Capítulo 31

Una vez que Mario fue a prisión, Inma pudo estar más tranquila. Pudo llorar a su padre y pidió al abogado Marqués que se encargara del sepelio.

Al día siguiente, Damm llevó la información recaudada por él investigando. Al tomarla en las manos, Antón descubrió que el hijo perdido de Durant era Axel. Se sentó para poder dar la noticia. Si tan solo el señor Durant hubiera pedido su ayuda a tiempo, habría podido conocer a su hijo y, por consiguiente, a su nieta.

—Damm, debes entregarle esto a Inma.

—Ella ha desaparecido; le estuve buscando y no pude localizarla.

—¿Quién se está haciendo cargo del sepelio?

—No sé...

—Averígualo.

Llamaron a la puerta y se dirigió a abrir.

—Amigo, ¿podemos hablar?

Antón miró a Mikel y asintió. Le dejó pasar y Damm se retiró.

—Localiza a Inma.

—Como ordene, señor.

Suspiró y procedió a sacar una bebida.

—Antón, ¿has ido a visitar a tu mamá?

—No quiero verla —gruñó mientras extendía una copa a su amigo.

—Sabes que tu padre se escapó del centro.

—¿Cuándo? ¿Y tú
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