Capítulo 02

Abro los ojos sintiendo como mi cabeza palpita ¡mierda! Los vuelvo a cerrar lo mas rapido que puedo.

He tomado mucho.

¿cómo es que mariam permitió que bebiera tanto?

Intento seguir dormida, cuando vienen a mí las imágenes más extrañas de mi vida, me recuerdo bebiendo con mariam, bailando, luego chocando con un tipo que tiene los ojos más hermosos que he visto en la vida. Lo besé, él me correspondió, luego más alcohol, baile, Samantha tratando de que me separe de él. 

Todo es tan confuso…  abro los ojos de golpe al sentir algo pesado sobre mi cuerpo.

Veo que a mi lado está acostado el mismo hombre de mis imágenes, desnudo, tacha eso, desciendo la vista, ambos estamos desnudos, su mano la tiene sobre mi cintura, pese a estar dormido, el agarre es demasiado posesivo. 

Miro a mi alrededor, no estoy dentro de la suite del papá de mariam, y lo que es peor aún, no está ella. Soy presa del pánico, así que intento soltarme de su agarre, solo que abre los ojos y el gris turbio me congela. Al principio parece tan desorientado como yo, frunce el entrecejo, mi pecho está pegado al suyo, por lo que casi puedo asegurar que palpo a la perfección sus latidos del corazón. 

-Las putas se tienen que ir antes de que abra los ojos" dice en un tono ronco y hostil, deslizando su mano de mi cuerpo. 

-¡No soy ninguna puta imbecil!- replico incorporando mi cuerpo. 

-¿Acaso Lander no te pagó? —inquiere pasando una mano por su cabello. 

—No sé quién es Lander, y no soy una puta ya te lo he dicho— Le exclamó sin poder creer que me acosté con este idiota 

Busco con la mirada el rastro del algún condon, este hombre es un promiscuo y yo no ¿que tal si me ha pegado algo?

— ¿Qué buscas? —su voz me saca de mi ensimismamiento. 

— Un condón, nos acostamos, no quisiera que me pegaras algo —me apresuro a decir. 

— Soy yo el que debería estar preocupado, pareces una demente, siempre uso condón, no soy un niño —mueve el cuello con estrés—. Ese hijo de puta. 

Habla, pero no le creo, no hayo rastro de uno, estoy a nada de abrir la boca para pedirle que lo busque, cuando noto que en la cama, a un costado de una de las orillas, descansa un papel en blanco. Lo agarro y con solo leer las primeras letras, me convenzo de que estoy dentro de una pesadilla. 

—No… no… no puede ser… —mi voz se va desvaneciendo. 

Es ahí cuando me doy cuenta del detalle, mi mano está adornada por un hermoso anillo de diamantes. Lo que confirma mis miedos. 

—¿Eres Said Montenegro? —la pregunta casi se me atasca en la garganta. 

¡¡Mierda!!

¿Me acosté con el tío de Alejandro?

¿Me case tambien con el?

—Sí ¿por qué? —comienza a terminar de vestirse. 

Mis manos tiemblan cuando él merma el espacio y me arrebata el documento, lo observo y luego él a mí, su rostro es impenetrable, por lo que no puedo saber lo que está pensando. Solo sé que estoy casada con este hombre.  

— Es falso —lo rompe en mil pedazos—. Jamás me casaría con una mujer como tú. 

¿Una mujer cómo yo? 

Maldito idiota!

—Idiota —busco mi ropa interior y me comienzo a vestir. Ignorando el hecho de que él se ha dado la vuelta para darme un poco de privacidad. 

De soslayo me doy cuenta de que saca de sus bolsillos una chequera. 

—Te daré cierta cantidad, debe ser suficiente, no sé qué juego sucio se traen entre manos Lander y tú, pero no creerás que ese documento es legal —firma y me tiende el papel—. No recuerdo nada de lo que pasó, así que no intentes extorsionarme porque no va a funcionar. 

Mis mejillas arden de furia. 

¿De quien mierdas habla? ¿Con que imbecil me viene a meter?

—¿Qué? No —refuto—. Estás entendiendo mal, no soy una puta, no conozco a… 

—La puerta está por allá, desaparece de mi vista —me da la espalda. 

Hago trizas su estúpido cheque y salgo de la habitación del hotel con el objetivo de olvidar qué esto pasó alguna vez. Busco en mi bolso mi móvil, tengo muchas llamadas pérdidas de Samantha, mensajes de texto en los que me pregunta dónde estoy, le llamo y contesta al instante. 

Luego de pasar 3 días en las Vegas visitando aquel hermoso lugar era hora de regresar a mi realidad, mariam y yo habíamos ignorado totalmente lo que había pasado la primera noche yo no estaba lista para hablar de eso.

Al llegar a new york el chófer de mariam paso por nosotras.

— Que piensas hacer ahora?— Pregunta mi mejor amiga.

Ni yo se que voy hacer, solo huí pero ahora debo enfrentar mi realidad 

—¿Sobre?— Trato se esquivar aquella pregunta 

—Vamos Ala ¿Quieres que llame a un investigador y nos ayude con el otro asunto?— Niego con la cabeza, se quien es y eso es lo que más miedo de da de que sea real— Bueno si necesitas ayuda avísame ¿si?

Asentí y baje del auto una vez en la puerta de mi casa.

Me despido de ella prometiendo que nos volveremos a ver en un par de días, el estómago se me revuelve con la idea de volver a ver a mi madre y la estúpida de mi hermana, desde que salí, no he pronunciado palabra alguna con ellas, me han llamado, mandado mensajes que borro incluso antes de leerlos. 

tomo nota mental de lo que tengo que hacer de ahora en adelante, planes que se van por la borda cuando al cruzar el vestíbulo, mi madre sale de la nada con su elegante traje y su aire sádico controlador de m****a.

—¿En dónde estabas?

—¿Qué te importa madre?—Sigo caminando—Vete con Leandra seguro que ella necesita tu apoyo para ver que desea quitarme ahora.

Toma mi brazo con brusquedad

— No vuelvas hablarme así! Mañana tu padre hará una cena con la familia de alejandro y vas a ir con una sonrisa en el rostro ¿entendiste?!

Me suelto rápidamente sintiendo la furia crecer nuevamente en mi 

Esta loca!

— ¿te has vuelto loca acaso? No iré a ningún lado madre! No iré hacerle creer a todos que somos una m*****a familia perfecta porque sabes que? No lo somos!— Una bofetada me hace girar el rostro

— Iras alaya porque si no me encargare de dejarte en la calle—No puedo evitar reírme ante sus palabras—Ahora ríes pero veamos que dice tu padre cuando veas que lo haces que dar mal, me encargare de que haga que nadie te contrate y aquella linda carreta que construiste se vaya a la basura

Dicho eso la veo irse caminando como si el mundo fuera suyo.

Entro al edificio y voy directo a mi apartamento.

Lanzó todo lo que está a mi alcance los odio! Los odio a todos

Lloro como una niña pequeña en el suelo

¿Qué ellos me odian a mí? No sé supone que son mi familia? 

Golpeó con fuerza el sofá para no hacerme daño y soltar aquella ira que me interior guarda.

Debo arreglarme para verles la cara de hipócritas a todos.

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