Viajando a España «Embarazada»Aquella palabra formada de diez letras acompañó a Pilar por el resto de la noche, ni siquiera la partida de Domenico le hizo olvidar que, existía aquella pequeña posibilidad, ella se llevó las manos al vientre, mientras miraba el cielo de Grecia.«Un hijo», pensó. Un hijo era lo que su padre esperaba del matrimonio entre Domenico y ella, pero… ¿Tenía razón Domenico al temer por un hijo nacido de ellos?El miedo se instaló en el corazón de Pilar, mientras recordaba el dolor y el miedo en la voz de Domenico, él sentía terror de que sus enemigos supiera de la existencia de Paolo, ella ahora comprendía la razón.Las mafias no perdonaban y golpeaban donde más podía dolerle a un hombre, su familia, sus hijos y sus mujeres. Pilar no recordaba ver miedo en los ojos de su esposo cuando fue el atentado contra Alessio, él se lo había tomado casi con calma, pero era una cosa distinta cuando se trataba de Paolo.«No quiero que vivas con miedo, Pilar» le había dicho
Venganza siciliana El cuerpo de Domenico se tensó al escuchar las palabras del investigador privado, ¿Aarón Mondragón, el asesino de Pía?El siciliano siempre había creído que el avión de Pía había sido un accidente y no un accidente provocado. La ira ardió dentro de su pecho y su deseo de venganza le nubló el pensamiento.Domenico arrugó la carpeta entre sus manos y el golpe que le siguió espantó el hombre frente a él.—¿Señor? —pronunció con temor.—Su trabajo ha terminado, tome el cheque y piérdase, si alguna vez alguien le pregunta sobre mí, niéguelo todo o considérese un hombre muerto —rugió con frialdad.El hombre salió disparado de la habitación, recogió el cheque en la salida y se perdió por las calles de Madrid, mientras Domenico luchaba contra sus demonios y su sed de venganza. Su sangre siciliana pedía a gritos que cobrara con sangre la muerte de Pía y fue eso exactamente lo que hizo.Domenico llamó a su nuevo jefe de seguridad, ordenó que distribuyera a todos sus hombres
Una noche amarga Domenico había creído que enterarse de que la muerte de Pía no fue un simple accidente había sido lo peor, en ese momento tontamente lo había pensado, pero nada se comparaba con el veneno que corría por sus venas y se mezclaba con su sangre siciliana. Sus instintos asesinos cobraron vida con la fuerza de un ciclón y fue allí donde tuvo que aceptar que los sentimientos por Pilar Di Monti era amor.Un amor que no tenía futuro, ella y Vittorio…Domenico interrumpió la línea de sus pensamientos, pensando que debía haber un error o una explicación lógica para esas fotos que a simple vista eran muy comprometedoras, aun así, él confiaba en Pilar.El vuelo a Grecia fue casi eterno para el diablo de siciliano, sus ojos se mantuvieron cerrados, no quería ver el momento que aterrizaban en el helipuerto de la mansión.—Hemos llegado, señor —su piloto, por supuesto que no sabía lo que él deseaba y anunció a bombo y platillo su llegada.Domenico permaneció unos pocos minutos dentr
La señora Conte«No te hagas ilusiones, Pilar, lo nuestro no es una relación por amor»«No esperes mucho de mí»Pilar apretó las sábanas de la cama bajo sus manos y las arrugó con todas las fuerzas de las que fue capaz, su corazón martilló dentro de su pecho y sus ojos dejaron derramar las lágrimas que no sabía que estaba reteniendo.¿Qué había cambiado con Domenico desde la última vez que se vieron y pasaron un día en familia?Esa pregunta se coló en los pensamientos de Pilar, pero se negó a excusarlo, Domenico simplemente estaba jugando con ella, por eso la asaltaba en las noches y huía antes del amanecer, no estaba interesado en una relación, Pilar tuvo que aceptar que solamente era un recipiente para Domenico, una manera muy activa de sacarse el estrés.—¡Aaargg! —gritó, llevando la sábana para cubrir su desnudes.Pilar protegió su cuerpo del frío de la habitación, pero no pudo proteger a su corazón, que estaba herido y sangrante por culpa de Domenico Conte.Mientras tanto, Domeni
Es la mujer que amo —La traición se paga con sangre… Domenico miró fijamente a su padre, no esperaba verlo tan pronto luego de su discusión del día anterior, pero no había podido hacer caso omiso de su llamado. —Es algo que tenemos claro y es lo que hice en España —espetó. —No fue la manera correcta, involucraste más de lo que debías y alertaste a las autoridades con tantos incendios —señaló Alessio. —No pienso disculparme, Aarón cometió traición, solo aplique la venganza —refutó sin dar su brazo a torcer. —No puedes hablar de traiciones, Dom, cuando Pía Zambrano no era parte de nuestra familia, ni de la organización ¡Era una mujer casada y tú no eras su marido! —gritó, arrugando la frente por el esfuerzo realizado. Domenico ni se inmutó ante el rostro de dolor que atravesó su padre. —Eso lo dices para aliviar tu conciencia, ¡Pía era la mujer que amaba! —En este negocio tener conciencia es un lujo que no puedo darme, pero tampoco voy a cargar con culpas ajenas, yo no di la ord
¿Dónde está mi mamá? «La mujer que amo» «La mujer que amo» «La mujer que amo» Pilar dio un paso atrás como si Domenico la hubiese golpeado y todo el aire hubiese salido expulsado de sus pulmones, mientras corazón se estrujaba dentro de su pecho y el dolor corría como veneno por su sangre lastimándola de manera brutal; era la sensación más horrible que jamás había experimentado, porque ella jamás se había enamorado de nadie. Nunca había tenido tiempo, porque lo más importante del mundo para ella siempre fue su madre. Su madre seguía siendo la mujer de su vida, sin embargo, en el camino se había cruzado con Domenico Conte, gracias a las presiones de Ennio Di Monti, a las manipulaciones de ese ser miserable y sin corazón, que no le importaba lo que pudiera sucederle con tal de conseguir lo que quería. Ella había estado poco dispuesta a acceder a su chantaje, pero terminó casada con el diablo, entonces no esperó terminar enamorándose de su marido y lo peor era que él no había hecho m
Secuestrada Domenico envió docenas de hombres a recorrer las calles de Milán, la orden fue clara. ¡No volver a casa sin Pilar!—¿Dónde está mamá? —preguntó Paolo, el niño había visto el caos que se había formado en el jardín de la casa, su padre gritaba y movía las manos, él no sabía exactamente lo que sucedía, pero sabía que todo tenía que ver con la ausencia de Pilar en la casa.—Paolo… —Domenico no quería mentirle a su hijo, pero no podía decirle que Pilar estaba desaparecida, que corría un gran peligro fuera de casa.—¿Dónde está mamá? —insistió apretando sus pequeñas manos en dos puños y frunciendo el ceño, un rostro serio y frío, algo que Domenico jamás había visto en su hijo.—No sé dónde está —susurró, admitiendo parte de la verdad.—¿Se fue por la llegada de ese cuadro, verdad? —preguntó—. ¡Ella vio ese cuadro y decidió marcharse! —gritó.Domenico intentó alcanzar el brazo de Paolo, para abrazarlo, pues pese a la dureza de su rostro, sus ojos se habían llenado de lágrimas; p
Te tengo «Cincuenta millones de euros por la vida de tu esposa y tu hijo»«Tu esposa y tu hijo»«Tu esposa y tu hijo»Domenico sintió que todo el aire había escapado de sus pulmones mientras leía y releía aquella corta y mortal nota.—Ya sabes a donde llevarla —gruñó Domenico con los dientes apretados.Vittorio quería saber el contenido de aquella nota, quería saber el motivo por el cual el rostro de Domenico había cambiado tanto, mas no preguntó y obedeció a cumplir las órdenes dadas por su jefe.Mientras tanto, Domenico gruñó y golpeó la mesa con rabia, este movimiento estaba fríamente calculado y él iba a descubrir quién era la mente maestra detrás de todo esto, porque no se engañaba. En su mundo las traiciones estaban a la vuelta de la esquina y sabía que el dinero compraba voluntades y que pocos preferían morir antes que traicionar la mano que les da de comer.Pero que estuvieran en sus filas era más de lo que podía aceptar, que pusiera la vida de su esposa en peligro, era algo