Alaya Montenegro.Me desperté como cada día, aunque está vez había algo diferenteYo estaba encima del pecho de Said y no tenía que quitarme de forma apresurada, ayer habíamos dicho que lo íbamos a intentar de verdad.Por alguna razón mi mente aún no se lo podía creer y no es que me creyera menos que Said, pero el era un hombre de mundo, era alguien que había recorrido muchos lugares y yo era una simple hija de personas adineradas que se había quedado siempre en el mismo lugar y era mucho menos que el.Ya no me importaba lo que sucediera, quería intentarlo de verdad, quería conocer al verdadero Said, conocer su alma porque su cuerpo ya lo conocía, conocer la profundidad de sus pensamientos.¿Me dejaría el acceder a ellos? Esperaba que me dijera que si, porque yo estaba dispuesta a dejarlo entrar a mi vida a que conociera todo de mi, aunque yo no tenía mucho que mostrar.Está vez solo quería ser yo sin máscaras, sin nada que me protegiera.Iba a confiar en el, porque deseaba que el co
Alaya Montenegro.Tome mi teléfono y le marque a Said— Gracias — Susurré apenas dejo de sonar el pi — Nunca nadie había hecho lo que hiciste hoy, muchas gracias Said — Esto es solo el inicio — Lo oi decir — Pienso consentirte por el resto de mi vida Alaya, quiero que seas inmensamente feliz y quitaré del camino todo lo que te haga infeliz — Sonreí.— Gracias — Volví decir.La puerta se abrió era Sarah.— De nada mi amor — Debo irme — Susurré.— Me llamas si necesitas algo?— Pregunto — Si, lo haré — Te mandaré a un guardaespaldas hoy y por favor usa el auto Alaya.— Lo haré y si salgo te mandaré mi ubicación — Le dije antes de colgar.Tome mis cosas y lo que necesitaba para poder ir al juzgado a interponer la demanda.Suspire.Aquí voy a qué mi madre posiblemente vaya a la cárcel o quizás toda mi familia entera.Mierda!Sali de la oficina y ahí estaba el abogado que el señor Christopher quería que se encargará de todo.Lo entendía, no sabía si confiaba en mí pero de no ser así no
Alaya Montenegro¿Que le gustaba a el? Eso era algo que no sabía, creo que debería llamarlo y preguntarle.Tome mi teléfono y le marque a Said, mis manos sudaban un poco, me sentía nerviosa.¿Por qué?— Hola mi amor — Sonreí, me llamo amor ¿Soy su amor? Ay Dios! Parezco una niña de 15 años ¡y no soy tengo 22 malditos años!— Todo está bien?— Pregunto suspire.— ¿Que va mal?— Ví a mi madre, Rebeca y Alejandro me persiguieron hasta el juzgado para ordenarme que detuviera esto pero no es para lo que te llame, quiero invitarte a comer o llevarte comida lo que prefieras— Hablé lo más rápido que pude.— No puedo salir pero te acepto la comida aquí, estoy en una reunión y de aquí a que llegues ya terminé¿Que?— Ay dios! ¿Estas en reunión?! Lo siento tanto perdón ¿Que pensaran tus socios?— No debes preocuparte por eso — Me dijo como si nada — Ellos piensaran que estoy loco pero no es algo que me importe — Rei.— ¿Que quieres que te lleve?— Pregunté — algo simple quizás una bistec al punto —
Alaya Montenegro— ¿Me quieres contar como te fue hoy en el día?— Pregunto.¿Que iba a contarle que mi mamá me estaba acosando para que quitará la demanda?Me preguntó cómo reaccionara el.La puerta se abrió haciendo que me levantará asustada, el lugar estaba tan silencioso que no esperaba aquel sonido.Me gire y vi a Gustavo estaba muy exaltado y se veía muy, muy molesto como jamás lo había visto y si que lo había visto molesto muchas veces con Alejandro.— ¡¿Como te atreviste maldito desgraciado?!— Abrí los ojos sorprendida, no esperaba eso de aquel hombre que siempre quería ser tan recto, lo ví cerrar la puerta para que nadie escuchará los gritos — ¿Sacarme de la maldita junta? Said se levantó de la silla con una calma no lo conozco tan bien pero ya que se el porque está haciendo esto, lo está disfrutando.Se posicionó frente a el.— Es MI empresa y tu... Hermano no tienes nada que hacer aquí no tu, ni mucho menos tu familia — Dijo con tanta calma — Esto es algo que me pertenece a
Alaya Montenegro.Había pasado todo el día en la oficina de Said, había hecho mi trabajo en su sofá, había sido su idea el que me quedara después de un maravilloso sexo.Me había quedado dormida un par de veces luego de terminar, mi trabajo en este momento estaba parado por un rato ya que tenía que estar pendiente del juicio que vendría.Said había estado de reunión tras reunión y cuando estaba en la oficina no había podido evitar mirarlo.Ese hombre se veía más atractivo cuando trabajaba.Dios ¿Estoy enamorada de el? Es imposible es muy pronto ¿No? Jamás me había sentido como me siento cuando estoy cerca de el.— ¿Estas lista?— Acomode todas mis cosas, que el guardaespaldas había subido a la oficina. Una vez listas me levanté del sofá en el que había estado.Said había ofendido al menos unas 7 veces traer un escritorio para mí y colocarlo aun lado del suyo.— Estoy lista para ir a casa — Le dije sonriendo.El se acercó a mi y beso mis labios.— ¿Quieres viajar conmigo este fin de sem
Said MontenegroTodo estaba listo para nuestra salida, no sabía de dónde había salido mis ganas de casarme en una ceremonia pero quería hacerlo al fin quería iba a tenerla y escucharla decir que me aceptaba como su esposa.Tres años antes— Maldito hijo de puta!— Grite furioso sintiendo la ira más grande mi maldita vida ¿Por qué mierdas me hacía eso? ¿Por qué me había dejado ahí diciendo que nadie me había querido?Todo era mío, absolutamente todo era mío.— Señor...— Dime qué es mío — Le ordene mientras caminaba de un lado a otro sintiéndome un maldito perro enjaulado.— Todo señor, su padre lo deje como su heredero universal¿Por qué hizo eso? Sé que soy el menor, pero Gustavo es era el mayor ¿Por qué yo y no el? — Por qué?— Pregunté en voz alta.— El no es su hijo biológico ni mucho menos legítimo— ¿Que?Todo es mío y voy a ir por lo que me pertenece.Debo verlo aunque sea de lejos, debo ver cómo vive y ver lo que le quitaré, necesito estudiarlo — ¿Dónde está? Llevenme — Les
Alaya MontenegroEsto se sentía con un sueño hecho realidad.Había empacado solo un par de cosas y estábamos llegando al aeropuerto privado, jamás viaje con estás comodidades bueno si en mi cumpleaños.— ¿Te estás arrepintiendo?— Lo mire y Negue lo más rápido que pude ¿Por qué me estaría arrepintiendo?No, obvio no.—No ¿Por qué preguntas eso?— Pregunté.— No lo sé estás muy callada y pensé que te estabas arrepintiendo — Negue. Al llegar al aeropuerto, Said me extendió la mano para ayudarme a bajar del auto.— Gracias Sr Montenegro — Le dije con una sonrisa.— Siempre estoy para usted Sra Montenegro, soy su humilde servidor — Rei ante sus palabras. Pude ver cómo los guardaespaldas sacaban ambos bolsos de mano.— Enrique la placer verlo — Le dijo al piloto quien estaba con las azafatas esperándonos.Me sentía extraña, muy extraña.— El gusto es mío señor Montenegro— Me miró — Sra Montenegro un placer conocerla.Ambos subimos, yo primero ya que el me dejó hacerlo, quedé encantada con e
Alaya Montenegro— Te vez preciosa — Sami me hizo dar una vuelta, me mire nuevamente en el espejo.No me sentía como yo normal, me sentía como una yo muy renovada y me gustaba, amaba mi cambio.— Crees que estoy mal por hacer esto ¿No?— La mire esperando su respuesta.Samantha era la persona más sincera y sabía que ella me diría lo que pensaba y no lo que yo querría escuchar.— Pienso que por una vez en la vida debes hacer lo que quieras hacer y no lo que la gente diga que está bien o está mal, te gusta, le quiere se te nota demasiado Alaya — Sonreí — Ahora eres más segura de ti misma y eso es algo que no veía desde hace tanto tiempo el te hace feliz y si te hace feliz todo está bien para mí — Me acerque abrazarla.Era lo que necesitaba, no escucharla decir que podía hacer lo que yo quisiera porque eso ya lo sabía, si no, no estaba loca por hacer esto.Sé que ya estamos casados legalmente pero esto iba algo más allá de la ley, esto era para que ambos sintieramos el matrimonio real, nu