NATHANMe giré para arrojar a mi madre al suelo y transformarme al instante. Blaze saltó para impactar de frente con el enorme lobo Alfa de Agustino, y nos enredamos en una lucha encarnizada.Sus ataques mortales iban siempre a mi garganta, sus fauces abiertas llenas odio y rabia, pasando a milímetros de mi hocico.Blaze también atacaba con furia. Sus garras se hundieron en la pata trasera del Alfa, arrancándole trozos de carne y aullidos de dolor. Aprovechamos el momento para morderle con fuerza el lomo y arrastrarlo por el suelo alfombrado.Él era fuerte, pero yo era un Alfa joven y también entrenado. El polvo se levantaba por entre las costuras, y la sangre goteaba de nuestras heridas.Su rabia lo dejaba vulnerable, haciéndolo desplegar ataques suicidas y estúpidos. En un segundo, lo tuve acorralado contra el suelo.Blaze estaba enardecido, sin control. Bajó la boca llena de colmillos asesinos, directo a la yugular del Alfa, listo para asesinarlo. La idea de tomar su manada a l
NATHAN Volví a transformarme en mi forma humana, agarrando las ropas desechas en el suelo.Estaba preparado para enfrentar todos los problemas que sabía que generaría con mi rebeldía, pero no estaba listo para que un Anciano del Concilio se apareciera de la nada.Todos se quedaron en silencio, con la cabeza baja. La tensión en el aire era palpable; solo se escuchaban los sonidos nocturnos de los animales en el bosque.—Su Señoría, qué honor tenerlo por nuestras tierras —mi padre fue el primero en reaccionar. Bajó todo su mal temperamento y se acercó solícito al pelinegro.Sus facciones frías y elevadas nos miraban a los demás como simples cucarachas. El lobo a su lado era imponente y amenazante, arrogante como su contraparte humana. —Y veo que hice muy bien en asistir. ¿Qué está ocurriendo aquí? —preguntó, dando una mirada rápida al desastre.—¡Su Señoría, le pido que le haga justicia a mi hija! —de repente Agustino le imploró con un alarido, incluso bajando su cabeza de Alfa org
NARRADORATampoco es como si fuera directo a asesinarla; había que respetar el pacto con los humanos, ella no había violado ninguna regla.Pero no deseaba sus ojos cínicos sobre mi hembra ni que la marcara en su memoria.A nuestro alrededor, los integrantes de las dos manadas, seguían incluso aguantando la respiración. Si yo, que era un Alfa fuerte, me sentía tan presionado, no me imaginaba los niveles inferiores, sobre todo las mujeres, y más aún las omegas.—Su Señoría, pero no es suficiente. ¡Este hombre…!—¿Eres el Alfa Agustino de la manada “Ciervos Rojos”? —le preguntó de manera intransigente.—¿Eh? Sí, sí, sí, soy yo… —los ojos seguros de Agustino comenzaron a cambiar a recelosos. —Alguien dio un parte de que estabas involucrado en el comercio de sustancias prohibidas por el Concilio. Está prohibido comerciar con hechicería que afecte a los hombres lobos —le dijo, y hasta yo me quedé un poco estupefacto.—¡¿Qué?! ¡¿Quién dio ese parte falso?! ¡Es falso, todo es falso! —por su
NARRADORAAún sospecho de su participación en el secuestro de Luca, pero no he encontrado nada claro.—Entonces ya puedes estar satisfecho, lo lograste, todo salió como querías. Puedes dejarme la vida en paz, el puesto del Alfa es tuyo —le dije y giré mi espalda para marcharme.Liberarme de la toxicidad de esta familia, en realidad, me estaba quitando un peso del pecho.—Nathan —su voz profunda llamó a mi espalda.—. Yo no soy la persona detrás de todo. Esos hombres trabajaban para alguien más. Me reuní con ellos intentando sobornarlos, que delataran al jefe del comercio de drogas mágicas con los brujos; aun así, no lo logré. Alguien más está manejando los hilos, y creo que es de esta manada.Me tensé ante sus palabras, solo mirando a las profundidades del camino que llevaba al estacionamiento. — Entonces, sabiendo que el Alfa Agustino no es el culpable; aun así, lo acusaste por las pruebas circunstanciales, todo, porque tuviste temor de que acabara aceptando a Haley - suspiré cansad
TRINITY —Mónica —solo pude tomarle las manos, que estaban heladas. No entiendo muy bien qué se debe sentir eso; solo soy una humana. Pero imaginarme que Nathan le haga el amor a otra mujer, que me engañe y me traicione de esa manera, hace que mi pecho duela insoportablemente. —¿Por eso es que me dijiste una vez que ya tuviste que escapar? —le pregunto y ella asiente. —Sí, yo soy originaria de esta tierra. Él me tenía en una casa “segura” —hizo comillas sarcásticas con los dedos. —. Más bien escondida para que nadie se diera cuenta de que estaba conmigo. Me desmayé esa noche del dolor, y cuando me levanté me horroricé al no sentir a mi loba. Estaba débil, vulnerable. Fui a buscarlo al centro de la manada. Hizo una pausa, y la ira brilló en el fondo de sus ojos. —Lo vi con ella, feliz, siendo felicitado por su unión. Los espié de lejos y luego corrí, corrí como una demente enloquecida. Escapé con ayuda de una prima de otra manada cercana. Yo no tenía en quién más apoyarme, ella m
TRINITYSu piel, recién salida de la ducha, se sentía fría, a diferencia de la mía, febril, pero ambos ya estábamos sudando, nuestros cuerpos reaccionando al deseo desenfrenado.Su boca regresó a mordisquear mi pezón. Cada vez que metía la aureola en la ardiente cavidad, su lengua me atormentaba, rodeándola y dándole golpecitos con la punta.Los caninos afilados me traían escalofríos que bajaban punzando en mi vientre.Su mano libre acariciaba el costado de mi torso, para luego hacer un camino hacia mi monte de Venus, directo al sitio donde moría porque me tocase.—Sssshhh, qué rico, amor… acaríciame más… Me arqueé ofreciéndole mis pechos. Abrí más las piernas cuando sus dedos comenzaron a toquetearme por encima de la tela de la braga, pegajosa por mis fluidos.Mi boca descarada solo podía gemir y pedir. Jugó con mi clítoris y mi cordura, lo presionó y apartó al fin la tela para tocarlo directamente, pellizcándolo morbosamente, hasta sumergir las falanges de dos dedos.—Aahhh… —su
NATHAN—Tenemos que proteger a Mónica. Ella… tuvo una situación con ese tal Anciano del Concilio. No podemos dejar que la encuentre. —Frunzo el ceño ante sus palabras.Apoya las manos sobre mi pecho y levanta su cabeza, mirándome a los ojos.—Cuéntame bien todo. Ese hombre es muy peligroso, Trinity —le pido y escucho las bajezas que le hizo ese hijo de puta a Mónica.La verdad es que nunca me había fijado mucho en ella. Puede pasar incluso por una simple humana.Sin loba interior es más fácil pasar desapercibida para extraños, pero él la conoce muy bien.—No te preocupes. Haré todo lo que esté en mis manos, pero lo mejor es que ella no se encuentre con Dean Marshall. —Trinity asiente, mi chica lista.La veo que duda. Sus ojos son muy expresivos, es muy mala para ocultar cualquier inquietud.—Dime. Lo que sea que te ronde la mente, no te lo guardes —le doy un suave pellizquito en los rollitos que se le hacen en la cintura.—Bueno, tú y la mamá de Luca tienen ese lazo que ustedes le ll
NARRADORA“¿Qué sucede?” Dean le pregunta a su lobo, que había regresado a su interior en forma de magia espiritual.“Te has pasado toda la noche intranquilo.”“No sé definirlo, pero tengo una sensación extraña, en esa fiesta, esas mujeres humanas que escaparon… no sé, una de ellas me resultó… perturbadora,” la voz lobuna le respondió, dando vueltas una y otra vez en su mente.“¿Perturbadora? ¿Eso qué significa?”“Me recordó… me recordó a ella.” Dean se tensó en el asiento trasero del Bentley ante las palabras de su lobo.El auto lo llevaba de regreso a las tierras privadas del Concilio para informar del caso de las drogas mágicas.“Ella murió, Claus, ¿no fue eso lo que me dijiste? Que no sentías a su loba”“Pero nunca encontramos su cuerpo, parecía evaporarse en la nada. ¡¿Por qué no la buscamos más?!”“¡Porque ambos estuvimos de acuerdo en que Adele era la mejor opción! Queríamos poder, y en ese momento no podíamos salir corriendo a buscar a Ailyn, ¿entiendes?” le rugió molesto, vie