Nevaeh se ha quedado dormida, o mejor dicho, la he inducido al sueño. Estaba llorando tanto después de que le conté la única solución para su embarazo, que no tuve más remedio que hacerla caer en un profundo sueño para que al menos pudiera descansar su mente. Ha pasado por mucho hoy: la escena en el bosque, y ahora esta tormenta que ha desatado mi padre.En lo más profundo de mi corazón, en lo más recóndito, siento un atisbo de alegría al saber que ella lleva una parte de mí dentro de su vientre. Mi semilla. Sin embargo, cualquier rastro de felicidad se ve opacado por nuestra oscura realidad.Otras personas se sienten felices, lloran de alegría al saber que serán padres. Organizan eventos especiales, invitan a amigos y familiares para celebrarlo en grande, esperando ansiosos el nacimiento de su bendición.Nosotros somos todo lo contrario. Lloraremos, pero de tristeza, porque sabemos que el fruto en el vientre de la mujer que amamos es una maldición, no una bendición.Nevaeh apenas lo
POV: Nevaeh Winter. Un susurro en mi oído me hace abrir los ojos de golpe, como si me hubieran asustado profundamente. Me incorporo desorientada, dándome cuenta en un instante de la penumbra y la soledad que me rodean.Aparto la manta que me cubre y miro alrededor. Benjamin no está; estoy sola, y el miedo empieza a colarse bajo mi piel.Salgo de la cama con cautela, evitando hacer el más mínimo ruido en medio de este denso y tenebroso silencio. ¿Dónde está Benjamin? Ni siquiera recuerdo cuándo me quedé dormida. Intento reconstruir lo sucedido, pero mi mente es una neblina.El chirrido de la puerta al abrirse me hace pegar un brinco. El terror es indescriptible. Puedo escuchar mi corazón latiendo frenéticamente.—¿Hola? —llamo, ocultándome al otro extremo de la cama. La puerta está entreabierta, pero nadie entra—. ¿Benjamin? ¿Eres tú?.Silencio.Me muevo lentamente, mis pies descalzos rozando la fría baldosa. El pánico me paraliza, pero aun así avanzo hacia la puerta, como si estuvier
Hace muchos, pero muchos años, existió una hermosa joven, hija única de una familia importante. Era caprichosa, encantadora y dulce; lo tenía todo.En un momento dado, aquella bella joven se enamoró, pero no precisamente de un hombre de su misma clase social. Se trataba de su chófer, un hombre guapo y joven, solo dos años mayor que ella.Ambos correspondieron al sentimiento mutuo y mantuvieron una relación a escondidas. Se amaban, y ella estaba profundamente enamorada de aquel hombre. Hasta que un día, los padres de la joven descubrieron su amorío.A pesar de la oposición familiar, la joven insistió en seguir con su amado. Y él, sintiéndose indigno de ella, tomó una decisión que los uniría como tanto deseaba, aunque se sintiera poco merecedor.El hombre tomó la virtud de la joven en una noche de pasión, lo que produjo un gran revuelo en la familia, ya que la virtud era muy importante según las leyes familiares. Las mujeres solo debían ser tocadas por sus parejas después de casarse, lo
En cuanto el señor James sale de la habitación, Benjamin se queda frente a mí con expresión de confusión. Me levanto de la cama y voy hacia él para abrazarlo. Me recibe cálidamente, seguramente aún más desconcertado por mi actitud.Su exquisito aroma a loción y tabaco se cuela en mis fosas nasales, lo que me calma y disipa el temor que sentía hace un momento.Me rodea con sus brazos y me levanta en el aire. Envulvo mis piernas alrededor de su cadera y me sostengo de su cuello mientras camina hacia la cama. Se sienta y me mantiene encima de él. Cuando nuestras miradas se encuentran, me besa en los labios. Es un beso suave, tierno y lleno de amor.Aparta un mechón de mi oscuro cabello detrás de mi oreja y pregunta:—¿Estás bien? —lo miro a los ojos, embelesada—. Es muy tarde para que estés despierta.—Tú lo estás.—Tenía algo que atender.—No estabas aquí cuando desperté —me acurruco en su cuello, aspirando el aroma de su piel—. Es aterrador cuando no estás.—¿Qué hacía mi abuelo en la
***Despierto temprano por la mañana. Como siempre, Benjamin no está a mi lado. No me importa si estoy sola, ni dónde ni cómo esté él. Salgo de la cama rápidamente, abro la puerta de la habitación y empiezo a buscar a alguien en específico. Me encuentro con Hitler en el pasillo, quien vigila constantemente el castillo. Su expresión es de desconcierto, claramente quiere saber a dónde me dirijo y qué estoy buscando.—¿Dónde está Charles? —pregunto con agitación. Me levanté asustada, con el corazón profundamente dolido.—Creo que está por salir —responde—. Tiene muchas cosas que atender ahora.—¿Dónde se encuentra exactamente?.—En su habitación, preparándose.No espero más y me dirijo hacia allí con rapidez, sin darle más explicaciones a Hitler. Él no intenta detenerme, sabe lo que ocurrió la última vez que lo hizo.Acelero el paso todo lo que puedo. No me importa lo que pase de ahora en adelante, si Charles es el asesino de mis padres, voy a enloquecer.Al llegar a su puerta, justo cu
—¡Benjamin! —le llamo a sus espaldas, pero sigue caminando—. ¡Benjamin!.Cuando le grito, se detiene en seco y se vuelve hacia mí con la mirada perdida. Baja los ojos hacia su fuerte agarre en mi mano, soltándome rápidamente al darse cuenta. Pasa una mano por su cabello, frustrado, y luego me escanea de pies a cabeza.—¿Qué hacías en su habitación? —me reclama, con un tono bajo y suave, pero firme y receloso—. Solo te dejé por un momento, Nevaeh, un maldito momento. ¿Qué hacías ahí?.—Yo... —no sé por dónde empezar. Mi explicación puede sonar un poco fuera de lugar. ¿Le voy a decir que vi en un sueño que su padre mató a los míos y que por eso corrí como una loca a su habitación para reclamarle?.—Dímelo —exige, y aparto la mirada.—¿Vas a creerme?.—Puedo dudar de mí, Nevaeh, pero nunca de ti.Mi mirada lo encuentra de nuevo, una sonrisa de alivio adorna mis labios. Me acerco a él y lo abrazo, siendo recibida con el mismo afecto. Sujeto su mano, enlazando sus dedos con los míos para l
Esa cosa ha desaparecido. Joel y yo hemos entrado al estudio de Benjamin, siguiendo las señales de la silueta que se nos apareció, pero verdaderamente no sé qué estamos haciendo aquí ni qué quiere que encontremos.Joel sigue aferrado a mi mano, sin soltarme, mientras busca a su alrededor cualquier indicio de lo que ese espectro desea que descubramos. Sinceramente, nunca había entrado aquí sin el permiso de Benjamin. Solo he estado aquí dos veces, y ambas fueron muy desagradables porque Benjamin me trataba mal en ese entonces. No es bueno recordar...—¡Demonios! —exclamo, aterrada, asustando a Joel a mi lado. Ese espectro acaba de aparecerse justo frente a mí, al lado del escritorio de Benjamin. Estoy tan asustada que mis piernas parecen dos ramas secas sacudidas por el viento.—Tranquila, mami —me dice Joel, acariciando mi mano—. No te hará daño.—N-no lo sé, Joel... esto es aterrador —balbuceo.«No puedo creer que un niño sea más valiente que yo. Eres un desastre, Nevaeh».—Mira —me
***«En los anales ocultos de la casa Worsley, una profecía oscura, un legado sombrío y severo, una maldición ferviente, cuando veinte primaveras florezcan con fulgor, la sangre pura de Worsley hallará su amor.Mas no será un amor de canto y poesía, sino un pacto ancestral, una oscura armonía, seis lunas después, un niño nacerá, pero no con alegría, sino con temor y pesar.Porque en el vientre materno, un destino atroz, la vida se desgarra en un parto feroz, el precio de la descendencia, la madre pagará, alimentando al heredero con su vida, la dará.Así la profecía perdura, en la casa Worsley, un misterio ancestral, un destino siniestro y sombrío, recordando a los vivos el precio a pagar, por desafiar al destino, y su oscuro devenir enfrentar.Pero hay una esperanza, un rayo de luz, en el corazón endurecido, que rompa la cruz...»Sigo releyendo el papel, buscando desesperadamente alguna pista, una solución a esta maldición. Pero, por más que he buscado por to