NATHANEstaba lleno de rabia y decepción, parado como un idiota delante de su escritorio.—No te expulso de mi manada porque no quiero que te conviertas en un pícaro rechazado por todos, solo porque tu madre me suplicó, ¡pero era lo que te merecías!—¡EXPÚLSAME! —le rugí, incapaz de aguantar más mi cabreo, mi lobo saliendo a rugirle al suyo a pesar de ser mi padre.Estábamos tan indignados, tan heridos.—¡NATHAN!¡BAM! Se levantó dando un fuerte manotazo en la mesa.—¡Te he ayudado por años a levantar esta compañía! Los mejores proyectos millonarios, los diseños más novedosos han salido de aquí —me señalé con fuerza la sien, mis caninos afuera.Él también estaba enojado. Solo me miraba con los ojos llenos de furia y tormentas en sus profundidades.—¡¿Cómo te atreves a expulsarme como un vil mendigo?! ¡Esta compañía es así de exitosa por mí!—¡Insolente! —barrió, en un ataque de furia, con todo sobre el escritorio.Los documentos, las lámparas, las figuras de acero y los portalápices c
NATHAN—Lo lamento, lo siento, no quise ofenderlo, solo… Ay, Nathan, tu papá… —se gira de nuevo a llorar sobre mi pecho.Esto es tan deprimente.La enfermedad de Jacob es algo grave que afecta su corazón.Es extraño en los hombres lobo y, en realidad, no está diagnosticado con nada en concreto. Parece un defecto autoinmune.Al final mamá se calma un poco y entra a verlo, dejándonos solos de nuevo en el pasillo.—Lo lamento, Dr. Philipe.—No se preocupe, peores cosas me han dicho en momentos de angustia —me responde como todo un profesional—. Tomé las muestras que me pidió.Baja la voz de repente y me dice. Asiento con la cabeza.—Manéjelo como le pedí —le respondo igual en clave.—Las verificaré personalmente y le daré el informe — le agradezco y él se va por el pasillo.“¿Sospechas que alguien está perjudicando a tu padre?” William me pregunta.“Sí, por eso mandé a tomar muestras de sangre. Y no es mi padre, es el Alfa de la Manada 'Neira', de la cual ya no formo parte.”—Dime, Willi
NATHANSon mercenarios humanos, pagados por mí. Al menos, me quito de encima el tema de los lobos de la manada y el hecho de que ya soy un rogue.— Señor Langford— nos damos los saludos fríamente como siempre.Estos tipos son de acción, no de palabras.— Encontramos este cadáver mientras buceábamos, estaba sujeto por un pesado hierro a sus piernas, la verdad no sé si va a poder reconocerlo - me dicen y arrastran una lona negra sobre la playa desierta.Nos movemos un poco detrás del amparo de unas enormes rocas de arrecife, por si cualquier humano curioso se adentra en este sitio.El zíper de la lona baja y hedor a putrefacción asalta mi sensible olfato. Me muestran al hombre dentro, por completo desfigurado, el cuerpo hinchado, la piel grisácea, sin ojos comidos por los peces.Lleva meses allá abajo y prácticamente está irreconocible.Sin embargo, si sé quién es, también reconozco la ropa hecha jirones que lleva.— Es uno de los hombres de Logan - William también lo identifica.Huel
LOGAN La puerta de mi oficina se abrió como si entrara un vendaval. Desde que vi el rostro encolerizado de Nathan, supe que problemas se avecinaban.—¿Qué suce…? ¡Aaggrr! —ni siquiera me dejó terminar y se abalanzó sobre mí como una bestia, dándome un fuerte puñetazo que casi vuelca la silla.—¡Señor! —¡No te metas, Arthur! —le rujo a mi mano derecha, saboreando la sangre en mi boca, sintiendo los tirones en mi camisa. El labio pulsa con dolor y la mejilla se está hinchando. —¡Que sí se meta, que lo haga porque estoy seguro de que también anda involucrado! —me ruge Nathan, dándome jalones, sus ojos cambiando a los de su lobo.Intenta presionar al mío, que está por debajo en la jerarquía.—¡Espera, Nathan, hablemos, joder, no seas un maldito bruto! —le grito, intentando tomarlo de la mano, casi al borde de esta maldit4 silla.Él me suelta y arremete contra Arthur. Lo veo caer al suelo; no es rival para Nathan, que le aporrea la cara con los puños, desquitando la ira que siente po
NATHANEstoy estacionado en el aparcamiento subterráneo del edificio, me quedo en silencio en medio de las penumbras.Sé que Logan acabará con ellas, si no las expulsa como rogues.No es lo mismo para las mujeres que para los hombres, ellas son más vulnerables, le quitarían todo el financiamiento económico también.Es por eso que necesito cuanto antes tener mi manada, la solución no es seguir luchando por algo que no me quieren dar a las buenas.— Lo siento madre, de verdad lo lamento, espero que papá se ponga bien, no seamos pesimistas – le doy una respuesta tibia.Terminamos la conversación enojados, no me gusta estar así con ella, pero es inevitable.Subo cansado al elevador y marco la clave privada del Penthouse y luego paso la llave electrónica para ponerlo en marcha.Las puertas se cierran y comienzo a subir, me arreglo un poco en el reflejo, no quiero preocupar a Trinity.Cuando llego y toco la puerta nadie me abre, qué raro, pero enseguida lo que hago es preocuparme, las alarm
NARRADORA“No te parece que este tipo de Canadá es un poco creído. Llevamos una hora esperando y va súper retrasado”, Ethan le dijo a Ava, parado a su espalda como parte del equipo económico.Ella, delante, actuaba como la directora, mientras su tío y otros socios estaban al lado, como los dueños.“Bueno, hay personas millonarias así, excéntricas”, respondió Ava ajustándose los lentes.La verdad era que las lonjas bajo el vestido le estaban sudando con el sol pegando fuerte sobre sus cabezas, sin ningún edificio donde resguardarse en este helipuerto.“Claro, tan millonario que no pudo aparecerse en un auto como cualquiera, sino que viene hasta en helicóptero y con toda una comitiva de recibimiento”.Ethan estaba fastidiado, parado detrás de los jefes, soñando con estar en su posición, y no como un segundón del departamento de contabilidad.“¿Qué quieres que haga entonces, Ethan? ¡Si nos pedía vernos en el infierno, para allá teníamos que ir!”, exclamó Ava, estresada por las presiones q
NARRADORA Nathan la presentó, mintiendo con su apellido para apoyarla. —Señora Langford, es… es un placer contar con su presencia —el tío, como siempre, fue el primero en salir del asombro. A pesar de que no veía la función de esta mujer aquí, suponía que había venido a pasarse el viaje de shopping, pero eso era conversación de mujeres. “¡Ava, maldición! No te quedes congelada ahora y entretén a la mujer del Alfa”, pensó. —Yo… yo puedo recomendarle muchos spas y sitios de compras… —Ava dijo entre dientes, creyendo que le daría un ataque al corazón en cualquier momento. Sudaba profusamente y su loba estaba inquieta, dándole vueltas y más vueltas a su mente, aterrada por la presión del Alfa al lado de esa humana. ¡¿Qué hacía esta tipa aquí?! ¡Esto tenía que ser una jodida broma del destino! —Disculpa, ¿tú eres? —Trinity se quitó los lentes con aires de superioridad, mirando a esa mujer que casi le arrebata su vida y la de su hija. —Ella es la directora de la empresa… —Soy Ava S
AVA—¡Deja de hacer una escenita, Ava, o yo también te podría reclamar por comerte con los ojos a ese Alfa! Ethan tuvo el descaro de hacerse el celoso mientras se ajustaba el cinturón de seguridad.—¡No es lo mismo! —grité, encolerizada. Nunca me imaginé que el pasado regresaría de esta manera. —¡Casi te casas con esa mujer, te acostabas con ella todos los días! ¿Qué? ¿De repente te arrepentiste de haberme escogido? Comencé a empujarlo con furia del brazo, sabiendo muy bien que no debía. El auto ya se había puesto en marcha, saliendo del estacionamiento subterráneo. —¡Estás loca, estoy manejando, demente! —¡Loca estaba el día en que acepté a un pobretón como tú! ¡Debí cortar el vínculo! ¡Por ti le hice todas esas cosas a esa mujer que ahora viene a vengarse de mí! —¡Espera, Ava… maldit4 sea… déjame! De repente, el auto comenzó a moverse inestable. Estaba como poseída, golpeándolo en el brazo, en la pierna, agarrando la solapa de su saco con toda la furia de no haber podido ac