Italy ToscaniDespertar nunca se había sentido de esta forma como si despertara despues de que un camión me pasó por encima sin dudarlo un segundo. Todos los músculos de mi cuerpo dolían y mis párpados pesaban más que de costumbre cuando me levantaba.Pero entonces recordé que estaba en aquella habitación bajo tierra después de que Raian me hubiese golpeado y supe que era la razón de todo mi malestar ya que mi cuerpo dolía horrores, lo suficiente como para espantar a cualquiera.Pero ya no podía sentir frío. No podia sentir la superficie dura debajo de mi cuerpo asi que me cuestioné en donde estaba realmente ¿se habría apiadado de mi en algún momento tras ver mis heridas y me habría llevado a alguna cama?Las probabilidades eran muy reducidas pero probables ya que no habían muchas opciones.A menos que ya al fin me hayan encontrado y ahora este en casa, en la misma casa donde se encontraban mi hijo, Hanna y Hudson.Forzándome y empujándome logre abrir los ojos y gemí adolorida cuando
Hudson ToscaniNunca había asesinado por placer. Esto solo era un medio para un fin. Para obtener información, para obtener respeto, para que los demás cumplieran con las reglas.Había infinidades de razones por las cuales deshacerse de alguien, pero nunca había sentido placer al hacerlo, no asta ese momento en el que tuve a Raian Renalti frente a mí, atado a una silla después de de haber sido rastreado y cazado y traído a mí.Podría decirse que disfruté cada segundo que duró aquella tortura y una vez acabé con él lancé sus restos a una grieta porque nadie se molestaría en sepultar su cadáver, no como Hanna se había molestado en sepultar el cadáver de Nial después de que lo habíamos torturado para sacar la información del lugar en el que se encontraba Italy encerrada.Y una vez terminé con aquel hombre que me había dado molestia durante años fui a por los demás que habían continuado siendo sus aliados, los Volkov.Debía finalizar con toda la línea de traición y deslealtad que se había
EpílogoDespués de los quince años nunca esperé que mi vida diera un giro como el que había dado en los últimos meses. Bueno, en los últimos años.Había sido una niña con sueños rotos y destruidos que solo tenía un sentido en la ida y era servir, mantener a mis dueños contentos para evitar castigos innecesarios hasta que llegara el momento en dónde las cosas se pusieran feas.Pero al final de todo solo fui entregada a un hombre que fingió quererme y aunque al final fue feo y difícil, debía admitir que mientras duró no fue tan malo.Sí, me llené de inseguridades, pero él fingió quererme durante mucho tiempo y la niña dentro de mí era todo lo que había querido para ella misma.Pero cuando me falló y su verdadero ser salió a la luz termine hecha añicos y encerrada en un sótano.Pero aquí estaba años después, luciendo la mejor versión de mi misma y encargándome de asuntos de la mafia en los que una mujer nunca había puesto sus narices.Pero esas cosas eran las que hacían especial a Hudson
Italy WilsonNo solía llegar tan temprano a casa los viernes, no cuando tenía que salir en citas con mujeres esposas de los socios de mi marido.Odiaba esas situaciones, porque todas ellas eran mujeres arrogantes privilegiadas que habían tenido una vida tan, pero tan fácil que todos mis esfuerzos me harían ver como una diosa de las desgracias en frente de ellas.Fui vendida cuando tenía solo quince años. Mi padre me vendió a una familia millonaria de la mafia para saldar sus deudas y luego esa misma familia me dio a uno de sus socios fingiendo que era su hija para cerrar un trato cuando tenía diecinueve años.Mi marido (con el que nunca me había casado, solo me tenía en casa y me marcaba como su mujer) nunca se había dado cuenta de ello. Siempre creyó que era una de las tres hijas mujeres de los Volkov. Claramente una blasfemia cuando yo solo había sido limpiadora en su bonita casa.Pero no podría quejarme, no cuando yo les pertenecía y no cuando mejoraron considerablemente mi vida en
Italy Wilson La venganza era un plato que se comía frío. Pero claramente no estaba pensando en nada de eso cuando me compré un vestido blanco corto y con demasiado escote en la primera tienda que vi una vez salí de la mansión. Me había registrado en un hotel con dinero en efectivo y con otro nombre y había subido a la habitación para ducharme, peinarme y vestirme con el vestido y los zapatos rojos de punta que había llevado en la tarde. No me había maquillado lo suficiente porque en mi neceser de la cartera solo llevaba polvos, labial y máscara de pestaña. Pero era suficiente para parecer presentable mientras me colocaba el collar de perlas alrededor del cuello. El vestido no tenía mangas, solo un escote en V en la parte delantera y la espalda totalmente descubierta con poca tela cubriendo mis piernas. Pero se sentía bien, se sentía correcto tomar solo dinero en efectivo en el costado de mi cuerpo, guardar lo demás en una caja fuerte de la habitación y salir en dirección a uno de
Hudson Toscani No me gustaba ir al club los días de semana. En muchas ocasiones resultaba ser un lugar muy aburrido lleno de adolescentes que se escapaban de casa un día de semana por la noche para disfrutar de su juventud.No tenía nada que ver conmigo, pero ciertamente era aburrido. Pero tenía negocios que tratar, cosas que necesitaban de mi atención y se la podía dar completamente mientras estuviera en aquel club que era claramente el mejor de la ciudad.Las cámaras de seguridad en mi pantalla me dejaban ver todo, absolutamente todo el lugar incluyendo la entrada y el estacionamiento si así lo quería. Pero la mayoría de las veces no me apetecía prestar atención a áreas como esas.Un rato pasó mientras yo trataba de idear la manera más fácil para pedirle a dos de mis socios que estaban en camino que me ayudaran a trazar un plan. Ellos eran estrategas natos. Ian de Luca, hermano de mi mano derecha y un italiano de pies a cabeza y también teníamos a Natali Privalti, su esposa y asoci
Hudson Toscani No me gustaba ir al club los días de semana. En muchas ocasiones resultaba ser un lugar muy aburrido lleno de adolescentes que se escapaban de casa un día de semana por la noche para disfrutar de su juventud.No tenía nada que ver conmigo, pero ciertamente era aburrido. Pero tenía negocios que tratar, cosas que necesitaban de mi atención y se la podía dar completamente mientras estuviera en aquel club que era claramente el mejor de la ciudad.Las cámaras de seguridad en mi pantalla me dejaban ver todo, absolutamente todo el lugar incluyendo la entrada y el estacionamiento si así lo quería. Pero la mayoría de las veces no me apetecía prestar atención a áreas como esas.Un rato pasó mientras yo trataba de idear la manera más fácil para pedirle a dos de mis socios que estaban en camino que me ayudaran a trazar un plan. Ellos eran estrategas natos. Ian de Luca, hermano de mi mano derecha y un italiano de pies a cabeza y también teníamos a Natali Privalti, su esposa y asoci
Hudson Toscani—¿Entonces qué será? —cuestionó levantando la barbilla de forma desafiante, aun cuando mi mano estaba alrededor de su cuello y podría partírselo en cualquier instante.—Voy a follarte —dije tranquilamente —pero será a mi modo.Ella frunció el ceño e intentó replicar, pero apreté mi agarre en su cuello y sonreí cuando se le escapó el aire.—A mi modo y con mis condiciones —repetí.Sus pupilas se dilataron considerablemente y aflojé mi agarre en su cuello.Su pequeño cuerpecito se derretía contra mi agarre y eso me estaba poniendo irremediablemente duro. Necesitaba tenerla desnuda con urgencia, porque estaba experimentando años de sequía. Años en los que desee su cuerpo pero no lo pude tener, años en los que me la quitaron robándose todo de ella, todo lo que en algún momento creí que me pertenecería.—Tu modo, tus condiciones —repitió obedientemente y yo sisee para no levantarle el vestido y tomarla contra la pared.Ella pareció notar lo que pasaba por mi mirada y sonrió