía su reloj de lujo presumiendo.Quéde con la boca abierta cuando ví el lujoso coche. Era tan guapo que soñaba con subir a el."¿Te da vergüenza que sea muy lujoso?" – le pregunté a mi hermano, ya que tenía miedo de ver esta máquina frente a mí."No seas tonto hermano, me da vergüenza que el modelo sea de hace dos años, todos mis amigos tienen la última versión. Lo observé queriendo decirle que no fuera una pajita, pero continué porque no me sentía seguro con él.Me subí al auto de Matteo mientras todavía no podia creer que me estaba subiendo a un Ferrari, mi hermano Matteo subió en el acto y comenzó a acelerar esa máquina que funcionaba como un demon
"Tíralo al basurero", dijo Sebastián, quien era el capitán del equipo."Deténte Sebastián". Alguien gritó y todos se dieron la vuelta, fue Katia quien se paró frente a ellos. "Cállate rata repugnante", dijo Sebastian, el matón de el colegio, que lanzó una fuerte bofetada en la cara de ella haciendo una marca fuerte, "si vuelves a hablar sin mi permiso, te daré otra, así que cállate y sal de aquí". Pero quién se cree este que golpea a la chica bonita que acabo de conocer, pensé antes de sentir que una fuerza sobrenatural se apoderaba de mí, a los que me sujetaban los lancé.Me llené de ira, así que me abalancé sobre Sebastián, tirándolo al suelo y lanzándole puñetazos hasta que rompí la nariz de este sinvergüenza."¿Por qué no me das uno también?", dije mientras sostenía su cuello con fuerza contra el suelo, todos me vitorearon hasta que un silencio se apoderó de todo el instituto. "¿Qué está pasando aquí?" -Gritó alguien detrás de todos, abriendose paso entre la multitud
No esperaba que fuera tan fría conmigo después de que casi me expulsaron por defenderla.Giré ligeramente la cabeza y vi un asiento vacío al lado de Sebastián, sentí que era mi oportunidad de intimidarlo sentándome a su lado. "¿Está ocupado?" Pregunté mientras señalaba la silla y levantaba las cejas, pero Sebastian volteo la cara a otro lado."aquí aquí", saltó la voz de una dulce niña, era Becky, la chica más bonita de toda la habitación, todos los jovenes adinerados fueron rechazados por ella, era la hija de un diputado muy poderoso, tenía mucho dinero y todos hacían cola para hablar con ella. Me acerqué a ella, directamente a la silla que me ofrecía, sentí su mirada fija en mí.No sabía qué decirle.La maestra entró y así comenzó la clase, pero yo no podía dejar de ver a Katia, no podía concentrarme por ver a esta niña intrigante. ********-Empezó la hora del comedor, dijo la maestra así que guardé unos libros para ir a la cafetería, casi todas las mesas estaban ocupad
"Sé quién eres, pero el hecho de que pagué por tu autobús no nos hace amigos, quiero que nos dejes a mí y a mis amigos en paz", dijo Katia en un tono muy serio. Sus palabras fueron muy duras para mí, sintiéndome avergonzado, tanto que no sabía qué responder."Está bien, disculpa", dije mientras bajaba la mirada. Vuelvo a la cocina y continúo con mi trabajo, pensé hasta que pasadas unas horas me llamó el dueño del restaurante."Lo has hecho muy bien chico, si necesitas un trabajo sabes a dónde ir, necesito un lavaplatos a tiempo parcial", dijo el dueño mientras me daba comida y un pequeño pago por ese día. Estaba feliz, con ese dinero podía pagar un taxi para llegar a casa."Está bien, al salir del bachillerato voy a trabajar con usted, señor", dije, asi vería a Katia en el colegio y también alli.Salí a tomar un taxi pero no sabía dónde estaba la casa de mi padre, así que me detuve allí para esperar un rato, por suerte para mí Katia también salió de su turno, que me vio p
Enemistades de Katia"Es hora de comer", saltó la maestra, y todos salieron de la habitación. Estaba distraído, así que tardé un rato en llegar a la cafetería y vi a lo lejos donde dos chicas estaban molestando a Katia, pero me sentí impotente al no poder ayudarla. "Mira a la pequeña zorra, no tiene dinero para comer, su pobre tarjeta rebotó, ya, ya -Debería dejar de avergonzarce aquí e ir a un instituto que está en la misma clase social. "En su clase social o en su clase de mofeta. –Je je je. –Je je je. Me molesté escuchar a estas chicas hablar, así que me acerqué a donde estaba Katia. "¿Qué pasa Katia?" Katia negó con la cabeza sintiéndose incómoda. "Tu tarjeta no tiene fondos y tienes que devolver la comida", dijo una señora que trabajaba en la cafetería. "Está bien, pagaré", dije y saqué la tarjeta de crédito. La señora deslizó la tarjeta y dijo que era correcta, así que regresé con Katia, pero solo dijo "gracias" y se fue.Para mí esto fue un av
Apreté el puño con disgusto, este hombre infeliz era un cabron, como se atreve."Ahora eres parte de una familia poderosa, así que tienes que verte a ti mismo como tal", dijo Katia mientras me miraba de pies a cabeza. -Si lo deseas, podría acompañarte a comprar algo de ropa, mi familia solía tener mucho dinero y mi prioridad era la moda. "¿Qué le pasó a tu familia?" "Fui desterrada desde que Sebastián empezó a difundir los falsos rumores", Katia volvió su mirada furiosa hacia la ventana, -pero ya sabes, ya no me importa, ahora trabajo y con mi sueldo me hago cargo de mis gastos. -¡acepto!- Le dije con una sonrisa. –Quiero que me ayudes, quiero ir de compras contigo, algunas piezas nuevas no saldrán mal en absoluto, también quiero que me des algunos consejos, no sé nada de la alta sociedad o de cómo funcionan las cosas por aquí. "Está bien, Alessandro, cuando terminemos el turno te acompañaré. Niño ricoMientras tanto, en la otra mesa, Theo estaba furioso ... "Theo
Este anciano comenzó a llorar al ver a tanta gente llegar a su tienda. ¿Qué pasa señor? "¿Por qué lloras?", le pregunté al anciano. "¿Estás bien?" "Durante mucho tiempo no recibí clientes en mi tienda, trabajo muy duro con mi nieta para diseñar toda la ropa que tenemos, mañana cerraré", dijo el anciano que no pudo contener las lágrimas. "Pero señor, va a cerrar esta tienda, toda la ropa que he visto desde que entré es hermosa, sería un desperdicio para alguien tan creativo como usted y su nieta cerrar un lugar así", respondió Katia mientras le daba un abrazo al anciano. "Gracias", dijo el anciano, con la voz sollozando. Toda la gente se sorprendió al ver la ropa preguntándose de qué diseñador famoso eran, todos se sorprendieron haciendo cola para comprar, cada vez venía más gente. Mientras en la otra tienda, el gerente se golpeaba el pecho culpándose a sí mismo por lo que había sucedido. El anciano no tenía trabajadores a excepción de él y su nieta por lo que le pedi