Cuando el video termina, las lágrimas ya corren libres y a caudales por el rostro de Stella mientras se pregunta cómo puede hacer lo que su padre le pide sin él.
De repente, otro video se reproduce automáticamente tomándola por sorpresa, ni siquiera tuvo que presionar nada. También es de su padre.“Mi dulce niña, no confíes en nadie, ni siquiera en la familia. Esto es lo más importante, de lo contrario, todo saldrá mal.”Eso era todo lo que su padre decía y, luego, como si nada, el archivo desaparece sin dejar rastro dejando a Stella preguntándose qué habrá querido decir su padre.Sin demoras, ella esconde la memoria USB de nuevo. Regresa al baño y cierra el grifo. La bañera está llena y, ahora más que nunca, necesita ese baño.Se despoja de toda su ropa y se mete en el agua sintiendo lo bien que se siente contra su cuerpo. Se acomoda y se recuesta hacia atrás justo cuando suena un golpe en la puerta.—¿Stella? —James la llama.—Pasa, está abierto.LaSin demoras, Stella sale de la bañera, se prepara y, envuelta en una bata dale directo hacia la habitación de James. No se toma la molestia de tocar, no cuando está a punto de reclamar lo que es de ella, lo que le pertenece, gira el pomo y la abre. James no se extraña cuando la puerta hace un crujido anunciándole que la han abierto, simplemente, se gira hacia ella y la ve ahí, a su chica, parada a la espera. —Has venido —ella siente con un movimiento de su cabeza— Dime, cariño ¿qué quieres? Stella no vacila, no duda no un solo segundo, la respuesta se le escapa de la boca como si hubiese estado ahí todo el tiempo. —A ti, te quiero a ti. James camina, se acerca hacia ella con paso lento, pero decidido y, cuando finalmente llega apoya la frente contra la de ella. Sus narices se rozan con gesto afectuoso.—Pues ya me tienes.(Narra Stella) Me agarra de la cintura y me atrae hacia sí. Qué alivio me supone pasarle las manos por los hombros, curvarlas alrededor de su nuca, pasar los
Sus labios sobre los míos, su lengua en mi boca… y en otras partes.Una respiración entrecortada y áspera le llena el pecho, el sonido de un deseo puro, de angustia, necesidad y hambre. Coloca las manos sobre las mías y empieza a guiar mis movimientos, mostrándome el ritmo y la presión que prefiere. Yo jugueteo con la punta, trazando círculos con la palma de la mano contra su carne hasta que, con un gruñido feroz, James aparta la mano y aplasta sus labios contra los míos.Su boca, que es presión caliente y lengua rápida, me arranca un gemido de la garganta. Me pego a él. Cada borde de nuestros cuerpos se adapta a las suaves curvas del otro. Alargo la mano para aferrarle el pelo, el cuello, todo lo que esté a mi alcance. Busco su lengua con la mía, y cuando ambas chocan salvajemente, me besa con más intensidad, hasta que nuestras bocas están tan fusionadas que me empiezo a marear por la falta de aire.James se aparta y me concede un leve respiro.—¿Cómo se desata esta cosa? —g
Se envara y suelta un gemido quebrado. Empieza a soltar groserías, a cuál más vulgar.Todo mi cuerpo se ilumina de placer. Quiere moverse, lo ansía con todo su cuerpo, pero no debería haberme permitido tocarlo, porque ahora lo voy a hacer pedazos poco a poco, con una lentitud agonizante.Le empiezan a temblar las piernas. Le recubro la cabeza y la rodeo con la lengua, lánguidamente, hasta sacar otro gemido dolorido de las profundidades de su pecho.—Basta —gruñe, e intenta apartarme de un tirón, pero me agarro a sus muslos y lo lamo con más lentitud aún. Las primeras gotas fluyen por mi lengua como el más dulce de los vinos.—Stell —ruge James. Me enreda las manos en los cabellos y da un tirón. Lo ignoro—. Stella.Me aparto sin dejar de succionar y suena un pequeño plop. —Paciencia —canturreo, enseñando los dientes con un atisbo de sonrisa.Lo acaricio despacio con la lengua y empiezo a usar también la mano, para que no quede libre parte alguna de su erección. Al ascender por
Después de todo lo que hemos pasado. Como si hubiésemos atravesado el infierno para llegar hasta aquí. No creo que se equivoque.—Sí —susurro. Echo la cabeza hacia atrás y cierro los ojos.Vuelve a ocupar la boca con sus crueles menesteres. Sella los labios, calientes, sobre el pequeño y tierno botón sobre mi sexo y me introduce dos dedos, con los que presiona mi pared frontal. Me aprieto contra su boca con una súplica incomprensible, delirante de un placer que me abrasa las venas. James emite un sonido complaciente y me lame la piel. Me tenso alrededor de sus dedos por puro reflejo e intento que me los introduzca aún más hondo. Apenas soy consciente de las palabras que se me escapan por la boca: «Más. Por favor. Más rápido. Sí, ahí». Me cosquillea la piel mientras la tensión no deja de subir y, con una última chupada, me deshago.Un grito salvaje me atraviesa. Arqueo la espalda y echo las caderas hacia delante. Caigo en espiral y me aprieto contra su boca mientras él prosig
A la mañana siguiente, el tono de su teléfono celular despierta a Stella. Al revisarlo se encuentra con un nuevo correo.“De: SeñorX@mail.comPara: StellaAllen@mail.comTengo tu contrato firmado. El dinero se transfirió a tu cuenta corporativa. Buena suerte.”Los ojos de Stella se terminan de abrir de golpe tras leer esas palabras completamente sorprendida. No puede creer que ese hombre misterioso haya hecho la transferencia tan pronto.Su primer pensamiento es enviarle un mensaje a Thomas para que verifique lo más pronto posible que en verdad se haya hecho el depósito. Con una noticia así, no puede perder ni un solo segundo de tiempo.“Hola, Thomas. Lamento molestarte fuera de horario laboral, pero el señor X me acaba de enviar un correo electrónico y me dice que se transfirieron veinte millones ¿Puedes revisar por favor?”Unos segundos después, la respuesta del abogado llega.“No te preocupes, y sí ¡recibido! Gracias, Stella por tu arduo trabajo. Te enviaré un resumen de nuestros pr
Stella se levanta de la cama y mira fijamente a James con el miedo reflejado en sus ojos. La expresión de su esposo no augura que se trate de una buena noticia, sino todo lo contrario y tiene mucho miedo de descubrir la verdad, pero tiene que hacerlo.James capta la atención de ella en cuanto menciona a su padre y ve el terror que se dibuja en la cara de su esposa así que, sin dudarlo, toma su mano entre las suyas con una mirada de preocupación que no puede borrar por más que lo intenta.—Mi investigador privado hizo su trabajo. Tu abogado tenía razón, ese número de cuenta es realmente imposible de rastrear, no podía relacionarlo con un nombre real. Alguien se tomó el trabajo de cubrir muy bien sus huellas, pero no salió con las manos vacías.Stella toma aire profundo para darse valor a sí misma y le pregunta:—¿Y entonces? ¿Qué pasó? —James duda si contarle o no y ella se da cuenta— Puedo afrontar lo que sea, en verdad puedo hacerlo, pero necesito saberlo ahora.Con un asentimiento d
Joseph Lang se queda boquiabierto e inmovilizado por completo mientras el miedo se le refleja claramente en sus ojos.La expresión de su rostro lo dice todo. Justo en ese momento, Stella lo entendió, algo realmente siniestro sucedió en ese hospital antes de que su padre muriera.—¿De qué estás hablando? No tengo idea de quién es Aaron Miller —dice el doctor con voz temblorosa.—¿En serio? —interviene James— Porque si consultamos los registros, estoy seguro de que veremos que era su paciente —James saca un trozo de papel doblado de su bolsillo y se lo entrega al médico— Parece que recientemente usted ganó una considerable suma de dinero, señor Lang ¿Medio millón de dólares? Eso es mucho dinero, incluso para un doctor de su índole.Ya no es solo la voz de Joseph la que tiembla, sino también sus manos cuando se estiran para alcanzar el papel.—¿De dónde sacaron eso?—¿En verdad está preguntando eso? ¿Cree que eso es lo más importante ahora? Déjeme que le explique, lo importante ahora es
El viaje de regreso a casa es borroso y, cuando James ayuda a Stella a entrar, le duele todo el cuerpo. Está reviviendo cada pesadilla que hacía solo unas horas pensaba que se habían quedado en su pasado.—¿Cómo pudo pasar esto? Fui tan estúpida por confiar en Beth. Estuvieron casados durante veinte años ¿cómo fue capaz de hacer algo así? Mi padre era un hombre maravilloso y la amaba, eso lo sé —pregunta ella confundida.—Yo mismo tuve que aprender esa lección de la manera difícil también —la consuela él— No puedes esperar lealtad de aquellas personas que harían cualquier cosa por dinero.James la toma en sus brazos y la lleva hacia el dormitorio. La acuesta en la cama suavemente como si fuera algo que se pudiera romper. Pone una almohada detrás de su espalda.—No sé cómo se supone que deba vivir con esto ahora. Quiero ir a casa de Beth ahora mismo y simplemente estrangularla con mis propias manos ¿Cómo puede seguir viviendo en esa casa? En mi casa, mi papá la compró ¿Cómo puede dormi