Había pasado parte de la mañana revisando cada documento e investigando lo que ellos decían que hacían, en este tipo de cosas me gustaba ser detallista y muy minuciosa.Sé que las personas no tienen límite a veces.Encontré un par de incongruencias en unas empresas, una más graves que la otra, no tenía ni idea de quién eran ambas.Una de ellos decia que hace más cosas de las que eran real y la cantidad de personas que atendía disminuyó poco a poco aunque la cantidad no era mucho ese lugar recibía aún más dinero cada año, porque seguramente deben estar desviando fondos y luego conseguí la otra, está si era mucho más grave, en este lugar decían atender millones de personas cada año en todo lo que necesitaban, ropa, alimentos incluso decían tener varias casas en dónde les daban alojó y les ayudaban con trabajo pero la realidad era que los documentos eran falsos y lo que decían era falso.Atendían a solamente 100 personas al año tenían una sola propiedad en dónde "ayudaban" esas 100 pers
Un sonido bastante fastidioso me despertó, abrí los ojos y vi en un cuarto de hospital. — ¿Quien fue? ¿Quien le cambio el freno por acelerador?! No me interesa averigualo ¿Por qué diablos no buscaste la forma de avisarme? Por algo te pago!— mi vista se fue al lugar en dónde se oía aquella voz. Era Said. — Said — Le llame. El colgó la llama y vino hacia mi rápido. — Estás despierta! ¿Cómo te sientes? ¿Recuerdas algo?— Pregunto, Asentí con la cabeza — ¿Que recuerdas? — Iba a la fundación María Pilar iba a cerrarla y quise evitar el tráfico así que me fui por autopista pero mis frenos no funcionaban, ambos pedales eran acelerador. — ¿Por qué la iba a cerrar?— Pregunto. Frunci el ceño. Quizás hablé de más. — ¿Es tuya?— Pregunte, el nego. — Es de tu familia Alaya. — ¿Que? Mi familia ¿Mi familia ha estado haciendo eso? La puerta se abrió y un hombre entro parecía ser el doctor. — Sra Montenegro me alegra que haya despertado ¿Como se siente?— Pregunto mientras revisaba su table
Había pasado el día entero entre pruebas Said estaba paranoico y luego de una contribución de Said le hacían caso es casi todo.El quería que me hicieran todos los exámenes para comprobar que todo estaba bien, que todo estaba más que bien y para mí suerte así era, no pasaba de un par de moretones y dolió en el cuerpo estaba desesperada por salir de este lugar odiaba la comida, los doctores ya habían dicho que deben a de mantenerte una especie de dieta.No podía comer nada rico y eso me tenía un más estresada.Said estaba extraño más de lo normal se la pasa es su teléfono y un par de veces lo escuché hablando cosas extrañas, ese hombre me daba tanta curiosidad, tenía tantas preguntas para el pero no me atrevía hacerlas.La enfermera me llevaba a mi habitación para que al fin pudiera descansar.— Tienes un gran esposo — Le sonreí a la enfermera aunque ella no me veía— Estaba muy preocupado por ti aún lo está, quisiera yo que mi esposo fuera así.—Somos recien casados— Dije cómo si eso f
— ¿Cómo es que aún no dan con el?— Abri los ojos y vi a Said hablando con alguien — Joder mauricio necesito saber de quién debo protegerla!— Exclamó.Estaba hablando de lo sucedido, eso podía notarlo.— ¿Todo está bien?— Hable, el se giró y colgó al verme despierto.—¿Te he despertado?— Negue aunque la verdad es que me sentía emocionada, al fin saldría de aquí — Se que si, lo siento ¿Cómo te sientes?— Pregunto.— Muy bien ¿Ya es hora de irnos?— Pregunté ansiosa lo ví reír levemente—Aun no — Me dijo volviendo a su expresión neutral.— El doctor aún no firma el alta— me explico.— Ya me quiero ir— Confese — Estoy cansada de estar aquí, tengo mucho trabajo y ya quiero irme— el se sentó a mi lado.Me gusta el Said que me muestre vez en cuando, este cariñoso y atento Said.— Necesitas estar de reposo Alaya, se que tienes cosas que hacer y lo entiendo, entiendo que amas tu trabajo y que tienes cosas que resolver pero por favor tomate todo con calma — Asenti. Por un segundo pensé si debí pre
Said Montenegro.Había intentado que Alaya se quedará en casa descansando pero había sido imposible, ella apenas había llegado a la casa se cambió y se fue diciendo que tenía mucho trabajo y que no podía seguir aquí.Yo por otro lado tenía cosas que hacer, cosas que debía de hacer sin Alaya.— Escucho lo que tengas para decir— Mario me miro y me dió una carpeta, supongo que como la última vez ahí estaba toda la informacion — Quiero escucharte Mario ¿Que es lo que han podido averiguar?— En la carpeta está la foto de la persona que se encargo de modificar el auto de la sra Montenegro — Asentí abrí la carpeta y pude corroborar lo que Mario decía— ¿Quien lo envío?— Pregunté. El permanecía en silencio lo que me hizo dar cuenta de dos cosas, una ya ellos sabian quién era y dos, era alguien cercano a AlayaAlgo me decía que era su familia adoptiva aún no sabía quién era su familia real, al menos sabía que su padre si era su padre.Quieres decirle pero no sabía si aquello sería lo mejor ell
Otra vezOtra vezOtra maldita vezUna y otra vez se repetía la historia.Malditos Montenegro.Maldito Said.¿Por qué me hizo esto?¿Por qué ella?¿Por qué aquí?No fue ni siquiera capaz de llevarla a otra lugar, si sabe lo que Alejandro me hizo con Rebeca ¿Por qué hacerme pasar por lo mismo otra vez?El también era un hija de perra!¡No le importo una mierda!Grite llena de rabia tapando mi cara con la almohada para que nadie me escuchará.No iba a dejar que nadie me humillara, ni siquiera a Said nunca más, mucho menos iba a dejar que me vieran la cara cuántas veces quisieran.¿Cuántas veces lo hicieron mientras yo estaba en el hospital?¿Cuántas vecesas lo harán mientras yo no esté?Me limpie las lágrimas y salí de la habitación tal vez no podía sacarlo a el pero la sacaría a ella, no sabía dónde diablos estaba su habitación pero la encontraria, apenas logré recordar dónde estaba la cocina, por allá tenía que estar las habitaciones de ellasEntre cuando lo encontré, abrí los closets
Said MontenegroVer Alaya en esa actitud me había encendido no sabía que tenía ese carácter, la Alaya que yo conozco es mucho más tranquila pero pareciera que una Alaya diferente se había apoderado de ella.Que candente es esta mujer.Cada vez me encanta mucho más como si eso fuera posible.Me concideraba un servido, su servidor.— Señor que quiere que hagamos con Romina?— Pregunto Ignacio.No tenía ni la menor idea si ya estaba fuera de casa pero sabía que ella no podía seguir aquí, ella debía de mantenerse lo más lejos posible de Alaya.Romina se había excedido, había rebasado los límites, ella sabía cuál era su posición, jamás le había prometido nada, jamás hubiese estado con ella ni una vez si ese día no hubiese estado ebrio, no supe con quién me había acostado hasta la mañana siguiente que desperté más sobrio y con ella a mi lado con una sonrisa pensando que la haría mi novia.No pudo estar más equivocada.Ese puesto ya tenía dueña aunque aún Alaya no me conocia, yo ya sabía que
Alaya Montenegro.Me desperté como cada día, aunque está vez había algo diferenteYo estaba encima del pecho de Said y no tenía que quitarme de forma apresurada, ayer habíamos dicho que lo íbamos a intentar de verdad.Por alguna razón mi mente aún no se lo podía creer y no es que me creyera menos que Said, pero el era un hombre de mundo, era alguien que había recorrido muchos lugares y yo era una simple hija de personas adineradas que se había quedado siempre en el mismo lugar y era mucho menos que el.Ya no me importaba lo que sucediera, quería intentarlo de verdad, quería conocer al verdadero Said, conocer su alma porque su cuerpo ya lo conocía, conocer la profundidad de sus pensamientos.¿Me dejaría el acceder a ellos? Esperaba que me dijera que si, porque yo estaba dispuesta a dejarlo entrar a mi vida a que conociera todo de mi, aunque yo no tenía mucho que mostrar.Está vez solo quería ser yo sin máscaras, sin nada que me protegiera.Iba a confiar en el, porque deseaba que el co