NATHAN—Esta celebración es para aceptar a una compañera, a tu otra mitad. No se trata de una flor, sino de corresponder sentimientos —digo con voz firme."¡Nathan, qué rayos estás haciendo! ¡Piensa muy bien…!" corto los gritos mentales de mi madre.—Agradezco a Haley por hacerme el favor de encontrar el regalo perfecto para mi hembra favorita, que lamentablemente… no eres tú —miro a su loba, que se queda de piedra, tan asombrada como todos.—Yo ya tengo a una mujer que me gusta y deseo compartir mi vida con ella. Obviamente, no eres tú, y lo sabes —agrego, comenzando a caminar hacia el fondo, donde las personas se apartan con mi paso dominante.Siento la presión de mi padre, del Alfa, que me ordena imperioso que pare esta estupidez. Pero si ya me voy a rebelar, lo haré con todo.El ambiente se congela. Incluso los músicos de la banda dejan de tocar.Mi olfato, mis ojos, todos mis sentidos están enfocados en una sola presencia que llegó desde que Haley comenzó a hacerme su proposició
NATHAN—Nathan… —se aferra a mi camisa con sus puños cerrados y sube el rostro con preocupación en sus ojos.— No tengas miedo, lo tengo controlado. Solo mantente alejada, es lo único que te pido y obedece a James o a William cualquier imprevisto —voy a bajar la cabeza para besarla brevemente, pero ya Haley explotó y no aguantó con dignidad tanta humillación.—¡James! —Empujo a Trinity sin lastimarla. Ella trastabilla un poco hacia atrás, y James la sostiene por los brazos para alejarla a la seguridad de mis guerreros privados.Me giro con los caninos afuera, dejando salir toda mi aura de Alfa, aplastante, sin compasión. Adopto una postura defensiva ante el ataque de la loba rabiosa que se me ha abalanzado por la espalda.—¡HALEY! —Su padre ruge, pero ella no se detiene.No quiero pelear con una loba. Hago señas a la misma que la dejó ganar la flor, una guerrera bajo mis órdenes. Pero antes de que se transforme para controlarla, veo el destello de un pelaje marrón que atraviesa mi
NATHANMe giré para arrojar a mi madre al suelo y transformarme al instante. Blaze saltó para impactar de frente con el enorme lobo Alfa de Agustino, y nos enredamos en una lucha encarnizada.Sus ataques mortales iban siempre a mi garganta, sus fauces abiertas llenas odio y rabia, pasando a milímetros de mi hocico.Blaze también atacaba con furia. Sus garras se hundieron en la pata trasera del Alfa, arrancándole trozos de carne y aullidos de dolor. Aprovechamos el momento para morderle con fuerza el lomo y arrastrarlo por el suelo alfombrado.Él era fuerte, pero yo era un Alfa joven y también entrenado. El polvo se levantaba por entre las costuras, y la sangre goteaba de nuestras heridas.Su rabia lo dejaba vulnerable, haciéndolo desplegar ataques suicidas y estúpidos. En un segundo, lo tuve acorralado contra el suelo.Blaze estaba enardecido, sin control. Bajó la boca llena de colmillos asesinos, directo a la yugular del Alfa, listo para asesinarlo. La idea de tomar su manada a l
NEW YORK TRINITY Mi futuro iba a ser brillante y todo se arruinó en un segundo. Estaba nerviosa, mirando furtivamente en el pasillo a las otras chicas candidatas para el puesto de secretaria de esta gran compañía, todas regias y estiradas. — Celulares apagados y listas, estaremos pasando al primer examen en unos minutos – salió una mujer dando ese anuncio. Mi corazón casi se paralizó de la ansiedad. Abrí mi bolso para comprobar el móvil y vi que había un mensaje. La peor decisión que pude tomar en mi puñetera vida fue revisarlo. «Trinity, lo lamento, de verdad me lo he pensado mucho para enviarte esto, pero creo que mereces saberlo» Silvia, una buena colega de la universidad me escribió. Me levanté de la silla asombrada, no me importó llamar la atención y que todas me miraran. Mi cuerpo entero enfriándose y mis dedos temblorosos hacían zoom a las fotos tomadas desde lejos. Frente a la puerta del Plaza Hotel, un hombre de cabello castaño, abrazaba y besaba apasionadam
TRINITY — ¿Qué pasó? ¡Logró robarte los pocos ahorros que te quedaban! – Mónica, mi compañera de piso y mejor amiga, agarró mi teléfono revisando la app del banco nerviosamente. — No, no, pero vació mi tarjeta de crédito, me dijo ayer que se le prestara para una emergencia, que me lo devolvía luego, ¡y yo como idiota se la di con contraseña y todo! – agarré mi cartera con ira y saqué la tarjeta haciéndola trisas. — Me pasaré meses pagando todos sus caprichitos y perfumes caros, ¡incluso se compró un móvil que ahora ni me responde! Dios, como pude ser tan estúpida e ilusa. — También está la factura del hotel - Mónica agregó, torciendo la boca con una expresión sarcástica - Trinity no te parece que es muy coincidente, digo, hacer esto de la tarjeta lo delataría y luego exhibirse delante de nuestras amigas, como para que te lo dijeran. — Quieres decir… claro… ni los cojones tuvo para cortarme él mismo y dejó que me enterara por otras personas, que cabrón Dios mío. Caí derrotada al
TRINITY Mis labios abiertos eran chupados y lamidos; el sabor amargo y vibrante del whisky invadía mis papilas cada vez que su lengua se colaba en mi boca devorándome. Por todos los cielos, este hombre me estaba enloqueciendo, nuestros cuerpos expresaban los calientes y lujuriosos deseos que sentíamos. Mi centro mojado se molía excitado contra esa dura erección en su entrepierna, mientras mis caderas se movían adelante y atrás sensualmente, montada sobre sus muslos, con las piernas abiertas y el vestido subido indecentemente. —Aaahh —gemí, levantando la cabeza y cerrando los ojos en éxtasis cuando sus manos bajaron el tirante de mi vestido negro por los hombros y su boca se cerró sobre la copa de mi brasier, mordisqueando el duro pico de mi pezón y lamiéndolo. —Más, gime más que quiero escucharte, no te reprimas —me ordenó con esa voz animal y las copas de mi sujetador fueron haladas hacia arriba, dejando expuestos mis senos que cayeron rebotando. —Ssh, joder que calient
TRINITY Mi cráneo entero se estremeció, mareada y viendo solo sombras frentes a mis ojos, aproveché para ponerme de pie, tenía las manos atadas, pero no mis pies. Me dolían las rodillas llenas de raspones, pero forcé mis piernas a una carrera explosiva, repleta de adrenalina y las ganas desesperadas de sobrevivir. No llegué muy lejos, ella lanzó unas órdenes como los ladridos de una perra loca y escuché los pasos de mis captores. No conocía este lugar, miraba a todos lados confundida, mi mente en caos, pero creí ver una estructura a unos metros, quizás si lograba llegar podría esconderme, sin embargo, alguien agarró mis piernas y por mucho que resistí, terminé cayendo al suelo, pesada y dolorosamente. A partir de ahí solo pude recordar los golpes que llovieron sobre mi cuerpo porque ni siquiera tuve la oportunidad de ponerme en pie. Me acosté en posición fetal contra la grava, protegiéndome la cabeza pegada a las rodillas e instintivamente el estómago, apretando los diente
TRINITY Desde la ventana del autobús observo el caos del tráfico en la ciudad, perdida en mis pensamientos. Dada de alta del hospital hace más de una semana y aún convaleciente, me enfrento a una realidad abrumadora: estoy embarazada de Ethan y sigo sin trabajo. A pesar de haberme cuidado siempre, incluso con mi diagnóstico de ovarios poliquísticos que heredé de mi madre, aquí estoy, esperando un bebé híbrido en el peor momento posible. Ethan era un hombre lobo. Cuando supe de su origen, no me alteré porque ya conocía a Mónica y ella también es parte de esa raza. Por razones que desconozco, ambos vivían recluidos en el mundo humano, apartados de sus llamadas “manadas”. La voz mecánica anuncia que mi parada es la próxima, mi estómago se revoluciona con un hambre voraz y los tacones me están matando. Llevo toda la mañana dejando currículos. He ido a varias entrevistas, ocultando los moretones con maquillaje, pero solo encuentro rechazos. Algo no está bien; parece que solo