Capitulo 05

Me aleje un poco de el sintiendo mi pulso muy acelerado me sentía nerviosa ante su presencia, ante aquellos ojos.

— ¿Y cuál es el siguiente paso? — Ya mi madre sabía al igual que Alejandro ahora es cuestión de tiempo para que toda mi familia y los Montenegro se enteraran también.

El tomo asiento en mi sofá negro.

— Te irás a vivir conmigo — Sentencio.

Vivir con el? No! Claro que no, no lo haría.

— ¿Por qué se supone que haría eso? — Le pregunté el sonrió de lado 

— Es lo que hacen los esposos Alaya — Era cierto pero irme a vivir con un completo desconocido era mucho. — ¿Acaso te estás arrepintiendo? — Negue con la cabeza.

No puedo perder está oportunidad, quiero y necesito vengarme de ellos.

— Está bien — Me senté a su lado y luego suspire.

¿Me estoy arrepintiendo? No, no.

— Bien, recoge — Me levanté y me aleje de el y camine hasta mi habitación

Diablos!

¿Que estoy haciendo?

¿De verdad quiero vengarme de ellos? 

Suspire y comencé a buscar en mi closet saque algunas prendas que coloque en una maleta no tan grande, solo debía colocar lo importante. Sali de mi habitación sintiéndome muy nerviosa.

— ¿Por qué viniste personalmente?— Me atreví a preguntar el me miró confundida — Pensé que solo enviarías a tu abogado.

— Venia a pedirte el anillo— Asentí — Pero oi todo lo que decía tu madre, admito que no entiendo cómo dejas que ella te trate de esa manera.

— Justo porque es mi madre, siempre me he quedado callada pero solo ya no se como parar sus ataques — Lo ví asentir.

Entendía mis asuntos no eran su problema.

Salimos de mi departamento y bajamos el ascensor hasta el estacionamiento en dónde estaba su coche, una vez ahí ambos nos subimos, el camino a su casa fue algo tedioso ninguno de los dos hablo, ambos supongo metidos en sus pensamientos al menos yo si, no sabía cómo iba hacer esto, estaba muy fuera de mi zona de confort.

Al llegar bajamos y entramos a esa enorme casa.

— Claudia, Romina— Dos mujeres aparecieron ante el llamo de Said, una mucho más mayor que la otra, la más joven tenía una enorme sonrisa hacia Said — Quiero que amabas conozcan a mi esposa —Por un segundo logré ver la confusión en ambas en una más que en otra —Ella vivirá de ahora en adelante aquí, ella será ahora la señora de la casa.

— Señor pero como fue que se casó?— Dijo la más joven de las mujeres presente, con voz baja mientras miraba el suelo, no había duda que la presencia de Said era imponente pero ¿De verdad era para tanto? 

Una mirada de este hombre y la chica no hablo más.

— Bienvenida a su nuevo hogar señora — Dijo la otra mujer mientras me dedicaba una sonrisa incomoda.

Said comenzó a caminar y me hizo seña que lo siguiera, lo hice, subimos escaleras y llegamos a una habitación era enorme y se veía muy pulcra

—Esta es mi habitación y ahora tuya 

— ¿Que? ¡No! ¿Acaso te has vuelto loco?— Pregunté de manera exagerada, lo ví caminar hacia la puerta y cerrarla — No quiero dormir contigo, quiero mi propia habitación.

— ¿Que parte de que somos esposo aún no entiendes?! — Se veía molesto aún así su voz era baja — No podemos dormir separados 

— Es tu casa, nadie lo sabrá — Intenté convencerlo, no sabía si de verdad podría dormir junto a el.

— Claro que lo haran, ellas dos son solo el inicio del personal pero hay más personas y se que mi hermano metió algunas personas aquí para que me vigilarán, lo sé y no necesito que sospechen de nosotros— Asentí 

¿Por qué se odian tanto?

— Bien dormiré aquí y actuare cómo tú esposa que ahora soy — El asintió 

— Ponte cómoda, regreso más tarde — Dicho eso solo se fue.

Me quedé ahí sin saber que hacer

¿Para donde irá?

Quizás a la oficina, supongo que iría ahí luego de ir a mi casa.

¿Debo quedarme todo el día aquí? Bueno solo por hoy y cuando llegue podré hablar con el mejor, también tengo trabajo.

Dios mío en qué diablos me metí!

Suspire profundo, lo más que pude y decidí que era hora de un baño salí como una loca de casa.

Tome una ducha larga, lo necesitaba.

— Alaya— Me sobresalte al oír aquella voz tan cerca ¿Que m****a? Me tape lo más rápido que pude y me gire solo para verlo, estaba ahí mirándome sin vergüenza alguna

—Fuera!— Exclamé — Vete! ¿Acaso no sabes que es la privada? 

¿El no se había ido?

— Vamos deja de hacer tanto drama — Se giró — Necesito que te arregles me acaban de llamar y tengo una pequeña reunión necesito que vayas conmigo

Ay no!

Es muy pronto, no me siento lista, ni siquiera lo he procesado bien.

No me siento nada lista.

—No creo que sea la mejor ida

— Lo es, prepárate porque estará ahí tu familia— Dicho eso solo se fue.

Es momento de iniciar, se que puedo, claro que puedo, soy Alaya una diferente a partir de ahora, una Alaya lista para acabar con ellos ¿De verdad seré capaz? 

Suspire es mi momento.

Terminé de ducharme y salí mirando si Said ya se había ido de la habitación y si pero en la cama había dejado un hermoso y elegante vestido perfecto para la ocasión.

No tarde en estar lista así que baje con cuidado y ahí estaba el con aquel traje negro.

Ambos salimos nuevamente de aquella casa sin emitir palabra ¿Así sería este año de matrimonio? 

Llegamos a un hermoso pero lujoso restaurante bajamos el tomo mi mano 

— No me siento lista — Admiti.

— Pues apresurate a estarlo porque si no ellos te comerán viva.

Sabía que tenía razón

Tome mi mano y juntos entramos viendonos cómo un matrimonio feliz.

Quise reírme al ver la cara de todos al vernos entrar, mi hermana se quería morir lo sé, Alejandro miraba mal a Said mientras que mi madre nos miraba con asco.

— Said — Mi padre fue el primero en levantarse para así saludarlo formalmente — Hija que gusto verte — sus ojos me miraban de forma extraña

— ¿A qué se debe está reunió?— Pregunto Said directo como siempre— ¿Acaso es para darnos las bienvenida a esta nueva familia?

— ¿Cómo te atreviste?!— Mi hermana casi grito furiosa — Eres un golfa 

— No te permito que hables de esa manera de mi esposa — Rápidamente hablo Said — Ni es este lugar que vergüenza nos haces pasar niña— Quise reírme ante su cara.

El me está defendiendo es hora de que yo lo haga 

— ¿Estas segura que soy yo la golfa Rebeca? ¿Yo por casarme por un hombre soltero y dispuesto para mí? 

— Me quieres hacer daño— Susurro ella haciéndose cómo siempre la víctima.

— Basta ya— Hablo el padre de Alejandro — No se qué tramas Said pero solo quería hacerte saber que no eres bienvenido aquí lo sabes y apenas el consejo te diga que no eres acto, Alejandro tomara su puesto en la empresa el que pertenece — Mi ahora esposo soltó una carajada 

— ¿Eso era todo? Espera algo más, que perdedera de tiempo — Nos levantamos— Disculpen — Nos fuimos de aquella mesa y nos dirigimos a otra ¿Que había ido eso?

Minutos después llegó un señor 

— Buen día señor marcial que gusto que por fin nos hayamos podido reunir — Hablo Alejandro, me levanté a saludar aquel desconocido 

¿Que estaba sucediendo?

— El gusto es mío, ella es mi esposa Alaya 

— He odio mucho de ti, es un placer al fin ponerle un rostro a esas referencias, es una maravilloso trabajo el que haces en esas casas hogares, me gustará en algún momento hacer una aportación 

Sonreí y Asentí 

Empezamos bien.

Mire más allá de nuestra mesa y pude ver a mi madre hablar con el hermano de Said, esto no va a terminar nada bien pero ya que estoy en el infierno bailando con el diablo y conspirando con el ¿Que es lo peor que me puede pasar? Estoy lista para quemarme si es necesario 

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