Pero ese día Enzo pretendía que fuera un día muy especial, así que simplemente asintió y sonrió sinceramente y con cariño.— Lo tendré en cuenta, Geraldine, gracias a ti por amar a mi padre y por darme una hermana. Anda ve, la novia debe estar ansiosa.Ella asintió marchándose de ahí y caminando a la habitación donde la novia ya estaba siendo arreglada por un equipo sofisticado de estilistas que ella se encargó de hacerle llegar.Claire estaba ansiosa, si no fuera por la maquilladora, ella ya se estaría mordiendo esas uñas tan perfectas que le habían hecho, estaba segura de que no duraría con ellas intactas hasta llegar a la boda y que en algún momento tendrían que atarle las manos porque su ansiedad amenazaba con apoderarse de ella.— Ya relájese, señora Mars debería estar tranquila, no es como si fuera la primera vez que se casa.— es que la maquilladora no entendía cómo era que si aquella mujer ya estaba casada se volvía a casar haciendo un paripé, en una gran boda de cuento de hada
— ¿Tú crees?— ella ya no pudo contenerse más y estrechó a su suegra entre sus brazos abrazándola, sabía que ella no era del todo dada a esas demostraciones de afecto, pero ese era un día especial — Él no debe estar celoso porque no hay nadie más para mí.Se giró para mirarse al espejo y suspiró, ella se veía hermosa, pero tan de cuento de hadas, aunque debía admitir que le gustaba mucho.—¿No consideras que sea exagerado?—¡Exagerado!— negó la mujer moviendo sus manos — para nada, además te mereces una boda así o más. Anda dejemos las ganas de llorar y mejor terminamos de arreglarte que no tarda en aparecer aquí Christian para ir contigo hacia donde ambos dirán «Sí acepto»Eros había mandado a colocar una especie de torreta con un par de campanas que empezaran a sonar una vez que la novia, junto con el padre del otro novio, subirían al carruaje acompañado del príncipe Henry y la princesa Danielle, pero no solo sonarían las campanas, también palomas blancas saldrían volando justo en el
—Y si mi hijo te vuelve a hacer llorar, avísame como su padre, es mi deber tirar de sus orejas y hacerle enderezar el camino.— Lo mismo te digo, si ese Enzo se atreve a hacerte daño, yo misma pienso estrangularlo.Justo en ese momento el sonido de las campanas empezó a escucharse, indicando que el carruaje estaba cercaSe movieron con el carruaje en dirección al jardín central de la mansión, el más bonito donde todo estaba preparado ya para recibir a la novia y al otro novio.Cuando el carruaje llegó, la marcha nupcial empezó haciendo que Claire y Christian se mirarán y se sonrieran por última vez antes de bajar del vehículo.Ella esperó a que su suegro bajara y cuando le tendió la mano para ayudarla a bajar también simplemente lo tomó de la mano y bajó dándose cuenta de que al final de un bonito pasillo hecho con flores los esperaban los dos novios en el altar.Él le ofreció el brazo con galantería y ella no dudó en agarrarse de él, sintiendo como su corazón se aceleraba solo por ve
Para cuando se dieron cuenta, Jareth y Claire se estaban despidiendo de sus hijos, quienes al principio se irían con ellos de luna de miel, ahora estaban emocionados con quedarse a pasar todo el tiempo que sus padres estuvieran de luna de miel con su abuela Geraldine y su abuelo Eros.Jareth no podía creer cómo las cosas había cambiado en un par de días, realmente su madre había sufrido un gran cambio y parecía al menos muy esperanzada de recuperar el tiempo perdido con su hijo a través de sus hijos, que cuando los niños dijeron que se querían quedar con ellos y vio que Jareth parecía dudarlo ella no dudo en decir que lo haría encantada.—No puedes decir que fui una mala madre porque jamás sufriste una raspada o accidente en el tiempo que estuviste bajo mi cuidado. Además, ya no soy la misma de antes y Eros lo que menos me dejaría ser es una mala abuela, sobre todo porque quiere robarle el título de abuelo consentidor a tu padre. Claire dile que se divertirán más en su luna de miel si
—Por supuesto, no sabes las veces que soñé estar así contigo, bailando solo nosotros dos— murmuró ella acariciando el rostro de su esposo con los dedos,Jareth no dudo en besar a su esposa. Fue besarla y sentir que por fin todo en su vida estaría realmente bien, los problemas del pasado y que los había separado ya no existían.Es más, ese Jareth imbécil, había desaparecido y había pagado el haberlo sido, casi perdiendo a su esposa en ese secuestro que le hizo comprender que jamás podría ser feliz sin su Claire a su lado.—No sabes cuanto te amo mi amor— murmuró Jareth apenas sin despegar sus labios del los de su esposa— lamento todo lo que te hice sufrir en el pasado.Ella estaba maravillada, sus hijos jamás le sobraban, eran el más bello regalo que le había dado la vida, los amaba con todo su ser, pero en ese instante le apetecía tanto ese tiempo a solas recordando cómo se enamoró de él, perdidos en medio del mar en un yate y navegando de puerto a puerto.— Si lo sé… lo sé perfectame
Claire se movía de un lado a otro de la habitación con el predictor positivo en la mano, no podía creerlo, una maldita vez, una jodida única vez, desde que la sedujo hacía tres años en el barco. Cuando creyó que sería el hombre de su vida y que la amaba tanto como ella a él.Negó obligándose a no recordar lo que había pasado durante estos tres años que había vivido casada, casada sobre el papel porque a su esposo no lo había visto más que esos cinco días de Navidad que pasaron juntos tres meses atrás, cuando sus padres y los de él anunciaron una visita para pasar las fiestas en casa del feliz matrimonio.Esos días un atisbo de esperanza se implantó en su corazón al sentirlo tan agradable, incluso amoroso y ese abismo de esperanza hizo que cayera nuevamente entre sus redes, la última noche fueron un matrimonio de verdad.Pero tras la visita de sus progenitores y sin importarle la noche maravillosa que habían pasado juntos, Jareth desapareció de nuevo en cuanto las visitas se marcharon.
— No sé de qué te extrañas, llevamos tres años casados y hemos estado juntos solo cinco días — explicó ella llena de sentimientos encontrados.Por un lado, maldecía esos cinco días, por el otro se volvía loca de amor al pensar que dentro de ella había un pequeño bebé creciendo, uno que no crecería con la indiferencia total de su padre y tampoco con la culpa de ser lo que lo amarrara a ella.Sabía que su esposa tenía razón, no era, ni había sido un buen esposo, todo lo contrario la había tratado como mucha frialdad e indiferencia. La única razón, era porque le costaba aceptar que si él era feliz era a causa de su padre, quien lo había obligado a unir su vida a esa mujer. Jareth creyó que se aburriría de su esposa, que tras firmar el divorcio encontraría motivos para alejarse de ella, pero tras conocerla y enamorarla, él también lo había hecho, pero no podía tolerar el hecho que había sido una imposición de su padre, una manera de salvar el negocio familiar y al mismo tiempo hacerlo cre
Jareth se encontró terminando la semana en la casa que evitó por más de tres años visitar, hasta la navidad pasada que estuvo por cinco días viviendo ahí.— Robert lleva mis maletas al coche, por favor— pidió Claire recordando el pequeño desprendimiento placenta que había dicho el ginecólogo que tenía y por el cual debía intentar hacer reposo y no coger peso, según lo indicado, si cumplía con el reposo el desprendimiento se arreglaría solo.Cuando llegó al salón se encontró con Jareth ahí, hubiera imaginado cualquier cosa, excepto ver a su esposo en la casa a la que no había acudido nunca, a excepción de las pasadas navidades.— ¿Vienes a buscar las llaves personalmente?— preguntó ella, observando como los papeles que le había dado el ginecólogo estaban en la mesa, justo al lado de donde estaba él, desviando la mirada rápidamente para que no se diera cuenta de que algo le ocultaba.Él tomó los papeles en sus manos, necesitaba entretenerse en algo que no fuera el dolor que le provocaba