NATHAN—. Si recuerdo bien, papá la puso como jefa de personal después de unos negocios con esa manada. Quizás ella facilitó algo y por eso él la ascendió.—OK, no te preocupes, lo haré enseguida —responde—. Y… bueno, un pajarito me dijo que la secretaria Miller estaba también en ese viaje.—Claro, un pajarito llamado July. ¿Hablaron sin sacarse cuchillos? No me digas que me perdí ese milagro —le digo con sarcasmo.—Vaya, vaya, así que el jefe también sabe bromear —bufó, y ya me imagino la conversación de los dos insultándose a todo momento.—William, prepárame un contrato con los puntos que te mandaré ahora por correo. Es completamente confidencial; no le digas a July —le ordeno, redactando y agregando cláusulas nuevas.—¿Es un contrato de ese tipo…?—Sí, exactamente de ese tipo.—¿A nombre?—De Trinity Miller —le respondo.—¿Por cuánto tiempo de validez lo redacto esta vez? —me pregunta, y me quedo pensando; generalmente lo hago por un mes y luego veo si lo renuevo.Esto del contrat
NATHAN No sabía que me gustaba tanto la carne hasta que no tuve a esta hembra encima de mí en ese bar hace más de cinco años. Aguantándome las ganas y luchando contra mis impulsos animales, retiro el libro e intento taparla para que no se enfríe a pesar de la calefacción puesta. Murmura algo incomprensible que me hace sonreír; se gira de lado y veo esas nalgas casi afuera de la mini tanga que lleva. “Diosa, dame más maldit4 paciencia, por favor”, pido a todos los cielos antes de cubrirla. Hoy me van a tener que canonizar. Me inclino sobre ella y hundo mi rostro en su nuca, aspirando profundamente el aroma de su cabello recién lavado. —Hasta dentro de unas horas, mi hembra revoltosa —la beso detrás de su oreja y ella gime suavemente. Decido irme o tendré que volver a hacerme labores manuales, y ya estoy muy viejo para estar siempre con la vara tiesa. Quiero poner el libro sobre la mesita de noche, pero noto que la gaveta está medio abierta. Una bolsa de nylon negra se puede ve
NATHAN—Tengo que hacer méritos de buena trabajadora para ascender —me dice apoyando las manos en mi pecho y besando mi barbilla, subiendo directo a mi boca.—Espera —le digo, extendiendo la mano y tomando un Orbit de la mesita para metérmelo en la boca—. ¿Qué? - le pregunto ante su ceja arqueada.—¿Te acabo de chupar la erección matutina y tragarme tu semen, y te preocupa que ahora te bese la boca recién levantado?—Bueno, si quieres, me lo lavo ahora mismo y me lo vuelves a chupar con olor a gel de baño…—Idiota —me golpea el pecho en broma, y sonrío tomando su barbilla y lamiendo su boca con mi propio sabor astringente.No me molesta, me parece morboso y me calienta. Meto la lengua entre sus labios y saboreo la menta del chicle con su saliva.Jugamos a besarnos, calientes, el deseo despertándose de nuevo en mí.Chupo su labio inferior y lo jalo un poco entre mis dientes, mis caninos rozan su tierna carne, peligrosos y deseosos de marcarla. Su lengua sale y se enreda con la mía e
TRINITYNo sabía cómo caminar sin llamar la atención, ni cómo acomodar las piernas; estaba incómoda, excitada y muy, muy necesitada. Me estaba arrepintiendo amargamente de la condición que acepté para salvar mi culito esta mañana. Se lo hubiese dado y ya, punto.Un dolor rápido y luego hasta me gustaría, si había lubricante suficiente para que un elefante se lo metiera a una hormiga. Pero noooo, tuve que irme como siempre por el lado más difícil.—Srta. Miller, camine un poco más deprisa, no se quede atrás, venga a mi lado —me llamó con voz fría.Estaba en modo cavernícola, y supongo que era por las miradas disimuladas que los operarios del embarcadero me daban. A pesar del cosquilleo entre mis piernas, apresuré el paso y caminé a su lado. Sentí su enorme cuerpo acercarse más, su brazo rozaba con el mío al caminar.—Lo... lo lamento, Sr. Langford, es que trajo esta vez una secretaria muy encantadora … — el hombre de espejuelitos a su otro lado trató de arreglar este desastre.—¿L
TRINITYAl parecer, se me fue un gemido más alto de la cuenta. Él achicaba los ojos desde la claridad porque no podía verme bien, pero obviamente la sala entera movió la cabeza hacia nosotros. —No pasa nada —Nathan sacó la mano de la masa enseguida.— Solo se había caído el lápiz digital de la tablet, continúe y explíqueme bien por qué subieron tanto los costos de esos materiales con respecto al mes pasado. ¿Acaso están desviando el presupuesto a otra cosa? Lo cuestionó con rudeza y obvio, de nuevo los cojones se le pusieron de corbata y se olvidó del gemido y posiblemente hasta de su nombre. Esperaba que nadie más hubiese notado las cosas ilícitas que Nathan me hacían debajo de la mesa en medio de la junta directiva.Lo vi entonces tomar su celular y su mano lasciva de nuevo en las penumbras, intentando toquetearme. ¡Me harté de su juguetito! Me quería castigar por lo del baño y lo logró, de hecho, yo he tenido que aguantar el orgasmo por más horas. « Sr. Langford, si me discul
TRINITYTragué en seco, relamiéndome.Por todos los cielos, la había estado pidiendo a gritos toda la mañana. Su boca asaltó la mía en un beso fiero, apasionado, que le devolví, apoyando mis manos alrededor de su cuello. Nuestros labios devorándose, abrazándonos, toqueteándonos. Bajó la otra mano y comencé a sentir el glande pasándose por mi vulva. Nathan gimió ante las sensaciones placenteras del vibrador sobre su polla. — Cariño no puedo más… mmmm de verdad no puedo más, Nathan… — mordí su labio con fuerza para acallar mis gemidos acelerados. Él gruñía, yo resoplaba, nuestros genitales acariciándose contra el pequeño vibrador entre nosotros, mis caderas casi despegadas de la mesa moviéndome contra Nathan que me apretaba y empujaba mis nalgas. Todo era tan caliente y erótico, sus besos, sus manos, me encanta este hombre, me vuelve loca. — Agarra aquí, duro sobre tu clítoris, no lo sueltes – colocó de repente mi mano sobre la parte de silicona que vibraba contra mi botoncito.
TRINITY—¿Qué pasó? —No, no, cariño, tranquila, no es nada súper grave, creo, no sé cómo te lo vas a tomar —frunció el ceño, sus ojos se desviaban a mis labios, mi cuello y escote. Bajé la mirada y, ¡santo cielo! —Nathan, qué rayos, ¿cómo oculto esto ahora? —me toqué un poco.Me había mordisqueado y besuqueado toda, tan dominante, siempre queriendo dejar su marca como los perros con la orina. —No te toques, lo vas a empeorar… —sostuvo mi mano. —¡¿Cómo se va a empeorar esto?! —respiré hondo, bajando mi tono — ¡Son humanos, no ciegos o idiotas!Le dije entre dientes, haciendo gestos dramáticos. —Tendrás que excusarme de la reunión, la bufanda puede tapar esto, pero de la manera en que miras mis labios y el ardor que siento, me imagino que estaré peor que las Kardashian. ¿De qué te ríes? Hablo en serio. Lo golpeé en el pecho cuando el muy cabrón aguantó la risa.—Hay otra manera, nena, que te puede curar al momento, de hecho, eso iba a agregarlo en el contrato, Trinity, yo… —vi la
TRINITY Aparta mi cabello y besa con suavidad mi nuca, haciéndome estremecer. Como siempre me sube, me baja, me zarandea y me lleva por el camino que desea, este Alfa seductor. —Pues acuérdese de eso cuando dé los bonos al final del mes, jefe —me giro y paso las manos por su cuello.Mis pies de puntillas y mis labios dándole un húmedo piquito. —Si sigue trabajando así de eficiente, le voy a poner un cheque en blanco delante, para que se firme el bono que quiera —tonteamos unos minutos. Es cierto eso que dicen que al comienzo de cualquier relación, todo es color de rosas. Fui al baño y cuando regresé, ya estábamos de nuevo en modo profesional.La reunión continuó y Nathan esta vez se comportó. Creí ilusamente que a pesar de que la Srta. Pechos de Melón casi me arruina mi reconciliación, todo había fluido y parecía casi perfecto. Demasiado perfecto…*****EMMA Me siento como una prisionera. Nathan hoy salió con esa mujer, tenía la esperanza de librarme de su perro fiel, pero n