El diablo también sabe bailarDomenico observó en completo silencio a su esposa e hijo, tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no lanzarse sobre ella y cubrir su cuerpo con el sobretodo, pero no podía convertirse en un esposo celoso, no cuando los dos hombres en el yate solo tenían ojos para sus respectivas esposas. Las dos mujeres eran muy guapas, sin embargo, ninguna podía ser comparada con su bella Pilar.—Creo tontamente, que los tres tenemos el impulso de cubrir sus cuerpos —expresó Arturo, acercándose a Domenico y entregándole una copa de whisky.—No es un pensamiento tonto, es exactamente lo que quiero hacer —confirmó Domenico.—Totalmente de acuerdo —dijo Diego, pese a que Corolina no tenía cintura de arena, dos embarazos seguidos le habían hecho perder su figura de antaño, sin embargo, le había dado medidas correctas donde era necesaria, la ancha cintura no era un problema para él. —Tú tienes evidencia de que no le has podido quitar las manos de encima, Amari tiene poco
Peligrosa amistadEl placer corrió por la columna vertebral de Domenico, mientras los dedos de Pilar se deslizaron por encima de su piel, como si fuera una pluma. El cosquilleo le hizo estremecer, cuando esas manos rodearon su cintura y se metieron bajo las sábanas e hicieron contacto con la polla semi erecta del hombre.—Buenos días —susurró Pilar al oído de Domenico, mientras su lengua jugó con el sensible lóbulo de su oreja.—Pilar…—Me encanta cuando pronuncias mi nombre de esa manera, me haces sentir poderosa —dijo Pilar perdida por el deseo que le embargaba.—Tienes todo el poder sobre mí, Pilar, soy tuyo por entero y sin reservas —gruñó Domenico, mientras la boca de su esposa hacía estragos en su cuerpo.Pilar nunca había tomado del control de la relación, siempre había sido él quien la buscaba, por lo que aquella faceta de Pilar estaba enloqueciéndolo.—Voy a hacerte al amor —afirmó Pilar, mientras giraba el cuerpo fuerte de Domenico sobre la cama.Él sonrió.—¿Qué es lo que h
¿Sospechosos?«¡Pietro!»El grito de Alessio fue devorado por el sonido de las olas golpeando las rocas al fondo del acantilado. El mar se había tragado el cuerpo de Pietro…—¡Busquen su cuerpo! —ordenó Alessio a sus hombres. Estos se movilizaron con prontitud, lanchas rápidas salieron en la búsqueda y rescate del cuerpo de Pietro Conte, mientras helicóptero de Domenico y su familia aterrizaba en el helipuerto de la mansión procedente de Palermo.—¿Qué es lo que ha sucedido? —preguntó Domenico ante la movilización en masa del personal de seguridad, desde los aires había observado el movimiento de varias lanchas rápidas y lo primero que pasó por su cabeza fue Pietro.Domenico corrió al sótano sin esperar respuesta de su gente, atravesó el jardín y se internó en las oscuras gradas hasta llegar al recinto exclusivo para castigar a los traidores. La ira se abrió paso por su pecho al darse cuenta de que las cadenas estaban abiertas y que su hermano no estaba allí.—Lo siento, señor —dijo e
Bienvenida a la familia Conte Pilar había pensado que había sentido ya todo tipo de dolor y que nada podía compararse a tener una bala metida en su carne, pero dar a luz a un hijo era lo más doloroso que alguien pudiera imaginarse. Quizá no le alcanzaría la imaginación, era como si todos sus huesos fueran apretados al mismo tiempo y estuvieran a punto de romperse y así como llegaba, desaparecía.Contracciones.El doctor le había mencionado todo lo que necesitaba saber, le había dado instrucciones para cuando el momento decisivo llegara, pero ¿Quién su sano juicio podía recordar una serie interminable de recomendaciones mientras su cuerpo era atravesado el dolor? Pilar dudaba que alguien fuese capaz de hacerlo, por lo menos ella no.Todo lo que Pilar deseaba era que su bebé no demorara en llegar y que el médico no demorara en entrar a la sala preparada para la llegada de su bebé, ella no sabía el sexo del bebé porque Domenico y Paolo habían pedido que fuese una sorpresa, así que Pilar
Tres meses después.El avión aterrizó en suelo siciliano el sábado por la mañana, fue custodiado por una veintena de hombres fuertemente armados, mientras escoltaban a la mujer a uno de los vehículos blindados de la organización.—El águila está en el nido, señor —habló uno de los custodios, mientras las camionetas se ponían en marcha con rumbo a la mansión Conte.—¿Todo bien? —preguntó Vittorio detrás de su jefe.—De maravilla, está de camino a casa —aseguró.Vittorio asintió.—Ivana y yo tomaremos las vacaciones que nos has ofrecido—informó—. No está de más recordarte que cualquier cosa que necesites solo tienes que llamar y estaremos de regreso —pidió.—No te preocupes, estoy seguro de que las tormentas han pasado —respondió.Domenico no pensaba que los acontecimientos fueran una tormenta, pero si un ciclón que casi termina con ellos, afortunadamente la situación se había inclinado a su favor y con la muerte de Pietro y la familia Di Monti, una nueva era estaba iniciando.—Sigo ins
La felicidad de la familia Conte Di Monti parecía no tener fin, los días pronto se convirtieron en semanas, meses y años. Vittorio e Ivana habían sido bendecidos con dos hermosos niños a quienes llamaron Ramsés y Zeus. Fue el día que cumplieron su primer añito cuando Domenico les dio la libertad de marcharse bajo la seguridad de la organización, le ofreció comenzar una nueva vida en cualquier parte de mundo con el fin de proteger a sus bebés y pudiera tener una vida normal, como la que él y su familia nunca tendrían. Sin embargo, la respuesta de Vittorio e Ivana fue rotunda, ninguno de los dos aceptó aquella oportunidad de marcharse y dejar atrás el mundo oscuro de la mafia. —Estaremos contigo hasta el final, Domenico —dijo Vittorio, tomando la mano del diablo siciliano y agradeciendo la oportunidad que les estaban brindando. —No van a echarnos con facilidad —confirmó Ivana. Pilar y Domenico se miraron. —Si es su decisión, que así sea —pronunció Domenico, convencido que insistir
PrefacioDomenico Conte observó con semblante serio al hombre sentado frente a él, lo estudio por un breve momento para luego esbozar una ligera sonrisa.—Me hiciste volar desde España, para decirme esto, ¿estás bromeando? —preguntó con tal calma, que el hombre frunció el ceño.—Déjate de juegos, Domenico —le advirtió el hombre vestido tan elegante, como si fuese a asistir a un funeral. —No estoy jugando, padre —aseguró tomando la copa de whisky entre sus dedos y bebiendo un sorbo sin que la mano le temblara. Como si no estuviese hablando con el jefe de la mafia.—Tus asuntos en España, parecen haberte dejado mal —pronunció Alessio poniéndose de pie con la elegancia de una pantera.—No tenías ganas de verte —respondió con frialdad—, y mis asuntos fuera de Italia no deben importarte.—No debería importarme, si no hubiese cometido la imprudencia de secuestrar a una ciudadana española —señaló.El cuerpo de Dominico se tensó en el acto, cogió la copa y la bebió de un solo trago. Recordar
Hasta que la muerte los separe Domenico abrió los ojos para leer el nombre de Pía Zambrano escrito en el frío mármol, la única mujer que pudo amar y a quien perdió. La misma mujer que le dejó un bello y maravilloso regalo del que muy pocos tenían conocimiento y él lo había preferido así. Paolo era su más preciado tesoro, su hijo.—Lamento haberte dejado aquella mañana, Pía —dijo, acariciando el frío yeso—. Volví por ti, sin embargo, lo hice demasiado tarde —se lamentó.Domenico Conte no se había perdonado y no se perdonaría jamás que su abandono condenara a Pía a casarse con un hombre al que no amaba y la convirtió en una mujer distinta a la jovencita que él había conocido.De aquella mujer únicamente quedó el recuerdo, cuando volvieron a verse Pía lo miró con tal desprecio y odio que él no pudo decirle la verdad sobre su hijo.—Papá —la voz de Paolo le hizo girarse.—Dime.—¿Por qué tienes que irte de nuevo? —preguntó.—¿Cómo sabes que voy a marcharme?—Te escuché hablar con el abue