Hanna ToscaniDolía, dolía demasiado el saber lo que había sido Nial capaz de hacer. Él había entregado a Italy a las manos de Raian.A Italy cuyo único mal había sido tener un padre tan desagradable como el que tenía.Mis manos se apretaban en puños y se soltaban constantemente tratando de digerir aun la noticia. Aun cuando Natali, Ian y Hudson se habían encaminado a buscarlo en diferentes lugares a la vez para que no escapara.Y mientras yo me había quedado sola en casa tratando de dirigir las noticias sin colapsar.Por suerte el pequeño Daven aun estaba dormido y no necesitaría de la leche materna de su madre hasta la noche. Esperaba que para esas horas ya Italy estuviera de regreso en casa.Las lágrimas rodaron por mis mejillas y las limpié de inmediato al escuchar el ajetreo en la entrada principal. Y aunque esto era demasiado difícil para mí porque, aunque Hudson era mi hermano y lo quería como tal, había algo más cuando nacías y te criabas alrededor de una persona. Había un ape
Hudson ToscaniLas traiciones dolían más cuando no venían de alguien de quien las esperabas, duelen cuando son de personas cercanas con las que creías compartir mismos objetivos, de esas a las que les diste más de una oportunidad para ganarse tu confianza y cuando al fin lo lograron simplemente la rompieron como si no se tratara de nada importante o de nada en particular.Había esperado muchas cosas de Nial. Como que desviara fondos, que comprara propiedades fantasmas, que hiciera cualquier cosa como jugar con el dinero de la familia, pero lo que nunca esperé fue que se aliara con mis enemigos y que les entregara a la mujer que amaba, porque sí, amaba a Italy con locura y a penas ahora me daba cuenta.Y de cierta forma me dolía haberme dado cuenta después de tanto tiempo y justamente cuando ella no estaba cerca para gritárselo a los cuatro vientos.Y Nial me había quitado eso y esperaba que no me la hubiesen quitado definitivamente porque no me importaría ir al infierno y volver a des
Italy ToscaniDespertar nunca se había sentido de esta forma como si despertara despues de que un camión me pasó por encima sin dudarlo un segundo. Todos los músculos de mi cuerpo dolían y mis párpados pesaban más que de costumbre cuando me levantaba.Pero entonces recordé que estaba en aquella habitación bajo tierra después de que Raian me hubiese golpeado y supe que era la razón de todo mi malestar ya que mi cuerpo dolía horrores, lo suficiente como para espantar a cualquiera.Pero ya no podía sentir frío. No podia sentir la superficie dura debajo de mi cuerpo asi que me cuestioné en donde estaba realmente ¿se habría apiadado de mi en algún momento tras ver mis heridas y me habría llevado a alguna cama?Las probabilidades eran muy reducidas pero probables ya que no habían muchas opciones.A menos que ya al fin me hayan encontrado y ahora este en casa, en la misma casa donde se encontraban mi hijo, Hanna y Hudson.Forzándome y empujándome logre abrir los ojos y gemí adolorida cuando
Hudson ToscaniNunca había asesinado por placer. Esto solo era un medio para un fin. Para obtener información, para obtener respeto, para que los demás cumplieran con las reglas.Había infinidades de razones por las cuales deshacerse de alguien, pero nunca había sentido placer al hacerlo, no asta ese momento en el que tuve a Raian Renalti frente a mí, atado a una silla después de de haber sido rastreado y cazado y traído a mí.Podría decirse que disfruté cada segundo que duró aquella tortura y una vez acabé con él lancé sus restos a una grieta porque nadie se molestaría en sepultar su cadáver, no como Hanna se había molestado en sepultar el cadáver de Nial después de que lo habíamos torturado para sacar la información del lugar en el que se encontraba Italy encerrada.Y una vez terminé con aquel hombre que me había dado molestia durante años fui a por los demás que habían continuado siendo sus aliados, los Volkov.Debía finalizar con toda la línea de traición y deslealtad que se había
EpílogoDespués de los quince años nunca esperé que mi vida diera un giro como el que había dado en los últimos meses. Bueno, en los últimos años.Había sido una niña con sueños rotos y destruidos que solo tenía un sentido en la ida y era servir, mantener a mis dueños contentos para evitar castigos innecesarios hasta que llegara el momento en dónde las cosas se pusieran feas.Pero al final de todo solo fui entregada a un hombre que fingió quererme y aunque al final fue feo y difícil, debía admitir que mientras duró no fue tan malo.Sí, me llené de inseguridades, pero él fingió quererme durante mucho tiempo y la niña dentro de mí era todo lo que había querido para ella misma.Pero cuando me falló y su verdadero ser salió a la luz termine hecha añicos y encerrada en un sótano.Pero aquí estaba años después, luciendo la mejor versión de mi misma y encargándome de asuntos de la mafia en los que una mujer nunca había puesto sus narices.Pero esas cosas eran las que hacían especial a Hudson
Italy WilsonNo solía llegar tan temprano a casa los viernes, no cuando tenía que salir en citas con mujeres esposas de los socios de mi marido.Odiaba esas situaciones, porque todas ellas eran mujeres arrogantes privilegiadas que habían tenido una vida tan, pero tan fácil que todos mis esfuerzos me harían ver como una diosa de las desgracias en frente de ellas.Fui vendida cuando tenía solo quince años. Mi padre me vendió a una familia millonaria de la mafia para saldar sus deudas y luego esa misma familia me dio a uno de sus socios fingiendo que era su hija para cerrar un trato cuando tenía diecinueve años.Mi marido (con el que nunca me había casado, solo me tenía en casa y me marcaba como su mujer) nunca se había dado cuenta de ello. Siempre creyó que era una de las tres hijas mujeres de los Volkov. Claramente una blasfemia cuando yo solo había sido limpiadora en su bonita casa.Pero no podría quejarme, no cuando yo les pertenecía y no cuando mejoraron considerablemente mi vida en
Italy Wilson La venganza era un plato que se comía frío. Pero claramente no estaba pensando en nada de eso cuando me compré un vestido blanco corto y con demasiado escote en la primera tienda que vi una vez salí de la mansión. Me había registrado en un hotel con dinero en efectivo y con otro nombre y había subido a la habitación para ducharme, peinarme y vestirme con el vestido y los zapatos rojos de punta que había llevado en la tarde. No me había maquillado lo suficiente porque en mi neceser de la cartera solo llevaba polvos, labial y máscara de pestaña. Pero era suficiente para parecer presentable mientras me colocaba el collar de perlas alrededor del cuello. El vestido no tenía mangas, solo un escote en V en la parte delantera y la espalda totalmente descubierta con poca tela cubriendo mis piernas. Pero se sentía bien, se sentía correcto tomar solo dinero en efectivo en el costado de mi cuerpo, guardar lo demás en una caja fuerte de la habitación y salir en dirección a uno de
Hudson Toscani No me gustaba ir al club los días de semana. En muchas ocasiones resultaba ser un lugar muy aburrido lleno de adolescentes que se escapaban de casa un día de semana por la noche para disfrutar de su juventud.No tenía nada que ver conmigo, pero ciertamente era aburrido. Pero tenía negocios que tratar, cosas que necesitaban de mi atención y se la podía dar completamente mientras estuviera en aquel club que era claramente el mejor de la ciudad.Las cámaras de seguridad en mi pantalla me dejaban ver todo, absolutamente todo el lugar incluyendo la entrada y el estacionamiento si así lo quería. Pero la mayoría de las veces no me apetecía prestar atención a áreas como esas.Un rato pasó mientras yo trataba de idear la manera más fácil para pedirle a dos de mis socios que estaban en camino que me ayudaran a trazar un plan. Ellos eran estrategas natos. Ian de Luca, hermano de mi mano derecha y un italiano de pies a cabeza y también teníamos a Natali Privalti, su esposa y asoci