Tiziano tenía que aguantarse las ganas de reír, era muy susceptible a cómo se sentía la gente cercana a él y en ese momento se estaba divirtiendo con los celos que despertaba en ese hombre.— Aquí nada es solo trabajo, señor Mars — Tiziano bebió un poco de su copa de vino y desvío su mirada del hombre a la mujer para luego volverla a posar en el hombre. — Sabe soy el mejor haciendo una fortuna mientras me divierto.—Pues le aseguro que para nosotros es solo trabajo— rebatió Jareth, aunque más que rebatir fue para dar punto final a la conversación que había entre ese hombre y élVolvió a llenar las copas de sus invitados y empezó a comer uno de los platos.Tiziano pasó toda la comida picando a Jareth, encelándolo y sorprendiéndose porque a pesar de que sabía que era imposible que su invitada no sintiera algún tipo de atracción por él. El amor que sentía por su exmarido debía ser muy grande cuando no le daba entrada a coquetearle por mucho que lo intentara.Jareth no estaba molesto con
A medida que bailaban el ambiente se calentaba cada vez más entre ellos, normalmente le costaba poco llegar a ese estado con Jareth, pero en esos momentos Claire se encontraba desatada, se sentía muy caliente, aun así quería alargar el momento.Llegó a pensar que Tiziano Martinelli tenía razón con su vino misterioso, y a pesar de que ya habían pasado varias horas desde que lo había bebido, podía sentir como sus deseos más primitivos la dominaban.Y como si lo hubiera predicho, la música cambio por un instante y el DJ empezó a hablar.Jareth estaba embrujado con los movimientos de cadera de Claire, no había nada que hiciera que le quitará los ojos de encima, y no que decir de sus manos, que la mantenía completamente sujeta a su cuerpo, sin impedir que ella siguiera moviéndose, más bien para que ambos se sincronizarán en los movimientos de sus caderas.Drogado era así como se encontraba Jareth y no le importaba, porque estaba donde deseaba y con la persona que quería — Con todos vosotr
Christian debía estar de coña si pensaba que después de la noche que habían pasado él soportaría más días sin verlo solo porque estaba jugando a hacer del abuelo perfecto y no es que quisiera interrumpir esa tarea, solo pretendía que ese hombre pasará más tiempo con él. Al fin y al cabo siempre les podía decir a esos niños que era un buen amigo y luego jugar juntos a cosas de mayores cuando se durmieran.Así que ahí estaba llamando a la puerta de la Mansión Mars y esperando con los mismos nervios que un adolescente la primera vez que va a casa de los padres de su pareja.— ¿Y usted es?— preguntó el estirado mayordomo mientras observaba al sujeto de arriba a abajo sin ningún tipo de disimulo.— Un amigo de Christian ¿Está en casa, puedo verlo? — ¿Lo está esperando?— No, pero creo que querrá verme, dígale que soy Enzo.Christian había estado intentando hablarle a Enzo, pero se resistía a hacerlo y es que se conocía, una vez que Enzo entrara en su visión, lo único que desearía era comp
—¿Dustin?— le preguntó Christian a Enzo con una ceja levantada —¿No tienes algo que decirme?Sus nietos no se encontraban, todavía no salían de su clase de piano, por lo que tras cerciorarse que no había nadie cerca, el patriarca de los Mars tomo por las solapas a su invitado para besarlo.Enzo se quedó observando la puerta por donde Dustin acababa de salir segurísimo de que sabía quién era por muchos años que hubieran pasado, giró el rostro para responder la pregunta de Christian cuando se encontró con sus labios, los cuales no dudó en devorar con ansias mientras pasaba los brazos tras su cuello, joder solo unos días y ya lo había extrañado.—No creí verte por aquí hoy… pero me alegra que hayas venido.— En realidad no sabía si sería bien recibido — explicó Enzo— pero quise arriesgarme, saber si podía seguir haciéndome ilusiones o, por el contrario, debía olvidarte.Lo besó de nuevo, pero esta vez fue un beso corto para revelarle lo que sabía de ese hombre que se acababa de marchar.
Christian caminó un par de pasos alejándose de Enzo para tocar con sus nudillos la puerta de la habitación que ocupaba Eleonor.—Si, ¿quién es?— se escuchó la voz de una mujer tras la puerta, la voz sonaba tan apagada que se esperaría encontrar a alguien moribundo.—Soy Christian, acabo de hablar con tu oncólogo y he venido a ver qué tal estás.—No me siento bien, pero puede pasar.—Traigo conmigo a un amigo, supuse que hablar con más personas te ayudaría o eso me explicó tu oncólogo.Por supuesto que mentía el padre de Jareth, pero eso no tenía por qué saberlo la mujer, ¿o sí?— Pasemos— le susurro a Enzo guiñándole uno de sus ojos azules.Enzo casi se queda ahí atontado sin poder pasar cuando Christian le guiñó el ojo de esa manera que lo dejó mudo y sorprendido que quedó por un instante.Pero al cabo de unos segundos reaccionó entrando con él y observando a la mujer.Eleonor se encontraba algo despeinada en esos momentos, tenía ojeras y mala cara, pero Enzo podía jurar que aquello
Jareth pareció por fin entender las palabras de Claire, por lo que se paró y se dio por vencido.—Tus deseos son órdenes, como ya he dicho nada impedirá que seas mi esposa esta noche Claire— respondió él a Claire.Esa noche en la ciudad de las Vegas, una luna llena, hermosa. Se encontraba en todo lo alto, esta tenía un hermoso tono rosado. Era la primera noche de la llamada luna de fresa, y fue justo bajo la luz de esa luna que Jareth se arrodilló ante Claire y sacó el anillo que había estado guardando entre sus ropas desde hacía un par de meses, para ser exactos, desde el momento que ellos dos se había reencontrado en ese baño, en la boda de Logan. Jareth abrió la pequeña cajita dejándole ver un hermoso anillo de oro blanco rodeado de diseños de mariposas hechas a base de pequeños diamantes.—Claire mi adorada Claire ¿Te quieres casar conmigo una vez más? Claire esperaba que la llevara a una de las joyerías del hotel y eligiera un anillo, o tal vez se lo dejara elegir a ella, pero
Jareth no pudo evitar reírse, ya que ella hizo exactamente lo que él hizo al conocer al empresario para quien se encontraban trabajando.No demoró mucho para que ambos fueran llevados por la hermosa mujer hasta un reservado.—Por favor, si me hace el favor— se giró observando a la pareja e invitó a pasar a Claire con un gesto de su mano.Por supuesto que Jareth también quiso seguir a Claire—No, no, no…— se giró la mujer de relaciones públicas de Tiziano a cerrarle el paso antes de que diera un paso más — tú debes ir con él — señaló a Tiziano quién aparecía caminando a lo lejos. ¿No se suponía que ese hombre estaría pinchando en la discoteca toda la noche?Tras decir aquello y asegurarse de que Claire había entrado, la bella mujer de relaciones públicas le cerró la puerta en las narices de Jareth dejándolo a solas nada más y nada menos que con el empresario ítalo americano que había estado coqueteando con su futura esposa.Tiziano le indico a Jareth que le siguiera con su dedo índice
Claire llevó su mano hasta el pasador, estaba segura de que lo había visto en alguna parte, aunque no estaba segura en donde—Estás más que perfecta— dijo Laura antes de empujarla con delicadeza para que saliera por una cortina tras la cual había una pequeña capilla decorada con flores blancas.Al salir la música del piano la acompañaba y ella empezó a caminar lleva de nervios en dirección a Jareth quien esperaba al final del camino, de repente todo desapareció a su alrededor, solo estaba Jareth esperándola y ella dirigiéndose a él.No era un Elvis gordo el que los casaría, no era un ministro de paz, el que recibió a Tiziano y a Jareth en la capilla.Eso hizo que Jareth volteara a ver al hombre, el cual solo se inclinó un poco para hablar en su oído.—No soy yo quien está detrás de esto, es más, es la primera vez que pierdo una apuesta y me divierto haciéndolo— llevó su mano hasta el hombro del novio dejando sobre este un par de palmadas — así que disfruta de esta segunda oportunidad