¿Dónde está mi mamá? «La mujer que amo» «La mujer que amo» «La mujer que amo» Pilar dio un paso atrás como si Domenico la hubiese golpeado y todo el aire hubiese salido expulsado de sus pulmones, mientras corazón se estrujaba dentro de su pecho y el dolor corría como veneno por su sangre lastimándola de manera brutal; era la sensación más horrible que jamás había experimentado, porque ella jamás se había enamorado de nadie. Nunca había tenido tiempo, porque lo más importante del mundo para ella siempre fue su madre. Su madre seguía siendo la mujer de su vida, sin embargo, en el camino se había cruzado con Domenico Conte, gracias a las presiones de Ennio Di Monti, a las manipulaciones de ese ser miserable y sin corazón, que no le importaba lo que pudiera sucederle con tal de conseguir lo que quería. Ella había estado poco dispuesta a acceder a su chantaje, pero terminó casada con el diablo, entonces no esperó terminar enamorándose de su marido y lo peor era que él no había hecho m
Secuestrada Domenico envió docenas de hombres a recorrer las calles de Milán, la orden fue clara. ¡No volver a casa sin Pilar!—¿Dónde está mamá? —preguntó Paolo, el niño había visto el caos que se había formado en el jardín de la casa, su padre gritaba y movía las manos, él no sabía exactamente lo que sucedía, pero sabía que todo tenía que ver con la ausencia de Pilar en la casa.—Paolo… —Domenico no quería mentirle a su hijo, pero no podía decirle que Pilar estaba desaparecida, que corría un gran peligro fuera de casa.—¿Dónde está mamá? —insistió apretando sus pequeñas manos en dos puños y frunciendo el ceño, un rostro serio y frío, algo que Domenico jamás había visto en su hijo.—No sé dónde está —susurró, admitiendo parte de la verdad.—¿Se fue por la llegada de ese cuadro, verdad? —preguntó—. ¡Ella vio ese cuadro y decidió marcharse! —gritó.Domenico intentó alcanzar el brazo de Paolo, para abrazarlo, pues pese a la dureza de su rostro, sus ojos se habían llenado de lágrimas; p
Te tengo «Cincuenta millones de euros por la vida de tu esposa y tu hijo»«Tu esposa y tu hijo»«Tu esposa y tu hijo»Domenico sintió que todo el aire había escapado de sus pulmones mientras leía y releía aquella corta y mortal nota.—Ya sabes a donde llevarla —gruñó Domenico con los dientes apretados.Vittorio quería saber el contenido de aquella nota, quería saber el motivo por el cual el rostro de Domenico había cambiado tanto, mas no preguntó y obedeció a cumplir las órdenes dadas por su jefe.Mientras tanto, Domenico gruñó y golpeó la mesa con rabia, este movimiento estaba fríamente calculado y él iba a descubrir quién era la mente maestra detrás de todo esto, porque no se engañaba. En su mundo las traiciones estaban a la vuelta de la esquina y sabía que el dinero compraba voluntades y que pocos preferían morir antes que traicionar la mano que les da de comer.Pero que estuvieran en sus filas era más de lo que podía aceptar, que pusiera la vida de su esposa en peligro, era algo
Déjame ir Domenico no supo cómo y cuando salieron de la vieja bodega, de lo único que era consciente era del rostro de Pilar.—¡Date prisa, Ivana! —gritó.—Estoy yendo lo más rápido que puedo, señor —respondió la guapa morena, mientras hundía la punta de su bota militar en acelerador y levantaba el otro pie del freno, el auto se desplazó por la Zona Navigli a una velocidad impresionante, captando la atención de algunas patrullas que vigilaban el lugar.—¡Maldición! —gruñó Domenico al escuchar las sirenas.—No preste atención a las sirenas, mantenga el brazo de la señora presionado —indicó—. Yo me haré cargo del resto —señaló.Domenico nunca obedecía órdenes, pero esta vez confió ciegamente en Ivana.La mujer se desplazó hasta al alcanzar la calle principal del centro de Milán, había visto la herida de Pilar y sabía que no era de gravedad, pero dado su estado de gestación, lo más recomendable era que fuese atendida por un médico. No podía darse el lujo de cometer ningún error tratándo
La esposa del diablo «Déjame ir»«Déjame llevarlos lejos de aquí»Domenico dio un paso atrás al escuchar la petición de Pilar, si él pudiera dejarla ir para verla feliz y a salvo, lo haría, así el corazón se le rompiera, él lo haría. Sin embargo, las cosas no eran tan sencillas y ellos no serán ciudadanos comunes y corrientes en Italia o en el mundo.Las organizaciones tenían ojos en todo el mundo, manos y brazos que podían cogerte sin siquiera darte tiempo a nada y eso era mucho peor que vivir en el seno de la organización.—No —respondió tajante.—¡No puedes retenerme, Domenico! —gritó Pilar, poniéndose de pie.—No tengo más opciones, Pilar, no importa a donde quieras irte o cuán dispuesto esté yo a dejarte ir ¡Ningún lugar será seguro para ti y mis hijos! ¡Esto es la mafia! —gritó.Pilar gruñó.—Yo no pedí esta vida —refutó Pilar.—Yo tampoco, pero es aquí donde me tocó nacer, crecer y probablemente morir —aceptó.Pilar tembló de manera involuntaria ante sus palabras.—No quiero s
¡No voy a dejarte!Loretta gruñó como si fuese un animal rabioso, miró a Pilar con ojos de burla.—Tú no eres nadie, él jamás va a amarte —la mujer sonrió con crueldad.Pilar no fue capaz de sentir lástima por Loretta, no después de saber que era ella quien propicio su secuestro.—Nunca tendrás la certeza si lo hizo o no —aseguró Pilar con enojo.—No lo mereces, Domenico es mucho hombre para una idiota como tú, fue tan fácil sacarte de en medio, una lástima que quién te llevó no tenía interés en matarte, ¡de haberlo sabido, te habría matado yo! —gritó, agitando su cuerpo, haciendo mover las cadenas que la sostenían.Pilar tomó la pistola que descansaba sobre una mesa cercana, le quitó el seguro y apuntó a la cabeza de Loretta, sorprendiendo a Ivana.—Señora Conte —dijo al verla empuñar la pistola.Ivana sabía muy bien lo que significaba disparar por primera vez sobre un ser humano y sabía que luego de eso no había vuelta atrás.—Hazlo, Pilar, ¡mátame de una puta vez! —gritó Loretta, p
Un mafioso enamorado «Duerme, cariño mío, mañana será otro día»Pilar trató de dormir confiando en la presencia de Domenico junto a ella, pero los eventos recientes acudieron a su mente y le hizo tener un sueño agitado en la que varias veces durante la noche despertó en medio de un grito o un sollozó.—Estoy aquí, no voy a dejarte.Aquellas palabras fueron un aliciente para el corazón de Pilar, hasta que finalmente cerca del amanecer había logrado dormir un par de horas. Lo que preocupó a Domenico, pues la situación se repitió por dos noches más.—Es hora de irnos —pronunció el tercer día, esa mañana Pilar había despertado en medio de una pesadilla y bañada en sudor.Pilar le dio una breve mirada, durante el día su relación era tensa, cortante, muy fría, quizá, pero por las noches, ella se dejaba cuidar. ¡Era una locura! Pero era lo que sucedía entre ellos.—Pilar —llamó él.—Prepararé las maletas —respondió, apartándose de Paolo con una tranquilidad que no sentía.—No es necesario,
Cuerda floja El sonido estrepitoso del vidrio rompiéndose hizo saltar a más de uno en la sala.—¿Se puede saber qué diablos pretendes, Filipo? —Ennio no podía creer que su hijo, su único hijo varón, fuera tan idiota para pactar un acuerdo con Theo Basilios.—Ya te lo he dicho, padre, anoche cerré un importante acuerdo con Basilio, es un negocio redondo por donde lo veas, Esteban Kyriaskis, ni siquiera contempló tu oferta, padre, —dijo, casi orgulloso de lo que había logrado.Ennio gruño en respuesta lo que hizo a Filipo arrugar la frente.—No comprendo tu actitud, deberías estar feliz, ¿Por qué no quieres intentarlo con Theo? —preguntó.—Ningún buen negocio se cierra de la noche a la mañana o porque te parezca una buena oferta. Es algo que debieras ya saber, pero dudo que un día puedas usar tu materia gris para entender lo que has hecho.—¡Hice lo mejor para la organización, necesitamos liquidez! —gritó Filipo.—Pues lo que vas a conseguir será un tiro entre ceja y ceja por tu estupi