TRINITY—Palurda, tu amorcito me ha rentado un depa de soltera en el piso debajo de ti. ¡Si te creías que iba a trabajar de gratis para él, las vas llevando claro, bonita! —me saca incluso la lengua como una cría.No puedo evitar reírme con ella. Dios, es insoportable y la quiero tanto.—Disfruta de la vida que siempre quisiste. Nadie más que tú se la merece —me dice poniéndose seria cuando las puertas se van cerrando.—Descansa, mi amiga del alma. Mañana voy a desayunar en tu departamento de soltera —le respondo suspirando, pero más aliviada.—¡Despídeme del Sugar y los demás! —me grita cuando ya se cierra la puerta.Me quedo unos segundos en el pasillo, procesando todos los cambios tan radicales y rápidos en mi nueva vida.Unas manos cálidas me envuelven, me pegan a un pecho caliente.—Ella vive debajo de nosotros, me pidió decírtelo ella. Costó convencerla. Quería quedarse en su vieja casa, pero es mejor, porque sé que no te preocupas por su seguridad —cierro los ojos y me apoyo en
NATHANEste festival para agradecer a la Diosa se llevó a cabo en las tierras intermedias entre las manadas. En un claro amplio, hermosamente decorado a pesar de ser al aire libre.El suelo estaba cubierto por alfombras rojas, farolillos de colores colgaban de las ramas de los árboles vecinos y de las estructuras de metal que sostenían dos enormes carpas con las mesas del catering.Debía admitir que en esto mamá era una experta. La madre de Haley murió en el parto y la manada se quedó sin Luna. El cascarrabias de su padre nunca quiso casarse de nuevo, pero bien que mantenía a una omega como su amante “secreta”.Tomo un sorbo de mi bourbon mientras escucho, aburrido, las mismas tonterías de siempre: trabajo, proyectos, o a mi padre planificando con el de Haley un futuro feliz que no llegará.Mi hermano Logan se ha alejado con el pretexto de saludar a unos amigos de la otra manada. No sé a dónde ha ido, pero me apuesto lo que sea a que está hablando con su espía. Pues sí, en toda e
NATHANJuliana no está, por supuesto. Ella aguarda en la entrada, verificando que mi invitada especial no tenga ningún problema para acceder a esta fiesta privada.Me río de soslayo al escuchar su suspiro de alivio, disimulando con un trago de mi bebida. " Muy gracioso, Nathan. Joder, qué susto” bufa William, caminando hacia mí con el ceño fruncido." Si tanto te molesta que le pueda dar la flor a otro, deberías entonces dejar de tontear”“Habló el experto en amor, al que casi lo dejan por lento" responde, parándose a mi lado y mirando al escenario.“Oye, respeta a tu futuro Alfa” bufo, sin poder argumentar mucho a mi favor.“Es cierto que eres un zopenco” mi lobo agrega más combustible a la hoguera.“Gracias, Blaze, tú como siempre tocándome los huevos”“De nada. Estoy aquí justo para recordarte cada vez que la cagas. Y espero que hoy no sea uno de esos días” gruñe un poco. No le seguiré la corriente con sus majaderías.Está nervioso. No deja de rondar, olfateando, esperando a su
NATHAN—Esta celebración es para aceptar a una compañera, a tu otra mitad. No se trata de una flor, sino de corresponder sentimientos —digo con voz firme."¡Nathan, qué rayos estás haciendo! ¡Piensa muy bien…!" corto los gritos mentales de mi madre.—Agradezco a Haley por hacerme el favor de encontrar el regalo perfecto para mi hembra favorita, que lamentablemente… no eres tú —miro a su loba, que se queda de piedra, tan asombrada como todos.—Yo ya tengo a una mujer que me gusta y deseo compartir mi vida con ella. Obviamente, no eres tú, y lo sabes —agrego, comenzando a caminar hacia el fondo, donde las personas se apartan con mi paso dominante.Siento la presión de mi padre, del Alfa, que me ordena imperioso que pare esta estupidez. Pero si ya me voy a rebelar, lo haré con todo.El ambiente se congela. Incluso los músicos de la banda dejan de tocar.Mi olfato, mis ojos, todos mis sentidos están enfocados en una sola presencia que llegó desde que Haley comenzó a hacerme su proposició
NATHAN—Nathan… —se aferra a mi camisa con sus puños cerrados y sube el rostro con preocupación en sus ojos.— No tengas miedo, lo tengo controlado. Solo mantente alejada, es lo único que te pido y obedece a James o a William cualquier imprevisto —voy a bajar la cabeza para besarla brevemente, pero ya Haley explotó y no aguantó con dignidad tanta humillación.—¡James! —Empujo a Trinity sin lastimarla. Ella trastabilla un poco hacia atrás, y James la sostiene por los brazos para alejarla a la seguridad de mis guerreros privados.Me giro con los caninos afuera, dejando salir toda mi aura de Alfa, aplastante, sin compasión. Adopto una postura defensiva ante el ataque de la loba rabiosa que se me ha abalanzado por la espalda.—¡HALEY! —Su padre ruge, pero ella no se detiene.No quiero pelear con una loba. Hago señas a la misma que la dejó ganar la flor, una guerrera bajo mis órdenes. Pero antes de que se transforme para controlarla, veo el destello de un pelaje marrón que atraviesa mi
NATHANMe giré para arrojar a mi madre al suelo y transformarme al instante. Blaze saltó para impactar de frente con el enorme lobo Alfa de Agustino, y nos enredamos en una lucha encarnizada.Sus ataques mortales iban siempre a mi garganta, sus fauces abiertas llenas odio y rabia, pasando a milímetros de mi hocico.Blaze también atacaba con furia. Sus garras se hundieron en la pata trasera del Alfa, arrancándole trozos de carne y aullidos de dolor. Aprovechamos el momento para morderle con fuerza el lomo y arrastrarlo por el suelo alfombrado.Él era fuerte, pero yo era un Alfa joven y también entrenado. El polvo se levantaba por entre las costuras, y la sangre goteaba de nuestras heridas.Su rabia lo dejaba vulnerable, haciéndolo desplegar ataques suicidas y estúpidos. En un segundo, lo tuve acorralado contra el suelo.Blaze estaba enardecido, sin control. Bajó la boca llena de colmillos asesinos, directo a la yugular del Alfa, listo para asesinarlo. La idea de tomar su manada a l
NATHAN Volví a transformarme en mi forma humana, agarrando las ropas desechas en el suelo.Estaba preparado para enfrentar todos los problemas que sabía que generaría con mi rebeldía, pero no estaba listo para que un Anciano del Concilio se apareciera de la nada.Todos se quedaron en silencio, con la cabeza baja. La tensión en el aire era palpable; solo se escuchaban los sonidos nocturnos de los animales en el bosque.—Su Señoría, qué honor tenerlo por nuestras tierras —mi padre fue el primero en reaccionar. Bajó todo su mal temperamento y se acercó solícito al pelinegro.Sus facciones frías y elevadas nos miraban a los demás como simples cucarachas. El lobo a su lado era imponente y amenazante, arrogante como su contraparte humana. —Y veo que hice muy bien en asistir. ¿Qué está ocurriendo aquí? —preguntó, dando una mirada rápida al desastre.—¡Su Señoría, le pido que le haga justicia a mi hija! —de repente Agustino le imploró con un alarido, incluso bajando su cabeza de Alfa org
NARRADORATampoco es como si fuera directo a asesinarla; había que respetar el pacto con los humanos, ella no había violado ninguna regla.Pero no deseaba sus ojos cínicos sobre mi hembra ni que la marcara en su memoria.A nuestro alrededor, los integrantes de las dos manadas, seguían incluso aguantando la respiración. Si yo, que era un Alfa fuerte, me sentía tan presionado, no me imaginaba los niveles inferiores, sobre todo las mujeres, y más aún las omegas.—Su Señoría, pero no es suficiente. ¡Este hombre…!—¿Eres el Alfa Agustino de la manada “Ciervos Rojos”? —le preguntó de manera intransigente.—¿Eh? Sí, sí, sí, soy yo… —los ojos seguros de Agustino comenzaron a cambiar a recelosos. —Alguien dio un parte de que estabas involucrado en el comercio de sustancias prohibidas por el Concilio. Está prohibido comerciar con hechicería que afecte a los hombres lobos —le dijo, y hasta yo me quedé un poco estupefacto.—¡¿Qué?! ¡¿Quién dio ese parte falso?! ¡Es falso, todo es falso! —por su