Papá llegó en la madrugada y escuché la conversación que sostuvo con mamá en la sala, tía Virginia estaba hospitalizada, la señora Elsa fuera de peligro, aunque con un gran golpe. También me enteré de que ya presentaron la demanda, entonces Eros sí tenía razón al decir que si se escondían por un par de días podrían encarcelar a la loca. Me había bañado muy temprano y en la ducha me acordé de que en ese baño no hay agua caliente, tocará que se bañen en el mío. Pero cuando mi papá se vaya, quedó de irse a primera hora. Salí en busca de Samuel.—Despierta. —Lo zarandeé—. Recuerda, tenemos la misión de llevar el desayuno.—Sí, ¿ya te bañaste?—Siempre lo hago, tú eres el cochino que no le gusta el agua.—¡Si me gusta!, pelo no templano.—Esas clases siguen sin servirte.—Ya solo me falta plonuncial la L—R, —le hice la imitación—. RRRRRRRRR, —alza la lengua. Vamos a jugar con nuestros amigos y tú, ¿lo harás en pijama?—Ya me baño.—Te espero en la mesa, recuerda que debemos camuflar comid
Virginia estaba deshecha, su sueño fue intermitente, después de que el capitán hiciera su trabajo, regresé a la clínica, Sofía gestionó el permiso y así poder quedarme con mi esposa. Me parte el alma verla consumida en el dolor, fue necesario sedarla y, aun así, fue evidente su angustia, no me atrevo a decirle nada.No he dejado de pedirle a Dios por protección para ellos, puede que Eros sea astuto y se mantenga a salvo con su hermano, pero eran niños después de todo. Lo que me tenía preocupado era el que no haya buscado a ninguno de sus tíos, si pienso como mi hijo me alejo de la casa de su abuela por temor a Sandra, también de nuestra casa, pero la de su amigo, yo iría hacia una casa segura y eso era lo que me hacía temer.Podría algún psicópata haberlos tomado, algún pedófilo o alguna red de tráficos de órganos, tal vez un traficante… De verdad, uno piensa mil cosas, Eros era muy consciente, y si no había buscado a su mamá podía ser porque algo malo les pasó, mi hijo no le haría pa
Mañana se comenzará el nuevo juicio, Carlos nos puso al tanto de lo que se venía para ella. Al menos ya estaba detenida. La habían capturado en Cúcuta, intentaba escapar a Venezuela y en los papeles que tenía en su poder evidenció que de ahí se iría a Brasil, luego llegaría a Europa.—Al menos ya va a estar detrás de las rejas. —comentó César.—Falta su amante —dije.—El capitán me dijo que esa fue la ruta tomada por su amante, se iban a encontrar. Mandaremos una orden a la Interpol, ya serán temas más demorados, pero caerá tarde o temprano. —Nos puso en contexto Carlos. —¿Se imaginan donde no estuviera Carlos? —miramos a David—. No me miren así, esto les pasa a muchos colombianos y no pasa nada, son embargo aquí nos encontramos viendo resultados rápidos porque tenemos las influencias de Carlos y dinero que nos respalda.—Eso es cierto, aparte de un rastreador innato.Lo dije mirándolo algo avergonzado, menos mal llamaron a informar que nuestro almuerzo estaba listo. Eran las tr
La tensión con nuestros hijos seguía. César, con su actitud de omnipotente, miraba a sus hijos.—Papi, ¿por qué nos castigarás a nosotros?, solo brindamos protección, techo y comida a nuestros primos. Tú nos inculcas que siempre debemos de ayudar a la familia y a los verdaderos amigos.—Por lo mismo hijo. Si son tan amigos para secundar tal fechoría, lo serán para soportar un castigo en común. Solo te pido el cumplirlo en todo, y siendo uno de los mejores sin descuidar el colegio, ahora en vacaciones se intensificarán las horas.—Pero… —César alzó el dedo indicándole, calladito le iría mucho mejor.—A pedir disculpas.Intervine. Los cuatro salieron con la cabeza agachada. En la sala se encontraba todos nuestros amigos y familiares.—Eros tiene algo por decirles.Les dije a los presentes y por las habladurías ya sabían lo que habían hecho nuestros hijos.—Buenas noches, pido disculpas, lamento las horas de agonía, temor y sufrimiento que debieron de sentir al pensar que estábamos secue
Habíamos acordado que yo llevaba a los niños a las clases y Alejo los recogía, sonreí cuando pasaron por la puerta de la casa, cansados, el haberlos desconectado de la tecnología estaba dando sus frutos y una de esas cosas era vernos más el rostro.—Hola, amor. —No sé si era posible amarlo cada día más—. Esa mirada me encanta. —dijo en el oído. Sonreí.Nuestro matrimonio era como lo imaginé siempre, como dijo Maju… gana uno cuando se compromete uno a vivir en armonía, con las personas que amas. Conocer sus defectos y aceptarlos, porque ellos nos aceptan y aguantan a nosotros.—Señora Virginia, ¿sirvo la cena?—Sí, Mechas.Vienen de clase de karate. Alejo se inclinó y besó a su reina, quien los saludó moviéndose por toda mi barriga.—Papi.Sabía qué quería mi hijo, conmigo no pudo y le dejé toda la responsabilidad a su padre, él quería negociar una tregua en su castigo.—Hijo.—Necesito hablar contigo, por favor. —Alejandro me miró y alcé una ceja.—Claro, ven. —Padre e hijo se sentaro
Eso que decía nunca me lo hubiera imaginado.—Avergonzada, salí corriendo de su apartamento y en el interior de mi casa analicé todo y comprendí que nunca rechazaba mis besos, ni las salidas a donde lo invitaba a escondidas de ustedes, pasábamos mucho tiempo juntos, realmente pasábamos siempre juntos. Si no estábamos solos, nos reuníamos con ustedes… Pero si rechazó el hecho de acostarme con él, entonces me dije que lo hizo por respeto a mí y eso me hizo adorarlo.» Ya con la cabeza más fría, me levanté muy temprano, quise aclarar las cosas y me encontré con que él salía de la mano con Maju, los vi besarse y para mí fue el fin del mundo.—Pero ya sabemos que no fue un beso de verdad.—Lo sé. Pero de donde yo los veía si parecían besarse y con lo que había pasado el día anterior… Así debían de ser las cosas. Él me buscó, pero yo no quise verlo, gestioné todo por rabia para irme a Grecia, en esos días se vino la fiesta que hizo César donde Maju perdió la virginidad, escuché lo de la apu
Había pasado dos meses donde solo ha reinado la felicidad en mi casa. El próximo lunes era el primer juicio en contra de Sandra, Carlos nos dijo que sin duda estaba loca, su bipolaridad se incrementó mucho y ahora decía incoherencias, su condena deberá cumplirla en el pabellón psiquiátrico. Mis hijos del colegio llegaban, se cambiaban y se iban a cumplir su castigo. Miré el reloj, eran las cuatro y media y no me había llamado Virginia para ver que le dijo el médico. Hoy mis hijos no iban a clase de acordeón con David. Tomé el celular cuando entró la llamada de Virginia.—Hola, Belleza, ya te iba a marcar.—¡Papi! —Me levanté de la silla del escritorio al escuchar la voz de alarma del niño.—Eros, ¿qué tienes? —Él solo lloraba, Dios por favor, ya no más—. Hijo, pásame a tu mamá.—Papi ven. Te necesito papá.Por instinto tomé el saco y salí de la oficina. Dejé a Raquel con la palabra en la boca, no tenía idea adonde correr, pero ya estaba en el ascensor.—Eros. Hijo, ¿dónde estás?—En l
Me alegró saber que podía contar con mis amigos. Ni siquiera había pensado en la oficina. Ahora no tenía cabeza para nada que no sea mi familia.—Si necesitas algo me dices. Mañana nos vemos.Dos horas después trajeron a nuestro hijo y verlo todo canalizado fue la peor imagen, hice un esfuerzo para no llorar y poder consolar a mi mujer que sí estaba hecha un mar de lágrimas.—¡Campeón! —Se veía adormilado.—Me sacaron mucha sangre papá.A pesar de todo lo veía tranquilo, aparentemente, sus ojos sí estaban opacos. Miró a su mamá.—Yo estoy bien mi amor. —Le dijo su madre—. Entiéndeme es la primera vez que te veo enfermo. Ni siquiera una gripa te daba.—Tengo sueño mami. —Virginia intentó moverse y la detuve.—No hagas eso, Virginia. —dijo Benjamín que ingresaba—. Madre es madre, Alejo ayúdame a correr la camilla de Eros, así pueden estar abrazados. Alguien me acaba de dar una lección de las sutiles curas del alma.Miré a mi hijo, le sonreía al doctor. Y así fue, Eros durmió toda la noc