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Entre el Miedo y la Esperanza

Escuchaba cada vez como se iban acercando, así que agarro la tapa del tacho de basura y se escondió en la pared esperando a que salgan.

Ya se acercaban y al momento de salir del callejón, sin pensarlo dos veces, Mateo lo golpeo con todas sus fuerzas en el rostro, tomándolo por sorpresa.

El sujeto cayó al suelo mientras su nariz estaba sangrando. Los otros dos que venían atrás de él, se sorprendieron y salieron rápidamente para ver que había pasado.

Al salir, vieron a Mateo parado ahí frente suyo.

Uno de ellos se dio vuelta y se agachó dónde estaba su compañero.

- ¿Estas bien? -Estiro su mano.

- N... No estoy bien......

Al terminar de responder, el sujeto que Mateo había golpeado, se había desmayado por el golpe.

De pronto, una pequeña sonrisa apareció en Mateo, y eso era algo de esperarse ya que había cumplido con uno de sus objetivos, el cual era dejar fuera de combate a uno.

Pero de inmediato su sonrisa regreso hacia dentro, ya que de igual manera seguía en desventaja con un 2 contra 1, pero podía ver un rayo de esperanza, la pelea era complicada, pero no imposible.

Uno de los sujetos se abalanzo hacia Mateo, lanzando un golpe con su brazo derecho.

Mateo que estaba atento pudo reaccionar a tiempo y logro esquivarlo, lanzando como respuesta una patada hacia la pierna del atacante.

De inmediato el otro sujeto también se unió a la pelea, golpeando de manera sorpresiva a Mateo con un izquierdazo que lo golpeo en el cachete, haciendo que retroceda por el impacto.

Al recomponerse, escupió un poco de sangre y tomo el cubo de basura que estaba a su lado y en el momento en que otra vez se abalanzaron hacia él, aprovecho para lanzar el cubo hacia uno de los atacantes, haciendo que se caiga por el golpe.

El que quedo tiro un golpe al pecho, el cual Mateo pudo bloquear con un poco de esfuerzo, para después agarrarlo de los hombros y darse un muy fuerte cabezazo, el cual hizo que los dos se balancearan por el golpe.

En el momento en que Mateo se pudo recuperar del golpe, pudo divisar que en el lugar donde estaba el bote de basura, había una funda con algo que sobresalía, parecido a un palo.

Asi que de inmediato se acercó a velocidad para tomar lo que sobresalía de la funda, y para su sorpresa, se trataba de un fierro de metal.

Los dos sujetos que ya se estaban recuperando, vieron como Mateo tenía un fierro de metal, sintiendo un poco de miedo por la situación.

Al verlos con un poco de temor, Mateo aprovecho la situación para terminar con esa pelea de una vez por todas.

- ¡LARGUENSE DE AQUÍ SI NO QUIEREN SALIR HERIDOS! -alzo la vara de metal apuntando hacia donde estaban en señal de amenaza.

Los sujetos se asustaron, poniéndose de pie y alejándose del lugar junto a su compañero desmayado.

Al ver que ya habían desaparecido en la oscuridad de la noche, Mateo soltó la vara de metal y pudo notar como sus manos temblaban.

Se recompuso al instante y se acercó al callejón para ayudar al hombre que había sido golpeado por esos tres sujetos.

Al acercarse, pudo notar que se trataba de un hombre joven, de más o menos en sus 30, y por la ropa que vestía, era alguien que tenía dinero.

Sin dudarlo, lo agarro en peso y lo subió a su espalda para empezar a caminar hasta su casa.

Al momento de caminar, pudo oír como el hombre golpeado susurraba algo.

- Mu... Muchas gracias.

Después de eso, se desmayó.

Pasaron varios minutos y Mateo ya había logrado llegar a su casa, abrió con un poco de dificultad su puerta y entro. Fue hasta su cama y lo acostó con mucho cuidado para no agravar las heridas que tenía.

Después de acostarlo, fue a buscar el botiquín de primeros auxilios que tenía en su casa.

Busco apresuradamente por todo lado, ya que no recordaba donde lo había dejado, tirando todo al suelo.

Al encontrarlo, regreso a su cuarto y recordando vagamente cuando Luciana practicaba con él lo que aprendía cuando estudiaba medicina, se dispuso a curar lo mejor que pudo al hombre tirado en su cama.

Paso gran parte de la noche limpiando, curando y poniendo vendas al hombre lastimado, hasta que al final termino y por fin pudo acostarse cerca de las 3 am.

Cayo como plomo en el sofá, estaba demasiado cansado después de la noche que había tenido, nunca en su mente hubiera pensado que algo asi iba a suceder. Primero conoció a la mujer más hermosa que sus ojos habían visto, y, para terminar, salvo a un tipo que no conoce, lo llevo hasta su casa y le dio primeros auxilios, todo en la misma noche.

A LA MAÑANA SIGUIENTE…

Los rayos del sol recién están entrando al cuarto de Sofia, haciendo que ella abra los ojos por los rayos que golpeaban su rostro. Cuando se estaba estirando, de repente se escuchó como golpeaban la puerta.

- ¿Hija, estas despierta? -la voz al otro lado de la puerta era de Isabella.

Haciendo algunas muecas, Sofia contesto. – Si mamá, recién acabo de levantarme, puedes entrar. -con sus dos manos se dio un suave golpe en las mejillas para despertarse bien.

La puerta de su cuarto se abrió y Isabella entro a la habitación.

Sofia pudo notar como su madre cargaba consigo una gran sonrisa que se extendía de punta a punta. Al momento de llegar a la cama de Sofia, Isabella se sentó a su lado y empezó hablar.

- Ahora si hija, cuéntame todo lo que paso anoche después de que tu padre y yo nos fuimos a dormir. -se notaba a simple vista lo exaltada que estaba.

A Sofia no le queda de otra que contarle a su madre lo que había pasado en la noche, asi que tomo una gran bocanada de aire y empezó a contar.

Conto desde cuando Valeria convenció a Julián de ir a ese concierto, hasta que terminaron de regreso en la casa, obviamente excluyendo los detalles de que conoció a Mateo, el cual le había llamado mucho la atención.

Después de escuchar atentamente a su hija, Isabella se mostraba algo desilusionada. Sofia se pudo dar cuenta de eso, ya que, aunque no lo dijera con palabras, sus expresiones hablaban por si solas.

- Mamá ¿hay algo de lo que dije que no te gusto? -pregunto Sofia mientras se levantaba de su cama.

- Pues, la verdad si estoy algo desilusionada contigo hija mía. -se puso de pie y se acerco a donde estaba su hija, poniendo sus dos manos en su mejilla obligándola a que la vea a los ojos.

- Esperaba que después de esta noche, ya hubieras avanzado un poco en tu relación con Julián, no sé, talvez un beso o algo. -una vena se le podía notar en el extremo derecho de su frente.

Con solo escuchar lo que su mamá le estaba reclamando, Sofia no se pudo aguantar y casi exploto con su mamá, respondiendo muy alterada.

- ¡¿Como quieres que lo bese en la primera salida?¡ ¡apenas y lo conozco mamá, además sabes que yo no quiero casarme con alguien del que no estoy enamorada! -de un jalón, bajo las manos de Isabella de sus mejillas.

Isabella miro fijamente a Sofia, en sus ojos se podía ver como su sangre hervía ferozmente, tanto asi fue la mirada de enojo que le lanzo a su hija, que ella literalmente dio 2 pasos hacia atrás del miedo.

- Escúchame bien Sofia, no me importa si te gusta o no, no me importa si estas enamorada de Julián o no. Lo único que importa es que su familia tiene mucho dinero y nos van a ayudar a salir de la situación en la que estamos. ¡Asi que cuando venga esta tarde, tu vas a estar muy bien arreglada, viéndote hermosa como siempre!, siendo un poco coqueta para poder impresionar a Julián y que asi se decida a dar el siguiente paso, el cual es que sean novios, y escúchame bien niña ¡Cuando Julián te pida que sean novios, tu vas a aceptar sin dudarlo! ¡Oíste! No me vas a dañar este negocio Sofia, toda nuestra familia depende de que tú y Julián se casen ¡Entendido! -se acerco a Sofia y de improviso, paso sus brazos por detrás de Sofia y le dio un gran abrazo el cual duro por varios minutos. Después Isabella salió de la habitación dejando a Sofia sola, la cual no pudo aguantar más y empezó a llorar.

EN ALGUNA PARTE DE LA CIUDAD…

Julián el cual estaba en la cama de Mateo, empezaba a abrir los ojos, ya por fin estaba despertando, y lo primero que vio, fue un lugar totalmente desconocido. Se asusto mucho, ya que no recordaba que paso después de que esos tipos le habían dado una paliza.

Con un poco de sufrimiento y dolor agudo, Julián se pudo poner de pie y con una sola mano alcanzo su camisa y se puso sus zapatos. Salió del cuarto con miedo y estando atento a cualquier cosa que pudiera ocurrir en ese lugar nuevo y desconocido donde se acababa de despertar.

Al salir a la sala pudo notar que había una persona acostada en el mueble, rápidamente de escondió por precaución, después se fue asomando con cuidado para asegurarse que esa persona estaba dormida.

Al ya estar completamente seguro que estaba dormida, acerco con cuidado y fue directo a la cocina para agarrar un cuchillo para al menos tener algo con lo que defenderse.

Mientras buscaba el cuchillo, un vaso de metal que estaba por ahí, fue empujado sin querer por el brazo de Julián, cayendo al suelo provocando un fuerte ruido metálico, el cual retumbaba por toda la sala, haciendo que Mateo el cual estaba profundamente durmiendo en el mueble, se despertara de un salto.

Mateo se puso de pie y vio a la cocina, no había nadie ahí, pero lo que se había escuchado venia de ahí, asi que se levanto y fue caminando hasta la cocina, pero lo que Mateo no sabía, era que Julián ya se había levantado y estaba escondido en la cocina esperando con un cuchillo a que Mateo se acercara a donde estaba.

Ya estaba entrando a la cocina, cuando se la nada aparece Julián con un cuchillo en mano saltando directamente hacia Mateo.

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